Era una mañana de fin de semana, bastante regular, el clima era fresco. Me levanté demasiado temprano buscando algo que comer, por ese tiempo aún vivía con mis padres, sin embargo, los fines de semana solían irse de viaje a recorrer pueblos mágicos así que me quedaba solo en casa a descansar. No eran ni las 8 de la mañana cuando me llegó el mensaje de Angélica.
-Holi, qué haces? Estás disponible? -Era su forma de preguntarme si estaba disponible para ella, para satisfacer su apetito.
Como dije, tenía casa sola así que nada me impedía darle gusto al cuerpo, y el alma, pero debía usarlo como ventaja así que me hice un poco del rogar.
-Mmm, pues la verdad es que ando algo ocupado, tengo algo de trabajo pendiente -obviamente mentí, sólo quería ver qué tanta era su necesidad, después de todo era muy temprano.
-Y no puedes hacerlo después u otro día? Estoy es muy urgente!
-Bueno, creo que podríamos vernos en la noche, qué dices?
-No, te necesito ya! Vamos al motel, al cine, al mendigo parque o a donde sea, pero tiene que ser ya que no aguanto más.
Bien, parecía que hablaba en serio, por lo visto era real su urgencia, su necesidad de coger, y por la forma en que se expresaba y lo dispuesta que se oía era obvio que nos íbamos a divertir, polla quería y polla le iba a dar.
-Está bien. En cuánto tiempo llegas a mi casa? Estoy solo y súper disponible.
-Maldito jajaja me las vas a pagar, estoy ahí en 15 minutos.
-Jajaja ok, no tardes.
Arreglé un poco la que sería la escena del crimen, cerré ventanas y cortinas para evitar miradas indiscretas y dejé la puerta semiabierta para que Angélica entrara nomás llegar.
Cuando llegó había fuego en su mirada, se relamía los labios y en su blusa se le marcaban los pezones, las palabras sobraban, cerró la puerta tras de ella, me empujó al sofá de la sala y se sentó sobre mi. Empezamos un faje muy intenso, nuestras manos recorrían nuestros cuerpos sin límites, la ropa empezaba a caer, primero fue su blusa y después el brasier, me adueñé de sus tetas las cuales estrujé sin parar, le chupé los pezones que los tenía duros como piedras, los tomaba entre los labios y los estiraba una y otra vez, succionaba vigorosamente, ella sólo sonreía y gemía, y desde su posición se meneaba restregando su trasero en mis genitales y como pudo liberó mi polla del pants y empezó a jalármela como si fuera una palanca de velocidades.
Fue cosa de segundos antes de que se bajara desde su posición, me quitara el pants por completo, se arrodillara y empezara una mamada de aquellas que te dejan viendo mirando a las estrellas. Con una mano tomaba control de la situación, me abrió las piernas, me acariciaba los muslos y, acariciaba mis testículos, los pesaba con la mano y de vez en cuando me lamía todo el escroto. Con la mano derecha realizaba una masturbación constante en un movimiento arriba y abajo, y lo mejor chupaba como posesa, su cabeza bajaba y subía con velocidad frenética, movía su lengua en espiral y por ratos se retiraba para escupir y ensalivar y de nuevo regresar a mamar. Estuvo así por espacio de 10 minutos y luego se levantó, se quitó lo que le quedaba de ropa y de un sentón se la metió toda hasta el fondo de su canal vaginal, el contacto fue tan rico como doloroso, Angélica estaba súper mojada, chorreaba flujo con cada penetración y se oía un chapoteo por toda la casa, la cual se llenó de olor a sexo de inmediato, era embriagante.
Al principio la dejé hacer, pero no quise quedarme fuera de la diversión por lo que empecé a devolverle los sentones con embestidas lo que aumentó el ruido dentro de la casa.
La tomé con ambas manos por las nalgas, se las apreté, la llené de nalgadas lo que aumentaba sus gemidos y ella apretaba los ojos de placer, me acerqué y tomé nuevamente sus tetas y las chupé sin dejar un solo rincón sin lamer, si fuera posible la hubiera hecho lactar, Angélica seguía brincando sin parar, una y otra vez y yo seguía pegado a sus pezones, y seguía jugando con sus nalgas, dirigiéndome a su centro…
Acerqué el dedo índice a su ano y empecé rozándolo suavemente, en círculos, y aplicando poca presión, Angélica ronroneaba.
-Mmm, rico… -fueron sus palabras, las que me motivaron a continuar.
Seguí jugando con su ano, Angélica se dejaba hacer, le metí el dedo índice lentamente y, para mi sorpresa, dilató fácilmente y entró casi sin dificultades, empecé un mete y saca constante y suave, no quería asustarla, me propuse a encularla y no pensaba echarlo a perder. Angélica no me rechazaba, al contrario, empujaba su trasero hacia mi dedo penetrante y contraía su ano con cada incursión, avancé y metí 2 dedos y luego 3, lo tenía elástico, sospecho que venía preparada y dispuesta.
Retiré la mano y escuché una breve queja de su parte, sin embargo, no hubo quejas cuando acerqué los dedos índice y medio de ambas manos y penetré su agujero con la intención de abrirlo, lo dilaté y me aferré a él, la obligué a subir y bajar con mis dedos enganchándola del culo.
-Bájate y ponte en 4 que te voy a chupar el culo bebé -le dije seriamente, y mientras se acomodaba le di unos azotes extra.
-En 4 como tu perrita bebé? -dijo volteando la cara y meneando el trasero.
-Así es bebé, eres mi perra, y te voy a coger hasta que aúlles de placer.
-Por el culo? Dame por el culo bebé, tu perrita quiere que le des duro por el culo, llevo días preparándome para ti, esta perrita quiere ti verga dentro de su culo.
-Claro que por el culo, una perra como tú merece que le revienten el culo a diario.
Al fin entendí el porqué de su urgencia, de su necesidad, tenía un hambre sobrenatural por el culo que sólo poda saciar engullendo una barra de carne caliente, literal estaba pidiendo que le rompiera el ano.
En 4 como la tenía sobre el mueble me arrodillé detrás de ella y comencé chupar su ano, lo tenía cerrado, pero en cada contracción se dilataba y se cerraba de nuevo, lo chupé, le escupía y luego le pasaba la lengua para llenarlo de saliva, con las manos le separaba las nalgas todo lo que podía para continuar mi labor, sólo de vez en cuando me alejaba de su ano para chuparle toda la raja del trasero, para besarle las nalgas y morderlas también, pero siempre regresaba a su agujero trasero a seguir degustándolo, Angélica agradecía meneando sus nalgas para mi y gemía sin parar pidiendo más.
-Bebé, ya por favor, métemela -dijo suplicante.
Le escupí una generosa cantidad de saliva en el culo e hice que ella me ensalivara la polla. Acerqué mi polla a su panocha y la rocé para que escurrieran algunos de sus jugos, pero Angélica estaba poseída.
-Por el culo bebé, ahí no, métemela por el culo, tu perrita necesita su hueso dentro de su culo.
Por el culo eran sus palabras, por el culo quería, por el culo le iba a dar. Tomé mi polla y la penetré en 3 segundos hasta que mis bolas hicieron contacto con sus labios vaginales, fue una penetración suave, se sentía caliente, húmedo, apretado y su ano no dejaba de palpitar aprisionando mi polla.
Entonces un mete y saca brutal dio inicio, sino me hubiera dicho previamente que se había preparado seguramente me hubiera ido con más calma, pero iba muy preparada, dilataba perfectamente, ni poco ni demasiado, su ano me quedaba como anillo al dedo, el anillo era su esfínter anal y el dedo era toda mi verga que se iba a comer, encajaba perfecto.
-Dame más bebé, mi culo está preparado, el culito de tu perra tiene hambre.
-Dame la patita y te doy más carne -le dije mientras tomaba sus manos y las usaba como riendas para jalarla hacia mí en cada estocada.
Su respiración era muy agitada, sus pechos henchidos subían y bajaban rápidamente y con ellos sus pezones, cada vez la empujaba más hacia adelante, la tenía contra la espada y la pared, y mi verga era la espada que la hacía suplicar piedad. Pero piedad no habría, pensaba clavarla y atravesarle todo el recto.
-Abre tus nalgas para mi -le dije soltando sus manos y sacando mi polla de su culo, el cual estaba abierto y palpitante.
Le escupí y vi como la saliva se perdía en las profundidades de su recto, a continuación me trepé al sillón y en cuclillas sobre ella dirigí mi polla de nuevo a su culo, sin embargo, se desvió a su vagina.
-Ahí no, por el culo, por el culo por favor, si me la das por el culo prometo que te lo daré siempre que me lo pidas.
No se diga más, la ensarté por el culo una y otra vez, rápido, duro, tenía la polla hinchada y roja y su culo palpitaba y palpitaba sin cesar apretándome, ordeñándome. Ahora sí literal la tenía ensartada como a una perra, me había entregado el culo, me había pedido que se lo reviente, y además me había prometido que me lo daría siempre.
-Me vengo bebé, me vengo, no es posible, me estoy viniendo con mi culo, no pares, dámela toda, dame más, te prometo que me vengo.
-Toma perra, toma verga, eso querías, pues toma, me voy a venir en ti.
-Vente en mi culo bebé, échame tu leche dentro, dame toda tu leche.
Y asi explotamos ambos en un orgasmo terrible, de esos que te vienes y sientes que te desmayas. Angélica no dejaba de escurrir a borbotones, contraía su ano rítmicamente como una maquina ordeñadora, como una boca succionando mi polla, y eso hizo que soltara toda mi leche dentro de ella. Desde esa posición nos besamos y nos acostamos de lado mientras mi polla perdía fuerza y se retiraba lentamente.
Eran las 9 menos 15, y el día apenas empezaba.
-Ha sido delicioso bebe, gracias -me dijo.
-Sí, y todavía tenemos todo el día -contesté.
-Pensé que tenías trabajo pendiente -dijo coqueta.
Mentí para ver qué tantas ganas tenías de coger jajaja, actualmente el único trabajo que tengo es perforarte el culo, que te recuerdo prometiste darme siempre que quisiera.
-Entonces sí que tienes mucho trabajo pendiente bebé.
Nos reímos y besamos, ella tomó mi polla la cual dio un salto, y yo palpé su ano el cual palpitó de nuevo, ambos empezaban a despertar de nuevo, pero esa es otra historia…