Era inicios de año, día típico donde nadie trabaja. Fui a la casa de mi novia para desearle feliz año nuevo a su familia. Estaban todos, su mamá, su hermanita y su padrastro. Llegué cuando todos habían acabado de almorzar, pero mi novia me había separado un plato, así que comí en la mesa de la sala. Cuando terminé, escuché que veían El Chavo del Ocho muy felices en la cocina mientras mi novia y yo estábamos en la sala. Ella estaba muy hermosa, bueno, lo es, pero ese día estaba especialmente linda. Traía un vestido blanco con bordes negros y unas sandalias de casa, y yo una camisa, un jean y un bolsito donde traía unos obsequios para ella.
Todo iba bien hasta que cayó la tarde y todos cayeron dormidos, pasaron a la otra sala todos (su sala estaba dividida en dos, así que a nosotros no nos veían) y se quedaron dormidos en os muebles. Yo también tenía algo de sueño, pero ella me despertó con una buena mamada que me dejó sorprendido; me la chupaba tan fuerte y tan rico que se me fue todo el sueño. Me la chupó así sentados, luego me puse de pie y ella arrodillada; luego la cosa se calentó más y ella vio del otro lado de la sala a ver si seguían dormidos, y efectivamente estaban dormidos.
Ella se levantó el vestido hasta la barriga y se bajó el calzón, uno rojo con corazones negros, demasiado excitante. Yo empecé a chupársela también y no le metí ningún dedo, quería que nuestra primera vez sea como debe ser, así que saqué un preservativo y empezamos. Ella se acostó boca arriba sobre el mueble y yo me arrodillé, puse sus piernas en mis hombros e intenté meterlo. No pude a la primera. Cambiamos de posición, yo me senté en el mueble y ella sobre mí. Aun así ella tuvo que ayudarme hasta que entró, sentí claramente cómo se iba abriendo paso por su vagina ya no virgen. Sentí que entró todo. Se sentía tan apretadita y húmeda. Luego ella se empezó a mover y yo estaba en las nubes.
No podía casi ni hablar del placer que sentía. Luego volvimos a la posición inicial y lo mismo, pero empecé a sudar terriblemente, tanto que le caía a ella en todo el cuerpo. Ella también sudaba a chorros, fue a buscar unas servilletas para secarnos, pero se calentó más y se sacó el vestido, lo dejó a un lado y se volvió a sentar sobre mí. En ese son estuvimos alrededor de una hora, hasta que sentimos que alguien se movió; aún no había terminado, pero nos vestimos súper rápido y nos quedamos sentados. No había sido nadie, pero ya era algo tarde, así que me tuve que ir con mucha pena de no haber terminado lo que empezamos.
PD: Cuando cambiamos de posición la primera vez, noté cómo había algo de sangre en el preservativo.
PD 2: Ella me obsequió el mueble en el que lo hicimos por primera vez.
PD 3: Este relato se conecta con otro que está en esta misma página, donde si pudimos terminar y desquitar lo que comenzamos ese día.
