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Mi tía es una adicta al sexo
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Tiempo de lectura: 3 minutos

Sucedió que eran vacaciones de semana santa para ser preciso, cuando decidí ir con mi tía a cortarme el cabello, digamos que mi tía rondaba entre los 35 y 40 y al ser estilista se cuidaba, no era muy exuberante pero tenía lo suyo muy bien acomodado y la experiencia que tenía. Siempre se me hizo sexy su forma de vestir, sus uñas y su forma de arreglarse, siempre me llevé muy bien con ella ya que me la pasaba en su casa con mis primos bromeando y todo normal. Ella es muy liberal con mis primos así que igual cosas de novios(as), borracheras, las podíamos compartir con ellas, hasta problemas con mis padres, así que también me servía como una terapia de relajación.

Antes de comenzar a cortarme el cabello llegó mi tío y comenzaron a discutir un poco, se fue mi tío enojado y por razones de trabajo se iba a ir de la ciudad, pues cosa que tomé normal, siempre lo hace y mi tía empezó a llorar por la discusión. Sirvió unos vasos de soda y ya no lo tomamos, ella seguía llorando, la abracé y ya le dije que todo estaría bien y se tranquilizó. Me senté y comenzó a cortarme el cabello, al tener uñas postizas pues se me erizaba la piel, después en un momento mi pene se erectó, pero no se dio cuenta debido a que tenía el protector para que no cayeran los cabellos a mi ropa. Siguió cortándome el cabello y bromeando, todo muy bien, hasta que se le cayó el peine en mi parte, solo vio como rebotó, lo agarró rozando mi pene sin querer (pienso yo) y solo se rio, y me dijo:

-En quién piensas?

No contesté, solo me quedé quieto y ella siguió diciendo…

-Pues debe de ser alguien muy bonita para que te tenga tan feliz -y se puso a reír y le dije…

-si si es bonita, y tiene muy buen cuerpo -y sonreí.

-no esperaba menos de un sobrino mío.

Reímos otro rato, terminó de cortarme el cabello y me llevó hacia el lavabo para quitarme los restos y lavarme el pelo, comenzó a tallarme la cabeza y a bromear diciendo “tranquilo no te vayas a emocionar de más”. Yo solo reí y ella siguió, la verdad que si me estaba excitando, pero por las caricias aunque con ella nunca me pasó por la mente, solo tenía el plan de salir de ahí e ir con una de mis "compañeras" que frecuentaba. Cuando estaba imaginándome eso se me levantó el protector y se pudo ver mi pene erecto a través del pantalón. Mi tía solo rio y me dijo “hombre creo que ya dejaré de lavarte el cabello –comentó- no necesitas otro corte por allá” y solo rio al notar que yo me lanzaba cuando se estaba secando las manos chorreo sin querer mi pantalón. Rápido con un trapo comenzó a secarlo como pretexto, sintió mi pene más duro y se levantó y me dijo “a caray creo que dejare ese lugar”.

Y se levantó se dio la media vuelta y cerró la puerta y las cortinas, algo muy raro. Cuando volvió se sentó sobre mí y me dijo “ahora si tenemos el espacio para ver que tienes ahí abajo”. Me quede pasmado y me dijo “o que tienes miedo o no era por mí?”. Al escuchar eso le dije “claro si tiene un muy buen cuerpo”, y me dijo “pues es hora de ver que tanto te gusta”. Me quito el pantalón y con sus manos tomo mis testículos, con sus uñas me rascaba algo que me súper excitaba, se dio cuenta y se lo metió a la boca, le dio un par de lamidas. Cuando se desnudó por completo se metió dos dedos, luego saco un peine y se lo metió y dijo “perfecto”. Cabe mencionar que mi pene es normal, no tengo que exagerar, mide unos 17 cm, más o menos nunca lo he medido, y se lo ensarto todo lentamente, mientras yo tomaba sus senos y chupaba sus pezones erectos, y ella subía y bajaba y me dice “no lo haces tan mal”.

La lleve al sillón donde esperan los clientes, la acosté y me puse a darle rápido, empecé a escuchar unos pequeños gemidos y respiración entrecortada, puse un dedo en su boca y ella lo chupaba, con la otra mano sobaba su clítoris y regresaba a sus senos, comenzó a decir “que rico que rico!”, y todo normal. Cuando me iba a venir le dije “rápido”, se puso abajo de mí y se lo trago todo. Me dijo “esto es lo que más me encanta”. Yo sorprendido le pregunte que si quería más y dijo que con gusto. Me volví a sentar y le dije “siéntese”, a lo que no hizo caso y con su boca, comenzó a hacerme una mamada de las mejores que he recibido. De pronto le dije que ya me venía y volvió a metérselo todo en la boca y se lo tomo, me dijo “que rico”, se vistió abrió las cortinas se arregló, pasó sus uñas por mi nuca y me dijo:

-Espero y vengas a cortarte el pelo más seguido…

-Claro -le dije- cuanto le debo del corte?

-Por darme tu leche nada –me contesta- quédate el dinero.

Genial pensé. Yo de ahí en adelante comencé a frecuentarla más, alguna vez cogimos en su cama, es una adicta al sexo, desafortunadamente estoy en otra ciudad, pero recordé esto porque mañana regreso a la ciudad con ella a ver que se puede hacer.

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