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Nuestra amiga argentina y sus caprichos
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Tiempo de lectura: 2 minutos

Hoy me levante con ganas de estar con una mujer, no se hay veces que me pasa eso, la llame a mi amiga Pili (es una compañera del colegio, que la empecé a llevar por el mal camino jeje, con la única mujer que se acostó ella fue conmigo, y también la enfiestamos). Hablamos por whatsapp así (les copio lo más importante, no las boludeces que hablamos jeje)

Yo: no te querés venir a casa, estoy sola

Pili: no Caro, ya te dije estoy saliendo con un chico

Yo: que tiene que ver, venite un rato

Pili: no porque si estamos solas, se en que vamos a terminar, y ya fue eso, te lo dije

Yo: que tiene de malo, si lo pasamos siempre bien, o no?

Pili: si, pero no quiero ser una lesbiana

Yo: bolu, nada que ver, yo no soy lesbi, pero me pone re loca sentir tu piel, besarte.

Pili: no empieces

Yo: sabes que me encanta que me toques, que me hagas acabar, y a vos te gusta también que te haga acabar, dale, pensa que en un rato podemos estar juntas

Pili: caro, no sigas, ya esta

Yo: dale boluda, venite, no querés que te masturbe?

Pili: me hiciste calentar, jaja, en un rato estoy

La espero con una remerita y bombachita nada más, llega, estaba con unos pantalones cortos, la llevo a mi cuarto, nos tiramos en la cama y empezamos a besarnos desesperadamente, me voy bajando, le empiezo a desabrochar el pantaloncito, se lo saco, la acaricio, le beso la pancita, y vuelvo encima de ella.

Nos seguimos besando mientras nuestras piernas se iban entrecruzarnos y empezamos a gozar con el sentimiento que nos da sentir nuestra piel, no parábamos de rozarnos las piernas, le pongo la mano debajo de su bombachita y le empiezo a tocar su conchita, ella hace lo mismo, ya estábamos las dos muy, muy mojaditas, que manera de movernos, de excitarnos, de gemir, de ponernos cada vez los dedos con más fuerza, hasta que acabamos las dos juntas.

Bajo, le saco la tanga, ya estábamos las dos denudas, le empiezo a besar esa conchita rosadita, depilada que tiene, le como los labios, le meto los dedos y me voy corriendo para ponerle mi conchita en su boca, cosa que no le molesto, no sé cuánto tiempo estuvimos besándonos nuestras conchas, le acariciaba la cola, gemía, le gusta, yo sabía que le iba a gustar, después empezamos a frotarnos mutuamente nuestras conchis (la tijera) ahí, si nos pusimos re locas, sentir sus jugos, ella los míos, hasta que acabamos otra vez.

Nos quedamos un rato más, nos dimos un beso y se fue, no habremos estado más de una hora juntas, lo suficiente para sacarme mis ganas de estar con una mujer, y jaja ella también aunque no quisiera.

Hoy a la noche la veo, porque nos juntamos en la casa de Agus, la hermana de Matías (el amorcito de mi vida) jaja

Bueno es una boludez, pero a mí me gusto lo que hice y lo quería contar.

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