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Sexo con maduros - Pág. 33

Fin de semana en Londres

Nos encontramos en el aeropuerto Adolfo Suárez de Madrid, ella venía de Valencia y yo de Santiago de Compostela, íbamos a coger un vuelo a Londres, donde pensábamos pasar el fin de semana. Tanto ella como yo llevábamos una pequeña maleta con ruedas. Ella vestía un vestido verde que le daba por encima de las rodillas y calzaba unos...

El renacer de Norma

Soy nueva en esto de los relatos, no me presento porque no es necesario espero no les moleste, les digo que no es necesario porque la historia que les compartiré es de una chica llamada Norma la cual pasó por momentos de alegría pero sobre todo de dolor y que justo en el momento más inesperado le tocó pasar...

Las costureras no dan puntada sin hilo

Esther tenía 28 años, estaba casada y tenía tres hijos, dos niñas y un niño, era de estatura mediana y estaba rellenita. Tenía las tetas grandes, un buen pandero y no era ni fea ni guapa. Yo, para desgracia de mis lectoras, tengo 63 años, (soy del 1955,) mido un metro setenta, soy moreno, de ojos marrones y hace...

Llámame J

Era mayor de edad, morena, de pelo negro y corto, su cuello era de cisne, sus labios sensualmente gruesos, sus grandes ojos color café estaban bajo unas finas gafas rectangulares. De los lóbulos de sus orejas colgaban dos aros. Sus tetas eran medianas y su culo una delicia para gastrónomos. Estaba en el museo del Prado de Madrid. Miraban...

Una monja se confiesa y acaba follando con el viejo confesor

Galicia, año 1950, cuando el cura mandaba más que el alcalde. Sor Remedios, veinteañera y guapa a rabiar, arrodillada delante del confesionario, le decía al cura: -... He tenido un encuentro pecaminoso, padre. -Cuente, sor Remedios, cuente. -Ayer a la tarde, aprovechando que estábamos solas en el convento pequé con sor Caridad. -¿Dónde pecó, hermana? -En mi celda. -¿Se corrió, hermana? -Sí, padre, me corrí varias veces. El...

Que sabrosa mi sobrina

Tenía mis manos apoyadas sobre ese culito hermoso con forma de manzanita y mi lengua metida en el fondo de su vagina saboreando los jugos de una joven de apenas 19 años. Sus quejidos de placer eran tan hermosos y dulces al mismo tiempo. Sabía que mi mujer podía regresar en cualquier momento pero no me podía detener, ella...

Soy nueva en el vecindario (Segunda parte)

Había pasado una semana desde que me follé a mi vecino. Estaba en la ducha cuando sonó el teléfono. Era Antonia que me decía si podía darle una alegría a su marido. Le dije que sin problema, que enseguida estaría allí. Me puse mis braguitas rosas, un pantalón corto y una camiseta sin sujetador para que se marcaran bien mis...

Follada por un maduro de 48 (Parte 2)

Ahí me encontraba, en la cama de Julio con mi boca llena de semen, luego de la mamada que le había hecho me acosté en su cama y empezó a acariciar mis piernas desde mis muslos. -Ahora vamos con lo principal vas a ser mía. -Dicho esto abrió mis piernas a lo cual no puse resistencia alguna y su pene...

Yo, Carmen la puta (Parte 2)

Pasaron unos días, y mi vida continuó su cauce normal. A diario, me levantaba temprano para dejar las cosas de la casa preparadas, y me iba a trabajar. En la misma calle en la que vivíamos, un hombre que regentaba una pequeña tienda de ultramarinos tenía la intención de relegar su puesto de trabajo a otra persona a cambio...

Romper la rutina, dos pendejas de regalo

Cuando se carga con varios años de casado en el debe de la vida, y se llega al balance final de la gestión, la rutina suele ser casi siempre el saldo deudor de nuestro porvenir. Con el síndrome de los cuarenta realicé el balance de la gestión como individuo. La rutina diaria, es como la cizaña a los sembrados. Cómo...

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