Los tímidos son pecadores entre las sábanas
De niña quería ser prostituta... ¿raro, no? No sé, me gustaba jugar con mi almohada, pellizcarme los pezones y grabarme bailando sexy. No era por falta de dinero, soy una de las jóvenes millonarias que encabeza la lista. Lo mío era diferente. Mi cuerpo deseaba el calor...