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Poesía Erótica - Pág. 2

Una semana muy romántica en un crucero

De Barcelona a Atenas de Crucero nos fuimos, en biblioteca, piscina y salón de baile comparecimos. En las veladas en cubierta observando el cielo estrellado, estás muy hermosa con ese pareo y el pelo mojado.   Le echaste el ojo a una azafata mulata, de sus pechos, cachas y muslos te empeñaste en hacer una cata. Sus grandes ojos negros y sus labios carnosos te humedecen...

¡Buscando un sirviente dócil y servil!

Mi mujer y yo anuncio pusimos buscando mancebo, que tuviera poca fortuna y ningún ego. Sería más fácil así someterlo a nuestros designios, ¡Gigolós muy promiscuos y nada dignos!   Un Decálogo tenemos que es tan sagrado, que todo maromo cumplir debe, sin menoscabo. ¿Quieren saber cuál es, en qué consiste? Si desea ser nuestro esclavo no se despiste.   Primer Mandamiento sería alabarnos mucho, tenernos bien complacidos, ser un...

Dueño

Fueron tus brazos de león indomable los que tomaron mis ancas de gacela. Fue el filo de tus dientes en mi cuello mientras en un vaivén erótico y mortal te abrías paso entre la suavidad de mis nalgas. Fue tu cuerpo de potro en celo donde me hiciste cabalgar hasta la última gota de tus fuerzas. Esa noche la recuerdas cuando me...

Oda a la golfa de mi chica

Para ti todos los días son sabadete; aunque no siempre conmigo apagas tu lujuria; me aparcas y usas en días de lluvia; y prefieres que otros podencos penetren tu ojete.   Probarlas de todos los tamaños y colores, torcidas o rectas y con gordos cojones. Circuncidadas o con prepucio te es indiferente, lo mismo opinas de lo que piense la gente.   No hay nada que más te ponga...

Una felación de cinco estrellas

Ahí estás, sentada a mi lado, dándome la espalda y pendiente de agradar a la cámara que nos enfoca. Inclinas tu cuerpo apoyando tu brazo derecho y el codo sobre mi vientre, con la mano del mismo brazo sujetas mi pene por la base. La mano izquierda solo la utilizas para amasarme los huevos.   Sonríes al notar cómo se va endureciendo mi flácido...

¡Una verdadera deidad a la que adorar y venerar!

Todas las noches tengo la obligación, aunque sería mejor decir la necesidad, de adorarte y venerarte. Durante tres horas repaso todo tu cuerpo, desde esa hermosa y perfumada melena rubia hasta la punta de los dedos de tus excelsos pies.   Sumergir mi rostro en tu linda cabellera, paladear y oler esa inmensidad dorada es como adentrarse en el océano. Te beso la frente. Lamo y saboreo tus párpados, orejas,...

Esta noche te ceno

Esta noche te ceno. Te sirvo sobre lecho de mil hojas con virutas de versos y canciones. Te adorno con alguna luz perdida o con la guarnición de un corsé rojo. Te caliento despacio, al fuego lento y torpe de mis manos, hasta que empiece a hervir sobre tus labios el beso que te viene desde el alma. Te gratino después con la mirada, con el brillo fugaz que...

Él y ella

En la penumbra, Adrian y Nicole se encuentran, Dos almas ardientes en el juego del deseo, sin freno. Sus miradas se cruzan, chispa de complicidad, En este baile sensual, comienza la intimidad.   Adrian, con manos fuertes, traza su camino, Recorre la piel de Nicole, con dulce desatino. Ella suspira y tiembla bajo su tacto apasionado, Un fuego interno se enciende, un amor entregado.   Nicole, con ojos avivados...

Deseos deseos y más deseos

En la penumbra de la noche se despiertan los deseos, cuando tus manos se deslizan, acariciando mi piel. El fuego arde, la pasión crece, nos sumergimos en placer, un tango sincopado, bailando al ritmo del vaivén. Tus labios húmedos se unen a los míos, en un beso ardiente que enciende los sentidos. Mi cuerpo se estremece, se entrega sin reservas, mientras nuestras almas se entrelazan, viven...

Desnudo ante tu desnudo

Mis manos empiezan acariciar mi cuerpo al recordar el sentir incesante de nuestros cuerpos, en su juego de desearse  y querer terminar en acciones placenteras. Mi erección es duro similar  a como trueno con mi palma tu culo. Sé que te encanta, que gimes, que pides más , y desbordas de humedad pidiendo mi lengua a gritos. Mis manos se inquietan al igual que mi lengua la cual quisiera...

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