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Poesía Erótica - Pág. 11

Las obesas follamos más

Que soy una mujer obesa dicen con mala intención; pero no presto atención,  pues eso a mí no me pesa.  Siempre que un hombre me besa,  es porque yo se lo pido,  después retoza en mi nido.  Mi cama queda deshecha,  cuando un par de polvos me echa: ¡ay, si es que hay tanto salido...! Son dos columnas mis piernas,  fuertes y bien esculpidas; mis tetas grandes, subidas,  de carnes fofas y...

Elvira

Andaba metros delante de mí,  era mujer ancha y de piel morena; quise verla de cerca y decidí aligerar mi paso, daba pena; y lo hice tanto que casi corrí.  Ella parecía haber puesto la antena; giró su rostro y me dijo: "Qué quieres"; le contesté: "Deseo nuevos saberes". Tal mi respuesta la dejó perpleja: "¿Saberes?", dijo, "pocos puedo darte,  soy ignorante, en mi aspecto se refleja,  no alcanzo a...

Esta noche

Esta noche me he puesto la batita transparente que te la pone tiesa; esta noche voy a ser una tigresa,  ¡vale!, deja de llamarme gatita.  Que me la quite, eso iba a hacer pichita; aquí me ves, desnuda, ¡uy como está esa!; adoraré tu hinchazón, que interesa  más una polla grande que chiquita.  Mmm, amor, humm, ni en la boca me cabe; vamos a la cama, estás tan...

El calentón

Llegué a tu casa así de sopetón; ni avise ni sabías de mi cercanía,  pero es que fue de pronto el calentón; me acordé de tu polla y me relamía.  Me poseíste con furia en tu colchón.  ¡Ay, amigo, que bien me montaste  aquel día!; ¡tu enérgico ritmo era tan molón,  que me follaras me dio tanta alegría!  Ahora que no te puedo ver, te has ido,  me lo...

La musa no viene

No voy a ver a Olivia Nice,  no voy a verla; me entretiene,  y ya la musa no viene.  Deja que me tranquilice,  que la noche se organice: las tareas, el aseo, la cena; televisión novedad plena... Mas apago, hago un aparte; Kennedy Leigh tiene su arte.  Y el semen mi mano llena. 

En este nido

Desnudos los cuerpos cobran sentido; juntarse, para eso se diseñaron:  mi coño y tu polla así lo anotaron,  cuando nos citamos en este nido.  Me saqué por la cabeza el vestido; gruesas mis tetas se desparramaron.  Tus labios a mi cuerpo se acercaron; sorbiste mi leche como un poseído.  Me follaste con ganas por detrás; a gatas gemí, ¡qué placer me dabas!  "No te corras", dije, "espera y verás." Te...

Ágata

Es esta la historia, la de un solo día,  de una divina mujer prometida,  de nombre Ágata, preciosa joyería,  de talle fino, ella su cuerpo cuida,  culo duro y unas tetas de fantasía,  ardiente como una brasa encendida,  que a su novio deja por aburrido; ni en un empleo porquería fue admitido: Pronto esta mañana hemos despertado; tan temprano era: el sol no había salido.  Para un empleo serás...

Piel caliente

Sus pies desnudos mucho me excitaban,  posados sobre la alfombra mullida.  Sentada en el sofá, aún seguía vestida; sus muslos en su falda se apretaban.  Sus redondas tetas me reclamaban  bajo su blusa: "quítatela, vida"; y me obedeció en silencio sumida: pronto, sus pezones se liberaban: lamí, besé y mordí su piel caliente.  Ya en la cama, ella, ¡como suspiraba!; mi lengua salivando el coño ardiente.  Borracha de orgasmo, el...

Mójame la cara, sacia mi sed

Rosa, era el color de sus labios los de arriba y los de abajo, también lo era de su tanga, pequeño, minúsculo. Sólo asomaba por detrás, un poco al agacharse, nada propio de alguien tan joven, tan fresca, lan limpia, tan dulce, y sobre todo, con tanto olor a virginidad. Aún recuerdo ese olor al pasar a mi lado, olor a recién florecida, y cómo la deseaba yo. Deseaba sus piernas,...

Mi padre, su semen, mi embarazo

Blanco, blanco, blanco, blanca es la leche que me das, espesa, caliente, de olor intenso, la que cae sobre mi lengua, sobre mis ojos, la que me entra y me deja preñada.   Cómo amo esa leche, cuando baja por mi garganta, la que unas veces dejas en mis pechos, y otras me das de desayunar. ¿Recuerdas la última vez? esa que me tenías a cuatro patas, como una perra,...

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