Conejo blanco, conejo negro; tanto da, si caza ratones
Venía el nuevo orgasmo. Llegó. Laura de dobló en dos con unos ruidos de placer, como una gatita satisfecha. Antonia se giró adonde estaba Paco meneándosela. Le grabó. Sólo se le veían las manos y la verga pajeada. Una mano sostenía los huevos; la otra frotaba enérg...