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Fantasías Eróticas

Los mejores relatos sobre fantasías eróticas. Descubre los sueños prohibidos, húmedos y morbosos contados por los nuestros autores.

Relato destacado

Fantasías Eróticas » Pag. 1

Conejo blanco, conejo negro; tanto da, si caza ratones

Venía el nuevo orgasmo. Llegó. Laura de dobló en dos con unos ruidos de placer, como una gatita satisfecha. Antonia se giró adonde estaba Paco meneándosela. Le grabó. Sólo se le veían las manos y la verga pajeada. Una mano sostenía los huevos; la otra frotaba enérg...

Minerva es el erotismo tabú puesto al desnudo (4)

Mientras le comía la boca, la atrajo por la cintura hasta juntar y frotar sus pubis, y luego dejó caer sus manos hasta los glúteos y se los magreó a gusto, asiéndola suspirar. Un par de minutos después, cuando intentó bajarle el tanga y meterle la mano por delante, el...

La casa de Galapagar

Le estaban haciendo una mamada delicadamente, sin manos. La boca subía y bajaba, metía y sacaba, lamía, chupaba y succionaba. Y, a la vez, acariciaba las pelotas endurecidas. Los dos huevos estaban elevados, prestos a eyacular. Del otro lado comenzó a escucharse una secu...

Minerva es el erotismo tabú puesto al desnudo (3)

El juego empezó con normalidad. Pero, a través del agua cristalina, Nicolau se percató de que cuando Minerva quedó de última y al flaco le tocó el turno de sumergirse y llegó a la altura de Minerva, se atascó entre la apertura de sus piernas, y en un torpe intento po...

Minerva es el erotismo tabú puesto al desnudo (2)

Minerva puso una mano abierta en cada glúteo, y los separó, permitiendo que vieran el hilo elástico que discurría a lo largo de la raja del culo. Era tan delgado que no cubría por completo su lampiño ano, permitiendo distinguir las delicadas estrías que rodeaban el so...

Minerva es el erotismo tabú puesto al desnudo (1)

Sin discreción ante los otros universitarios, el negro empezó un toqueteo entre las piernas de Minerva, que terminó por hacer trepar su falda hasta las caderas, dejando a la vista de los demás los laterales de sus glúteos, y haciendo que sus pálidas mejillas se le ence...

Noche en el Caribe con mi esposa traviesa

El beso fue profundo, desesperado. Roxana se arqueó hacia él mientras Alejandro bajaba por su cuello, besando y mordiendo suavemente la piel marcada. Su boca descendió hasta sus senos, atrapando un pezón entre los labios mientras sus manos exploraban su cuerpo sin reserv...

La leyenda de dioses y mortales

En la esquina de la habitación, una lámpara emitía una luz suave y tenue. Él besó cada centímetro de su deseo, desde el ombligo hasta su vulva, sosteniendo sus piernas esbeltas en sus manos. Sus labios estaban abiertos como una flor, y aquel pequeño clítoris se llen�...

Nueva historia con la chica del piercing

Mientras lamía su cuello y mis dedos acariciaban lentamente, otras veces de forma rápida los labios de su vagina, mientras entre mis dedos se asentaba lo húmedo de su coñito, le pedí que me la mamara, que quería sentir su lengua, pero ella no estaba por la labor de que...

Una noche muy distinta a las demás

Yo no podía más que pensar en poseer su otro agujerito. Las ganas de meter mi erectísima polla en ese precioso ano eran patentes. Tras humedecer la zona con mi lengua y saliva y dilatarlo con mis deditos me dispuse a penetrarlo suavemente. Así fue, aquella sensación de ...
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