Se deshace el tiempo en edades mitológicas, consumado el deseado incesto se repite una y otra vez entre las penumbras que incitan el pecado, Edipo y Yocasta se reencarnan.
En la habitación del hotel nos miramos, sonreímos mientras saboreamos el morbo sabor de un beso, y ante quien nos sirve en silencio jugamos incontrolables el placer lascivo de lo mitológico.
En la habitación del hotel nos miramos, sonreímos mientras saboreamos el morbo sabor de un beso, y ante quien nos sirve en silencio jugamos incontrolables el placer lascivo de lo mitológico.
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