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Sexo con maduras
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RELATO DESTACADO

Sexo con maduras - Pág. 5

Forma de ser

María se fue desprendiendo prenda a prenda, pero antes de nada la hizo arrodillar y que la quitase sus zapatos, pero habiéndolos primero lamido y dejado limpio la piel de los mismos. Cuando estuvo desnuda la hizo ayudarse a vestirse con una blusa blanca y una falda tubo negra. La hizo ayudar a calzarse.

Nora, una suegra inolvidable

El contacto de una verga endurecida sobre su cuerpo acabó por derribar su inhibición y acabó con sus defensas morales, que la llevó a apretarse más al cuerpo de Marcelo. Además, respondiendo a un impulso impensado e incontenible, con un rápido movimiento de cuerpo logró que el pene de Marcelo se ubicara próximo a su vértice vaginal. Ante esa evidencia

Maricela, la madura

Me acosté en su cama y ella invertidamente comenzó a cabalgarme, sus movimientos eran como una licuadora me hacía gritar de lo bien que devoraba mi verga con su coño, yo mientras le daba de nalgadas y agarraba sus manos para enterrarle mejor mi verga

El club de la lujuria

Alba se agachó delante de Adela y comenzó a lamerle el coño, Felisa se agachó detrás, le abrió las nalgas y le lamió el ojete, Carmen y Dolores se encargaron de una teta cada una y magreando y mamando, Carmen le besaba y le lamía el cuello

Mi hijo y mi vecina Sandra

Era inútil negar la realidad, desde luego había disfrutado bastante, y así se lo dije, mi hijo siguió acariciándome y me tumbó en la cama, yo viendo sus intenciones le pregunté: –¿Después de lo que has hecho con la vecina aún te queda leche para tu madre? –Para ti siempre tendré leche –me contestó. Siguió acariciándome las tetas, en esos

La tía que nunca vi

En ese momento su cara cambió, ya no se veía jovial y fresca sino perversa y caliente, nos quedamos varios segundos en silencio mirándonos todo menos nuestras caras, yo me acerqué y la empecé a besar la rodee con mis brazos tocándole sus nalgas deliciosas sobre su pijama

El morbo por el culo de doña Felisa fue mi perdición (2)

Me senté en la silla erótica bien abierto de piernas de modo que mis cojones y la verga quedaron colgando a disposición de Felisa quien sin pérdida de tiempo dio manos a la obra. Arrodillada frente a mí, comenzó a trabajar con sus manos y la boca. Mientras me acariciaba los testículos, con su lengua comenzó a lamerme el falo

Blanca la tetona, separada y caliente

Me dice —Me gusta coger, me gusta que jueguen conmigo, que me exciten, que me toquen, me gusta sentir como me aprietan mis tetas, como las chupan, las manosean, me gusta sentirme un objeto sexual, me gusta sentir como me mojo y gotean de mi vagina mis jugos, soy muy sensible y siempre que me dedean tengo orgasmos abundantes. Terminaba

El morbo por el culo de doña Felisa fue mi perdición

La puse boca abajo y empecé mi faena. Primero pasé mis manos por toda la superficie acariciándole, luego chupé y lamí ese portento de culo, para terminar abriéndole los cachetes y pasar mi lengua por toda la raja y chuparle el agujero. Felisa no esperaba esto último y cuando sintió mi succión dio un brinco de sorpresa y me animó

Confesiones íntimas de una suegra revindicada sexualmente

Casi se me paraliza el corazón cuando la tuve adentro, me moría de la emoción y del goce. Parecía latir dentro mío produciéndome un placer tan intenso que no quería que acabase. Lo cabalgué en repetidas oportunidades para sentir esa picha entrando dentro de mí una y otra vez. Yo no quería que eso acabara rápido porque tal era el

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