InicioGrandes Relatos
Grandes RelatosG
Los mejores relatos eróticos porno de gran extensión, grandes relatos de sexo, amor, deseo, pasión, romanticismo.
RELATO DESTACADO
Grandes Relatos - Pág. 11
Grandes Relatos
Infiel por mi culpa. Puta por obligación (15)
—Vamos Cami, amigo mío. No le pares bolas a esos comentarios. –Fue la respuesta de Eduardo hacia mis dudas cuando le comenté lo que había escuchado. – ¡Ni siquiera sabes con certeza, que se trate de tu esposa! Puede que tenga en la mira a otra mujer. No necesita esforzarse demasiado, le caen del cielo las mujeres con solo...
Grandes Relatos
Infiel por mi culpa. Puta por obligación (14)
—Debo reconocer que me sorprendió tu llegada y que me sentí rara, confundida por primera vez en muchos años a tu lado. Fue momentáneo pero me sentí ridículamente extraña. Un tanto asediada, como perseguida y no liberada. Quizás en otro momento de nuestra vida, la sensación hubiera sido diferente y me alegraría verte allí buscándome. ¡Tan pendiente de mí,...
Grandes Relatos
Infiel por mi culpa. Puta por obligación (13)
—Melissa… Te pe… –Dudo, lo que dura un suspiro. – ¡Mariana, te pido que por favor te levantes! No demos más espectáculo a estas personas. Vamos a sentarnos y tú con tranquilidad me vas a contar lo que quieras… Lo que tú creas que yo debo escuchar. —Y con firmeza la tomo por debajo de sus hombros y la...
Grandes Relatos
Infiel por mi culpa. Puta por obligación (12)
12. Cuando dos palabras… ¿Bastan?
— ¡Pufff, me costó un poco pero lo logré! Tu botella de ron ya está enfriándose en el refrigerador y pues además, estas cuatro cervezas nos han salido gratis, pues su valor fue a parar directamente en la cuenta de aquellos tres galanes. ¡Jijiji! —Riéndome disimulada, con mi mano derecha cubriéndome la boca, le hago...
Grandes Relatos
Infiel por mi culpa. Puta por obligación (11)
11. ¿Serendipia? o ¿Catástrofe?
— ¿Así que por eso fue todo? Un resarcimiento por… ¿Haber aceptado que empezaras a trabajar? —Le respondo cuestionándola y me echo de nuevo hacia atrás en la silla, llevando a mi boca el envase de cerveza para beber dos rápidos sorbos, como si la sed los persiguiera sin piedad.
— ¡Sí, en parte! Pero es que...
Grandes Relatos
Infiel por mi culpa. Puta por obligación (10)
Debo admitir que verla con esa actitud tan resuelta, tomando decisiones sin contar conmigo, me recordó a la mujer que convivió junto a mí los últimos meses, generando en mi interior un conflicto de sentimientos y sensaciones diversas que tenía que saber disimular y contener.
— ¿¡Pero qué estupideces estas diciendo, Melissa!? Para más líos, mejor quedarme con el que...
Grandes Relatos
Infiel por mi culpa. Puta por obligación (9)
12: 57 P.M. 31.5° Celsius y 64% de humedad. Qué día tan diferente, tan especial. ¡Ni muy nublado ni completamente despejado! Mi esposo da los últimos mordiscos al crocante patacón y en mi plato reposan los restos espinados del «Piska kora» bien asado con el que Kayra me sorprendió. Arroz con coco, papitas fritas y patacones, complementaron su excelente...
Grandes Relatos
Infiel por mi culpa. Puta por obligación (8)
—Y bien, ¿por dónde andábamos? —Le pregunto a Mariana, instándola a continuar con sus explicaciones, pero no me responde de inmediato. Se mantiene allí de pie mirando hacia la casa, pensativa.
— ¿Ehhh? ¿Qué dijiste? —Me contesta después de unos segundos, abriendo mucho sus ojos dándome a entender que efectivamente, Mariana se había apartado de este momento dentro de sí...
Grandes Relatos
Infiel por mi culpa. Puta por obligación (7)
7. Buenas razones.
— ¿Y entonces después de todo, ahora vienes a restregármelo en la cara? —La enfrento aparentando tener confianza pero por ahora carezco de ella, pues estoy muy nervioso y obviamente arrepentido por lo sucedido. Mariana incluso da un paso hacia atrás, ya que con seguridad he colocado mi pose de pitufo gruñón, cruzado de brazos y ceño...
Grandes Relatos
Infiel por mi culpa. Puta por obligación (6)
Tres verdades.
Han transcurrido unos pocos minutos y yo sigo aquí, sentada de medio lado con las rodillas juntas y mis manos sobre ellas. Mi esposo ha terminado el desayuno y ahora me da la espalda nuevamente. En la cocina enjabona, refriega y enjuaga, en un silencio casi funerario, tan solo opacado por el chirriante cotorreo de una bandada de...