Después de haber tenido sexo salvaje con mi mujer, nos estábamos separando. Y después de que mi querida cuñada nos viera juntos y su hermana le confirmara lo que estábamos haciendo.
El lio que yo tuve, no lo puedo explicar con palabras, es que es difícil de explicar porque me acosté con mi ex mujer o mi mujer ya que no estábamos separados legalmente, Mara me llamo de todo, incluso llego a darme una cachetada, encima mi explicación no le gusto y me llamo cerdo por quererme acostar con las dos hermanas.
Carlos: Lo que paso es que nos juntamos anoche a hablar sobre nuestro matrimonio y futuro, y después de pelear y pelear terminamos en la cama teniendo sexo. Lo normal cuando uno se separa así.
Lo que yo había querido decirle a Mara es que su hermana y yo todavía teníamos sentimientos el uno por el otro, pero no le convencí y salió dando un portazo.
Claro que yo estuve diez días queriendo comunicarme con Mara y con Vanina, y ninguna me contestaba. Y hasta cierto punto era lógico, con quien si puede comunicarme fue con mi suegra, que me dijo que ambas estaban bien, aunque un poco confundidas con lo que estaba pasando y sus sentimientos al respecto, note que la vieja me estaba apoyando y no sé si era mi imaginación o una retorcida mente que tenía yo creo que ella me estaba incitando que avanzara con las dos. Es más, me dijo que tarde o temprano Vanina hablaría conmigo para aclarar las cosas, en cuanto a Mara me dijo que podía ir al turno medico de control que tenía en dos días con su obstetra.
Hice mi vida normal, y el jueves fui a la clínica. Por el pasillo pude ver a Mara esperando ser atendida por su médico, no me acerque y espere. Cuando efectivamente la llamaron para entrar al consultorio me apresure y entre con ella. Al verme se sorprendió, y vi una pequeña sonrisa en su boca. Que se le pasó a los segundos, volviendo a su cara seria que tenía antes de verme.
Doctor: Ha venido el papá, que suerte que puedo llegar.
Carlos: Si Doctor, mi hijo es algo muy importante para nosotros.- Ella no dijo nada, pero miro de costado, con una cara sorprendida o de confianza.
El doctor la reviso, reviso él bebe con un ultrasonido. Donde escucho los latidos de su corazón, me hizo poner la mano en la panza, ahí nuestras miradas se cruzaron por unos segundos, y no es para menos era un momento emocionante para ambos. Después hizo la ecografía, donde nos tomamos de la mano mientras el doctor hablaba y nos explicaba que todo estaba bien.
Salimos del consultorio contentos, tomados del brazo. Mientras caminábamos por el pasillo ella pareció recordar que estaba enojada conmigo y se separó, y se despidió de mí. Cosa que no permití, y la volví a tomar del brazo.
Carlos: Vamos a tomar un café y hablamos.- se quiso separar de mí, y no se lo permití de nuevo.
Mara: No tomo café por mi estado, y no quiero hablar contigo, por lo menos por ahora.
Carlos: Te tomas un puto té de manzanillas y te tranquilizas y hablamos como adultos.- le dije sin soltarla del brazo, cosa que se dejó hacer.
Fuimos a una cafetería cercana. Ella parecía enojada.
Mara: Mira Carlos, agradezco que hallas venido, se que quieres hacerte cargo de este bebe, y lo acepto, va a necesitar un padre, pero creo que nosotros no- respiro profundamente, creo que hizo una pausa para no llorar.- digo no está bien que estemos juntos, tu amas a mi hermana y yo no quiero ser la segunda o que estés conmigo solo por el niño.
Carlos: Te voy a ser totalmente sincero, yo amo a tu hermana, y la verdad que si estoy con ella nuevamente lo más probable es que terminemos haciéndolo, ya que hay sentimiento entre los dos.- una lagrima rodo por su mejilla.- En cuanto a ti, siempre pensé que eras una bruja, y lo sigo pensando.- Me miro sorprendida de lo que decía.- Pero creo que también me he enamorado de esta bruja, y tengo sentimientos hacia ti, por lo tanto no puedo asegurarte que si nos quedamos solos no intente llevarte a la cama, porque aunque lo niegues tú también sientes algo por mí.
Ella respiro profundamente, me miro a mí, y luego a sus manos que estaban sobre su incipiente panza de embarazada. Hubo unos minutos de silencio donde parecía que estaba evaluando lo que le acaba de decir con una brutal sinceridad.
Mara: Así que piensas que soy una bruja.
Carlos: Si, una muy sexy y buena. Y a la que quiero.
Ella no dijo nada, solamente me miro con una mirada rara, como estudiándome, o intentando mirar en mi interior. No paso nada más y la lleve a su casa, pese a sus negativas. Esto era una cosa que había cambiado, se hacía lo que yo decía, si querías bien y sino también. Ya en el auto empezamos a hablar del bebe, de su madre y de algunos asuntos de su trabajo. Fue agradable la conversación y no se veía enfado o algún malestar en ella.
Al llegar a casa de su madre pase a saludar a mi suegra, o ex suegra. No estaba, había salido.
Seguimos hablando con Mara de todo un poco por un rato, sin embargo, nuestras conversaciones eran cada vez más intrascendentes, nos mirábamos y ella coqueteaba conmigo, pero sin dejarme avanzar. Ambos sentados en los sillones, uno al lado del otro seguíamos hablando, en un momento dado le puse mi mano en su rodilla, y seguí como si nada, ella sonreía y me hablaba de su amiga, de su trabajo y como iba hacer cuando avanzara más el embarazo, yo movía mi mano rozando su pierna, sin ir muy lejos, sin meterme bajo su falda, solamente jugando de un lado hacia el otro, hasta que fui al interior de su muslo y ella se sobresaltó y me saco la mano, se levantó.
Mara: Quieres agua, yo tengo mucha sed.- Afirme con la cabeza con una sonrisa.
Ella estaba en la mesada sirviendo los vasos de agua, pero de reojo me vio que yo iba tras de ella, apenas llegue la abrace por detrás, besando su cuello, masajeando con una mano su creciente panza y con la otra acariciando su pierna. Ella solamente llevo su cabeza hacia atrás para darle lugar a mi boca, yo me pegué como una lapa a su cuello, mientras que mi mano subía por su falda hasta su vagina, y como ya me imaginaba yo ella estaba mojada, con mi mano empecé a frotar su vagina todo lo largo, desde su ano hasta su clítoris una y otra vez.
Mi calentura estaba por las nubes, la empuje un poco y la hice inclinarse y sacar culo, yo me agache y me metí bajo su falda, saque el tanga y apunte a mi objetivo su vulva y ano, ataque sin piedad, chupando y usando mi lengua en toda la zona.
Mara: Que me has hecho cabrón, que me has hecho que estoy todo el día caliente, y pensando en ti.
Carlos: Aparte de cogerte y preñarte, no se.
Me quiso responder pero metí mi lengua lo más profundo que pude en su vagina, para luego hacer lo mismo con su ano, que estaba mucho más cerrado, pero por ello no desatendí la vagina, la cual penetre con mis dedos.
No paraba de salir flujos y tubo un orgasmo, no tan fuerte pero lo suficiente para darme a mi tiempo a pararme levante su pierna y la puse sobre la mesada para después penetrarla muy firmemente su vagina estaba muy lubricada lo que ayudo muchísimo y empecé un ritmo diabólico, tenía más de diez días de abstinencia, mis embestidas eran fuertes y profundas cosa que a ella le encantaba, no duramos muchos un par de minutos después empezó a acabar cosa que me arrastro a mi al orgasmo que fue muy abundante.
Mara: Ha sido muy fuerte esto.
La tuve que sostener por que le fallaron las piernas. La alce en mis brazos y la llevé al sillón, volví para limpiar mi semen del piso y recoger su tanga. Cuando volví a la sala ella seguía en la misma posición que la había dejado, similar a la fetal, con su falda levantada y sus agujeros expuestos, veía mi semen salir de la vagina y correr por su raja y pasar por su rosado ano.
La vista para mí fue demasiado fuerte y sin más mi pene estaba como el asta de la bandera. Arrime mi pene a su ano cosa que ella lo saco, un chirlo fuerte contra su nalga y un beso bastante posesivo, e intente de nuevo, costo, pero de a poco logre penetrarla sin dejar de estimularla, los pechos, las nalgas, besarla. Hasta que logre que entrara toda.
Mara: Hay puto, siempre logras rompérmelo, ahora no pares.
El ano de mi cuñada es espectacular, como tiene poco uso, es muy apretado y hay que abrirlo siempre, es realmente placentero hacerlo. Yo embestía una y otra vez, bien profundo, bien fuerte, realmente muy placentero para ambos, fue una enculada salvaje ella acabo dos veces, la segunda prácticamente aulló y termino mordiendo el almohadón del sillón, yo ante semejante espectáculo le rellene sus tripas con mi simiente. Acabamos justos porque escuchamos el auto de mi suegra entrar, cosa que nos apuró para acomodarnos a los dos.
Corrimos para todos lados mi cuñada se acodaba la ropa y el pelo, yo me acomodaba todo, limpie un poco el sillón como pude y puse un par de almohadones para que no se viera la evidencia, abrimos las ventanas porque olía a sexo. Menos mal que mi suegra se entretuvo un momento con la vecina, pero después entro. La madre de las gemelas era una vieja zorra, se dio cuenta de todo al instante, hizo una sonrisa de lado y continúo como si nada. Se fue y se cambió los zapatos por un calzado cómodo y tomo un café con nosotros.
Hablamos de la visita al médico, del bebe y de todo un poco, pero normal y casual, tanto como si fuera normal que yo me acostara con sus dos hijas y embarazara a una.
Ya había pasado un mes y medio del incidente de sexo con mi mujer. Y mi suerte había cambiado bastante, en mi trabajo recibí un inesperado ascenso, con el correspondiente aumento de sueldo. Con Mara la cosa iba más que bien, si bien no habíamos hablado de nuestra relación, prácticamente hacíamos vida de novios. Teníamos sexo cada vez que podíamos, nos veíamos casi todos los días, almorzábamos o cenábamos juntos, se quedaba a dormir de vez en cuando y yo iba a su casa a visitarla. El embarazo iba muy bien, había entrado en su semana 19, ya tenía una panza considerable y no tenía prácticamente molestias.
En ese tiempo no es que no haya pensado en mi esposa, si sabia por mi suegra que estaba muy confundida, y había tenido que ir a un psicólogo. En verdad no tenía nada claro nuestra relación, y menos después de haber tenido sexo en mi casa. Ella estaba decidida a divorciarse hasta ese momento y ahora no tenía las cosas nada claras. Pensando en todo esto, en mi nueva oficina, me habían dando una pequeña, pero era muchísimo mejor que mi cubículo de antes. Parece que la hubiera atraído con él pensamiento, mi teléfono sonó y era ella.
Vanina: Carlos tenemos que hablar, ¿puedes hoy?
Carlos: Claro que si, tú dime donde.
Vanina: no sé, tu casa tal vez, debemos hablar mucho y de cosas muy serias.
Carlos: No hay problema.
Como no quería tener problemas llame a mi cuñadita y le dije, no vaya a ser cosa que se presentara en mi casa cuando estaba con su hermana. Cuando me escucho que me iba a juntar con Vanina a hablar, ella hizo una pausa y respondió muy tranquila.
Mara: Tranquilo se que este día llegaría, y sé que debo aceptar que se reúnan y resuelvan su situación. Aparte sé que ella tiene mucho por decir y que la está pasando muy mal.
Carlos: ¿Por que dices eso, acaso tu sabes algo?
Mara: Cariño somos hermanas, y gemelas. Yo puedo sentir su angustia, y todo su pesar, aunque estemos separadas a mí me duele porque la amo a pesar de todo. Aparte tengo mis sospechas, pero eso es mejor que lo hablen entre ustedes y aclaren todo.- Intente hablar, pero me corto- Pase lo que pase con mi hermana quiero que sepas que eres un gran hombre, y serás un gran padre, y que yo te amo. Te mando un beso grande después hablamos.
La sentía tranquila, aunque expectante. Todo era muy raro, ya que ella sabía de mi sentimiento hacia ambas hermanas, y sabía que probablemente yo iba a intentar acostarme con mi esposa. Pero desde que empezó todo esto yo voy decidido a aceptar lo que pase, digo la verdad y soy lo más sincero que puedo y me la juego.
Ella llego sobre las 22, venia hermosa, con un vestido bastante sobrio, pero le quedaba como un guante, la veía nerviosa o asustada, y en su mirada se veía los ojos brillosos. La salude normalmente con un beso en su mejilla, y la invite a cenar como para romper el hielo y que se relajara, le dije que después hablaríamos más cómodamente, ella no alcanzo a responder ya que la tome del brazo y la lleve al comedor. Había hecho su comida favorita, pollo con salsa blanca acompañado de papas. Yo tenía preparada toda la artillería esperando que todo esto saliera con un resultado positivo. Comimos y la charla fue casual y distendida.
Cuando terminamos de comer pasamos al living, note su creciente nerviosismo. Le serví un vodka con jugo de naranja que sé que le gusta y yo me hice otro, primero me dijo que no, pero cuando me di cuenta se lo había bajado todo. Le serví otro la conocía demasiado y sabía que le costaba lo que tenía para decirme.
Vanina: Esto es complicado y difícil. No sé ni como llegamos a esto, ni todo lo que tuvimos que pasar. Se que estas con mi hermana y tienen una relación, y aunque me duela lo respeto y sé que también lo haces por el bebe y porque sientes algo por ella. – Tomo su trago y de un sorbo se tomó más de la mitad.- He intentado estar con otros hombres y no he podido. Y después de lo que paso con nosotros la última vez no puedo sacarte de la cabeza.
Carlos: Si te entiendo a mi me pasa algo parecido contigo.
Vanina: Esto me supera y he tenido que ir a un psicólogo para que se ordenen las ideas, yo quiero a mi hermana y no quiero hacerle daño, ni que ella sufra, a ti te amo y no puedo dejarte ir. Por lo tanto prefiero compartirte con mi hermana, y tener un esposo y padre para mi hijo que estar sola y amargada como hasta ahora.- me quede sorprendido y mi cara debió de ser un poema.- Si estoy embarazada, de un mes y medio.
Carlos: Pero como se yo que es mío, y no de tu amigo.- Fue lo primero que se me cruzo por la cabeza.
Vanina: Siempre que tenido relaciones han usado preservativo, aparte había tenido mi periodo y después de eso el único con el que he estado has sido tú.
No podía procesar todo esto correctamente, me tomé el vodka como si fuera agua, y me fui a preparar otro. Si había fantaseado estar con las dos, lo que no tenía en mente era lo de embarazar a mi mujer.
Vanina: Para mi todo esto es mucho, pero tuve que aceptarlo y es la única solución que nos beneficie a todos, es la solución que encontramos.- la mire extrañado “encontramos”.- Si hoy hable con Mara, y me dijo que le habías avisado que venía, charlamos largo y tendido, establecimos ciertas reglas por si tú aceptabas. También vengo hablando hace tiempo con mamá, y ella desde un principio me ha dicho que la solución al problema es compartirte con mi hermana, que al ser gemelas siempre vamos a tener el problema de que nos guste el mismo hombre. Y lo estado charlando mucho en terapia y me he dado cuenta que tiene razón, por eso mamá me ha ayudado a convencer a Mara.
Yo pensaba que estaban jugando mi juego y me di cuenta que tal vez era un títere en el juego de alguien más. De mi suegra, aunque tal vez era lo que quería y ella me allano el camino. Estaba pensando en todo esto mirando a la nada sentado en el sillón, cuando mi mujer se sentó al lado mío, me tomo de la mano.
Vanina: Se que es mucho para procesar, y entiendo si no quieres. Esta solución es poco convencional, pero.
No la deje terminar la traje hacia mi y la empecé a besar intentando demostrarle todo mi amor. La verdad es que amaba a las dos hermanas y no quería separarme de ninguna de ellas. No parábamos en ningún momento de besarnos, era como si queríamos recuperar los besos que no nos dimos en este tiempo. La acosté en el sofá y como estábamos corrí su tanga, baje un poco mi pantalón y la penetre.
Ella estaba deseosa y me recibió muy cálidamente, seguíamos vestidos, ella con el vestido un poco levantado su tanga corrida y yo arriba embistiéndola sin dejar de besarla, mis manos apretaban sus pechos, corrían hacia sus nalgas y las estrujaban, cuando note que estaba cerca del orgasmos, baje su escote y me metí un pezón en la boca y lo chupe mientras acababa yo tarde muy poco, nos quedamos en la misma posición yo adentro de ella.
Y tanto a ella como a su hermana no las deje ir más de mi vida.
Epilogo:
Tras una intensa charla con mi suegrita me conto todo, y que ella había planeado que hiciéramos una pareja de a tres y para ello uso el problema inicial que habíamos tenido. Me aclaro que no me podía quejar ya que yo era el más beneficiado de todo esto.
En cuanto a mis mujeres, apenas nos sentamos establecimos reglas de convivencia, diagramamos programas, nos mudamos a una casa más grande, y con más habitaciones, pensando en los bebes que venían en camino, al final cuando nacieron los dos varoncitos ellas mismas me obligaron a hacer las pruebas de ADN, me dijeron que eran para sacar cualquier tipo de dudas entre nosotros, 99,99% de coincidencia con los dos.
Cuando nos mudamos compramos todos los muebles nuevos, teníamos tres buenos sueldo, así que la plata no fue problema. Ahí yo aproveche para tirar la idea que podíamos comprar una cama más grande, para poder dormir los tres o maniobrar mejor. La cara de las dos fue de película de terror, me llamaron de todo, y que más vale que se me quitaran las cerdadas de la cabeza, cada una tendría su cuarto y que no habría ningún trío que ellas no eran lesbianas.
El sexo fue espectacular y más mientras estaban embarazadas, tenían las hormonas alborotadas, lo bueno es que tenían diferentes fechas de parto, por lo tanto, cuando una no podía lo hacía con la otra y al revés. Desde un primer momento cada vez que lo hacía con una la otra en el cuarto contiguo se masturbaba y generalmente amanecían de mal humor. Cosa que me cabreaba a mí.
Todo esto se acabó después de tener el primer hijo, el de Mara. Estábamos con esta teniendo una buena ración de sexo y escachábamos a Vanina masturbarse, Mara acabo estrepitosamente y yo me quedé con la verga dura, me fui al cuarto donde Vanina se estaba masturbando con un pequeño consolador, prendí la luz, la levante ante su sorpresa, la puse en cuatro, dejando su panza de ocho meses colgando. La penetre hasta el fondo por su vagina, la saque impregnada de sus jugos y la penetre analmente, cosa que pego un grito impresionante. De ahí fue una rotura de culo monumental, acabamos a los pocos segundos y cuando miramos hacia la puerta estaba Mara que también había acabado haciéndose un dedo mirándonos.
Después de eso las dos por la mañana estaban de un humor increíble, es más hasta más compinches parecían las hermanas y se hizo habitual que cada una miraran, pero no se atrevían a más, y en cada indirecta que yo hacía a que participaran se cortaba todo y yo estaba castigado por un par de días. Aunque el sexo había bajado de intensidad después de los embarazos y había veces en que alguna no quería participar en plan mirona. El sexo seguía siendo bueno.
Todo esto cambio como un año y medio después del nacimiento de mis hijos, para mi cumpleaños decidimos salir a cenar y bailar los tres, dejando a mis hijos al cuidado de mi suegra. Fue una noche espectacular, volvimos bastante perjudicados por el alcohol, las chicas estaban desinhibidas y muy desatadas. En un momento dado nos fuimos a la habitación y yo las besaba alternadamente y ninguna de las dos se iba, habíamos puesto música, bailábamos y nos besábamos. En un momento dado me bajaron el pantalón y empezaron a hacerme una mamada a dos bocas, fue sublime.
En un momento de la noche Mara se sentó en mi cara y Vanina en mi verga y ambas me cabalgaban y acababan al instante. El clima era muy caliente, nuestra excitación estaba por las nubes. Fue una noche con mucho sexo.
A la mañana siguiente la cosa estaba mejor que nunca el clima con la dos hermanas era de mucha complicidad, me dijeron que solo había sido un regalo de cumpleaños, que no me entusiasme, no se iba a volver a repetir. Al mes de esto ambas me anunciaron que estaban embarazadas, las dos al mismo tiempo, así que vaya nochecita. Ya en el embarazo se le volvieron a revolucionar las hormonas y los tres dormimos en la misma cama permanentemente y los tríos fueron casi constantes.
Bueno así es mi vida ahora, al final la vida me sonrió y tuve mucha suerte.