Un baile sensual

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El ambiente del lugar lleno con una melodía de un Sax romántico, la luz baja en un tono cálido, apenas iluminando el lugar, un baile despacio, disfrutando de la noche, sin presiones ni tiempos, abrazados, dejándose llevar por el ritmo.

Pegados, bailando suave, mirándole de cerca, él tomándole de una mano y rodeando su cintura con la otra.

Ella va en un vestido rojo satinado, con el cabello suelto y sus hombros, el ritmo y el ambiente los acerca cada vez más. Se acerca a su hombro y huele un suave perfume dulce, un toque floral mezclado con frutas.

Acariciando su espalda; sentía la piel bajo sus dedos, bajando a su cintura y posando las manos, acompañaba el movimiento de su cadera, colocando un suave beso en el cuello, justo bajo su oreja.

Besando un par de veces más, bajando por el cuello al inicio del hombro, ella cierra los ojos y suspira; mientras se mantienen juntos.

Sus manos vuelven a subir, esta vez por los costados, siguiendo la figura de su cuerpo, se detiene en la espalda y él la observa a los ojos con una sonrisa sutil.

A lo cual ella le devuelve la sonrisa, él lo nota y toma el cierre de su vestido, jalándolo lenta y suavemente hacia abajo, abriéndolo. Se afloja la tela, pero se mantiene en su lugar con los tirantes aún en los hombros de ella. Él sube ambas manos y mueve los tirantes hacia un lado, haciendo que bajen por los brazos. El vestido cae poco a poco, revelando que ella va sin sostén.

El vestido cae totalmente al piso, su cuerpo descubierto frente a él. Comienza a pasear mis manos sobre su piel, recorriendo cada centímetro, dibujándola con los dedos y estimulando los vellos de la piel al acariciarla suavemente. La luz apenas ilumina la silueta de ambos, resaltando las curvas de ella, volviéndolo un ambiente sensual.

La música no se detiene y las caricias tampoco. Él nota cómo su cuerpo reacciona a ellas, se le eriza la piel, la respiración de ambos se acelera, ella cierra un poco los ojos; dejándose llevar.

Él comienza a ser más atrevido, acariciándole las costillas, los muslos, el vientre, subiendo hacia el pecho.

Las manos de él se posan sobre los pechos suaves y cálidos, sintiendo su calor firmeza y los pezones endureciéndose al roce. Ella se acerca y coloca un beso suave en la boca de él

Sus bocas se juntan, comenzando una danza entre sus lenguas, enredándose y probando un beso pasional. Él aprieta un poco las manos, acariciando y sujetando con firmeza sus pechos. Sin dejar de besarse, comienzan a recostarse. La luz nos ilumina el camino y el deseo se siente en el aire

Cuando él comienza a abrirse la camisa, ella aprovecha para acariciar sus brazos, usando las uñas; ella araña con deseo su pecho y espalda, terminando por soltar su cinturón.

Observan sus miradas, que se van transformando con las caricias y los besos, cada segundo el deseo aumenta y sienten sus caricias por todo el cuerpo.

Él se coloca entre las suaves piernas de ella, tomando su pantaleta por los costados, tirando de ella, bajando por las piernas, acariciando su piel con la yema de los dedos, disfrutando verla totalmente desnuda.

Sienten el calor de sus cuerpos juntos, él nota su pecho subiendo y bajando; acelerado por la respiración incontrolable que causa la situación, los ojos de ella no dejan de seguirlo, él ya no puede contenerse más…

Tomando su bóxer por el resorte, lo retira totalmente, quedando iguales, desnudos y expuestos, la piel se roza en ocasiones y suaves descargas se sienten entre los cuerpos de ambos, desatando un deseo intenso por sentirse más cerca.

En un movimiento, él toma sus manos por las muñecas y las sube sobre su cabeza, mientras que con la rodilla comienza a separarle las piernas cada vez más, acercando su pelvis a ella.

Sin dejar de observar, él sonríe y asiente, esperando una respuesta de ella…

Ella sonríe en respuesta mordiéndose el labio inferior, deseando hacer eterno ese momento.

Entiende la señal, le besa el cuello con fuerza, mientras sus cuerpos se pegan totalmente, suave y con decisión, él presiona su miembro hacia dentro, abriéndose paso poco a poco

Un suave gemido de ella se escucha en la habitación, solamente opacado por la música al fondo. El cuerpo de ella, se estremece al sentirlo dentro, mientras sus respiraciones se unen al compás del movimiento. Al fin se sienten fundidos en uno solo.

Por un segundo se detiene al saberse totalmente dentro de ella, disfrutando la sensación de su piel pegada a él, notando tus pechos presionados con el suyo, ella lo rodea con sus piernas en un abrazo pasional y comienzan a bailar juntos nuevamente, el mismo ritmo suave y relajado, sus cuerpos guiados por la música que les marca el compás y la luz tenue dejando entrever los gestos de placer que cada uno hace.

Con cada movimiento, un suave gemido sale de la boca de ella, mostrando cómo lo disfruta. Él poco a poco acelera los movimientos, buscando entrar un más profundo en ella.

La sutileza se va quedando atrás, el deseo y placer inunda sus cuerpos y mentes, ambos se mueven más rápido, mientras los sexos se unen, los pechos de ella moviéndose al ritmo de cada embestida que él da.

Ella escucha la respiración agitada de él ahogándose en sus gemidos más fuertes, él le suelta las manos y recorre su cuerpo, estimulando cada posible sensación.

Toma sus brazos y se inclina hacia atrás, levantando su cuerpo, quedando él acostado y ella encima, mientras siguen con su baile sexual.

Ahora ella controla la profundidad y el ritmo del baile, mientras él siente cómo sus piernas se humedecen a causa de los jugos que salen de ella. Comienza a moverse de adelante hacia atrás, despacio, se inclina para besarlo, mientras las manos de él, le acarician la espalda y la otra entra por debajo para darle doble placer.

Húmeda, caliente y deliciosa, él disfruta ver el deseo y la pasión en su mirada. Sentir sus manos calientes en la piel y su miembro dentro de ella.

Ella baja a su cuello, succiona la piel, al mismo tiempo lo besa, levantándose un poco para colocarle los senos en la boca y que los disfrute.

La sensación es exquisita, mordiendo, suave, disfrutando entre ellos. Él se incorpora, apoyándose en su pecho. Acompañándola en un viaje de placer.

Le ayuda a moverse con las manos en su cadera, acompañando cada movimiento, cada embestida.

Es una sensación muy rica y agradable, el movimiento los guía y ambos disfrutan de cada sensación y estímulo que reciben, comenzando a incrementar el placer.

Ninguno se detiene y continúan bailando entre las sombras; ella arquea la espalda y continúa montándolo. Están en el clímax y al escucharla gemir sin control, libera el su cuerpo, llegando a un orgasmo que inunda sus cuerpos.

A ambos les llena una sensación de placer y alivio en todo el cuerpo, mientras termina dentro de ella. Extasiados se acuestan juntos, relajando el cuerpo y la respiración.

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