Era mi primera semana estrenada como mujer trans, este último mes había pasado muy rápido, tan rápido como todo lo que había vivido que nunca me imaginé que sería parte de mi historia. Como les contaba, soy una chica trans, mido 1.82 m y en mi primer mes pasé de tener novia y jugar fútbol, a ser compartida ahora con Diego, un chico hermoso que quería que fuera su novia.
Estaba en un nuevo régimen de ejercicio y dieta para moldear mi cuerpo de chico deportista, a mujer fit, alta, con piernas largas, definidas y musculosas, y un culo que todos se querían comer. Había dejado que mi novia me convierta en cornudo, tuve mi primera experiencia gay, chupándole la verga a Diego en una fiesta en el departamento de mi novia, y este último fin de semana, ese mismo chico me quitó la virginidad mientras estaba convertida en mujer de pies a cabeza por mi propia novia y sus amigas, definitivamente no era el verano que tenía planificado 5 semanas atrás.
Los días seguidos a la noche en que me entregué como mujer a Diego, no tuve mayor contacto con mi novia. Esos días el trabajo me mantenía ocupado, aunque cada momento que podía, no dejaba de pensar y revivir cada instante que pasé con Diego, casi no pensaba en mi relación con Tania, era muy raro.
A mitad de semana estábamos mirando televisión en la noche, Tania fue al cuarto y al minuto me llama, estaba en la cama vestida con un body negro/transparente con tul y encaje, muy apretado y que contenía sus hermosos pechos que querían salirse del conjunto, y por atrás le entraba en su raja desde arriba de sus caderas, dejando esas nalgas grandes al aire libre. Mi paquetito se puso durísimo y la excitación me llenaba, me tiré encima de ella y la empecé a besar, me desnudé muy rápido, la abrí de piernas en posición misionero y le metí mi herramienta.
Comencé a follar a mi novia y ella empezó a gemir de placer como siempre cuando le hacía el amor. De pronto cerré los ojos y dejé que el morbo se apoderara de mí, empecé a oír mis gemidos de placer en los de ella, veía a Diego desde la misma posición en la que estaba Tania, pero él follándome, comencé a hacer ruidos como él y me dejé llevar.
Cogí a Tania y le di la vuelta poniéndola en 4, la estaba follando con furia y ella gritaba de placer. Mientras tanto seguía con mis ojos cerrados e imaginaba que era Diego follándome, en efecto, estaba loca, jajaja, pero mientras más dejaba mi mente volar, más sentido tenía todo para mí. Por momentos abría los ojos y veía el culo redondo de Tania y me imaginaba que así de rico se vería mi culo cuando me follaba Diego.
Lo sé, estaba loca, pero estaba gozando mi locura, en eso estoy segura que mi novia debió haberse fijado de que tenía los ojos cerrados en el espejo y se movió abruptamente, se dio la vuelta sentándose en la cama con cólera en el rostro
-¿Qué te pasa? ¿estás pensando en Diego?
No sabía que decirle, me encontraba en un estado de excitación intensa
-¿eso es lo que está pasando? ¿eres una marica a tiempo completo ahora?
Sus palabras hacían que mi erección se mantuviera al 100%, me excitaba lo que me decía, ella me miró a los ojos, respiró profundo y se volvió a echar en la cama abriendo sus piernas.
-cierra los ojos marica de mierda, no quiero que me mires
Obedecí y dejé que me vuelva a colocar en su chochito para seguir follando.
T: así Diego, fóllame, aaggh, necesito un hombre de verdad que me haga sentir como una mujer, aaggh, así, así, folla a tu marica
Todo esto me tenía al borde de la locura, en eso Tania me movió y se dio la vuelta, se puso en 4 otra vez y levanto su cola
T: folla mi culo Diego, folla este culazo ya que no tengo vagina como las mujeres, folla a tu marica, ¡dame como a una perra!
Le metí mi paquete hasta el fondo cerré los ojos y empecé a vivir un estado de placer único, sentía que Diego me estaba follando, dejaba que los gemidos y gritos de Tania hablaran por mí, mientras que a la vez me imaginaba que era Diego quien me estaba follando, estaba mal de la cabeza, pero gozando como nunca. Tania comenzó a sobar su concha con su mano,
T: ¡¡así Diego, sigue, aaghh, que placer, aagghh!! ¡qué placer me das Diego! Sigue, no pares, hazme mujer, reviéntame el ano, ¡aagghh! Que rico siento amor, ¡que rico!
Tania empezó a tener un orgasmo increíble y a gritar como una puta, esto me llevó a las nubes y empecé a correrme en su culo mientras apretaba sus nalgas fuertemente. Los dos colapsamos sobre la cama, extenuados, respirando muy fuerte.
-ven acá marica de mierda, tómate todo el semen que me dejó Diego
Me ordenó Tania, y como la sumisa que soy, no perdí un segundo en lanzarme sobre su ano y comencé a tomarme ese líquido espeso que salía de su culo, que premio. Cuando terminé, Tania se levantó y se fue al baño diciéndome: “no eres más que una marica”.
Ese fin de semana me vi con Diego, fuimos al cine y de ahí a follar al hotel, si bien me daba un placer increíble, regresando a casa tenía que estar con Tania y me sentía muy conflictivo. Estaba en una posición de gozar de sexo con ambos, pero no me sentía tranquilo como pareja con ninguno de los dos.
Decidí conversar con Diego y explicarle que no podía estar con él como su novia oficial, aún tenía mucho que aprender y decidir si quería realmente hacer la transición. Aparte estaba el hecho de que tenía que trabajar ya que hasta ahora me daba cuenta de lo que costaba ser mujer: el cabello, maquillaje, tanning, uñas, pestañas, cejas, pedicure, manicure, depilación total, gimnasio y ¡ropa!, un costo brutal. Diego lo tomó con mucha calma.
El próximo viernes decidimos ir a un bar con Tania, se había puesto muy guapa, como siempre. Tenía unas bragas de color rojo con encaje transparente y de cintura baja, la tanga le levantaba aún más su culo hermoso y redondo, lo acompañaba con un brasier que hacía juego, empujando sus tetas ricas más arriba.
Llevaba un vestido negro de cuerina que se estiraba un poco y le quedaba totalmente ajustado al cuerpo, le cubría hasta la mitad del muslo dejando ver unas piernas torneadas y bronceadas, el vestido era sin mangas, pero le cubría la espalda totalmente y terminaba en el cuello con un cierre atrás hasta la parte de debajo de la cintura. Era una delicia, la miré, y por un minuto quería ser ella. Yo iba vestido como chico, con pantalón de vestir y corbata, pero debajo tenía una tanga en V de color negro, con los tirantes altos y el hilo que me acariciaba de una manera deliciosa mi raja con cada paso que daba.
Nos sentamos en una mesa alta y comenzamos a ordenar tequilas. Después del cuarto shot y varias canciones bailando, el licor ya estaba poniéndonos muy alegres, la conversación se tornó pícara, hablábamos de poses que habíamos realizado, la vez que follamos en las escaleras de emergencia del edificio donde su tío tenía su firma de abogados, cuando me mamó la verga sentados atrás en un taxi sin que el conductor se diera cuenta, etc.
En eso, Tania me dice que había un chico que no dejaba de mirarla y de sonreírle, me di la vuelta y lo vi, era un chico bastante bien parecido. No hicimos mayor caso y seguimos bebiendo, ya estábamos medios borrachos, sobre todo y ella, la conversación ya se tornó más íntima, me preguntó porque no me había molestado cuando me fue infiel con ese muchacho en su fiesta.
-amor, me excitó mucho cuando me di cuenta que cuando follamos estabas imaginando que lo hacías con él
-¿de verdad mi vida?, ¡cielo!
-esa noche que estabas follando con él en la habitación y que yo estaba en la sala con Diego, cada que te escuchaba gemir y gritar de placer me ponía muy cachonda (le hablé de mi en femenino sin darme cuenta), y la excitación hacía que le mamara la verga a Diego más fuerte, más rápido y con más morbo
-wow cariño, ¿te hubiese gustado verme en lugar de solo oírme?
-creo que si amor
En plena conversación, Tania se paró y me dejó ahí sentado. La seguí con la mirada mientras ella iba donde el chico que la observaba toda la noche, me parecía un papacito, alto como yo y de buen cuerpo. Intercambiaron sonrisas, ella le quitó el trago al chico de la mano, se lo tomó y se fueron a bailar por un buen rato. Yo los miraba con mucha atención mientras me terminaba mi trago y el que ella había dejado ahí.
El chico solo tenía ojos para Tania, mientras que ella de tanto en tanto volteaba a mirarme, siempre con una sonrisa pícara y con cara de estar gozando y no solo del baile. Tania se dio la vuelta y lo cogió de las manos al chico para que la abrazara de la cintura mientras ella rozaba su culo contra el paquete de él, subía y bajaba dulcemente mirándome, levanté mi vaso y le sonreí lo cual ella entendió que le estaba dando luz verde a que siga con su juego, mientras tanto, mi tanguita ya estaba totalmente mojada de líquido por mi excitación al ver todo ese espectáculo, estaba muy cachonda y deseosa de que no parase ahí la cosa.
En pleno baile, Tania lo dejó al chico bailando solo y vino caminando a la mesa como pantera a su presa y me dijo que la siguiera. Fuimos al baño de hombres, la borrachera la tenía totalmente desinhibida. Fuimos de frente al privado del fondo. Tania me bajó el pantalón y descubrió mi tanguita mojada
-¡de verdad que estás echa una marica!!perra!, te pusiste uno de mis calzones
Yo no atiné a nada, Tania me empezó a dar una mamada increíble y con mucha furia, yo estaba demasiado cachonda. En eso me mete un dedo en el culo y empieza a bombearme a la vez que succionaba mi paquetito, no pude más y me corrí en su boca. Ella tragó un poco de leche, pero la mayoría la mantuvo en su boca, se paró y me besó, estuvimos así 30 segundos compartiendo con nuestras lenguas esa leche deliciosa.
-¿quieres verme follar a ese chico?¿te gustaría que te sea infiel?
-me encantaría verte amor, quisiera ver cómo te penetra ese macho y verte gozar como toda una puta, no me serías infiel porque estaría ahí contigo, consintiendo todo
-ok cariño, te voy a volver cornudo esta noche, o quizás una perra cornuda
Salimos del baño, me dirigí a nuestra mesa y pagué la cuenta. Ella fue a buscar al chico el cual estaba confundido con la manera en que ella lo había abandonado, lo tomó de la mano y lo llevó a bailar otra vez. Tania se giró de espaldas a él otra vez, esta vez se agachó y empujó su culo contra el chico y le comenzó a bailar en perreo, el muchacho la cogió de la cintura y la apretaba contra él.
Tania se paró otra vez y le bailaba de espalda muy lento, doblaba el cuello para hablarle al oído y me percaté que le empezó a besar y a morder la oreja, seguro que volviéndolo loco. De ahí se giró de nuevo, puso sus brazos en el cuello del chico y lo empezó a besar, mi erección regresó al 100%, se me hacía agua la boca y se me estaba saliendo la leche por los ojos disfrutando de ver a mi novia besando a otro hombre.
Después de 20 minutos en ese plan, Tania viene a la mesa con el chico, me lo presentó, se llamaba Jorge y mis primeras impresiones eran ciertas, era un papacito de ojos verdes, trigueño claro. Tania le había dicho que yo era su compañero de cuarto y que ya era tarde así que nos teníamos que ir, pero que estaba invitado a venir con nosotras (o nosotros como le dijo), aceptó y llamamos un taxi.
Yo me senté adelante y los dejé que se pusieran cómodos atrás, mientras que entablaba una conversación con el taxista, Tania y Jorge estaban en un besuqueo atrás, estoy segura de que Jorge podía saborear mi semen de la boca de Tania, pero eso no lo detuvo para nada. Yo seguía conversando con el taxista para que no les preste atención y de reojo los miraba, ella tenía una pierna encima de las de él, y Jorge exploraba los muslos de Tania con la mano mientras se besaban, de vez en cuando ella abría los ojos y me miraba con complicidad, que perra que era mi novia pensaba yo.
Apenas llegamos, Tania y Jorge se fueron al sofá, yo preparé unos tragos de cuba libre y brindamos. Tania ya estaba que ardía de excitación así que se paró, lo cogió de la mano a Jorge y se empezaron a besar con desesperación. Tania me hizo una seña con una de sus manos por detrás de ella, dejé mi trago en la mesa y me acerqué detrás de ella.
Lentamente le bajé el cierre del vestido mientras besaba su espalda y se lo empecé a bajar hasta quitárselo por completo, ahí estaba yo desnudando a mi novia mientras que se besaba con otro hombre. Jorge seguía en su besuqueo con mi novia y manoseaba todo su cuerpo, yo no me aguanté y me paré detrás de él y pasé mis manos por su pecho para desabotonar su camisa y Tania se lo quitó.
Me paré contra su espalda y otra vez pasé mis manos por su cintura y desabroché su pantalón, me agaché y se lo empecé a quitar junto con los zapatos y las medias. En esa posición le bajé el bóxer, y su falo erecto empezó a golpear el cuerpo de mi novia, aproveché para darle un beso y un mordisco en sus nalgas, no sé si le gustó, pero no dejaba de besarse con mi novia, me fui al sillón y me empecé a desnudar, me quedé solamente con la tanguita de Tania puesta y totalmente mojada.
No perdí tiempo y me empecé a masturbar mirándolos, las sensaciones eran indescriptibles, estaba demasiado excitada, me faltaba la respiración y mi corazón estaba a una velocidad no muy saludable estoy segura. Tania se puso de rodillas y empezó a lamer la verga de Jorge, la cual era del mismo tamaño que la mía, 15 centímetros. Tania pasaba su lengua por ese tronco, muy lento mientras lo miraba a los ojos con la cara de perra más puta que le había visto en mi vida.
Seguía masturbándome y estaba ya a punto de correrme cuando veo a Tania mirándome, y con un dedo me llamó donde ella estaba. Fui y me arrodillé a su costado, se me derretía la boca viendo cómo se metía ese pedazo de carne y como lo chupaba. Tania puso su mano en mi cabeza y me jaló hacia ella, sacó la verga de Jorge de su boca y cogiéndola de la base me la pone en mis labios
-prueba cariño, se ve que deseas tener esta vergota en tu boca, cómetela toda, está riquísima.
Si tienen la oportunidad de compartir una verga con sus esposas o novias, se los recomiendo, este momento tan sublime fue realmente divino. Ahí estaba por primera vez compartiendo la verga de un hombre con mi novia, Tania estiró su mano y sacó su celular de su cartera que estaba tirado al costado, se lo dio a Jorge y capturó en la pantalla a esta preciosura de mujer mamándole la verga junto a su novio.
Después de gozar de ese falo por un minuto, Tania y yo empezamos a lamer de arriba abajo el tronco, una de cada lado, nos mirábamos y comenzamos a besarnos, nuestros labios se tocaban con amor, mientras una verga estaba entre ambos. Comenzamos a turnarnos, chupando el falo de Jorge, 10 segundos a la vez cada una, estaba llena de saliva y con las venas a punto de estallar, después Tania masturbaba ese tronco desde la base mientras yo chupaba el fresón y me metía la mitad de esa barra en mi boca.
Era delicioso el momento, de ahí Tania se metía todo el pene de Jorge mientras yo le chupaba los huevos, ¡olía a macho! No pude más, me levanté y me retiré a la habitación. Tania y Jorge siguieron ahí en lo suyo, gozando de sus cuerpos.
En la habitación fui al baño a secarme el sudor, me limpié un poco y comencé a maquillarme, mientras que de la sala ya se oían los primeros gemidos de mi novia, Jorge ya estaba follándose a mi novia. Me hice un maquillaje rápido, pero si le puse cuidado a mis ojos, añadí mis pestañas postizas y me puse el lápiz labial rojo de sabor a fresa de Tania.
Los primeros gritos de mi novia atravesaban las paredes, me puse mi brasier con las siliconas para tener un poco de busto, maquillé mi pecho en esa zona. Mientras que oía a Tania gritarle a Jorge: “!así!!así!”, me puse unas medias de net negras que me cubrían casi toda las piernas, agarré otra tanga de Tania que me quedaba apretadísima de color rojo para hacer juego con el que ella tenía puesto, me solté el cabello ya que había salido al bar con el cabello amarrado en un ‘man bun’, y salí de la habitación.
Casi me corro en ese momento de la imagen tan hermosa, excitante y llena de morbo, Tania estaba en el sofá en cuatro, con las manos y la cara apoyadas en el respaldar, mientras que Jorge le llenaba la concha con su verga, parado al borde del sofá. Tania ya gritaba como siempre, disfrutando de ese macho, me asfixiaba el verla así.
No se me ocurrió otra cosa más que acercarme y ponerme igual que ella a su costado, en cuatro, con nuestras piernas y brazos tocándose, me volteé para mirarla, su rostro hinchado de placer, nos empezamos a besar, éramos un par de lesbianas ahora. Sentía sus gemidos en mi boca mientras nos besábamos y también los golpes de la verga de Jorge en su interior, Tania estiró su brazo y me cogió de la cintura mientras nuestros labios seguían compartiendo el placer que sentía mi novia.
Jorge debe haber estado alucinando y teniendo la sesión de sexo más excitante de su vida, de repente sentí su mano acariciar mis nalgas y sentí una corriente de electricidad en mi espalda. El chico se metió los dedos a la boca y me los metió en el ano, lubricándome y dilatándome, repitió eso varias veces, yo empezaba a gemir y a separar mis labios de los de mi novia, gozando yo también de este macho.
Jorge seguía bombeando la concha de mi novia, ella tenía la cara agachada contra el respaldar del sofá y sus gritos eran más seguidos, cogí su mano y a besar su oído y a suspirarle.
-te amo Tania, te amo mi vida, goza cielo, goza
Y con ello Tania tuvo su primer orgasmo de la noche. Su cuerpo cayó sobre el respaldar, estaba extenuada, agitada, Jorge no perdió tiempo y con un movimiento rápido se colocó detrás de mí, sentía como su fresón recorría mi raja, besándola, sentí como soltó saliva de su boca cayendo en mi orificio y de un golpe me penetró. Uumm, estaba probando la segunda verga en mi vida, no era el tamaño de Diego, pero me estaba llenando muy rico, el morbo era más fuerte que todo. Empecé a gemir de placer casi inmediatamente, Jorge apretaba mis caderas con sus manos y me estaba bombeando con la misma fuerza que le había estado dando a mi novia 30 segundos antes, con razón la llevó al éxtasis.
Apenas se comenzó a recuperar, Tania se sentó en el sofá a mi costado, mis gemidos la despertaron de su estado de reposo. Con una mano sacó mi paquetito de la tanguita y me empezó a masturbar muy suave mientras me hablaba
T: así perrita, uummm, goza de esa verga, ¡uummm!, dale Jorge, dale a la perrita, uummm como le gusta, ¿verdad putita?
-aagghh, si, si, me encanta, uummm, que rica es su verga
T: uummm, dale papito, dale a esta mariquita, ¿te gusta ese culito?
J: ¡sí!, aahh, que culo tan rico tiene esta marica, aahh, está apretadito, que rico aprieta mi verga
T: si papito, dale, mira la suerte que tienes, te llevaste dos culos ricos y redondos para culear
Tania sonreía y echaba risas, su mano seguía masturbándome ahora más rápido
T: así marica, goza como la perra que eres
Todo esto nos estaba llevando al punto máximo, me empecé a venir en el sofá mientras soltaba un grito de placer y Jorge no pudo más, me dio una última perforada que lo sentí en mis entrañas y soltó chorros de semen dentro de mí, ¡aagghh! Que rico, este macho me llenó todita
T: ¡wow cariño! Hiciste lo que yo no pude, haz hecho que se venga en tu coñito, eres una perrita, marica de mierda
Se acercó y nos besamos, Jorge se salió de mí, se acercó a nosotras y compartimos un beso triple por primera vez, créanme, si pueden hacer eso con sus parejas, ¡háganlo!, que rico de verdad. Después de unos minutos así, Jorge ya se estaba recuperando. Tania terminó de limpiar la leche que quedaba en su verga, tomó la que tenía yo en mi coñito y me lo escupió en la cara.
-¡toma marica!!eres una puta sucia!
Me sentí tan perra y excitada.
Jorge jaló a Tania y la echó en el sofá, se puso en frente y la empezó a penetrar otra vez, haciéndola gemir al instante. Me paré en el sofá y me senté en la cara de mi novia, ella comenzó a lamerme el culo y a chupar mi paquetito y mis huevitos. Me estaba excitando otra vez, acerqué mi rostro y jalé la cara de Jorge hacia mí y nos empezamos a besar mientras él follaba a mi novia. Todo era increíble, Tania estaba siendo follada por Jorge, ella me chupaba la verga y metía sus dedos en mi coño, mientras yo me besaba con ese macho que me estaba volviendo cornudo una vez más. Tania se corrió otra vez y Jorge no aguantó más tampoco llenando la concha de mi mujer con su líquido viscoso.
Nos sentamos los tres en el sofá, nadie hablaba, solo se oían nuestros jadeos y la respiración forzada de cada uno. Tania se paró y recogió la ropa de Jorge, lo ayudó a vestirse, intercambiaron teléfonos y le llamo un taxi. A Jorge se le veía un poco desconcertado, seguro pensaba que se iba a quedar toda la noche, pero Tania lo despidió, volteó y me miró
-vamos a la recámara que aún no termino contigo y quiero venirme dos veces más por lo menos
Esta última hora y media de sexo nos había quitado la borrachera, así que follamos un par de horas más. El sábado salí con Diego y me volvió a follar y llevarme a las nubes. El domingo regresé a mi estado de confusión, no sabía si quería ser hombre, mujer o una marica casual de closet, solo sabía que este verano estaba disfrutando del sexo al máximo.
Me siento identificado con vos.
Me encanta entregarme a mí hombre hasta sentirme bien mujer.
en efecto Rober, es delicioso, intoxicante.