Este relato es totalmente verídico, nos pusimos de acuerdo con mi esposa para contarlo con lujos de detalle ya que ella fue activa participante, ocurrió hace unos años con una pareja que es muy amiga nuestra en la actualidad, comenzaba la época de los locales y literatura de intercambio y con mi novia pensamos en probar algo distinto de lo acostumbrado ya que tomábamos el sexo con total normalidad siendo muy liberales y si ocurría algo seria normal que lo compartiéramos a gusto.
Carlos y Leti nuestros amigos eran algo mayores que nosotros, Carlos algo excedido de peso era jovial y dispuesto a todo; Leti no era modelo, pero era llamativa con un cuerpo chico pero voluptuoso, sus maravillosas tetas y nalgas redondeadas eran la debilidad de mis ojos, mi querida esposa flaca bien proporcionada de piernas largas y bien torneadas siempre le tuvo ganas a Carlos, que me lo insinuaba de manera muy sutil.
Surgió con estos amigos un paseo a la playa, después de una noche de salida con baile y mucho alcohol. En el camino se develaron secretos muy íntimos de los cuatros y quedo flotando en el ambiente que en la playa se venía algo de lo que deseábamos todos inconscientemente.
Una hermosa y escondida playa solitaria, el ambiente, el calor y sobre todo las cervezas fue el disparador para que en el agua ya comenzaran los roces y las miradas de Carlos con María que estaba exquisita con una tanga diminuta casi transparente riéndose de los secretos que este le decía y yo con Leti que me pedía que la ayudase a nadar y a usar la tabla de surf no perdiendo oportunidad de sostenerla de su enorme par de tetas. Llego la hora de la comida y las divisiones de tarea, Leti y yo a buscar leña para el fuego a Carlos y María le correspondía la preparación de la comida.
Al salir me lleve el prismático para divisar algo alejado, deje que Leti se adelantara observando su cuerpo sudado solo protegido con una musculosa donde sus tetas bailaban luchando por salir, seguía como hipnotizado, con la mirada en sus gotas de sudor que terminaban sobre la redondez de sus nalgas que la trasformaban en algo lujurioso y exquisito, al darse vuelta vio mis ojos clavados en su culo y mi incipiente erección me enfrento y mirándome a los ojos fue sincera y me dijo:
–Quiero que me hagas gozar, tu lengua hace maravillas según tu novia por lo que me miras creo que mis tetas y mis nalgas son tu debilidad.
Acto seguido se desprendió la parte de arriba quedando dos erectos pezones apuntándome pronto para chuparlos a gusto, lamí cuanto pude mis manos recorrieron cada parte de su cuerpo separe sus nalgas mis dedos recorrieron su vagina que se humedecía rápidamente y su ano que se dilataba con solo apoyarlo.
Ella también era sabia con sus manos, se acostó sobre la tibia arena dejando su vagina para el deleite de mi boca, era hermoso mirar el color rosado de sus labios algo congestivos por el calor ambos terminaban en un botón bien erecto como sus pezones, brillaban por la humedad de su excitación, chupe su clítoris mordí sus labios y la penetre con la lengua y con mis dedos, notaba como cambiaba el gusto por los sucesivos orgasmos cada tanto colocaba mi lengua en su ano siendo un néctar difícil de explicar; de ella salían gemidos de placer y palabras indescifrables por el gozo.
Cuando me coloque sobre sus piernas y mediante un susurro dijo:
–Después tendrás tiempo para penetrarme ahora quiero que mis tetas te masturben lentamente.
Me hizo la gran paja cubana jamás soñada sus manos dirigían maestramente sus tetas, la suave piel sudorosa golpeaba mis huevos y todo lo largo hasta llegar a la cabeza morada de tanto gozo, sabiendo que iba a eyacular abrió su boca y en segundos los chorros de leche terminaban sobre su boca, cara y cuello dejándolos que por gravedad fueran a parar en la arena, terminamos en un delicioso baño donde el agua limpio el sudor del encuentro. Salí antes que ella y por una corazonada enfoqué los prismáticos hacia el campamento no extrañando lo que ahí pasaba.
Carlos apoyado sobre el la puerta de la camioneta besaba a María mientras la desnudaba lentamente colgando sus dos piezas en el espejo de la camioneta, la observo cubrió con sus manos ambas tetas disfruto de sus pezones puso ahora su mano derecha en la entrepierna de mi novia esta extendió su cabeza hacia atrás señal que la mano de Carlos hacia efecto; después fue María la que lucho para sacarle la bermuda, le costó logrando el cometido, la imagen del miembro de Carlos fue lo que me asombro era muy grueso y corto algo nunca por mi imaginado, creo que María también le pareció enorme porque quedo mirándolo como hipnotizada.
Empezaron a besarse donde sus lenguas hacían todo el trabajo, Carlos volvía a jugar con las tetas y nalgas, María con ambas manos, para abarcar toda la circunferencia, pajeaba lentamente a su amigo subiendo y bajando lentamente ambas manos, realmente había un contraste entre el globuloso físico de Carlos y la delgada figura de María.
Empezó a descender lambiendo su cuello, tetillas, se entretuvo en su ombligo de su abultado abdomen sin parar de pajearlo, se arrodillo y enfrento al enorme miembro, se lo metió de a poco en su boca lentamente se lo trago todo, sus labios chocaron con el pubis cuando se separó le vino una prolongada arcada y chorros de saliva salieron de su boca.
Cuando iniciaba la segunda entrada en su boca comenzó a salir chorros de líquido espeso que baño su pelo y sobre todo su cara, algo le dijo a Carlos mientras se limpiaba sus ojos seguramente para increparlo, pero el con un abrazo y algo que le murmuro al oído la calmo y terminaron entre risas en un prolongado beso.
Yo seguía sin bajar los prismáticos quizás con morbosidad, Leti me decía:
–Me imagino que estas mirando, les paso lo mismo que a nosotros, Carlos a pesar que no me lo expresaba, estaba caliente con María con su forma de vestir o como le hablaba, estaba segura que cuando se diera la oportunidad no la iba a desaprovechar, también te diste cuenta de su punto débil cuando está muy caliente eyacula rápidamente y el fuerte es la gruesa verga que tiene que hace suspirar a cuanta mujer se enfrente.
De vuelta al campamento ambas amigas se juntaron y hablaban animosamente entre sonrisas y asombro. Yo le explicaba a Carlos:
–Casi ahogas a María con tanta leche menos mal que lo se la metiste porque iba a gritar con ese instrumento que dios te dio.
–La que grito fue Leti con el trabajo de tu lengua, nunca la hice acabar como tú a ella, no te creas que esto termina acá me imagino que se está gestando la mejor parte –decía Carlos.
Al terminar la comida rociada con abundante vino, el lugar solitario y las ganas que teníamos de seguir con el intercambio hicieron que Carlos tomara la iniciativa hablo con María y Leti, ambas mutuamente se desnudaron se acercaron a mí y mientras Leti me besaba llenando mi boca con su lengua, María agachada comenzaba una mamada increíble como era su especialidad.
En un minuto eran las dos realizando la tarea: mi novia se dedicaba a la cabeza y Leti esparcía la saliva por todo el cuerpo hasta chasquear con su lengua ambos testículos, para completar ambas se besaban con sus lenguas sobre mi miembro gimiendo de placer, notaba como mi novia dudo varias veces, pero se decidió a tocar con su mano las tetas y los pezones de su amiga explorando después su cara y su lengua.
–Siempre quise hacer un trío y probar lo excitante que es tocar a una mujer –murmuraba mi novia al oído de Leti.
Lo que veía me excito aún más, pero me contuve para no parecerme a Carlos y no bañarlas con mi leche; Leti se acostó boca arriba sobre la colchoneta abriendo sus piernas me dirigió para la penetrara en ese momento María se colocó arriba de Leti para iniciar un delicioso “69” movía sus caderas para que su vagina fuera explorada en todos sus rincones por la terrible lengua de su amiga.
–Quiero que te cojas a Leti para ver de cerca como tu miembro entra en ella –me decía María.
–Ahora no solo te alcanza mirar como se cogen a mi novia tienes que lubricar la entrada y salida de tu novio –murmuraba Carlos al oído de María.
Por lo que se agachó e hizo las maravillas en el clítoris de Leti que se retorcía de placer, pero igual no dejaba de lamber todo lo que María le ofrecía. En esta situación eyacule dentro de Leti y vaya sorpresa María sin ninguna inhibición limpio mi miembro hasta dejarlo pronto para otra faena, quede agotado con una cerveza en la mano para ser espectador de lo que vendría.
Era la hora de actuar de Carlos y mi morbo no dejaba de pensar a quien le tocaría la enorme verga que tenía, fue claro que María era la elegida. Leti mientras se limpiaba de mi semen me decía:
–María me conto que desde que la tuvo entre sus manos no para de pensar en la tranca de Carlos, no te preocupes yo la voy a ayudar.
No habían pasado ni tres minutos que María se puso en acción, lo que quiso del primer momento, chupar la gruesa tranca de Carlos tras una eficiente y rápida mamada, Carlos quedo pronto la hizo poner con las rodillas y las palmas apoyadas en el piso.
Sospechando lo que se le venía le dijo:
–Ni se te ocurra probar esa enormidad en mi culo, solo está disponible mi conchita.
Leti se agacho quedando su mejilla contra la nalga de mi novia, lubrico como María quería su vagina, pero insistió en su ano cada tanto Carlos le embocaba en la boca a su novia, era tan gruesa que costaba entrar solo lubricaba la hinchada cabeza pronta para profanar el culo de María, lo oriento y lentamente empujo, mientras Leti alentaba a María.
–Es lo más lindo que ahí vas a tener varios orgasmos déjame lubricarte y jugar con tu conchita.
Su novio la taladraba lentamente hasta que sus huevos golpearon contra sus nalgas. La cara de mi novia pasaba del asombro absoluto hasta el éxtasis supremo, gritando y gimiendo de tantos orgasmos; primero las embestidas fueron suaves luego se afirmó en sus caderas y fue algo rápido y certero cada poco Leti lubricaba la enorme cabeza de Carlos así no perdía la regularidad del movimiento, de pronto Carlos sudoroso y agotado empezó a decir que ya acababa terminando en un largo gemido.
Yo ya con ver eso me masturbaba acabando cuando la abundante leche de Carlos salía por el valeroso culo de mi novia y era recibido por la lengua de Leti. El resto de la tarde pasó comentando lo sucedido programando nuevos encuentros que en verdad fueron muchos y muy gozosos, con ellos mismos y con otras parejas, esto nos hizo cambiar la forma de ver y sentir el sexo hasta el día de hoy que a pesar de los años lo seguimos practicando incansablemente.
Es una exquisitez terminar una sección de buen sexo ensartada por el culo..Me imagino cuánto habrá gozado María.
Hubiese sido hermoso que tu también sodomizaras a Leti.
Belu