Cuando los buenos modales brindan oportunidades únicas.
Comenzaré este relato, diciendo que los nombres que usaré no son los reales.
Los buenos modales abrieron una excelente oportunidad, me encontraba en una empresa laborando como conserje y siempre me he caracterizado por sonreír, saludar, hacer que las personas se sientan bien atendidas. Es mi sello para prestar un servicio, pero en esta ocasión rindió frutos inesperados sin buscar de estos.
Ella se llama Beatriz una hermosa mujer, con una bella sonrisa de esas que es imposible no notarla, todos los días partía a su trabajo a la misma hora y con solo pasar dejaba un aroma exquisito por su perfume.
Siempre contestaba a mi saludo con una bella sonrisa y amabilidad y como es de esperarse a ese tipo de personas a uno le nace ser más atento de lo normal, siempre le abría la puerta cuando la veía venir por las cámaras y eso le gustaba mucho y compromiso era esa hermosa sonrisa, además ella tenía un bonito cuerpo, no soy siego y mucho menos santo.
El hecho es que inevitablemente ella comenzaba a frecuentar más seguido la recepción cada vez que tenía oportunidad, en ocasiones llegaba con un café, sobre todo en época de frío, el hecho es que cada vez era más cercana conmigo, al punto que se detenía más tiempo siempre a conversar sobre cualquier tema, lo hacía por poco tiempo dado que decía que no quería interrumpir mi trabajo, era muy educada ella y amable.
Pasados los días un domingo que por lo general ella los libraba la note algo decida de ánimos aunque siempre sonreía, le pregunte como se sentía y de forma sincera me dijo que no es un buen día para ella, le dije si necesita que le ayude en algo estoy a la orden y sonrió nuevamente y salió del edificio a hacer sus compras regresando le ayude a bajar las cosas de un taxi que la trajo y las lleve hasta el ascensor ella me seguía de cerca mientras yo llevaba sus compras, para mi sorpresa cuando deje sus cosas afuera del ascensor me abrazo me dio un beso en la mejilla mientras me dijo al oído muchas gracias, regio, quiero hablar contigo puedes después de tu turno, a lo que le contesté que sí.
Me dijo al rato te llamo y como era de esperarse lo hizo me dijo agrégame a tus contactos y así lo hice le escribí desde mi personal al agregarla para que supiera mi número y cuando me encontraba en mi hora de refrigerio me escribió para saludarme y desarme buen provecho, aproveche para preguntarle como sentía y me dijo que necesitaba contarle a alguien por lo que estaba pasando, me contó que encontró a su enamorado con su amiga engañándola y eso la tenía triste y molesta y como siempre, me tratas con mucha amabilidad y me haces sentir bien quise contarte, ya que me inspiras confianza me dijo y me gustaría hablar en persona si no te molesta.
A lo que le respondí que no hay problema, así que a partir de ese momento las horas se hicieron largas para mí por la incertidumbre, pero faltando escasos 30 minutos para terminar mi turno ella iba saliendo dejando toda la recepción oliendo as u perfume eso era un regalo para mí.
Un momento después me llego un mensaje que decía te estoy esperando en el parque que está a dos cuadras (no diré el nombre del parque para no ser tan obvio). Así que entregué mi turno y salí rumbo al lugar que me señalo y al llegar están ahí sentada esperándome que hermosa imagen al ver a esa mujer tan hermosa esperando por mí.
Llegue la salude ella se inclinó hacia mí para saludarme con un beso así como si nos conociéramos de muchos años yo le correspondí y ella me regalo una sonrisa le di un abrazo y preguntándole como te sientes me dijo que mejor, a lo que le conteste cuéntame quiero escucharte, esas palabras fue como un detonante para que ella se liberara en conclusión ella se desahogó bastante ese día.
Quisiera decirles que paso más ese día, pero no fue así, pero a partir de ese momento la manera en que nos tratábamos era muy distinta a ella le sonrojaba cuando la saludaba diciéndole mi amor, y los mensajes eran constantes y las cosas se fueron intensificando con el pasar de los días hasta que un día dejando sus compras en el ascensor en vez de un beso en la mejilla se lo di en la boca, ella se puso colorada y yo solo sonreí y de ahí en más las cosas cambiaron entre nosotros, esa misma noche.
Al finalizar mi turno fui a su departamento con la intención de darle un beso de despedida, pero, fue más bien de bienvenida, estaba recién fichada y sus labios estaban todavía fríos, que sensación tan excitante no mediamos palabras nada más nos besamos como dos adolescentes, llenándonos de besos y caricias su corazón latía a prisa igual que el mío, el olor de su piel era esquisto no creía lo espectacular y caliente que era esta mujer, respondía a cada una de mis caricias, y podía ver su piel erizada en respuesta a cada casa que le hacía, sus senos eran hermosos no eran grandes, pero tampoco pequeños con un lunar en una de sus aureolas que invitaba a besarlo una y otra vez.
Que delicia de mujer, bese cada parte de su cuerpo como quise y ella los disfrutaba, estaba entregada a mí y yo a ella le di placer con mi boca en cada uno de sus labios provocándole la locura y ella con su boca me dio placer a mí en mi miembro disfrute de lo que ella hacía, eso fue solo el preámbulo pues estuvimos dándonos placer y jugando mucho tiempo antes de llegar a la penetración, que para ese punto ella ya estaba supermojada y deseosa de sentirme.
Hasta que llego el momento en el que pude entrar en lo que fue una mezcla de humedad y calor en él en un vaivén de puro placer y lujuria hasta que ambos llegamos al clímax de la satisfacción, aquella fue la primera vez que estaba con esa hermosa mujer, fue una de las mejores experiencias que he vivido y que difícilmente podría olvidar.
Espero les gustara mi relato.
Muchas gracias por el comentario . me alegra saber que te gustó mi relato
Hermoso relato..Me encantó!!!
Ella eligió que serías tu el afortunado explorador de sus profundidades