Erika y Román, este es nuestro relato escrito con mucho amor de nuestras aventuras, romance, exhibicionismo, infidelidades consentidas, entre otras cositas.
Luego que mi novia les hiciera un table dance improvisado a esos vagabundos, se acercaba nuestra culminación de proyecto de grado, navidad y luego nuestra mudanza, tendríamos un mes bastante movido.
En las siguientes dos semanas nos preparamos con todo lo que teníamos para aprobar y hacerlo de la mejor forma posible, llegados el 20 de diciembre finalizamos nuestro servicio social, nos hicieron una pequeña cena, no queríamos asistir, pero iba a ser de muy mala educación, este tipo de cena se hace a lo hipócrita como ocurre en el medio laboral de enfermería, había de todo, desde compañeras sinceras, hasta compañeras listas para clavarte el puñal por la espalda…
Sobre todo, envidia pues existía una fuerte rivalidad entre el personal ya titulado que ostentaban un estudio de 2 años y medio, y nosotros que habíamos optado por licenciarnos… es decir un estudio de 5 años. Nosotros en lo personal no nos enfocábamos en eso, y eso les hacía arder más pues no seguíamos sus juegos tontos.
La cena fue amena ignorando a las víboras, yo me vestí de una manera casual, lo mismo mi prometida, conjuntos normales pues no es un medio en el que queramos llamar la atención.
A los dos días llegó la temida defensa de proyecto de graduación, fue una locura total converger toda la promoción para la masacre, los pollos estaban en el matadero y los matadores (jueces de tesis) listos para soltar el más alto sarcasmo estilo ochentero sobre los temas a defender.
Nos dieron por toda la cara, cada uno de los 5 jueces diciendo de los fallos que ellos esperaban de todos nosotros o fallos más comunes que había al momento de presentar una defensa, en resumen, a meter terror psicológico. Una defensa en la cual nuestro grupo de 5 sobrevivimos, desgraciadamente quedamos en el top 5 con 85/100, esto nos dio paso a otro objetivo ambicioso, nuestra graduación, pero como buen sistema educativo su respuesta fue: “Nosotros les vamos a enviar un e-mail”. Fue otra espera eterna.
Después de esas 2 fechas sentimos que nos quitaron un yunque de los hombros, nos sentimos libres hasta más ligeros del cuerpo, restaba pasar el 24 y 25 de diciembre, luego la mudanza. Mi prometida empezó a empacar el propio 22 en la noche pues quería irse la noche del 25 casi a media noche porque no quería perder mas tiempo.
El 24 hubo una cena familiar, pero cada quien con su familia, aunque mi prometida me visitó y luego yo fui con ella a su casa. Para el día 25 de diciembre, en si no se hace nada especial, por lo que Erika les dijo a sus padres que partiría conmigo la misma noche, ellos pusieron caras largas, pero mas nada no podían hacer a fin de cuentas ella ya había empacado desde días antes.
Les pedimos tarta y sodas para llevar, pero claro, no era para nosotros era para Antonio y sus otros dos compañeros, queríamos llevarles algo porque nosotros no pudimos el día de las donaciones navideñas. Pretendíamos pasar por la Exconstructora antes de irnos a nuestra nueva casa, terminé de subir las maletas de Erika al auto y después de una despedida con lágrimas, abrazos y sentimientos encontrados pudimos partir.
De camino pasamos por una tienda 24/7 mi prometida quería comprarle un calendario y cervezas para Antonio y los demás, entonces entendí que mi novia iba a querer seguir yendo, me hice el tonto y le pregunté:
-¿Para qué el calendario?
-Quiero que Héctor y los demás sean consciente de los días y el tiempo – dijo sacando un pequeño reloj de números.
-Solo espero sepan leer – agregó ella.
Eso me sorprendió, eso me daba pautas y aún más esperanzas entre más contacto con ellos mas probabilidades de que al final termine cogiendo con ellos, para mi eso ya era un tema muy excitante, pero a la vez frustrante pues mi novia no pasaba de los roces, pero también yo no me animaba a decirle.
Llegamos a la zona, nos estacionamos donde siempre, y ahí estaban los tres a sus anchas, como que si un mes fuera un año salieron alegres de vernos, les dimos las cosas, las porciones de tarta, soda y cervezas.
Y nos sentamos con ellos, bueno en realidad mi novia busco su sitió sentándose en las piernas de Héctor, y aunque ya llevábamos muchos de no tomar por haber estado en el hospital, esa noche lo hicimos, empezamos a platicar de todo un poco, desde lo que ellos hacen el día hasta lo que nosotros hacemos e hicimos semanas atrás.
Después de hablar un buen rato y con varias cervezas encima vi como Héctor sobaba la entrepierna de mi novia por encima de su pantalón mientras hablábamos, pero luego él la levantó y le dijo que ya le dolían las piernas, entonces ella se pasó a su respectivo asiento improvisado, ella vio la hora y dijo que teníamos que irnos. Me decepcionó un poco porque no pasó a más el asunto.
Así que nos despedimos de ellos, ellos ya estaban tocados con el alcohol y se les veía con bastante sueño, así que nos retiramos ya que aun teníamos que desempacar en nuestra nueva casa, cuando ya había avanzado una calle mi prometida me pide que pare pues se les olvidó darles el calendario, yo solo arqueé una ceja, di vuelta en U y me regresé e ingresé a la calle con el auto. Me estacioné frente a ellos y mi novia bajó el vidrio y Adrián se acercó junto a Antonio.
Ella les pidió disculpas por la pregunta, pero les preguntó si sabían leer bien, a lo que ellos respondieron que si (mira que sorpresa)… Continuado… Entonces ella les explicó que el domingo 2 en la noche les vendría a hacer el baile que le pidieron y se los encerró en un círculo y les dio el lapicero para que fueran tachando, y les dio el pequeño reloj. A ellos dos les brillaron los ojos cuando mi novia les mencionó sobre el baile.
Después de eso, nos retiramos definitivamente hasta llegar nuestra casa, no les mentiremos, no desempacamos todo, solo lo necesario porque la pereza gobernó, nos fuimos directo a la ducha, bastante espaciosa porque mi abuela difunta en sus últimos días usaba silla de ruedas.
Nos duchamos con normalidad, mas no sabía lo que me esperaba…
Estando ya en la cama empecé a besar a mi prometida, sin ropa ya estábamos, los besos se volvían más largos, en el ambiente la temperatura empezaba a subir, roce mi pierna en su entrepierna y noté que ella ya estaba mojada, sabía lo que tenía que hacer, la giré para hacer un 69, comencé mi trabajo como león tomando agua y ella con su trabajo de succionar, después de un rato, decidí que era tiempo, nos dimos vuelta y quedamos en posición de misionero y a penetrarla iba cuando me detuvo.
-¿Qué sucede? –le pregunté
-Esta vez no será por ahí mi futuro esposo, me he estado preparando – dándose vuelta poniéndose en cuatro.
Aunque solíamos hacer sexo anal, no era seguido pues llevaba un tiempo de preparación, ante eso mi verga ya estaba erecta y aunque fisiológicamente ya no es posible tener una erección aún más grande, pero así sentía a tal punto que sentía una presión en la cabeza de mi verga.
-Tendrás que seguir trabajando –dijo ella
Por lo que seguí pasando mi lengua y besando, estimulando con mis dedos, hasta que finalmente ella se sentía lista, por lo que aplicó un poco de saliva en la punta de mi verga, entonces coloqué mi verga en su entrada, empecé a penetrar de una manera suave y gentil, entró mi cabeza, mi novia dio un pujido agradable, dejé mi cabeza adentro para acostumbrar la zona, podía sentir la presión que ejercía su cavidad en mi cabeza, algo muy gratificante y excitante.
Después de un momento metí la mitad de mi verga, falta la otra mitad pues la mía es de 15 cm, pero decidí empezar a taladrar así, mi novia daba buenos gemidos por la forma de moverme, no le daba tregua a la vez que azotaba ambas nalgas, mi novia comenzó con un escalofrío, esa era la típica señal de ella cuando está por venirse por lo que mantuve lo que estaba haciendo a la vez que empecé a frotar su clítoris para ayudarla a estimular más, y a besar su cuello tiernamente.
Continuamos un momento de esa forma, hasta que ella me dijo: ¡La quiero toda!
Por lo que cambiamos de posición, yo pasé abajo y ella arriba, esta vez puso lubricante sobre toda mi verga, mi novia suspiro, procedió a sentarse poco a poco, cuando pasé de donde yo había dilatado pude sentir las paredes irse abriendo, sabía que había entrado todo, por lo que mi novia quedó sentada sobre mi pelvis viendo hacia arriba respirando lento por su boca, ella lo disfrutaba, hasta que empezó con un sube y baja delicioso, podía sentir la presión de su culo en mi verga, después de unos minutos empezó a subir y bajar más rápido pues ya mi verga había encajado bien en su culo, por lo que teniendo ya ese nivel de dilatación, cambiamos de posición.
Volvimos a cambiar ella poniendo en 4 pero bajando totalmente su pecho y abriendo sus nalgas para yo quedar arriba, pues me gustaba ponerla en sus posiciones favoritas, mi interés es complacerla siempre, después de unos 15 minutos ya nos estábamos cansando por lo que queríamos finalizar, aceleré el ritmo a la vez penetrar más fuerte hasta que finalmente descargué todo mi semen dentro de todo su intestino, me quede un momento adentró de ella escurriendo todo lo que pude, la saqué lentamente mientras le besaba el cuello diciéndole lo mucho que la amaba.
Después de ello tomando una ducha rápida, platicamos un rato en la cama hasta quedarnos dormidos…
*****
Esta ha sido la parte de la navidad y mudanza, lo ultra resumí pues no quería alargar más el relato, más adelante cuando tengamos tiempo seguiremos escribiendo, nuestro objetivo es llegar al presente.
Me encantó tu relato.Me siento identificada con Érika. El sexo anal siempre me resulta apasionante. Disfruto mucho haciéndolo con Luís, mí novio. Hasta quedar exhausta y dormir entre sus brazos.
Lo ultra resumiste jajaja… Aviso que por acá tienes un asiduo lector al que no le importaría lo largo que fueran sus relatos e historias. 10 min, 20 min, 1 hora, lo que tome.