Hace unos meses atrás, les relaté mi experiencia con una chica de nombre Yessenia y quien se puso en contacto conmigo por medio de una plataforma donde chicas jóvenes buscan ligar con hombres mayores. Desde ese relato con Yessenia hemos cogido dos veces más a pesar de que ella me decía en esa primera ocasión que estaba a punto de aceptar a un pretendiente como su novio y no lo había hecho porque tenía esa intención de coger con un hombre mayor.
Hace dos semanas me llamó de nuevo y pensé que deseaba otro encuentro conmigo, pues en esas tres cogidas que hemos tenido a través de los meses, han sido faenas sexuales fenomenales y muy intensas. En esta ocasión me habla de su mejor amiga de nombre Kiara y que al igual que Yessenia hoy tienen 20 años. Me cuenta que su amiga está a punto de casarse y según ella, el único hombre con quien ha estado y ha sido su novio desde los 18 años no le hace un buen trabajo y de hecho con risas me dice que no aguanta ni un minuto cuando este individuo se corre y por tanto Kiara nunca ha tenido un orgasmo sintiendo un pene adentro de su vagina y en esta ocasión Yessenia me cuenta que ha estado convenciendo a su amiga que intente coger con alguien más antes de casarse y que se de esa oportunidad de sentir una buena cogida como las que Yessenia ha experimentado conmigo.
Me dice que ha convencido a su amiga, quien por meses había rehusado la propuesta, pero que es tanta la frustración sexual que tiene con su novio que, ha decidido darse una oportunidad y tener una experiencia sexual con un hombre diferente. Obviamente le ha hablado de mí y Yessenia me envía algunas fotos de Kiara en diferentes poses y mostrando algo de su piel, la cual puedo ver a una chica sumamente atractiva con un cuerpo fenomenal. En su piel se pueden observar esos genes africanos, aunque ella es más clara típica del latino común, pero ese trasero tan delicioso que tiene la verdad que cualquiera se lo quisiera comer. Kiara es una chica de cabello negro ondulado que le llega a media espalda, tiene unos labios carnosos y sensuales, nariz diminuta y de bonita simetría, unos pechos redondos de quizá una copa C y ese su trasero quizá rondará un poco más de los noventa, pues la verdad se mira muy voluminoso con esa perfecta cintura que se tiene. La verdad que poniendo a las dos a la par, es mucho más sensual que Yessenia, quien la verdad tiene lo suyo propio.
La verdad no entiendo como esto se puede dar, especialmente hoy en día con la cantidad de información que tenemos a nuestro alcance. Entiendo perfectamente que haya chicos con esa penosa situación de ser eyaculador precoz, pero eso es algo que se puede mitigar en algo y hay cantidades de posibilidades para tener a una chica feliz sexualmente en la cama. Bueno, pero eso es una ventaja y me brinda este tipo de posibilidades y oportunidades a mí. Mi consejo: infórmense de cómo complacer a tu pareja y muchos divorcios o rompimientos se evitarían y las infidelidades serían mucho menos, pero eso ya es otro tema. Vamos al tema.
Quedamos con Yessenia que ella nos presentaría, ya Kiara si estaba ahí en un hotel era porque estaba decidida a dar ese paso y su única sugerencia era que hiciera mi mayor esfuerzo para transmitirle a Kiara de que de esto nadie más lo sabría, pues estas dos amigas se llevarían estos secretos hasta sus tumbas. De esa manera tuvimos un encuentro ese día en un restaurante para desayunar juntos los tres, hacer esa presentación y conocernos y mientras Yessenia se iba a las tiendas de la zona a hacer algunas compras, Kiara se quedaría conmigo en el cuarto del hotel donde ellas pasarían esa noche y de hecho Yessenia me daba un adelanto de lo que en su mente tenía para el final de esa noche, pero eso no sé si lo contaré en este momento. Por alguna razón después del desayuno no nos fuimos directo al hotel y Kiara me pedía que llegara específicamente a cierta hora con ese tono serio y pensativo de cómo se mostraba con algo que es desconocido para ella. Pensé que era el tiempo para echarse para atrás, pero no, ese mensaje nunca llegó y exactamente estaba en el hotel a las 11:00 de la mañana tocando su puerta.
El hotel tenía dos camas, un sofá a un lado y un tocador con su espejo frente a las camas y a un lado de la pared era todo un espejo que uno se miraba doble. Las cortinas gruesas estaban replegadas para permitir que la luz entrara entre las cortinas delgadas dejando ver en algo algunos edificios de la ciudad. Un televisor encendido el cual estuvo así sin la menor intención de ver nada, más nos concentramos el uno al otro he intentar quebrar ese hielo, ese nerviosismo que sé esta chica de solo 20 años tenía. Al principio me parecía algo esquiva como que de repente le llegaban algunos destellos de pudor y quizá retractarse de esa situación. Le dije que era una chica muy bella, que se miraba hermosa, a lo que solo me dio un “gracias” tímidamente y esquivando la mirada. Sé que tenía que hacer algo rápidamente y despejar sus miedos y nervios. Solo le puse mis manos en sus hombros, la acerqué a mí y le dije al oído: -Solo déjate llevar y veras que la pasaremos muy bien. En ese momento me dirigí a su lóbulo a besarlo y morderlo suavemente, mientras le tomaba de sus manos que tenían cierto temblor y le dije: -Tienes un rostro muy lindo y un cuerpo muy hermoso y te aseguro que no dejaré ningún centímetro sin que no te lo acaricie. – Ella esta ves solo sonrió.
Llevaba uno de esos vestidos de tubo de tela suave que se pegaba a su hermosa figura y ese azul turquesa le iba muy bien a su piel y a sus zapatos de tacón de color oro. Un vestido cuya falda le quedaba arriba de las rodillas, algo sugestivo, pero sin ser minifalda y sabía que lo había escogido para esta ocasión, pues cuando nos conocimos en el restaurante Kiara vestía pantalones de mezclilla. Le besaba los lóbulos y el cuello mientras mis manos se apoderaron de ese paisaje y llamativo atributo que son sus hermosas nalgas. Imaginaba como serían y cómo me las comería y todo lo que me pasaba por la imaginación en hacerle a esta chica frustrada sexualmente era también alimentado por algunos callados gemidos de Kiara cuando mi lengua acariciaba su cuello. En aquello estaba cuando le aseguré que no le dejaría marcas.
Aquel vestido ya estaba haciendo estorbo y la baje un pequeño cierre y sabía que no llevaba brasier, pues el vestido estaba diseñado así. Meto mis manos entre el vestido y toco la piel de su espalda y ambos estamos parados el uno frente al otro y le veo en sus ojos que Kiara esta más relajada y se está dejando llevar por el deseo. Levanta sus brazos y su vestido de tela suave se desliza deteniéndose por su cintura pues la curva de sus bonitas nalgas lo detienen y yo se lo dejo ahí mientras aun parados bajo desde su cuello a acariciar esos dos hermosos meloncitos y mordisqueo sus pezones oscuros. Es un gemir constante de Kiara y me da la sensación de que es una chica muy sexual que ha estado reprimida por la ineptitud de su novio. Me apodero de una teta, le mamo suavemente la otra y Kiara solo me toma de la cabeza suspirando profusamente y yo sigo con mis manos masajeando su suculento trasero aun sobre la tela de su vestido azul turquesa.
Quizá en esto hemos pasado unos 10 o 12 minutos, pero lo llevo con calma pues quiero que Kiara se caliente, que llegue a esa temperatura adecuada para ponerle el siguiente ingrediente sexual. Halo su vestido hacia abajo y cae a sus pies y veo un cachetero de color azul turquesa como su vestido y unos relieves de oro como sus zapatos. Ver desde arriba ese ángulo esas nalgas es todo un paisaje, especialmente cuando se reflejaba en todos los espejos. Kiara se deshace de su vestido y lo tiende sobre el sofá y se sienta a la orilla de la cama a la espera de que yo me desvista. Me quito la camisa, la camiseta, luego el pantalón y sé que ella puede ver el bulto en mi bóxer y ya está bastante mojado, pues la verdad que yo segrego mucho liquido preseminal y aunque tengo 56 años, eyaculo todavía buena cantidad de esperma y creo que es un conjunto de mis genes, el tipo de alimento y el ejercicio.
Llevo a Kiara a que se acueste sobre sus espaldas y ambos todavía con nuestras prendas interiores y me dedico a besar el torso de esta linda chica, beso sus entrepiernas, mientras en la medida de lo posible sigo con mis dedos sobando sus pechos o apretando delicadamente sus pezones y esta mujer no dice mucho, pero gime bastante. Sin decirle una palabra y es que cuando hay química y el deseo es mutuo esa intuición te lleva a comunicarte solo con la vista y esta chica levanta su pelvis curveando su espalda y de esta manera le remuevo sus pantaletas estilo cacheteros y puedo observar que al igual que mi bóxer están sumamente mojados.
Una panochita de barbie, pequeña a pesar de que esta chica mide su metro y sesenta fácilmente, delicadamente depilada como sin ningún vello haya crecido en ella. Piel sumamente tersa y Kiara ve que me dirijo hacia ella, ella me abre sus piernas como brindándose, como esperando este siguiente paso que ella a fantaseado, pues posteriormente me ha contado que era primera vez que recibía sexo oral, aunque ella si había dado sexo oral. Aparentemente su novio es religioso y aunque ella va a la misma iglesia, por esos tabús ella nunca le ha insinuado que quería experimentar sexo oral o ser más abierta en el sexo. La piel de Kiara se erizó cuando mi lengua tocó su pequeño clítoris, un clítoris algo oscuro y que palpitaba al son de su corazón y esa panochita estaba ya mojada, esperando ser devorada e invadida. Kiara gemía del placer cuando mi lengua se movía alrededor de su clítoris y se llevaba las manos a la boca cuando mi lengua bajaba y se la intentaba hundir. Dio un jadeo muy elevado cuando le succionaba el clítoris y sabía estaba en el borde del paraíso y de repente elevó su pelvis y Kiara comenzó a jadear de una manera que a muy pocas chicas he escuchado hacerlo. Disfrutó varios segundos esa corrida y luego aquellas caricias de mi lengua a su panochita se volvían una especie de cosquillas que me pidió a que no siguiera.
Habíamos acordado no usar profilácticos pues esta chica como está sexualmente activa con su novio que la tiene frustrada, ella está en control de natalidad y también porque ella es alérgica al látex. La estaba llevando de nuevo hacia la cama en posición de perrito cuando ella me lo pidió de esta manera: -¿Se la puedo chupar? – Obviamente que le di una respuesta afirmativa, pero esta chica tiene un culo tan perfecto que no me aguantaba por ponerla en cuatro a la orilla de la cama. Me bajó el bóxer ya todo húmedo y comenzó con atraparme el glande después de haberme limpiado la humedad de mi verga con una toalla. Realmente mamaba rico, tenía un buen ritmo y manejaba muy bien los tiempos, por momentos lento, algunas veces de una manera agresiva. Me dio una felación de unos 5 a 6 minutos, pero quería llegar a la posición de perrito de nuevo, pues según me había dicho que le gustaría correrse así, pues para esta chica era una especie de fantasía ya que su novio no aguantaba más que un par de minutos en correrse. Esta vez accedió a la posición y podía ver ese precioso culo y no sabía cómo comenzar, pero recordé la plática previa.
La verdad que la panochita de Kiara sí que es una muy apretada, se siente esa presión en el momento que le puse mi glande a la entrada. No es que sea de vagina pequeña pues absorbió mis 21 centímetros, pero si es apretada que aun con toda esa lubricación natural de ambos, ella no dejó de gemir a mi invasión, así que empezamos con un vaivén semi lento, haciendo pausas para que la vagina de Kiara se dilatara y se ajustara al grosor de la invasión. Observé que le temblaban las piernas y le pregunté si se sentía bien. Me dijo que le había impresionado el tamaño de mi verga y que tenía miedo de que le hiciera daño. La verdad que, aunque se sentía apretada, aquello con ese sentido de un vaivén semi lento se tornaba en algo rutinario. Me apoderaba de aquellas nalgas tan deliciosas, se las abría para mejor observa ese rico ojete que intentaría luego penetrar, pero aquello era un mete y saca que producía un aplauso constante en aquel cuarto, la cama crujía y Kiara jadeaba del placer.
Fue un vaivén constante que a veces semi lento y otras a velocidades dignas a las escenas del porno duro que la fueron llevando y acercando de nuevo al paraíso. Creo que todo evolucionó a un orgasmo fenomenal cuando le comencé a sobar el ojete con mi dedo pulgar. Le echaba saliva a mi dedo y se lo frotaba en el culo mientras mi verga salía casi completamente y la miraba desaparecer en esa apretada cavidad de esta chica. Los jugos vaginales de esta chica se volvían blancuzcos de tanto batirlos y ella movía ese grandioso culo para chocar con mi verga haciendo sacudir mis testículos que también estaban a punto de fruncirse. Era exquisita aquella escena y es tan excitante escuchar como gemía Kiara, que me vi obligado a pensar en otras cosas que no fuera ese culo para poder resistir. Por suerte Kiara me lo comenzó a anunciar: -Así, si así, dele duro a mi conchita, me va a hacer acabar…
Dio un jadeo escandaloso igual que el primero y esta chica me movía ese trasero tan delicioso mientras gozaba de un segundo orgasmo y podía ver como los poros de su piel se abrían y sus muslos temblaban del placer y ya no pude más y me corrí con tremendas ganas en esa preciosa panocha de Kiara. Ella lo supo porque me volteó a ver con una mirada picara y llena de mucho morbo. Se la saqué cuando mi verga se volvía flácida y parte de mi corrida comenzó a gotear y a deslizarse de la panochita de Kiara. Era la primera vez que esta chica, según me había contado, se corría porque un pene la hizo completamente llegar al paraíso. Se le miraba satisfecha y con esa magia de la excitación nos fuimos a bañar juntos.
Era una delicia mirar cómo se deslizaba el agua en el cuerpo perfecto de Kiara. Tiene un rostro muy lindo con esos labios carnosos que hace que tenga junto a sus dientes perlados una sonrisa muy erótica. De nuevo ella me pedía permiso para mamarme la verga y me daba gusto ver como la volvía a dejar bien erecta de nuevo. Me chupaba los huevos mientras el agua caliente chocaba con su rostro y luego a los minutos volví a esa mira de su perfecto culo y la puse en posición en contra de la pared del baño, mientras me ponía en cuclillas para comerme ese precioso culo. Comencé por el borde de sus nalgas y poco a poco con ese masaje de mi lengua en su piel, llegué a esa piel carrasposa de su ojete. Le abría con mis manos las nalgas y ella tomaba una postura porque psíquicamente sabía lo que le quería hacer. Yo puedo pasar comiéndome un culo perfecto como este por horas y no sé cuánto tiempo pasamos en eso, pero esto era un concierto erótico de gemidos y se escuchaba ese chasquido de mi lengua entre sus nalgas y con la punta intentar abrir en algo su culito. Como dije, no supe cuánto tiempo pasé en ello que después del recital de gemidos, unos más elevados que otros observé como sus piernas comenzaron a temblar, como sí se fueran debilitando y ella me comenzó a decir: ¡Por Dios Tony! Usted si sabe lo que hace… me va a hacer acabar, por Dios… ¡que rico! -Se le escuchaba como si estuviera profusamente respirando y finalmente dijo: -Por Dios, me corro, me corro…uy me estoy corriendo.
Al igual que cuando me la follaba de perrito dándole por la panochita, en esta ocasión me contraminaba su culo contra mi cara y fue un orgasmo totalmente desconocido para Kiara, pues no lograba entender que sin penetración y solo con un masaje de mi lengua en su ano, había logrado unos de sus orgasmos más intensos de su vida a sus 20 años. Le paso el orgasmo y solo se reía y me decía de lo extraño que le había parecido. Yo en su plática aprovechaba para lavarme la cara pues estábamos aun en el baño y una vez me incorporé la puse frente a mí y le dije una vez más lo hermosa que era y que me sentía privilegiado de estármela follando, que me sentía un hombre con suerte por ello. Le di un beso en la boca que ella correspondió y la abracé para luego posesionarme de nuevo de sus nalgas, pero esta vez le tocaba el culo con la intención de penetrarlo. Ella me quedó mirando con sus ojos de miel y me decía de esta manera:
-Imagino lo que usted está pensando… Tienes una cara de angelito, pero eres un bonito diablito señor Tony. ¿Qué me quiere hacer señor Tony? Dígamelo.
-Dices que te imaginas lo que yo estoy pensando… Pues si ya te lo imaginas, pues dime si eso es posible.
-No sé… -y sonreía. – Usted es el experto. Yo tengo mis dudas y… es que lo suyo está bastante grande.
-Dime si tú lo quieres hacer… No quiero que hagas algo que no sientas las ganas de hacer.
-Ganas, ganas… es morbo. Aquí usted es el que manda, usted me está dirigiendo…
-¿Pero lo quieres intentar?
-Con usted dan ganas de hacer cosas que quizá pensándola me daría miedo. Es que esto está muy grande… ¿cree que me cabe? – y me tomaba de la verga que ya estaba para ponerse flácida de nuevo.
-Es cuestión de intentarlo.
Nunca mencionamos sexo anal, pero ambos sabíamos de lo que estábamos hablando. Sin entretenernos nos secamos y fuimos en busca de la cama y despejar a Kiara de esas dudas y abrir la mente a una nueva aventura de lo que esta chica quería experimentar y que muchos lo toman aun en día en tabú, pero que muchas mujeres quieren experimentar, aunque sea solo una vez en su vida. Imaginar abrir el exquisito culo de Kiara es una delicia, vivirlo es estar en el edén, en el paraíso.
Antes de asomar mi glande a su culo le volví a dar una agresiva chupada a su culo y recorrí los pliegues de sus nalgas una y otra vez. Ella solo gemía a mi invasión, pero a diferencia de la primera vez, hoy le hundía mi dedo de en medio en su ano y a la vez le chupaba el clítoris pues estábamos en esa posición del misionero con sus piernas elevadas a la orilla de la cama. Creo que entró como en un trance pues Kiara me pedía que quisiera sentir mi verga en su ano y ella me lo pedía de esta manera: -Tony, quiero que me rompa el culo, déjeme sentir su verga en mi culo… hágame suya completamente. – Me lo decía casi a gritos y en esa posición comencé mi invasión a su precioso culo.
Era algo incómodo por la altura de la cama. Yo mido un metro y 86 y prácticamente estaba en cuclillas para penetrar ese culo, pero la verdad valía la pena. Vi como literalmente mi glande desapareció después de varios intentos y jadeos de Kiara, pero cuando cedió comencé con un vaivén semi lento y ese culo era una delicia. Kiara jadeaba y yo también lo hacía. Me perdí en esa sensación de ese ojete tan apretado que me enviaba esa onda de contracción divina y veo como la panochita de Kiara emana jugos vaginales claros y espesos y eso me indica que, pese a la inconveniencia de algún dolor, ella también lo estaba gozando. Sus piernas estaban sobre mi pecho, mi verga en su culo entrando y saliendo y con mis dedos comencé a chaquetear su clítoris. No aguantó mucho y sentí como su culo me apretaba la verga, miraba su vulva contraerse, los gemidos se elevaban, sus labios se fruncían, sus ojos se blanqueaban, sus poros se volvían a abrir, sus músculos temblaban y sin decir mucho explotó el volcán en una erupción que de solo ver y sentir todo eso, hizo que me corriera en su culo. Kiara respiraba profusamente igual que yo y ambos nuevamente llegábamos al paraíso juntos. Esta vez en vez de ver mi esperma salir de su conchita, salía de su precioso culo que este día había decidido en perder su virginidad.
Nos incorporamos y nos besamos como si fuéramos novios a pesar de esa diferencia de edad. Creo que Kiara estaba confundida en la sorpresa de como vivía su sexualidad con un hombre que podría ser su padre y creo definitivamente que eso también le agregaba a su morbo. El culo le había sangrado levemente, pero estaba dispuesta a experimentarlo de nuevo. Eran las dos de la tarde y ella se había corrido no sé cuántas veces, pero yo ya me había corrido 3, las suficientes para que un hombre de mi edad levante bandera.
Nos mantuvimos platicando hasta eso de las tres en esa cama sin mirar la televisión que continuaba encendida dando las noticias del expresidente que intentó ocultar esos sobrepasos acostándose con una actriz porno y una chica de esa famosa revista. Sentí lastima por ese hijo de puta de presidente, pues aquí estaba yo cogiendo a esta linda chica y me iba tranquilo hacia mi casa, pero no… Yessenia tenía otros planes. Ella llamó y preguntó si todo estaba despejado. Llegó y nos encontró ya vestidos. Kiara con sus pantalones de mezclilla y yo con mi ropa deportiva. Y Yessenia continuó con una plática que creo ya estaba ensayada:
-Tony, ¿le quedaran energías para otra faena esta noche?
-¿De qué hablas?
-Usted sabe que me encanta su verga. – me lo dijo al oído.
-¿De qué hablas Yessenia?
-Quiero que me coja esta noche y que Kiara nos mire y a lo mejor se nos quiera unir al festejo.
-¿Crees que tu amiga quiera hacer algo así?
-No sé… pero hasta el momento logré convencerla a probar otras cosas en su vida. ¿Cree que puede venir después de las 9? Yo creo que puede ser muy divertido.
-¿Quieren un trio?
-A lo mejor se da, lo que quiero que me coja y que Kiara nos mire y nos oiga. Es mi fantasía y sé que usted lo puede hacer.
Dime si quieres saber cuál fue mi respuesta y si ocurrió lo que ustedes intuyen que pasó. Escríbeme a mi correo y veremos.
Excelente. Como siempre