Mi nombre es Clara, y junto a mi marido, Daniel, llevamos unos años disfrutando de nuevas experiencias que compartimos con vosotros en estos relatos 100% reales y que podéis encontrar en nuestro perfil DaCla38.
Hace tiempo que no subimos nada porque, aun teniendo preparados un par de relatos contando alguna nueva experiencia, no consideramos que sean lo suficientemente excitantes como para compartirlas en este rincón. Para ello, y como se suele decir, volvemos por la puerta grande, ya que en este relato os cuento una de las mejores experiencias que hemos vivido.
Os sitúo, esto pasó hace unos meses, Dani cumplía 40 años y quería darle una gran sorpresa. La semana anterior lo habíamos celebrado con familia y amigos, pero realmente Dani no lo llevaba del todo bien. A pesar de que él nunca había creído en la llamada "crisis de los 40", la estaba viviendo en sus propias carnes, preocupaciones con la salud y el trabajo le habían llegado de repente sin razón aparente más que el cambio de década. Sin llegar a dramatizar, simplemente a veces se le veía tristón, razón de más para sorprenderle con algo que le gustara y que le hiciera sentir bien. Podéis imaginar que no se iba a tratar de un simple jersey o unos zapatos nuevos, sino de una experiencia de la que no se le olvidaría jamás. Para ello, iba a hacer el ejercicio de meterme en su cabeza y preparar algo tal y como él lo hubiera querido, podría decir iba a prepararle una fantasía sexual que bien podría haber salido de su cerebro.
Aunque nuestros relatos os lleven a considerarnos una pareja muy liberal y con la mente algo pervertida (que lo somos), Dani y yo no somos tan parecidos. Como hombre que es, Dani siempre tiene un punto más de perversión que yo, eso no quiere decir que yo haga cosas obligadas ni nada parecido, disfruto tanto como él de nuestras experiencias con otras personas, pero quizás desde un punto de vista más comedido y menos visceral. Os pongo un ejemplo para que lo comprendáis, a Dani le encanta ver porno o que me ponga ropa interior excesivamente erótica, sin embargo, a mi, rara vez me atrae la pornografía y evito la ropa interior incómoda por muy sexy que me vea… Y con esto os hago un spoiler, ese día le iba a dar todo lo que a él le gusta, y sí, entre otras cosas habría porno y ropa interior muy muy sexy.
Voy a empezar a relataros nuestra experiencia precisamente por este ultimo apunte que acabo de hacer, la ropa interior que llevaría ese día. Eran las 9 de la mañana, estaba terminando de ducharme y empezaba mi plan de cumpleaños para Dani. Íbamos a ir a Ronda, para quien no lo conozca se trata de un pueblo-grande ciudad-pequeña situado en el interior de la provincia de Málaga, a algo menos de 2hrs de Sevilla en coche. Muchos lo conoceréis por la icónica imagen del "tajo de Ronda" o por su antigua plaza de toros. El plan era tapear por allí a mediodía y cenar en un sitio bueno que yo (falsamente) había reservado. Esto es importante, mi plan no pasaba por salir de la habitación desde el momento en que llegáramos al hotel tras la comida de mediodía, de ahí la falsa reserva y que me estuviese engalanando desde bien temprano con la ropa interior elegida para ese día. Siempre nos gusta dar datos para meteros en el relato y que podáis comprobar la verosimilitud de nuestras historias, así que si ponéis en Google "Caroline Podlewski sexy" (acabamos de comprobar cómo poniendo eso en el buscador y dando imágenes sale entre las primera fotos) veréis una modelo morena, chica que apasiona a Dani, con el mismo conjunto que mi marido me regaló hace años y que nunca me había puesto pensado que era más incómodo de lo que luego resultó ser. Sí, es ese de lineas negras y transparencias que deja poco a la imaginación, está feo que lo diga pero me quedaba increíblemente sexy y es el que elegí para ese día. Para los nuevos lectores que no sepan cómo es mi físico, vuelvo a remitiros a que busquéis la actriz porno Angel Young, con la que según mi marido comparto el mismo cuerpo (ya os he dicho que le gusta mucho el mundo xxx). A quien no quiera buscarla, decir que soy rubia, delgada y con bastante pecho natural, eso sí, no tan firme como me gustaría, culpa de la ley de gravedad. Una vez duchada y con el conjunto de ropa interior colocado, me puse otro fetiche para Dani y así darle el gusto, un par de medias negras con liga autoadhesiva de las que se quedan a la altura del muslo. Pensaréis que todo este atuendo tan sexy lo acompañe con un vestido super ceñido y elegante, pues no. Vaqueros de tiro alto, jersey oversize verde y unas las típicas Vans negras escondían todo lo que llevaba por dentro y que no había dejado ver a Dani cambiándome a escondidas, había que sorprender y esto era solo el comienzo.
Llegamos a Ronda sobre las 12 de la mañana, nos hospedabamos en hotel Catalonia Reina Victoria, un hotel en el que ya habíamos estado hacía unos años y que nos había encantado. Reservé una Junior Suite Deluxe, ese fue mi primer regalo y sorpresa para Dani, ya que le había pedido que eso lo dejara en mis manos. Mi marido alucinó con la habitación, dos estancias, cama gigante, baño tremendo… una pasada. No más de 15 minutos estuvimos en la habitación, aún no sé como pude escapar de Dani, él estaba deseando estrenar la cama conmigo y yo insistía en salir pronto para comer en el sitio que queriamos sin tener reserva. Todavía no era el momento de meternos en la cama. Un consejo para quien visite Ronda, coman en Tragatá, un bar de tapas y platos super currados, propiedad del mismo dueño poseedor de un estrella Michelin en la misma localidad, riquísimo todo. Camino de vuelta al hotel para descansar un rato, paramos en un bar irlandés muy céntrico, Dani se pidió un gin tonic y yo un café, a pesar de la insistencia de mi marido en que me tomara una copa. No voy a decir que me quisiera emborrachar, pero a Dani le gustaba tenerme algo achispada en la cama para que estuviese más suelta, no le quito razón. Ese día me había propuesto un reto, iba a desnihibirme por completo sin la necesidad de beber, al pedir un café pretendía estar activa para lo que iba a pasar en un rato. Si habéis leído más relatos nuestros, pensaréis que en el sexo no tengo apenas filtros y que no me importa hacer casi de todo, nada más lejos de la realidad. Si, Dani y yo hemos hecho muchas cosas, pero sigo teniendo un poco de vergüenza y no termino de soltarme ante ciertos juegos y actitudes, más aún si no he bebido nada que haga que me libere. Hablando claro, sin tener que beber, ese día pretendía ser la mujer que se esconde en los pensamientos más profundos de mi marido, y porque no decirlo, en los míos.
Mientras estábamos en el irlandés, puede que por el efecto del café y la cercanía del momento, comencé a ponerme muy nerviosa. Tenía una mezcla de impaciencia y excitación, no veía el momento de llegar al hotel y empezar con el juego. Recuerden que todo era una sorpresa preparada por mi, para Dani era una escapada bastante inocente con pocas pretensiones sexuales, o al menos, eso me dejó caer en ese momento.
– Muy bonito Ronda, pero da poco juego eh?… – lo conozco, con juego Dani dejaba entender perfectamente que se refería a sexo con otras personas, algo habitual en nuestras últimas escapadas
– Pues si, me temo que hoy nos va a tocar jugar a los dos solitos.- dije dando por hecho que nadie se iba a meter en nuestra cama con nosotros, ya hablamos días antes que era un destino muy tranquilo para ello.
– Que putada, porque se me está poniendo un cuerpo de compartirte con alguien…- yo no había bebido, pero Dani se habia tomado un par de copas de vino en la comida y ahora el gintonic estaba despertando sus instintos más primarios.
– Que generoso no?- empezaba a tenerlo justo en el punto que quería.
– Será que a ti no te gusta tanto como a mi…- contestó.
– Claro que me gusta, pero esta vez lo veo tan complicado que ni se me había pasado por la cabeza.
– Hubiera sido un gran regalo de cumpleaños ver entrar dentro de ti a otro hombre…- ese susurro que Dani me hizo al oído tan subido de tono detonaba su excitación y me la trasladaba a mi.
– Me lo hubieras dicho antes y hubiésemos elegido otro destino.- repliqué, dejando claro que teníamos que haber enfocado el plan de otra manera.
– Al menos jugaremos con los dos amigos que traigo en la mochila no?.- se refería a los dos dildos que tenemos y que le encanta utilizar conmigo.
– Jugaremos, jugaremos…
Íbamos a jugar mucho, mi intención era jugar con los dildos, jugar con Dani y hasta con alguien más… solo pensarlo estaba provocando algo en mi, notaba de forma llamativa mucha humedad entre mis piernas, solo los nervios por que mi plan saliera según lo pensado podían frenar mis ganas de sexo. Dani no podía imaginar mi estado, estaba deseando que pasara todo y ver su cara, iba a ser un gran día a pesar de haber cruzado una linea roja entre nosotros. Solo ese detalle creaba una duda en mi, duda que en un principio no me preocupaba, pero que en ese momento empezó a rondar en mi cabeza más de la cuenta hasta el punto de empezar a rayarme.
En el relato "Sevilla, una boda y un amigo (Contada por Clara)", que podéis encontrar en nuestro perfil, cuento nuestra experiencia con Francis, un amigo que esa noche pasó a ser algo más, tanto que acabamos juntos en la cama pasando un muy muy buen rato. Francis era mi gran sorpresa para Dani, en los últimos tiempos, verme follar con otro hombre era el mejor regalo que podía hacerle a mi marido. Irnos de escapada y que solo tuviesemos sexo convencional no pasaba por mi cabeza, había que hacer algo especial y para asegurarme necesitaba un amante de forma segura, no podía dejar al azar el hecho de encontrar a alguien nuevo. Francis iba a ser ese amante, era amigo nuestro, ya sabía de que íbamos y no tenía duda de que aceptaría mi proposición. El único problema estaba en que hablar con él a espaldas de Dani se podría considerar como saltarse una norma no escrita entre nosotros. Desde que empezamos a tener una relación más liberal teníamos las ideas muy claras, cualquier cosa que hiciéramos sería siempre en pareja, nunca a espaldas del otro. Se que es difícil de comprender, pero no había ningún problema en follar con su amigo en su presencia, es más, nos gustaba hacerlo, pero el hecho de chatear con Francis sin que Dani lo supiera podría traerme problemas con mi marido. No pensaba que pudiera tener esos problemas con Dani, creía que el fin iba a justificar los medios e iba a comprender que para llevar la sorpresa a cabo no tenia más remedio que hablar con Francis sin que él se enterara de nada. Pero me rayé.
Como siempre decimos, la realidad no es siempre como nos gustaría y como quedaría mejor en un relato de este tipo. Sería genial y muy narrativo estar en el hotel liandome con mi marido y que de sorpresa, apareciera Francis y que todo se parecería a la escena de una película donde comenzara un trio perfectamente sincronizado. No os preocupéis que trío hubo, pero no de esa manera, porque lo que realmente pasó es que jodí la sorpresa. Íbamos camino del hotel, estaba a unos 15 minutos del pub irlandés del que acababamos de salir, yo ya estaba exageradamente nerviosa, tanto que Dani no tardó en percatarse.
– Te pasa algo Clara?
– Me pasa, no te voy a engañar.- pasaba de andarme con rodeos, pero no sabía cómo enfocar el tema.
– Pues ya tardas en contármelo. Te pasa algo malo?.- parecía que Dani empezaba a preocuparse.
– No no, no te rayes. Nada malo.
– Entonces?
– Joder Dani, es que tengo una sorpresa preparada para ti por tu cumpleaños y ahora me estoy rayando por si no te parece bien.- me estaba jodiendo como la estaba cagando a última hora.
– Pero si es una sorpresa supongo que me gustará no?.- era logico que pensará eso.
– Si si, si creo que te encantará, pero ahora me estoy rayando.
– Mira, si te quedas tranquila cuéntamela y listo.- en sus palabras solo encontraba comprensión.
– Es que he avisado a alguien…
– Que has avisado a alguien? Hablamos de sexo??? – veía más alegría en su cara que enfado
– Hablamos de sexo.- contesté.
– Hombre o mujer?.- recuerdo que a día de hoy aún no hemos metido a una mujer entre nosotros. Me dio pena pensar que igual él creía que la sorpresa era al fin una mujer.
– Hombre.
– Bien, mejor.- definitivamente a mí marido le gusta más verme follar que follar él con otra, así es Dani.
– Jajajaja, que tonto.
– Y dónde está el problema? Porque te rayas? Si es un sorpresón!
– Pues mira, la verdad que me he rayado por si pensabas que ando hablando con otros a tus espaldas.
– Una cosa es tontear y otra hablar. Si le has dicho a alguien que venga tendrás que comunicarte de alguna manera no?.- que maravilla de hombre tengo, siempre pensando en positivo.
– Así ha sido, pero me he rayado a última hora. Por no tontear creo que hasta he sido borde con esa persona jajaja.- era cierto, mi conversación por WhatsApp con Francis fue tan escueta que nos limitamos a lo justo para montar el plan.
– Bueno, y ahora es cuando me dices quién es?.- mucho tardo en preguntarlo.
– Vamos a dejar algo de sorpresa no?.
– Ok!.- Aceptó, pero luego me confesó que se imaginaba que sería Francis, era el más lógico de pensar.
Llegamos al hotel, me había quedado súper liberada a pesar de haber fastidiado la sorpresa a última hora. No sólo estaba más tranquila, estaba con un subidón impresionante, llegaba el momento culmen del cumpleaños, la fiesta del sexo que pretendía que tuviesemos estaba a punto de comenzar y habia que calentar el ambiente. Entramos en el ascensor, solo eran dos pisos los que tenía que subir, tiempo suficiente para mirar a Dani y levantarme el jersey y una camiseta interior de tirantes que llevaba y mostrarle mi sujetador.
– En serio???.- preguntó asombrado mi marido al comprobar la ropa interior que me había puesto.
– Jajaja, en serio! Lo he rescatado del fondo del cajón. Me queda bien no?
– Te queda perfecto, lo que no comprendo es como no te lo has puesto antes.
– Yo y mi obsesión con la ropa interior cómoda. Pero hoy haremos una excepción, te mereces un gran día de cumpleaños y esto es solo el comienzo.- ya me volvía a tapar y salíamos del ascensor rumbo a la habitación.
– Ropa interior cómoda… invitado misterioso…algo más?? Esto apunta a ser la mejor celebración de cumpleaños que he tenido nunca.
– Pretendo que el mejor regalo sea yo, más bien mi actitud.
– Como? Explicate mejor.- Dani necesitaba aclarar esa afirmación que acaba de hacer. Ya dentro de la habitación le pedí que se sentara para explicarle.
Como apunté al comienzo del relato, ese día quería desinhibirme por completo, idea que intenté trasladar a Dani. Para no dar vueltas intentando explicar lo que pretendía, os lo voy a explicar con una expresión horrenda que se ha dicho toda la vida y con la que no puedo estar más en desacuerdo "ese día iba a ser la más guarra". No os penséis que soy una feminazi de las que predican la dudosa igualdad de la actualidad, nada de eso, pero yo no pretendía ser una guarra, pretendía ser yo. Pretendía ser como ellos. Pretendía que fuéramos 3 personas pasandolo bien sin tapujos. Quería ser sexy, quería excitar a mis amantes, quería hacer de todo sin que mi mente me frenara en nada. Todo esto fue lo que expliqué a Dani, quien, cuando terminé mi speech, se levantó a abrazarme y darme un cariñoso beso.
Ya estaban todas las cartas sobre la mesa, solo faltaba comenzar con el espectáculo. Dani y yo tonteabamos en el sofá de la entrada de la habitación con mi ropa interior. Le encantaba recrearse y, tras quitarme el jersey, me bajaba la camiseta interior para ver mis pezones a través de la tela transparente del sujetador, me gustaba ver como disfrutaba. En este tonteo en el que parecíamos una pareja de adolescentes en pubertad sonó la puerta.
– Llegó el invitado??- preguntó Dani con ilusión.
– Supongo que sí.- Francis me había escrito hacía un rato, estaba buscando aparcamiento cerca del hotel, yo le di el número de habitación y la verdad es que no habíamos hablado nada más.
– Abre tú que yo os espero aquí.- desde su sitio se veía perfectamente la puerta.
– Si hombre, para que no sea y le salte un ojo.- con un gesto hice ver a Dani lo que se me notaban muchísimo los pezones a través del sujetador y la camiseta interior de licra.
– Así piensas desinhibirte?.- preguntó Dani, picandome, pero con mucha razón.
Acto seguido le eché valor y mientras iba a hacia la puerta me quite la camiseta quedandome solo en sujetador. Si antes lo habéis buscado con mis indicaciones, podéis imaginar cómo se podían ver mis pezones perfectamente con el sujetador que llevaba, si tras la puerta estaba Francis me iba a dar vergüenza, pero si era alguien del personal del hotel no iba a saber ni como actuar. No sería una locura el que no fuera Francis, nuestra conversación podia considerarse incompleta y recordaba como en ese hotel a media tarde traía el personal algo de fruta. No me hago más la interesante, era Francis.
– Lo sabía!!!.- exclamó Dani nada más ver entrar a Francis y levantarse rápidamente a abrazarlo, apenas dejándolo lanzar una mirada furtiva a mis tetas en ropa interior.
– Llego en mal momento?.- acertó a decir Francis al verme de esa guisa.
– Llegas perfecto, no te preocupes.- le contesté mientras le daba un cariñoso beso en la mejilla y lo abrazaba.
– Es que no sabía si subir, hace rato que estaba esperando.
– Llevo mucho tiempo sin mirar el móvil, lo siento.- de todos modos tengo que decir que me sorprendió mucho que subiera a la habitación sin mi permiso. Al final solo fue anecdótico, no dije nada al respecto.
– Quieres un vino Francis?.- preguntó Dani una vez hechos los saludos
– Venga, va.
– Y tú, cariño?.- me preguntó esta vez a mí mientras sacaba de una bolsa una botella de vino de la zona llamado "Altocielo" que acababamos de comprar.
– Hoy no quiero beber.- contesté mientras me volví a poner la camiseta interior de licra.
– No quieres beber nada, te vuelves a vestir… esta fiesta no empieza bien.- dijo Dani en plan broma.
– Me visto por decoro, no os preocupeis que en breve volveré a presumir de ropa interior… y no bebo porque quiero recordar cada segundo de los que pienso pasar hoy con vosotros.- boquiabiertos los dejé, ya me iba envalentonando.
Había pasado media hora aproximadamente, Dani y Francis no habían bebido mucho, la charla que teniamos los 3 era animada, a pesar de eso, mi mente estaba en otro sitio. El corazón me latía a mil y mi cabeza no paraba de pensar, estaba deseando jugar con los chicos, sabía el juego pero me daba vergüenza proponerlo, esa vergüenza de la que me quería librar ese día. "Chanel Preston Ryan Mclane Xander Corvus", si ponen estos 3 nombres en Google les saldrá una escena de cine de adultos. Una pareja celebra una cena romantica, tras dicha cena, el teórico marido venda los ojos de la esposa y aparece un amigo. No os quiero destripar la escena, pero me identifico mucho con esa mujer, que rechaza en primer lugar al amigo y que finalmente termina disfrutando de los dos hombres al mismo tiempo, alguna historia parecida nos pasó una vez. Os recomiendo que la veáis porque, sin gustarme el porno, tengo que reconocer que esa escena me pone muchísimo, y en ese momento decidí empezar la fiesta viéndola con ellos. A Dani le iba a encantar hacer eso y a mí me apetecía un montón, pero no sabía como empezar y ya no aguantaba más. Tenía que mover ficha, Francis y Dani seguían de charla, yo me levanté y me dirigí a la maleta que estaba en la otra estancia, donde estaba la cama, allí tenía un USB de Dani donde sabía que tenía un archivo con esa escena entre otras. Mi plan B era ponerla en la tablet de Dani, pero prefería la tv grande que había justo enfrente de la cama, más cómodo. Introduje el USB en el puerto de la tv con poca esperanza, en los hoteles normalmente el USB no funcionaba, no era el caso, sorprendente un menú se desplegó al meterlo y solo tuve que seleccionar el archivo. Volví a la maleta y abrí una bolsa, de ella saque nuestros dos dildos, ambos de la marca Doc Johnson, los mejores, uno blanco del actor Xander Corvus (presente en la escena) y otro negro bastante más grande de un tal Jason Luv (esto me lo acaba de decir Dani porque no tengo ni idea de quién es). También saque lubricante (Durex perfect connection), y solo dejé en la bolsa un satisfyer que pensé que no me haría falta. Una vez dejé las cosas dentro de las sábanas de la cama me empecé a quitar la ropa, los chicos no me veían ni parecía que me echarán en falta. Me quedé solo en ropa interior, medias cortas a muslos incluidas, me arme de valor y entré donde estaban los chicos, que al verme dejaron la conversación inmediatamente.
– Feliz cumpleaños cariño.
Esa fue la frase con la que entré a escena, seguidamente me dirigí hacia mi marido, que lucía una gran sonrisa en la cara mientras me miraba, y le plante un beso con lengua impregnado de mucho sexo. Era el turno de Francis, tras unos segundos besando a Dani cambié de hombre y me acerqué a nuestro amigo con la intención de hacer lo mismo. Francis también presentaba una gran sonrisa, se le veía cómodo, más aún cuando empecé a besarle de la misma manera que a mí marido y el llevó su mano a mi pecho derecho para comenzar a acariciarlo. Le había faltado tiempo para meterme mano, ese gesto me puso mucho ya que no me lo esperaba, pero diría que a mí chico le puso aún más. Dani se levantó y se coloco detrás de mi culo, yo estaba inclinada besando a Francis y empecé a notar la mano de mi marido acariciandome los cachetes, la cosa se estaba calentando y mucho.
– Vamos a la cama, tengo una sorpresa.- corté la situación de repente.
– No me jodaaas.- entre risas, Francis se lamento por cortar de forma tan brusca el momento.
– Te has visto? Esta sorpresa ya es insuperable.- Dani se refería a mi modelito de ropa interior.
– Precisamente a ti te va a encantar, pienso darlo todo en tu cumpleaños. Veniros.- y les hice una indicación para pasar a la zona de la cama.
– Porno?.- dijo Dani con asombro al ver preparada la TV.
– Me das a decir que no te gusta? Y más verlo conmigo.
– Me encanta.- contestó.
– Pues venga, vamos a pasarlo bien. Tú te apuntas no, Francis? – daba por hecho que sí.
– A ver porno con vosotros? Sois la ostia! – Francis flipaba con como éramos como pareja.
– Eso es un si o un no?.- pregunté y automáticamente se tumbó en un lado de la cama donde perfectamente cabíamos los 3.
– Dale al play.- sentenció Francis, eso hice.
La situación era la siguiente, Francis a mi izquierda, yo en centro de la cama y Dani a mí derecha. En la TV empieza la escena, al final voy a tener que destriparla un poco. Tras la cena, la mujer se tumba en la cama desnuda, ojos tapados, intruso que entra en la habitación con la complicidad del marido y que comienza a comerle a la esposa el coño (tengo que empezar con el lenguaje soez…). Por supuesto, a mí marido y a mí nos gusta esta escena porque tiene mucho de nuestra realidad.
– Un día vamos a hacer eso, cariño.- propuso Dani.
– No se yo eh? Ya podías elegir bien el otro hombre, si no me gusta, al destaparme los ojos sería un poco incómodo.
– Yo, yo, yo!! – dijo Francis de forma bastante graciosa, cosa que provocó nuestra carcajada.
– Me vales.- guiñé un ojo a nuestro amigo.
– Espero hacerte disfrutar al menos como ese tío le hace disfrutar a ella.- la chica se veía que estaba pasando un buen rato pensando de forma equivocada que quien se lo comía era el marido, que simplemente los miraba.
– Mmmm ahí ahí vas a andar, lo comprobamos?.- me sentí tentada a pedir que me lo comiera en ese justo momento, pero se me vino a la cabeza algo que podría divertirnos.
– Quieres que te lo haga ahora?.- si es por Francis ya me hubiera metido la cabeza entre las piernas.
– No van por ahí los tiros… Que conste que no siempre el tamaño importa pero… A ver si superas al actor.- Metí en la mano debajo de las sábanas y saque lo que escondía, con el tacto adivine cual era el dildo con la forma del actor Xander Corvus y se lo mostré a Francis. En la escena, Xander Corvus era el actor que hacía de amigo. Por cierto, Dani no hablaba, solo miraba nuestra conversación y se empezaba a tocar por debajo del pantalón.
– Jajaja empalmado mínimo la igualo. Y este juguete??.- preguntó.
– Hoy lo voy a dar todo, os lo he dicho antes.- ahí empecé a tocar a Francis por encima del pantalón.
– Dame anda.- ya caliente, Dani se bajó de la cama y se quitó pantalones y camiseta, luego se puso de rodillas en la cama solo en boxer y cogió el dildo que previamente me había pedido.
– Te la vas a comparar?.- Dani hacia como que el dildo era su polla, como pensando si eran de las mismas dimensiones.
– Con permiso.- dijo mirando a Dani, que asintió con la cabeza, seguidamente se bajo los boxer mostrando su gran polla en proceso de erección.
– Que cabrón.- Dani se metió en la conversación al volver a comprobar el tamaño del miembro de su amigo.
– Venga cariño, que tú no vas mal tampoco eh?.- tan cierto es que mi marido no la tiene pequeña como que la de Francis supera las dimensiones normales.
Francis continuó de rodillas pero ahora empezó a tocarse, se masturbaba justo delante mía, lentamente, como intentando llegar a una erección plena que mostrará su tamaño al 100%. Dani se quitó la ropa de cintura para abajo, ya empalmado también empezó a masturbarse, solo quedaba yo. La situación era ardiente, los tenía en el punto que quería, a mí también me apetecía masturbarme con ellos, así que directamente me quite el tanga, quedandome solo con el sujetador y las medias. Las miradas de Dani y Francis inmediatamente se dirigieron a mi coño, completamente depilado. Volví a meter la mano debajo de las sábanas, esta vez saqué el lubricante, primero abrí el bote y luego mis piernas, dejando caer un chorro generoso sobre mi rajita, algo más erótico que necesario, ya que me notaba extremadamente húmeda. Los tenía locos, ya no miraban la Tv, solo a mí y mis movientos. Tras dejar mi entrepierna empapada, era el turno de los chicos, primero acerqué el bote a la polla de mi marido, que me la ofrecia con su gesto, dejé caer el contenido sobre la punta y con la otra mano lo pajeé durante unos segundos para distribuir homogéneamente el liquido. Ahora le tocaba a Francis, le invité a que cambiara de postura y se tumbara, volví a repetir el gesto que segundos antes había tenido con Dani y lubrique su polla hasta dejarla brillante. Mientras hacia está última operación empecé a notar los dedos de mi marido tocando mi coño extremadamente mojado.
– Cariño, tocarte entre las piernas con esta humedad es la mejor sensación que puede experimentar un hombre, dejamos a nuestro invitado que lo compruebe?.- no era la primera vez que Dani me decía que amaba esa sensación.
– Claro que sí, pero mientras, miremos la Tv que me encanta esta parte.
Ya estábamos en el punto que pretendía, nunca pensé que era un objeto con el que jugaban dos hombres, éramos tres amigos pasándolo bien, igual hasta yo era quien mas se divertía. Como había propuesto mi marido, giré mi cuerpo y me senté junto a Francis, abrí mis piernas y este empezó a palpar mi humedad con sus dedos.
– Madre mía…- se ve que a Francis también le había gustado notar mi coño mojado.
– Shhh.- susurré mientras se me empezaba a acelerar la respiración al notar los dedos de Francis entrar dentro de mi, mientras, indicaba con el dedo que mirarán la Tv.
Sin la necesidad de cambiar la postura que teníamos, cogí el mando de la tv, asqueroso y aceitoso debido al lubricante del ambiente, y subí el volumen. En la escena no había sexo en ese momento, era mi parte favorita, la mujer se acababa de dar cuenta de que quien se lo comía no era su marido, enfadada tapaba rápidamente su cuerpo desnudo con una sábana. A partir de ahí, una conversación muy peliculera donde el marido intentaba convencer a la esposa de hacer un trio con su amigo, todo esto en un perfecto inglés americano que por suerte podíamos entender. Era hasta gracioso, uno de los argumentos del marido para liar a su esposa con su amigo era el tamaño de la polla de este último, era gracioso porque justo teníamos esa polla en la cama, de silicona, pero teóricamente era una copia exacta del bueno de Xander (diría que la copia es algo menos grande que la real). Os lo podéis imaginar, al final la chica aceptó… el sexo comenzó con ella comprobando el tamaño de Xander directamente, momento en el volvimos a comparar entre risas el tamaño del dildo y el de la polla de Francis, asombrosamente parecidas.
– Si son iguales, podemos probar si el dildo te entra bien, porque si tienes problemas no podrás follar con Francis.- como sospechaba, mi marido estaba disfrutando con todos esos jueguecitos, estaba siendo un gran regalo de cumpleaños.
– No creo, no?.- contesté mientras ahora era yo quien sobaba la polla de Francis, como contemplándola.
– Te aseguro que no.- Francis seguía palpando mi humedad. Por supuesto no iba a tener problema, no solo porque habiamos follado antes, sino porque, insisto, era una barbaridad lo que la situación estaba provocando entre mis piernas.
Lo que hice a continuación era lo típico que, a pesar de mi liberación sexual, me daría reparo hacer antes de ese día. Cogí el dildo de Xander y se lo di a mi marido, me puse a cuatro patas ofreciendo mi culo y mi coño visto desde atrás a mis chicos. Mirándolos hice un gesto a mi marido indicandole que me penetrara la polla de silicona. Cerré lo ojos, no por vergüenza, sino porque quería sentir plenamente, pasaron unos segundos, demasiados, hasta que finalmente comencé a notar como la polla de Xander entraba dentro de mi. Con suma facilidad llegó hasta el final, a pesar de que empezaba a salir y entrar sin problemas, notaba como me llenaba un montón por dentro hasta penetrar zonas muy muy profundas. Durante al menos un minuto, dejé que mi marido penetrara el dildo en mi interior de forma cada vez fluida, seguía pensando que no recordaba tan grande el dildo de Xander, me vino un flash, mi marido me la estaba jugando. Abrí los ojos y giré la cabeza para mirar a Dani, tanto él como Francis tenían una sonrisa cómplice, sacándomela de golpe para mostrármela, pude comprobar cómo mi marido habia cambiado de dildo y lo que me penetraba era el la copia del actor negro, del mismo material, pero considerablemente más grande.
– Que cabrones… – les dije devolviéndole la misma sonrisa cómplice que tenían ellos.
– Tampoco parecía que te disgustara eh? – dijo Francis.
– Pues no, pero sabía que algo raro pasaba.- hemos utilizado mucho ese dildo, pero conmigo tumbada, a cuatro patas me solía molestar más.
– Seguimos? – preguntó Dani ofreciéndome cada dildo en una mano, como dándome a elegir.
– Os lo estáis pasando bien? – dije mientras cogía el dildo negro.
– En grande!.- contestó Francis.
– Solo si te sigues follando el negro.- Dani estaba súper caliente.
– Así?.- abrí las piernas y empecé a metérmelo hasta el fondo, sin ninguna molestia en esta postura.
– Que guarros sois…- dijo Francis con buena intención, alucinando con las prácticas de sus amigos a pesar de su dilatada experiencia sexual (lean el relato de la boda en Sevilla).
– Se guarro tu también y tócame las tetas.- yo estaba súper caliente a esas alturas.
Apoyé mi espalda en el cabecero para estar más cómoda y Francis se colocó junto a mi. La mano izquierda me era suficiente para continuar introduciendo el dildo dentro de mi, ahora más lentamente, recreándome. Me baje los tirantes del sujetador sin llegar a quitármelo hasta dejar mis pechos al aire, Francis comenzó a manosearme ambas tetas, pasaba de una a la otra apretándome y tirandome pequeños pellizcos en los pezones. Ahora sí que la polla de Francis estaba durísima, se la veía enorme, le acerqué mi mano derecha y comencé a masturbarle, al mismo ritmo calmado con la que yo también me masturbaba. Dani estaba frente a nosotros, tocándose también. Los tres mirábamos como el gran dildo entraba y salía de dentro de mí, sobre la silicona negra del dildo podían verse fluidos blanquecinos que salían de mi interior, insisto que ese día estaba mojada como nunca, era todo muy muy excitante.
– Joder, me voy a correr ya.- no sé si habían pasado 10 o 15 minutos tocándonos, la nocion del tiempo la había perdido completamente, pero Francis parecia lamentarse por terminar demasiado pronto.
– Hazlo en mis tetas.
Aún no sé ni como dije eso, es la típica frase que por pudor nunca habría salido de mi boca. Por supuesto que no iba a ser la primera vez que lo hacían, pero nunca lo había pedido de forma tan explícita. Francis se volvió a poner de rodillas, como al principio pero apuntando su mástil hacia mis tetas. Yo seguía a lo mío, jugando con mi dildo, pero ahora más rápido y acariciando mi clítoris con la mano que me había quedado libre, personalmente necesito estimular esa zona para llegar totalmente al orgasmo. El primero en terminar fue mi marido, creo que no pudo aguantar mucho más tras oír mi petición a Francis, quien no tardó ni un minuto más en acabar también. No se si fue por mi visión directa, por el tiempo que llevaría Francis sin eyacular o simplemente puede que fuera por la excitación del momento, pero creo que nunca vi salir tanto semen de la polla de un hombre, y sí, todo todo directamente sobre mi pecho. Con una sincronización casi perfecta, yo también llegué al orgasmo. Mientras Francis descargaba algo que parecía interminable sobre mis tetas, yo empecé a notar de forma muy súbita un peculiar orgasmo. He leído mucho acerca del fenómeno "squirt", esa eyaculación femenina que te hace liberar un abundante líquido transparente al llegar al orgasmo. En el momento no pensé que tuviera relación, pero de repente y casi al llegar al clímax, note como casi me orinaba. Pensareis que ahora viene el chorrazo que sale de entre mis piernas, pues siento deciros que lo que pasó en realidad quizás os decepcione. Esa sensación provocó de forma instintiva que interrumpiera mis tocamientos, y que en parte jodiera parcialmente el super orgasmo. Como llevo diciendo durante todo el relato, ese día estaba peculiarmente mojada y excitada, y tras terminar ni tan siquiera tenía ganas orinar. Creo que por primera vez tuve un "squirt interruptus". De repente fue como si volvieramos a la realidad, los tres teníamos la respiración acelerada, mi cuerpo estaba pringado de arriba a abajo, mezcla de lubricante y corrida de Francis, el dildo descansaba junto a mis piernas ya cerradas. Si os lo planteáis, en esa media hora aproximadamente, no llegamos a follar, ni tan siquiera hubo algo de sexo oral… Pero puedo afirmaros sin miedo a equivocarme, que fue la situación más excitante que he tenido nunca.
Hasta aquí el relato de hoy, intentando llevaros la experiencia tal y como sucedió. Lo de ese día no solo quedó ahí, durante unas 6 horas, hasta que Francis tuvo que marcharse, tuvimos un increible festival del sexo. Ahí sí que follamos de todas las maneras y por todos los sitios por los que se puede follar… Incluso dejé a Dani grabarme con Francis en la ducha, cosa que siempre me dio un poco de reparo (Dani quiere que llevemos esa ducha a un mini relato). Esta experiencia la he escrito yo (Clara), pero con la total colaboración de Dani. Esperamos vuestros comentarios, gracias por leernos y hasta la próxima!