back to top
InicioHeteroCon mi lector Brian (2)

Con mi lector Brian (2)
C

el

|

visitas

y

comentarios

Apoya a los autores/as con likes y comentarios. No cuestan nada.
Tiempo de lectura: 3 minutos

Esta es la segunda parte del relato con mi lector, les recomiendo que lean la primera y que disfruten de la segunda.

Con Brian avanzamos mucho en nuestra relación, ahora yo y él somos novios oficiales a pesar de vivir en distintos países. Él con su sueldo me paga los pasajes cuando hay un feriado largo en mi país y cuando estoy de vacaciones que me puedo quedar tres meses enteros, a pesar de la distancia nos vemos con bastante frecuencia, pero hace un tiempo me planteo la idea de venirse a vivir para Argentina para estar juntos del todo, yo acepte y estamos haciendo los preparativos para eso.

Ahora mismo me encuentro en México porque ya he entrado en vacaciones en la facultad, me quedan dos meses para disfrutar con mi novio aquí en este bonito país.

Preparé una ensalada con unos trozos de pollo mezclados con salsa de tomate, decidí llevarle la comida al negocio que trabaja Brian. El local es gigantesco tiene 5 pisos donde venden cosas de almacén, ropa de bebe, ropa de dama, y zapatillas hasta hay un sector donde se venden toda clase de libros.

Subí al 5º piso que era donde se encontraba Brian, termino de atender a una señora y se acercó hacia mí.

-Mi hermosa escritora- me dijo cuando me abrazo y me dio un beso en el cabello.

-Mi hermoso novio, te extrañaba tanto- le respondí llevando mis brazos a su cuello para presionar su cuerpo contra el mío.

Le tendí la ensalada, me dio las gracias y luego me dijo: -Ahora lo único que quiero comer es a ti- sus labios buscaban mi cuello, dejo la ensalada en un escritorio y empezamos a besarnos como si nada más importara.

-Brian, amor, las cámaras, la gente que puede llegar a venir- dije con la respiración agitada.

-No pasa nada, he desactivado las cámaras durante algunas horas y ya le he puesto seguridad a la puerta, si viene algún cliente podrás acomodarte.

Con estas palabras me dio la tranquilidad que necesito y no dude en entregarme a él como siempre hacía, ya que cuando estábamos juntos solíamos tener sexo con mucha frecuencia y durante las noches Brian dormía con su rostro entre mis senos, no tienen idea de lo tierno y lindo que se ve cuando hace eso mientras yo le acaricio su cabello negro.

Brian paso sus manos por mi cintura hasta llegar a mis nalgas, detuvo sus manos en mi trasero para presionarlo y luego me levanto para colocarme encima del escritorio al lado de la caja registradora.

Se acercó más a mí y pude entrelazar mis piernas en su cintura, me dio besos en el cuello y luego me quito mi blusa para besarme los senos que aún estaban en mi sostén.

-Ana, tus besos son adictivos, siempre tengo ganas de más, quiero follarte hasta caer agotado- murmuro en mi oído a la vez que me quitaba el sostén y manoseaba mis pechos, sus caricias y sus palabras hicieron que mis pezones se levantaran preparados para ser chupados, para recibir una rica estimulación de su parte.

-Follame Brian, hacelo- le pedí con insistencia.

Con una de mis manos le desabroche su pantalón y luego le baje el bóxer, se apresuró a bajarme mi pantalón junto con mis bragas dejándome lista para follarme.

Me clavo los dedos en mi cintura para atraerme hacia él, hizo un movimiento hacia adelante y me embistió profundamente.

-Ana, no sabes lo hermoso que se siente estar adentro tuyo.

-Llévame al paraíso, amor mío- le dije entre gemidos.

Con estas palabras de mi boca él empezó a hacer esas embestidas tan frenéticas y salvajes que lo caracterizaban tan bien en la cama.

Se inclinó un poco más y me lambía los senos rápidamente sin dejar de penetrarme y a la vez que podía también los apretaba para masajearlos llenos de su saliva que se estaba acumulando en ambos de mis pechos.

Me apoye sobre mis codos, le di un apasionado beso en la boca a Brian y el cambio la posición poniendo mis piernas en sus hombros porque de esta manera las embestidas se volvían más profundas y a él le encantaba que yo lo sintiera bien adentro y a mí también me fascinaba.

Luego pasamos a otra posición nueva que recién habíamos descubierto y que nos fascinaba a ambos.

Me coloco de costado, eleve una de mis piernas y él la tomo con su mano, pero Brian siguió de frente y de esa manera me penetro.

Brian eyaculo todo su semen dentro de mi vagina y luego me puso en cuatro y me embistió con mucha dureza por mi trasero que no dejaba de chocar contra su verga, estábamos los dos en nuestro mundo aparte en el cual entramos cuando tenemos sexo y de repente sentimos que golpeaban la puerta, mi novio me tapo la boca y sus embestidas se volvieron más lentas.

-Brian, muchacho ¿estas?- dijo una voz masculina.

-Es mi jefe y yo que quería seguir dándote duro- me susurro en el oído.

Suspiro y se retiró de adentro mío.

Me fui para el baño y Brian se apresuró a cambiarse para poder atender al jefe.

-Hola Sergio- escuche que dijo Brian.

-Hola chico ¿cómo estás?

-Aquí todo bien, disculpe la demora lo que sucede es que estaba en el baño.

-No pasa nada, solo vine para decirte que luego vallas para el primer piso y me lleves la recaudación.

-Bueno jefe, así será.

-Chau muchacho- le dijo el hombre y se retiró.

Yo salí desnuda del baño y le dije a Brian.

-¿Por qué no invitaste a que tu jefe se nos una?

-pervertida ¿Deseas que él te folle también?

-Si.

-Te informo que ahora el que te va a coger más duro que nunca soy yo – fue su respuesta final, me puso en cuatro otra vez en el suelo y me dio mucho más fuerte que nunca.

Compartir relato
Relato anterior
Relato siguiente
Autor

Comparte y síguenos en redes

Populares

Novedades

Comentarios

DEJA UN COMENTARIO

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Los comentarios que contengan palabras que puedan ofender a otros, serán eliminados automáticamente.
También serán eliminados los comentarios con datos personales: enlaces a páginas o sitios web, correos electrónicos, números de teléfono, WhatsApp, direcciones, etc. Este tipo de datos puede ser utilizado para perjudicar a terceros.