Se llegó el día en que mi hija terminó la prepa. Y como era de esperarse se realizó una fiesta. MI hija me pidió que la acompañara porque quería compartir este logro conmigo. Me puse mi traje porque sería una fiesta en salón, llena de jóvenes recién en los 18. Pensé que sería buen lugar para conocer a las mamás de sus compañeros y ver que podía salir. Uno nunca sabe.
Llegue a casa de mi hija y ella ya estaba lista. Traía un traje que le sentaba bien. Ella no es de usar vestidos pero aun así se fue muy elegante.
Al llegar al salón pude ver muchas de sus compañeras en vestidos y medias, tacones y escotes. Esto comenzó a meterme ideas que no quería tener pero cuando entramos y llegamos a la mesa asignada ya estaban casi todas sus amigas con su acompañante. Una de ellas llamó mi atención de inmediato. Una chica de 1.60 piel blanca, tetas grandes y un vestido abierto de la pierna justo a la altura donde inicia el muslo en la parte superior. Yo no pude quitarle la mirada de encima pero traté de ser lo más discreto posible. Ella fue sola. Su mama la fue a dejar e iría por ella ya que no podía quedarse. Entonces le dijo a mi hija si se podía sentar junto a nosotros.
En la misma fiesta estaba el novio de mi hija así que prácticamente quedamos solo su amiga y yo platicando en la mesa. Después de unos tragos me dijo Valeria (así se llama la amiga de mi hija) que bailáramos.
Llegamos a pista, la tome de la cintura y empezamos a bailar. Como había mucha gente pues quedábamos pegaditos y no pude contener a tentación de empezar a rosarla de manera “accidental” En cada vuelta que le daba bajaba mi mano muy poquito y podía sentir el borde de esas nalgas juveniles, firmes pero suaves. De vez en cuando miraba hacia abajo y veía su pierna y en cada vuelta se alcanzaba a percibir su entrepierna dejando ver un monte de Venus ligeramente prominente, quizá por el vello púbico.
Supongo que no traía bra ya que el escote dejaba ver la forma natural de sus tetas tan deliciosas y suaves. Se percibía como se marcaba apenas unos pezoncitos duritos.
MI hija se perdió con su novio entre el baile y quien sabe donde así que yo decidí dejarme llevar y ver hasta dónde podía llegar. Le pedí a Valeria que le avisara a su mama que yo la llevaría a su casa, quedaba de camino a la casa de mi hija. Afortunadamente la madre accedió sin poner objeción. El camino se estaba preparando. Cuando estábamos sentados comiendo o tomando, ella ponía su mano en mi pierna por debajo de la mesa, primero de manera sutil y conforme fue pasando el tiempo lo hacía con mayor confianza. Yo moría por hacer lo mismo pero había muchos padres de familia que podrían alertarse así que le dije que si quería que siguiéramos bailando.
Ahora en cada vuelta subía un poco mis manos y lograba rosas esas tetas tan ricas y grandes que se empezaba a notar una erección que ella notó de inmediato. Le dije que necesitaba ir al baño y de manera picara me dijo: ¿no quiere que lo acompañe? A lo que le dije: mejor vámonos a otro lado y me reí.
Su respuesta me dejo sumamente excitado.
– Pues vamos, yo no tengo problema y mi mama ya acepto que usted me lleve.
– Dile a mi hija que ya nos vamos. Que vamos a dejarla a ella primero y que de ahí te paso a dejar.
– OK. A ver qué dice.
Fui al baño a echarme agua fría y relajarme para que la erección se bajara y a pensar en lo que estaba por suceder pero ya era tarde. Solo pensaba en el cuerpo de Valeria y todo lo que podría suceder.
Curiosamente mi hija accedió a irnos ya que su novio se quedaría en su casa y ya se sentían algo mareados. Me agradeció por llevar a s amiga a su casa. Así que emprendimos el camino. Yo estaba nervioso pero hice gala de todo mi control para que no se notaran mis intenciones.
Valeria se fue adelante y podía ver toda su pierna descubierta. De repente se giro hacia atrás para platicar con mi hija y dejo sus piernas abiertas. Pude ver la tanguita que traía puesta y se veía mojada. Eso hizo que se me p arara dura y fuerte. Era totalmente notorio pero solo Valeria pudo verlo. Llegamos a casa de mi hija, se bajo con su novio y nos despedimos.
Después de ver que ambos entraran seguros a la casa, le pregunte a Valeria:
– Que te gustaría hacer?
– Pues no sé, veo que se le paro de nuevo. Jejeje.
– Mil disculpas, no le vayas a decir a mi hija. Sería muy vergonzoso.
– No se preocupe, pero… me dejaría verla?
Yo no podía creer lo fácil que se estaba poniendo todo. Pensé que tendría que hacer mas uso de habilidad de seducción pero veo que los jóvenes de ahora van a lo que van, así que no dude en estacionarme en una calle obscura, me desabroche el cinturón de seguridad y le dije…
– Me parece bien pero sabes algo… yo también quiero verla.
– Primero usted.
Saque mi verga que ya se veía brillosa de la punta por tanto liquido seminal que escurría y ella sin avisar se acomodo y se fue directo a chuparla. Lo hacía de manera inexperta pero tan deliciosa que yo solo pude dejar escapar un gemido ligero. Deje que mi mano jugara con sus tetas mientras ella me lo chupaba desesperadamente hasta que le dije que estaba por terminar. Le llene la boca de leche y se la comió toda.
Le pedí que se recargara hacia la puerta y que abriera las piernas. Le hice la tanga de lago y empecé a masturbarla de manera suave al principio y después un poco mas febril, sentía como se hinchaba su clítoris y veía como le temblaban las piernas gemía demasiado.
Le dije que se pasara al asiento de atrás y ya acomodados, decidí probar de ese néctar tan delicioso. Su vagina tenía un olor peculiar pero estaba tan humea y caliente que deje que mi lengua jugara con ella. La escuchaba respirar sumamente agitada y gemir sin parar así que decidí bajar un poco más. La abrí lo mas que pude y sin avisar acerque mi lengua a su culito a lo cual ella soltó un suspiro muy grande y pego mi cabeza a sus nalgas. Deje que mi boca viajara libremente entre su ano y su vagina, su vulva, su clítoris, hasta que terminó en un chorro que mojo todo el asiento trasero.
Pasamos al asiento de adelante y nos besamos largamente.
Ya una vez más relajados, me pidió que jamás lo fuera a mencionar a lo que le dije que no se preocupara pero que a cambio quería cogérmela de nuevo pero ya en un hotel.
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