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El inicio de una bonita relación de follamigos
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Tiempo de lectura: 8 minutos

En mi primer relato aquí, me gustaría contaros una historia real, aunque endulzada para convertirla en relato. Los nombres, ciudades, han podido ser modificados para preservar la intimidad de los participantes

Lo que os voy a contar sucedió cuando yo vivía en Paris. Paris es una ciudad maravillosa para vivir cuando eres joven y/o soltero. Es una ciudad llena de actividades, oportunidades y ¡super emocionante!

Al acabar mis estudios, era un joven repleto de energía y tiempo para pasar con los amigos. Todos los días después del trabajo nos reuníamos e íbamos a tomar algo, a cenar, a fiestas.

Este día era un poco diferente, había sido festivo y muchas personas hacían puente, por lo que parte del grupo estaba fuera de la capital. Era finales de otoño o principios del invierno, los días era lluviosos, fríos y la luz natural desaparecía muy temprano. En estas circunstancias, Paula y yo decidimos hacer un plan diferente y reunirnos en su apartamento para cenar y tomar vino (una práctica muy común en Francia).

Paula y yo somos amigos de la Universidad, ella es una chica muy simpática, guapa y rellenita (sin estar gorda), pero lo que más destaca en ella son sus voluptuosas tetas.

Como es habitual en mí, llegue a su casa puntual y con 2 botellas de vino. Ella abrió la puerta con una gran sonrisa y haciendo bromas, como también es habitual en ella. La única diferencia, era que esta vez llevaba un vestido blanco, escotado, ajustado en la parte superior, marcando sus grandes pechos. La parte inferior era holgada y le cubría, más o menos, hasta la mitad del muslo. Como de costumbre, llevaba maquillaje y el pinta labios iba a juego con sus unas rojas. Cuando me dio 2 besos en las mejillas, desprendía un olor muy agradable a champú de frutas.

Al girarse… descubrí la "semi-sorpresa"… mientras ella me guiaba hacia la cocina, noté que a través del vestido se trasparentaba su ropa interior negra… No sé por qué, pero esta situación me puso muy cachondo… La razón, por la que la llamo "semi-sorpresa", es que esta no era la primera vez que veía su ropa interior. En clase, en la biblioteca… no habían sido pocas las veces que ya había visto el hilo de su tanga sobresaliendo por encima de los jeans mientras estaba sentada o agachada. Pero esta vez era diferente… y no podía encontrar la razón… en ese momento, un pensamiento me vino a la cabeza… ¿de qué color será su sujetador?

Entramos a la pequeña cocina del apartamento. Era una cocina abierta con un sofá al lado de la puerta a su dormitorio. Ella ya había preparado algunos platos con embutidos, queso y pan. En una mesa pequeña al lado del sofá, había 2 copas de vino vacías, un par de platos vacíos y 2 botellas de vino adicionales.

Llevamos la comida a la mesa, nos servimos el vino blanco y mirándonos a los ojos brindamos. En Francia esto es muy típico, hay una especie de superstición, que dice algo así como si no brindas mirando a los ojos no follarás en mucho tiempo. Por este motivo, todo el mundo respeta el rito.

No era el mejor vino de nuestras vidas, pero para 2 jóvenes iniciando su vida laboral era más que aceptable.

A la vez que comíamos y bebíamos, íbamos hablando y confesando nuestros secretos más profundos. Cuanto más alcohol bebíamos, más salvajes eran las confesiones. Paula no es una chica tímida, además nos conocemos desde hace años. Por este motivo, yo ya conocía algún dato íntimo que ella me había confesado con anterioridad. Por ejemplo, yo sabía que a ella le gustaba tener sus partes íntimas completamente depiladas, también sabía que tomaba pastillas anticonceptivas.

Pero esta vez, la combinación de alcohol, confianza e intimidad, le hizo confesó algo nuevo:

– "¿Sabes qué? Un amigo de mi pequeño pueblo tiene novia y llegaron a un acuerdo para tener una persona con quien practicar sexo fuera de la relación sin que la otra parte se enoje. Bueno… ¡este chico me eligió a mí!” Paula me decía emocionada.

Mi respuesta a su frase fue:

–“¿Pero que me estás contando? ¿Es broma? ¿Cómo reaccionaste cuando te lo conto?

Paula continuó:

–“¡Por supuesto que acepté! Tengo una mentalidad abierta con el sexo, y si su chica acepta… ¡mucho mejor!” mientras se reía casi a carcajadas

Atónito, le contesté:

–"Ahora que lo dices, creo que es un buen negocio… ¡a mí también me gustaría poder tener una folla amiga!".

Mi cerebro, bajo los efectos del alcohol, comenzó a reflexionar sobre la frase que acababa de decir… No podía creer que esas palabras hubieran salido de mi boca. Pero ya era demasiado tarde, el mensaje ya había llegado a sus oídos.

Ella no dejo pasar la oportunidad y dijo:

–“¡Mentiroso!, con lo guapo que tú eres… siempre tenías a las chicas más populares de la universidad a tus pies!”

A su frase no le faltaba verdad, siempre había sido un chico alto y guapo, pero… también muy tímido. Además nunca se me había dado bien captar los dobles sentidos…

En este momento, intente zanjar el tema diciendo:

–"Paula, creo que soy virgen otra vez… hace mucho que no estoy con una mujer, me siento inseguro… necesito estar con alguien que me vuelva enseñe como si fuera un joven estudiante”

Paula, no se lo creyó y concluyó:

–"Claro claro…"

Seguimos comiendo y bebiendo, hablando de temas irrelevantes. Cuando abrimos la tercera botella, decidimos poner un poco de música latina y bailar. A los dos nos encantaba esa música, solíamos bailarla juntos cuando salíamos de noche con amigos.

Haciendo referencia a la inexperiencia declarada anteriormente, Paula dijo:

–“¡Ven conmigo profesor! ¡y muéstrame cómo se mueven las caderas!“

Mirándola fijamente y con cara de póquer le respondí:

–“En serio Paula… Mi virginidad volvió a crecer” y le guiñé un ojo al final de la frase.

A lo que ella contesto:

–“Entonces… hoy yo seré tu maestra…”

Empezamos a bailar… sus dos brazos rodeando mi cuello… situé mis manos (bastante grandes y fuertes) en sus caderas. Moviéndonos al ritmo de la música. Girando a la izquierda, a la derecha mientras su falda haciendo círculos en el aire. De repente, coloque mis manos justo por encima de su culo, empujándola contra mis caderas, mientras la miraba profundamente a los ojos.

Al son de la música, Paula comenzó a ponerse en cuclillas, bajando lentamente, hasta el punto de casi caer de rodillas. Incluso en esa situación, ella no perdió ni el contacto visual ni su cara de traviesa. A la subida, decidió pararse un segundo a la altura de mi cintura… y sacando la lengua simulo que lamia la punta de mi polla. Luego continuo subiendo para terminar llevándose la mano a la boca como diciendo… ¡ups! ¡Lo siento!

Ahora era mi turno… continuando bailando la giré. Mi mano sobre su vientre haciendo que su culo frotase contra mi polla, que en ese momento estaba empezando a endurecerse.

Ambas caderas sincronizadas, moviéndose juntas, mi cabeza, sobre su hombro izquierdo, al lado de la suya.

Mientras mi mano izquierda se movía de arriba a abajo, pude sentir que ella llevaba un sostén y al bajar también sentí con mis dedos su ropa interior.

La volví a girar hacia mí, y esta vez fui yo quien comenzó a bajar y bajar, deslizando mis manos sobre su cuerpo. Desde su cintura hasta sus piernas desnudas, pasando por sus caderas, glúteos, muslos… mientras simulaba la mirada picante que ella hizo unos minutos atrás.

Una vez llegué abajo, comencé a subir… piernas, muslos, pero… al llegar al inicio del vestido, decidí continuar por debajo de la falda… en ese momento ella cerró los ojos, levantó la cabeza y flexiono las rodillas abriendo sus muslos lo suficiente como para que mis manos avanzaran unos 5 cm hacia arriba.

Luego abrió la boca y mientras suspiraba de placer, levanto las manos como pidiendo que le quitara por completo el vestido blanco. Debo admitir que la presión me pudo, y me conforme con agarrar con fuerza su culo casi desnudo.

Entonces, abrió los ojos mirándome fijamente se mordió los labios rojos a la vez que suspiraba. Luego bajó sus brazos colocándolos sobre mi culo, y comenzó a mover fuertemente sus caderas restregándose contra mí…

En ese momento me di cuenta de que ambos queríamos lo mismo esa noche, así que emparejé sus movimientos agarrando su trasero con firmeza le seguí el juego simulando que estábamos teniendo sexo…

Seguidamente, ella deslizó sus manos debajo de mi camiseta y comenzó a quitármela mientras acariciaba suavemente mi piel… inmediatamente mis manos soltaron su trasero y se elevaron para facilitarle la tarea. Luego comenzó a besar mi pecho y a lamer mis pezones sensualmente.

Bajando mis manos nuevamente, esta vez tomé el coraje que antes me falto, y comencé a quitarle el vestido blanco dejando al descubierto un sexy sujetador negro a juego con su tanga.

En ese momento, Paula comenzó a bailar sola, en ropa interior y con los ojos cerrados, disfrutando del momento y sintiendo la música. Yo, mientras la miraba, me desabroché el botón, bajé la cremallera y… usando la gravedad, dejé caer mis pantalones.

Los dos en ropa interior, yo con una más que notoria erección. Entonces, ella me señaló con su dedo índice y me dijo que me acercara mientras se giraba y me daba la espalda. Yo obedecí, me acerqué y le mordí el lado izquierdo del cuello. Mis brazos la envolvían como un pulpo, mi polla, muy dura, pegaba contra su culo, el pulgar de mi mano izquierda enganchado en el hilo del tanga, y finalmente mi mano derecha agarrando su gran teta derecha… Todo esto mientras ella continuaba con los ojos cerrados mirando hacia arriba y con una respiración forzada.

No podría decir qué me pasaba, pero en ese momento mi mente empezó a pensar que no podía tener sexo con Paula. Somos amigos desde la universidad y no quisiera arruinar la situación por una noche loca… así que la alejé de mí y me senté en el sofá con las manos en la cara. Paula rápidamente se acercó a mí preguntándome qué había pasado. Le expliqué mi dilema y con mucha calma y una gran sonrisa ella respondió:

–"Entiendo tus preocupaciones y estoy feliz de que lo saques ahora… debes saber que yo veo esto solo como sexo y se separarlo completamente de nuestra amistad. Si tu quisieras, podríamos ser fácilmente folla amigos y al mismo tiempo tener sexo con terceras personas o incluso mantener este secreto mientras tenemos un novio o una novia formal. Mi única condición, es que seamos transparentes e informarnos cuando tengamos sexo con terceras personas, ¡no quiero terminar con una ETS! Así que dime, ¿continuamos?"

Mi respuesta fue obviamente:

–"¡Si quiero!", le guiñé un ojo y continué

–"Sabes que eres increíble? Pero sospecho que tus palabras quieren decir que estás tan cachonda como yo, ¿verdad?"

Ella sonrió y dijo:

–"¡Volvamos al tema! ¡Hoy seré tu maestra de twerking!".

Ahora, sin limitaciones, volvimos exactamente a la misma situación de antes, yo agarrando su teta derecha mientras mi mano izquierda inspeccionaba su cuerpo. Pude sentir como su pezón derecho se endurecía al mismo tiempo que abría las piernas para dejar paso para que mi mano izquierda acariciar su tanga. Me excitaba sentir en mis dedos largos el calor y la humedad saliendo de su coño.

Nuestros corazones latían muy rápido, lo que significa que estábamos a 100. Prueba de ello fue que empezó a mover su trasero haciendo twerking sobre mi polla. Mi pene parecía una roca en ese momento… disfrutando de su trasero en mi polla, Pero yo quería más… así que la solté, di un paso atrás y me quité el calzoncillo. Ella, se puso mirando a la pared, apoyo ambas manos mientras hacía twerking con su trasero. Nuevamente me acerqué ella y le puse mi polla entre sus piernas, cerca de su coño, pudiendo sentir los movimientos de twerking en él.

Al poco se dio cuenta de que yo ya no llevaba ropa interior y me dijo

–"no vayas tan rápido alumno! Acuéstate en la alfombra!"

Yo accedí, ella se sentó sobre mi polla y se puso a restregar su coño con mi gran pene. Mis manos, colocadas en sus caderas ayudando al movimiento.

Con esa escena, ella acercó su boca a la mía y comenzamos a besarnos. Mientras gemía, le introduje mi lengua y comencé a jugar con la suya. Aprovechando que ella estaba recostada sobre mí, le desabroché el cierre del sujetador… a lo que ella reacciono volvió a la posición de montar para… ¡¡quitarse completamente el sujetador y liberar sus preciosas tetas!!

Fue todo un poco extraño, era la primera vez en mi vida que tenía unas tetas tan increíbles frente a mí, ¡y eran todas para mí! No sabía que hacer, quería agarrarlos, jugar con sus pezones, lamerlos… ¡¡TODO!!

Ella me dejaba actuar… abrió la boca, cerró los ojos, cruzó sus manos atrás en el cuello y continuó moviendo sus caderas montándome. Entonces, agarré sus tetas firmemente y mientras jugaba con sus pezones poniéndolos bien duros.

Poco a poco, comencé a levantarme y sentarme en el suelo, acercando sus pezones a mi boca… dejé a mi lengua traviesa jugar con ellos. Podía notar que le encantaba porque agarró la cabeza y la apretó fuertemente contra sus senos mientras gemía y susurraba:

–"Por favor… continúa!!!"

Lamentablemente, yo no tenía donde apoyar la espada por lo que estaba bastante incómodo. Aguanté todo lo que pude hasta que… mientras nuestras lenguas jugaban, busqué el sofá con la mano y me senté en él… no sin antes poner mis manos en sus caderas y bajar el tanga hasta el suelo. No parábamos de besarnos y ella se sentó sobre mí para continuar frotando su clítoris contra mi dura polla.

Ella acomodó mi polla entre sus labios húmedos, haciéndome sentir al máximo sus sacudidas. ¡Era algo formidable! y por momentos pude sentir la humedad y el calor de su vagina en la punta de mi polla. Me excitaba cada vez que medio centímetro de la punta de mi pene penetraba para… de repente… salir otra vez.

Aunque era lo que yo más deseaba, fui sorprendido cuando, en una de esas veces que mi polla golpeaba para entrar en su vagina… La humedad de su coño hizo que mi dura polla se deslizara muy fácilmente dentro de ella. Pude sentir un gran calor alrededor de mi polla. Una sensación muy placentera tanto para mí como para ella ya que empezó a gemir.

Tomé aire y le dije:

–"Ahora no escaparás".

Ella respondió entrecortadamente:

–"Acaba lo que has empezado".

Sentada sobre mí, Paula intentaba abrir las piernas para acomodar el máximo de mi polla en su interior. Elevando mis caderas y con mis manos sobre las de ella, la empujaba contra mí, pudiendo sentir como la punta de mi polla tocaba la parte superior de su útero o algo similar. Mis manos agarrando sus tetas, mis labios con los de ella sintiendo su respiración, los dos gimiendo, mientras ella susurraba:

–"Estaba deseando esto desde que te conocí…"

Le respondí:

–"Yo también soñé con ello muchas noches".

La besaba, le mordía el cuello, jugaba con sus pezones… Mis caderas seguían erguidas para obligarla a meter el máximo de mi polla dentro de ella…

De repente, Paula empezó a gemir más fuerte, a respirar más fuerte y a moverse más agresivamente. Ella gritó:

–"No pares ahora, estoy a punto, estoy a punto de…" y cuando gemía tan alto que yo sentía miedo de los vecinos, note como un jugo muy caliente envolvía mi pene y caía en mis piernas saliendo de su coño. Una sensación tan placentera que automáticamente hizo que corriera dentro de ella. No fue un orgasmo corto, si no que mi polla estuvo echando esperma dentro de ella durante segundos, mientras sentía los músculos de su pelvis apretando mi polla, chupando todo el semen…

Abrazándome, apoyó la cabeza en mi hombro mientras temblaba con respiración entrecortada. Le devolví el abrazo y la besé en la cabeza.

Pálida y aun temblorosa me miró profundamente a los ojos y dijo:

–"¡¡Gracias, voy a ser la envidia de la Uni!! Pero… aún podemos practicar mucho más" Ella sonrió, me besó, respiró hondo y apoyó la cabeza en mi hombro otra vez. Mientras tanto, mi polla volvió a su estado normal saliendo de dentro y dejando caer la mezcla de nuestros fluidos gotear sobre el sofá…

Fue corto, pero el primero de muchos otros…

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