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Veraneo del veintitrés (capítulo primero)
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Tiempo de lectura: 3 minutos

Iván me escribió su número para que nuestro contacto fuera más ágil, más rápido. Esto me alegró bastante porque era signo de que sería serio en encontrarnos y llegar a algo más que palabrerías. Enseguida comenzó una lluvia de preguntas sobre mis intereses, muy a pesar que en el perfil de la página de citas estaba todo muy claro, pero no molestaba, para simplemente ataba cabos. Por mi parte, también le pregunté cuáles eran sus preferencias, no había discordancia entre nosotros.

Estando todo claro, me dijo que me esperaba en una plaza, que no demorara. Allí estuve a la hora acordada, allí estaba. Delgado, con la barba muy cuidada, vestía ropa de constructor. Nos saludamos con afecto y comenzó a caminar, yo le seguí.

– Está cerca. – me dijo. – No te preocupes que todo va a salir de primera como te conté. Me alegro que hayas aceptado.

Llegamos a una puerta que abrió con la mano dejándome pasar primero, todo un caballero sonriendo con malicia. Allí sentados sobre unos maderos estaban dos tipos. Uno era bajo de estatura y de piel muy morena, parecía joven. El otro era mayor con cierta barriga y barbilla canosa.

– Mira estos son los dos compis de los que te hablé. – me dijo señalando con la mano. – Chicos, este es el que nos la va a sacar. – dirigiéndose a mí. -Ya les decía que encontraría a alguien, pero no estaban muy convencidos. En especial este… – dijo poniéndole la mano en el hombro a uno de ellos. – Así que manos a las pollas que el tiempo es poco. – dijo mientras abría la cremallera y sacaba su polla.

Me agaché para besarla y lamerla, se le ponía dura en segundos. Yo me tragué el capullo y él soltó un quejido de placer. A su lado uno de los tipos se plantó polla en mano, también estaba bien armado, una polla oscura. El tercero era quien me follaría supuse, cuando hablamos era esto lo acordado. Yo tenía que chuparle las pollas a dos y un tercero me follaría el culo.

El otro me hizo bajar los pantalones y abriendo mis nalgas empezó a lamer mi culo, a ensalivar bien, mientras yo trataba de satisfacer a los otros dos chupándoles las pollas. El tercero se incorporó y puso su capullo en mi ojete ensalivado, empujó para meterla. Casi me sacó un grito, estuve jadeando un rato, sosteniendo las pollas de los otros dos mientras mi esfínter se adaptaba al rabo que me había metido. El muy cabrón estaba muy bien dotado, por eso Iván y su compi se pusieron delante para que fuera la sorpresa.

– ¿Te mola? – me preguntó Iván alzando mi cabeza por el mentón. – ¿Era lo que esperabas?

– ¡Joder! Es mucho. – le dije.

– ¡Sí, culo que se folla, culo que deja adolorido! Así que relájate y goza.

El que me follaba empezó a moverse, lo menos que le interesaba era yo, se autosatisfacía follándome y ya. Tuve que comenzar a chuparle las pollas a los otros dos. Estuvimos un buen rato hasta que el colega de Iván cogió mi cabeza para follarme duro y profundo, provocándome arqueadas y babeo.

– ¡Joder, tío! ¡Me corro, me corro! – dijo antes de eyacular en mi garganta.

Me vi obligado a tragar su semen, cuando sacó su polla, se la lamí con ternura y mirándolo abrí mi boca para mostrarle que me había tragado su leche. Iván se acercó dándome golpecitos con su polla en mi cara y comencé a chupársela. El otro seguía follándome el culo, era una máquina, no paraba de empujar.

Al rato Iván dijo que se corría, sacó polla y comenzó a pajearse, yo abrí mi boca lo más que pude para que su leche cayera directo en mi lengua. Sus dos primeros disparos golpearon mi garganta, el resto cayó en mi lengua. Cogí su polla todavía dura y me la tragué toda, después se la lamí como había hecho con el otro.

El tercero finalmente empezó a pegarme duro y a decir que me preñaría.

– ¡Toma ya, maricón! – exclamó al correrse. Estuvo un rato dentro de mí antes de sacar su polla. – ¡Joder, tío! ¡Lo que tienes es mejor que un coño! ¡Qué culo! Quédate así que quiero hacer una foto de cómo te he dejado el culo.

Iván me mostró un retrete que tenían al fondo para que evacuara la leche.

– ¡Joder tío, qué bien! – me dijo cuando salí, fumaba un cigarrillo. – ¿Qué tal? ¿Te ha gustado?

– ¡Un poco brusco todo! Pero ¡Sí me ha gustado! Espero que a tus compis les haya gustado.

– ¡Uf sí! Sobre todo al Jorgeta que estaba loco por follarse a alguien, hacía tiempo que no mojaba.

– Se nota.

Me despedí de los otros dos e Iván me acompañó hasta la salida.

– Si quieres repetir, escribe. – me dijo dándome una nalgada.

– Y tú también si se tercia algo.

Me pasó las fotos que había hecho de mi culo recién follado y lleno de semen. Me fui contento de aquella follada a lo macho, sin preludio, sin besos ni nada. Me gustó, era lo que habíamos hablado.

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