Este relato trata sobre dos chicas de 18 años que son compañeras de curso y terminan follando súper rico en el baño del colegio.
Me senté al lado de mi hermosa compañera de curso, llamada Lina, hasta su nombre me parecía bonito y ella es verdaderamente hermosa: piel bien blanca, cabello negro con rulos y ojos marrones.
Ella estaba vestida con nuestro típico uniforme que era camisa blanca y pollera negra, pero tanto yo como Lina usamos la falda extremadamente corta para que nuestras nalgas se puedan ver.
Yo tenía todos los botones de mi camisa abiertos y ella no dejaba de mirarme los senos.
Vi que la chica se movió un poquito y pude observar que ella abría un poquito las piernas para que yo note que no llevaba tanga y eso me excito haciendo que mi concha ya se humedeciera.
Luego ingreso la profesora de cálculo, todos la saludamos, pero nosotras dos no le prestamos atención cuando la mujer empezó a hablar, hasta elegimos un lugar estratégico para sentarnos que era la mesa del fondo.
Yo fingí escuchar a la profesora de cálculo y abrí un poco las piernitas haciéndole una invitación a mi compañera.
Ella me acaricio los muslos por unos segundos pero luego puso su mano en mi entrepierna y comenzó a frotarme la vagina por encima de mi ropa interior.
Yo me estremecí de placer por su contacto de su mano en mi concha, pues, era muy rico que me tocara así en el aula.
A mí también me surgieron los deseos de tocarla y puse mi mano en su conchita desnuda para empezar a frotarla.
Mis dedos hicieron contacto rápidamente con su vagina y eso me encanto.
Luego Lina metió su mano por abajo de mi ropa interior y empezó a masturbarme con movimientos más rápidos.
Y ya que ella había subido el ritmo yo también lo hice.
Y nos estábamos masturbando las dos al mismo tiempo con movimientos circulares super ricos, además nos metíamos tres dedos.
Era tan rico, tan sensual estar tocándonos mutuamente las conchas de esa manera y en ese lugar que hasta tuvimos que aguantar varios gemidos que querían escapar de nuestros labios.
Finalmente cuando ya estábamos bien mojadas nos dejamos de manosear y pedimos permiso para ir al baño y terminar lo que iniciamos.
La tome de la mano para entrar al baño juntas y nos encerramos en uno de los cuartos.
-Por fin estamos solas- me dijo Lina sonriendo, después nos empezamos a besar con mucha lengua, yo pase mis manos por todo su cuerpo y le quite la falda dejándola desnuda de cintura para abajo, ella hizo lo mismo para que nuestras vaginas queden totalmente desnudas y libres como tenían que estar ahora
-Que no lleves tanga y abras las piernas para poder verte la vagina me vuelve loca- le dije mientras le besaba su cuello y sujetaba su culo con ambas manos y Lina mientras tanto me quito la camisa y el sostén y empezó a acariciarme los senos
-A mí me vuelven loca tus tetas, Nati- mientras ella me acariciaba y chupaba los pechos yo también le saque la camisa y su sostén
Con nuestras tetas nos hicimos una estimulación similar a la que realizamos estando en el aula: yo le tocaba sus senos y ella me tocaba los míos.
Luego yo le escupí en sus tetas para dejarlas con mi saliva y se las chupe para encargarme de que sus pechos queden bien mojados.
Después yo me escupí en las tetas y Lina también hizo lo mismo en las mías para luego pasarme su lengua lentamente para saborear el sabor de mi saliva mezclada con la de ella.
Cuando termino de chupármelas, me dijo:
-Es el sabor más rico del mundo- y me beso para que yo lo pudiera comprobar, unió su lengua con la mía y lo pude sentir, lo que afirmaba Lina era la pura verdad
Luego de esas ricas estimulaciones de tetas que nos hicieron soltar unos maravillosos gemidos.
Yo me senté con las piernas bien abiertas en el suelo del baño.
Lina se sentó a horcajadas sobre mí y su concha quedo bien encima de la mía.
Después de que nos acomodamos las dos empezamos a frotar nuestras vaginas al mismo tiempo haciendo que se unan.
Yo le puse mis dos manos en su culo y ella me agarro de las tetas mientras saltaba y se movía contra mí de una manera súper deliciosa.
Como nuestros coños estaban bien lubricados al encontrarse y frotarse el uno con el otro hacían un sonido increíble, pues, mis queridos lectores dejen que les diga que el sonido de dos conchas haciéndose el amor es lo más sensual y erótico de este mundo.
Por eso y por muchos motivos más el sexo entre mujeres es hermoso.
Lo hicimos varios minutos y cuando terminamos ambas estábamos cansadas pero felices.
-Te quiero mucho Lina
-Te quiero mucho Natalia- respondió y nos besamos