Me llamo Julieta soy una madura de 60 años, llevo separada ya algunos años y desde entonces no he tenido parejas sentimentales ni sexuales, soy bajita de estatura, morena, aún conservo buena figura y no aparento mi edad, soy caderona y de pechos grandes, la verdad que no me faltan pretendientes y de todas las edades, desde jovencitos me han propuesto follar hasta hombres ya ancianos, pero nunca me he animado, siempre los rechace aunque debo aceptar que algunos de los jóvenes casi me convencen y si me llegó a calentar la idea, al llevar años sin sexo obviamente tengo necesidad pero me abstuve siempre.
Tengo un hijo de nombre Julio, él tiene 40 años, aun no es casado pero tiene su novia, ella se llama Liz y es buena chica, hace un par de meses mi hijo organizo una fiesta para su cumpleaños, la organizó en casa de uno de sus amigos el cual conozco de hace años aunque nunca cruzamos más que un saludo, no conozco mucho de él, se llama Joel, es gordo y tatuado, tiene un aspecto de maleante, se que es casado, es atractivo por su imagen ruda pero también provoca algo de miedo.
Unos días antes de la fiesta mi hijo y su novia me invitaron, en un principio me negué porque no me sentía animada a ir y convivir con personas más jóvenes que yo, sin embargo nunca salgo y ante la insistencia acepte ir, solo que sería de quedarse allá ya que la casa quedaba un poco lejos de donde vivimos, el día de la fiesta procure vestirme un poco juvenil para no sentirme tan vieja a lado de los amigos de mi hijo, incluso mi nuera me ayudó, me puse un mayon negro, botas y una blusa blanca escotada, no me sentía muy convencido de la blusa porque como soy de tetas grandes sentía que enseñaba todo, pero la novia de mi hija me convenció de que me veía linda, al llegar a la fiesta mi hijo me presentó con todos sus amigos y amigas, note que sus amigos al saludarme me veían descaradamente las tetas, me sentí incomoda pero a la vez me sucedió algo que no esperaba, en el fondo me gustaba causar morbo en estos jóvenes, que ya eran maduros, todos tenía la misma edad que mi hijo.
Después mi hijo me presento con José y me saludo muy amable, hasta de beso y me dio un abrazo, sentí como me apretó de más y me repego el miembro, no supe qué hacer, solo lo tomé como algo normal, también me presentaron a su esposa, una chica muy amable, me quedé con ellos en la mesa y me ofrecieron una cerveza, yo no estoy acostumbrada a tomar, y no lo hago porque sé que el alcohol me desinhibe y no lo controlo, de joven cuando tomaba siempre terminaba metiéndome con alguien, por eso deje de beber durante años y cuando lo hacía no pasaba de un par de cervezas y ya, la fiesta estaba muy animado, empezaron a bailar cumbia en un principio y varios amigos de mi hijo me sacaron a bailar.
Notaba como me comían con la mirada y la verdad ya no me sentía incomoda, me halagaba sentirme admirada, cuando no bailaba platicaba con Liz la novia de mi hijo y la esposa de José, me sirvieron la segunda cerveza y luego la tercera y la cuarta, sabía que ya me estaba pasando de mi límite pero me sentía alegre y me la pasaba bien, mi hijo platicaba con sus amigos, para ser una fiesta en donde yo era la más vieja no me sentía mal, empecé a entonarme y me sentía muy alegre,
Entonces comenzaron a poner reggaetón, obviamente yo no sabía bailar eso pero me reía de como bailaban el perreo al ser un baile sexual muy descarado, en eso la esposa de mi hijo me jaló y me invitó a bailar, como ya estaba entonada y quería integrarme acepté, habían hecho un círculo y se turnaban las parejas en el centro, fue entonces cuando pasaron a mi hijo y luego Liz su novia que ya andaba peda me aventó a mí, todos gritaban y yo no sabía bailar muy bien, pero empecé a mover las caderas como había visto que lo hacían, todos me gritaban báilalo, báilalo, mi hijo me tomó la cintura y sin pena me recargo su pito al compás de la música, yo solo reaccione correspondiendo al baile.
Después salimos y entro otra pareja al círculo, ese acto me hizo choque, me había excitado, con el alcohol y el calor que empecé a sentirme mojada, pero me sentía mal porque me había calentado con mi hijo y eso no estaba bien, lo que era un hecho es que me sentía cachonda, después cambiaron de música y me saco a bailar Joel, sentía como me apretaba de más, y me preguntaba cómo me la estaba pasando, me miraba descaradamente las tetas y en algunos movimientos tocaba mis nalgas, como me sentía cachonda la verdad que yo me hice como si no pasara nada, después baile con otros amigos de mi hijo y todos me andaban queriendo manosear y seducir, yo sabía que el alcohol me estaba jugando ya una mala jugada, me sentía muy cachonda.
Eran alrededor de las 12 de la noche y me sentía peda, pero aún consciente, así que le dije a mi hijo que me sentía cansada y que ya me quería ir a dormir, mi hijo le preguntó a Joel donde me podía ir a dormir y aunque me rogaron que me quedara un rato más, ya no quise, sabía que ya estaba perdiendo el control, así que me llevaron a una recamara en un tercer piso, al parecer era un cuarto de visitas, me acompañó Liz y Joel, me recosté en la cama y me dieron una frazada, la verdad que ya me iba tambaleando de lo peda, me quite los tacones y me quede en posición fetal, apagaron la luz y se salieron, después de una media hora, no podía dormir, me sentía muy peda y cachonda, mis pensamientos daban muchas vueltas.
De repente escuché pasos en el pasillo, y que se metieron al cuarto, era Joel, mi corazón empezó a latir muy fuerte, no sabía qué hacía ahí, él primero me habló como 3 veces y yo no respondí, no sé por qué, me hice la dormida, sentí como se sentó a lado de mi en la cama, y me movió un par de veces y tampoco respondí, no sabía que hacer, solo hacerme la dormida, me sentía nerviosa, cachonda y peda, en eso sentí que empezó a acariciar mis nalgas por encima de la cobija, quería levantarme y reclamarle pero a la vez, me sentía tan caliente que disfrutaba que me estuviera masajeando el culo, después sentí que me descobijo la parte de arriba y comenzó a sonar sobarme las tetas por encima de la blusa, yo me sentía nerviosa y cada vez más cachonda, mis pezones ya estaban duros, estaba disfrutando la manoseada de este cabrón, después me metió la mano debajo de la blusa y el bra, y sentí esas manotas amasar mis chichotas, quería gemir pero me aguanté, después me descobijo por completo, y comenzó a acariciarme las nalgas sobre el mayon, sentía sus dedos por toda mi cola y los metía por encima de mi panocha, me masajeaba rico.
Yo estaba que reventaba, este cabrón ya me tenía bien cachonda, en eso sentí que empezó a bajarme el mayon poco a poco, al principio hasta salte de miedo y nervios, pero seguí haciéndome la dormida, el se detuvo pero al ver que yo seguía supuestamente dormida continuo, ya tenía el mayon por debajo de las rodillas, tenía el culo al descubierto, sentí como empezó a meter sus dedos directo a mi panocha, yo estaba chorreando, al sentir sus dedos no pude evitar sacar un gemido, y no soportaba, se detuvo tantito pero después siguió, me estaba masturbando, en eso detuvo y escuché como abría su ziper y desabrochaba su pantalón, sabia que era demasiado no podía dejar que me cogiera, pero a la vez no podía resistir necesitaba un macho, me terminó de sacar el mayon con cuidado y luego bajo mi calzoncito, intento meter su pito y oh sorpresa este güey se cargaba una vergota grande y gorda, incluso me asusté, no sabía si esa cosota me iba caber, trataba de metérmela con cuidado pero no podía muy bien por mi posición.
La verdad que ya no pude con la calentura, sólita sin voltear a verlo, me di vuelta y me empine, él se detuvo imagino que se asustó con mi reacción, pero a mi ya no me importaba nada, necesitaba que me penetrara, sin mirarlo le dije métemela papi, hazme tuya! Enfilo ese pitote y poco a poco se fue deslizando en mi panocha, era enorme pero me lo trague completito, me empezó a embestir y ambos gemíamos, me estaba dando una buena parchada, después de tantos años sin hombre, ya no me pude resistir, no me importaba si alguien escuchaba o me cachaba mi hijo o la esposa de este cabrón, me encantaba la verga y la de este joven era suculenta, estaba decidida a comérmela toda, fue cuando le dije date vuelta, ahora yo arriba, se recostó y me quite la blusa y el bra, dejando saltar mis hermosos melones, sin decirle nada más solo mirándolo fijamente me monte y poco a poco me fui sentando en semejante verga.
Yo me sentía poseída, me empecé a mover y dejar toda mi energía ahí, no había fallado en años, y esa verga me estaba haciendo feliz, esa verga en ese momento era mía, de nadie más, me empezó a besar y a morder mis pezones negros, sin duda ahora era yo quien le daba una enorme cogida, acelere mi ritmo, ambos sudábamos y gemíamos hasta que tuvimos un orgasmo, quedé rendida sobre él.
Después de un par de minutos le pedí que se fuera y le dije que nadie debía enterarse, aunque probablemente eso iba a ser imposible, le di un beso y me dijo que le encantaba y que quería que se repitiera, le dije que si pero que se portara bien y a nadie le dijera lo que había pasado, le pase mi número y lo corrí, después me cambié, arregle un poco la cama y me quede dormida.
Al día siguiente temprano me fue a despertar Liz, y me dijo que ya nos íbamos, sentí que me veía un poco raro, quizás el olor del cuarto delataba un poco lo que había pasado pero nunca me preguntó ni me dijo nada, todos dormían aún, así que solo salimos y nos fuimos.