Mi nombre es José, comienzo contando que la relación sexual con mi mujer Lola, a los 60 años sigue siendo muy buena aunque menos frecuente, quizás por la edad. Siempre nos ha gustado fantasear en la cama. Cuando estamos follando, nos gusta decirnos cosas imaginadas como: ¿Lola, te gustaría tener otra polla?, sí en la boca y que me invada de leche. O… me gustaría que me cogieran dos jóvenes potentes que me hicieran de todo y que tú lo presenciaras mientras te haces una paja. Muchas fantasías que nunca hemos llevado a cabo.
Nosotros vivimos en Málaga y en nuestro bloque y en la misma planta, hay un piso donde viven dos chicos estudiantes. Ellos son de un pueblo de la sierra de Ronda. En ocasiones nos paramos a hablar con ellos y tenemos amistad. Ellos se llaman Juanjo y Luís. A mi mujer le gusta mucho Luís, porque cada vez que le vemos me dice “está para comérselo”. Nosotros tenemos horarios diferentes de trabajo con lo que hay días que ella está en casa y yo no o a la inversa. Hace como un año me contó Lola que un día se encontró en el pasillo del ascensor con Luís y con la excusa de que le ayudara con una estantería que había comprado en Ikea, lo llevó a casa. Cuando terminaron se tomaron una cerveza y acabaron hablando sentados juntos en el sofá y que poco a poco se fueron calentando hasta acabar metiéndose mano. Fue tal la calentura que acabaron echando un polvo. Cuando ella me lo contó, ya se habían acostado varias veces juntos. Yo no me enfadé pero si le dije que le pidiera a Luís que no comentara nada a Juanjo para que no saliera de nosotros lo ocurrido. Me dejó de piedra cuando me dijo que ya era tarde porque también había estado con Juanjo. Me dijo que una de las ocasiones que ella se encontraba muy caliente, estaban los dos juntos, pero su calentura era tal, que no renunció a acostarse con los dos.
Según Lola, Juanjo no es un bombón como Luís pero la polla es dos veces de grande.
A partir de aquí, ella fue relatándome los encuentros con ellos. El último encuentro me dijo que fue frenético que ella nunca pensó que se podía disfrutar tanto con dos a la vez. Fueron turnándose del coño a la boca continuamente y ella les pedía que les dieran más, que quería sentirse una zorra como las mujeres de los videos que veía conmigo. Cuando se sintió en máximo éxtasis, les pidió que cuando llegara la hora de correrse lo hicieran en la boca, algo que mi mujer siempre quería en sus fantasías. El segundo en correrse fue Juanjo y dice que la polla de este le invadía hasta llegarle a la garganta y cuando comenzó a soltar leche, lo hacía a cañonazos y ella empezó a correrse como una autentica posesa con los ojos vueltos y tragando leche como nunca. En pocos minutos se corrieron dos veces cada uno, lo que hizo que ella tuviera multiorgasmos. Yo, lejos de enfadarme me sentí tan caliente que me la follé de inmediato.
Le pedí que como un buen cornudo, la próxima vez tenía que presenciarlo. Ya os contaré el segundo relato.