Marta desde esa mañana que se enteró que el hijo que llevaba en su vientre era mío, no dejó de visitarme y acosarme, quería pija a cada rato, quería caminar conmigo de la mano por la calle, me buscaba en la universidad y de pronto pase a ser el chico más envidado de toda la facultad.
Estaba cogiéndome a una milf que era una verdadera diosa, además Marta se vestía provocativamente, usaba minifaldas cortitas que casi mostraban sus pequeñas trusas de color negro o rojas, con madias largas de red y porta ligueros que se le veían de lejos, vestía pequeños top que apenas cubrían sus dos formidables tetas y sus pezones siempre estaban parados, además por el embarazo sus tetas había crecido más y estaban turgentes bien paradas y se movían solas al caminar, la cabellera le llegaba hasta su cintura y venia siempre bien maquilada, con sus labios rojos húmedos, y una andar de loba única.
Me daba un profundo beso asegurándose que se veía como sacaba su lengua antes de comerme la boca y sin disimular me tocaba con su mano el pene, luego les decía a mis amigos,
-Chicos les robo por unas horas a mi novio ya se los regreso
Y caminaba moviendo el culo provocativamente, dejando a todas las pijas paradas y a mis amigas celosas por su figura.
Varias veces se paseó a propósito frente de su esposo, y me comió la boca de un beso refregándose las tetas en mi pecho y poniendo mis manos en su culo, asegurándose que la viera, estaba enojada o tal vez seguía enamorada de su ex esposo, y hacia esos gestos solo para herirlo más.
Todos los días me llevaba a su departamento cuando sus hijos estaban en el colegio, le decía a su mucama que diera un paseo y que regresara dos horas después y esa loba preñada, se montaba en mi pija, me ordeñaba sin pasión, me vestía de besos, y caricias, para explotar en sonoros y húmedos orgasmos, luego me solicitaba que le llenara el útero de leche, cosa que hacía con mucho placer, para luego darse vuelta y en posición perrito me pedía que le culeara.
-Por favor nene, culeame.
Y yo que sin decir nada ni mucho menos negarme le partía el culito de una, arrancándole gemidos y orgasmos seguidos.
Estaba obsesionada con mi pija y eso llevó a despertar los celos de mi madre, quien en mi casa ya no nos tratábamos como madre e hijo, sino como marido y mujer. Ella seguía manteniéndome solo con la promesa de que yo terminara mi carrera de médico, carrera en la que estaba muy adelantado ya que con solo 20 años cursaba el tercer año de la carrera y con muy buenas notas, pero Marta me traía seco, ella se encargaba de quitarme hasta la última gota de esperma con su boca su culito y su concha, pero mamá también reclamaba su porción de pija y cada noche ella al llegar se desvestía y andaba desnuda en la casa, sus hermosos ojos verdes me miraban con deseo y sus pequeñas y bien paradas tetitas con su pequeño triangulo de pelos y esa conchita chiquitita y rosada, apretada hacía de mi pija las delicias de mi vida, la penetraba de parada. Me gustaba cuando ella se ponía un delantal y se predisponía a cocinar, llegaba yo y después de masajearle sus tetitas vedarle el cuello, ella sacaba su colita hacia atrás, abría sus piernas y sus juguitos se desprendían en pequeñas gotas, y yo le ponía la puntita de mi pija y con pequeños movimientos le masajeaba por fuera esos labios carnosos de su rosada concha, así estaba cuando ella misma me decía:
-Penétrame ya de una vez, por favor.
Se agachaba abría sus piernas, quedando su cuerpo en una L, yo miraba ese culito cerrado, lleno de pliegues y soñaba con estar adentro, pero en esa posición su conchita se abría como una flor, y yo de un solo empujón la penetraba, hasta chocar el cerviz de su cuello uterino, en ese lugar donde alguna vez estuve durante 9 meses, sus gemidos inunda toda la casa, ella marca el ritmo y yo me prendo de sus caderas, hasta que siento sus orgasmos llegar, son varios seguidos, ella es multiorgásmica y son tres o cuatro en esa posición. Es hermoso verla como termina, como una joven recién desvirgada, lo más hermoso es verle como su culito virgen se abre y cierra rítmicamente, ese culito es mi sueño, ya que ella me dijo que sigue siendo virgen en la cola.
Yo que casi ando seco por las cogidas de Marta aguanto mucho más, la doy la vuelta y de frente la taladro sin parar, me como su boca y me encanta verla cuando abre su boca en un grito agudo y al instante siento el temblor de sus piernas y el latido de su vagina y las llegadas de sus múltiples orgasmos, que no la dejan satisfecha y quiere tener más. Al quinto o sexto su clítoris sobresale de su capullo y lo siento en mi pelvis, cuando se lo toco ella pega saltitos y luego me regala dos o tres orgasmos seguidos.
Ya encontré la llave para que sus acabadas sean grandiosas, y de pronto me dice a los gritos, “¡por favor relléname con tu leche!”, acelerando sus envestidas, abriendo y cerrando esa maravillosa concha, apretando mi miembro adentro de ella, así que le doy su contenido de esperma que mis huevos secos por tanto seco se esfuerzan en producir, pero para ella siempre hay algo, terminamos revolcándonos y besándonos como dos enamorados en el salón, ella pidiendo más pija y yo loco por su culito a lo cual me dijo se guarda para un momento especial.
Mi madre me dijo una tarde:
-Hijo ¿otra vez te secuestró la puta de Marta verdad, porque me diste muy poca leche en mi concha?
Ven hablemos, debemos poner reglas claras y trazar un plan para saber que vamos a hacer con Julia, Karen, Laura y Marta, solo Marta y Karen estaban confirmados sus embarazos, las otras no habían presentados todavía síntomas de aquella noche de la mujer, pero debíamos ser certeras, es jueves era la noche previa a su viernes de divorciadas.
El viernes por la noche nos sacaríamos las dudas, ¿estarían todas embarazadas de mi o solo serían Karen y Marta? Ahhh mi mama se tomó la píldora del día después y su regla le llegó, pero yo quería su culito y embarazar su matriz, pero eso ya es otra historia.