Nunca me imaginé lo que pasaría en ese encuentro familiar. Todo empezó cuando a mamá le avisaron que el fin de semana iba a realizarse un encuentro familiar, normalmente no me gusta asistir a esos eventos, pero esta vez quería hacerlo, ya que hace tiempo no veía a muchos de mis primos, y tíos, a algunos no los veías desde mi infancia.
Llegando el gran día del encuentro, llegamos muy temprano, ya que mamá debía encargarse del almuerzo, luego pasando el tiempo, sentado bajo el árbol con mejor sombra empecé a observar a toda familia que llegaba. Y a la gran mayoría solo saludaba desde lejos, el lugar estaba hermoso, cancha de vóley, piscina, quincho, habitaciones climatizadas, un lugar perfecto para un encuentro. Mientras admiraba todo a mi alrededor, observé que una hermosa señorita iba ingresando por el portón del establecimiento, vestía de camisilla blanca y un short vaquero súper ajustado, realmente lo primero que pude observar fueron lo bien formados que estaban sus nalgas. Definitivamente, no era una prima mía, tampoco mi familiar. Nunca antes la había visto. Pero mi mente decía, yo la vi primero…
Llego con unas bolsas de supermercado, los bajo en la mesa y luego me percate que detrás de ella venía mi primo Blas, casi 10 años que no lo veía, y casi nunca tuvimos una buena relación, y paaas… La hermosa chica lo recibió con un beso.
No podía ser, Blas tenía ese bombón a su lado, era el más mujeriego de todos, sinceramente no se merecía esa hermosura, de seguro no era la única novia que tenía, pero bueno, simplemente lo saludé desde lejos, y el también, ella me miró, levanto su mano y sonrió. Si que estaba buena.
Un tiempo a otro, toda la familia llegó, yo solo estaba en una hamaca de hilo, mirando todo alrededor, algunos preparando el asado, otros jugando vóley, y otros poco en la pileta, refrescándose.
Entre esas personas estaba Yolanda, la novia de Blas, pero él no estaba con ella, se estaba bañando con una de las sobrinas, pero que mujer, llevaba puesto un bikini blanco, medio transparente al contacto con el agua, se notaba que el agua estaba fría, porque sus pezones estaban bien despiertos detrás de su sostén, firmes y deliciosos, como para pasarle la lengua, con el agua podría notarse lo rosado que eran sus areolas y sus pezones en puntas.
Cuando salía de la pileta para dar un salto, no dejaba de mirar como su bikini le partía a la mitad esa rica vagina notablemente bien depilada, y al ponerse de espalda era increíble como ese hilito tan delgado podría generar que sus nalgas fueran más resaltantes, y no voy a negar que miraba descaradamente, los momentos donde ella se agachaba y ese hilito ya no alcanzaba a tapar parte de ese culito tan delicioso que tenía.
De seguro, conociendo a Blas, disfrutaba también de ese culo y no solo de su rosadito coño. Amigos, jamás imaginé que me excitaría con mirar a una mujer bañándose en una pileta, nunca me había pasado, pero con esta chica era imposible. Solo me dieron ganas de ir agarrar del cabello y ponerla en cuatro, hacer a un costado su bikini y meterle mi pene erecto y que Blas vea cómo le hacía gemir a su novia, pero no era tan pervertido, así que solo decidí ir a jalármela en el baño más cercano, el baño que daba con vista a la pileta para seguir mirándola y manosearme con ella.
Mientras ella jugaba con la sobrina y la pelota la veía mojada y me la jalaba, era tan placentero, no se imaginaban todas las perversidades que se me pasaban por la mente si llegara a tener a esa mujer en mi cama.
Por un momento, mientras tenía la mano ocupada escuché que una tía grito, “ya está el almuerzo, vengan”. En ese momento me aleje de la puerta y decidí acelerar el paso, para limpiarme y salir a comer, antes que se dieran cuenta de que estaba desaparecido, ya no la miraba, solo cerré mis ojos y empecé a ahorcar con más rapidez al ganso, lo empecé a hacer con prisa y con presión, ya sentía que me venía, ya faltaba poquito y en ese instante escuché que alguien empujaba la puerta del baño ¡mierda, olvide llavearlo!
Paso por mi mente eso, con mi pene a punto explotar semen, por inercia gire con dirección a la puerta a ver quién interrumpía mi momento de placer personal, y para sorpresa mía, Yolanda entra y me ve jalándomela, para sorpresa suya, decidí explotar como nunca antes lo había hecho y mi ganso empezó a escupir esperma sobre su plana y sexy pancita, con rapidez ella cierra la puerta en simultáneo y se queda mirando como mi pene empezaba a llenarle de leche el ombligo, con la mano zampándose la boca del asombro, y yo pasmado con el pájaro en la mano a punto de dejar de escupir, pareciera que todo se detuvo por un momento, mire mi pene ya sin fuerzas para soltar más leche, su pancita plana y su hermoso ombligo bañado de mi semen, ella sin moverse, lo esperma corriéndose hasta llegar a su bikini, y empezar a bajar su pelvis y llegar a la chupada tela que cubría su coñito delicioso.
Por un instante reaccionó, no dijo nada, camino hacia la ducha, abrió el grifo, empezó a enjuagarse el cabello, ya que había salido de la pileta, suavemente empezó a enjuagarse los pechos con su sostén más mojados que nunca y sus pezones más parados, ya que los tenía más de cerca, y de pronto llega hasta su abdomen, se limpia con el agua de la ducha y sorprendentemente gira dándome la espalda, toma su bikini con las dos manos y se agacha para quitársela.
Yo quedé pasmado, no tuve ninguna reacción, no podía creer lo que estaba viendo, en el momento exacto que se agachó pude ver ese culito delicioso, limpio, depilado, y notable de que siempre hay fiesta por ese lado, por un momento pareciera que lo hacía a propósito, por qué nunca vi que una mujer tardará tanto en quitarse su ropa interior.
Pero realmente disfrute ver eso, giro de vuelta y me miró, ¡me pasas el jabón! Me dijo, mi mano seguía sosteniendo mi pene, que a pesar de haber terminado, seguía mas duro que nunca, con semen en la punta, y con la otra mano le pase el jabón. Lo tomo, enjuagó su bikini en la ducha y lo lavo con el jabón.
Cuando pude notar que estaba lavando su bikini recordé que estaba desnuda, y del asombro aún no mire su deliciosa vagina que lo vi marcada con su bikini, así que sin vergüenza dirigí mi mirada hacia ese lugar hermoso que toda mujer tiene, y aprecie su belleza antes que termine su aseo, pude mirar la forma perfecta de esa conchita bien depiladita, cerradita, rosada, y mojada con jabón, que rico seria pasar mi nariz y mi lengua por ahí, pensé.
Note que se dio cuenta que estaba mirando, termino con su bikini y mando su mano izquierda a limpiarse el coñito, usando el agua de la ducha en dirección a ella empezó a tocarse, como si fuera que lo estaba limpiando, pero yo sé que no estaba limpiándose solamente, empezó a jugar con sus labios que empezaron a sobre salirse mientras se refrescaba con el agua, hizo esos movimientos aproximadamente como diez segundo, y yo creo que tenía ganas de volver a venirme, era tan excitante.
Luego cerró el grifo, volvió a darme la espalda, volvió a mostrarme ese culito, y se colocó el bikini, camino hacia mi, se paró frente a mi, me miró fijo, tomo su goma de la muñeca y alzo su cabello, ¡aun no te has limpiado tu! Me dijo, y de pronto se arrodilla frente a mi pene erecto que nunca bajo, y estaba a punto de terminar nuevamente, y lo agarro con su mano, como para meterlo a la boca.
¡Si lo metes, me vuelvo a venir, estoy muy excitado! le dije, ¡Hace lo que querés, te lo voy a dejar limpio! Me dijo, y lo metió, lo agarro con una mano y metió la cabeza de mi ganso en su boca para limpiarlo, hice un ruido raro, como para que supiera que volvería a venirme y se percató de eso, así que, tomo con fuerza mi pene y lo metió hasta el fondo, pude sentir su campanita tocándole la punta del pene, y no pude aguantar y le llene de leche la boca, como toda profesional no lo quito mientras yo eyaculaba, veía como me miraba, y como por su garganta iba tragando mi leche, que locura de mujer, decía dentro mío, mientras se tragaba todo mi semen, ya no soltaba ni una gota más y ella lo sentía, entonces saco mi pija de la boca, y con su lengua empezó a limpiarme los borde de mi glande, y la punta por dónde salía la poca leche que quedaba.
Se levantó, y me dijo ¡esperá 3 minutos para salir y ahora si llavea la puerta! Yo no supe que decir, salió como si nada, cerró la puerta y yo en mi mente, y ahora que, como almuerzo con ellos, como miro la cara de Blas después de esto, pero quién se iba imaginar lo que pasaría, solo me tranquilice y me dije a mi mismo, abre esa puerta y actúa como si nada.
Continuará…