Mientras me tocaba recordé esta historia.
Era un 24 de diciembre por la noche. Había decidido ir a la una fiesta por navidad, pero antes cenar en un hotel que ofrecía servicios por la nochebuena.
Durante la cena con mi familia se me iban los ojos por una mujer que estaba a unas pocas mesas de mi, la observé tanto que escalofríos calientes empezaron a invadir mi cuerpo, cuando fui al baño la relojeé más de cerca y caí en que ya la conocía, habíamos conectado por una aplicación de citas hace poco. Así que le escribí: “que manera de matchear nosotras, ahora en elegir el mismo lugar…” a los minutos me respondió “después de las 12 quiero darte tu regalito de navidad en el baño, anda”.
Tragué saliva y me levanté, ya con solo ver como ella también se acercaba al baño me empecé a calentar como nunca. Me recorría fuego realmente por el cuerpo, se me erizaba todo con solo sus mensajes subidos de tono. Ella llevaba un mono todo rojo con un escote que dejaba ver todas sus tetas perfectamente y a mi eso me volvía loca.
Llegamos al baño y no aguanté nada, hubiera querido ser más tierna y quizás conversarle un poquito o trasmitirle lo que me pasaba con ella en lindas palabras, pero solo pude agarrarla fuerte del pelo, bien desde por abajo de las raíces y meterla al baño, ahí le abrí aún más su prenda y empecé a succionar sus tetas de una manera desesperada, tenía tanta hambre de ella que era su beba, con mi cara en su pecho succionaba como si me amamantara y ella empezó a tocarme suavemente mi cola la acariciaba y hacía presión en ciertos puntos mientras yo la devoraba con mi lengua, chupaba haciendo ya ruido y luego se las seguí tocando con las manos apretándolas bien fuerte sin darme cuenta por todo lo que me generaba ella, y ahí empecé a besarla ya más calmadamente pero yo sentía que me la estaba comiendo y ella estaba por demás de deliciosa, los besos lentos y con suspiros profundos eran como tocar las nubes.
Pero no tardó en agarrarme la idea de vuelta de querer poseerla con todo y empecé a tocarla por arriba de su prenda yendo directamente al clitoris, ya solo por fuera se notaba como tenía su vagina hinchada, no podía más y le metí la mano por la prenda, ay por diiios! Cuando empezó a gemir fue un nivel de placer que yo no había sentido nunca, la tuve que callar con mi otra mano mientras con mis yemas de los dedos le era inevitable callarse y ese forcejeo entre que ella grite y yo le siga dando me subió al cien, pero ya tenía que regresar a la mesa no sabía cuánto tiempo había pasado. Así que nos acomodamos y volvimos a nuestros lugares.
En la mesa a mi se me venían todos los flashback de lo que había pasado y no podía más, quería tocarme y gemir su nombre adelante de todos no me importaba.
Pero me fui calmando como podía, y cuando la cena terminó me la encuentro a la salida y cuadramos para salir a una fiesta por navidad juntas, ella me invita a que vaya con su grupo de amigas, yo le aviso a mi familia si me dejaba salir con mi nueva amiga y al no haber problema nos fuimos.
Ella me dijo de ir en el auto de su amiga, pero como éramos varias y no entrábamos me tocó ir arriba de ella.
Ese momento fue increíble, yo solo pensaba que íbamos a ir así y ya, cuando hicimos unos pocos metros, ella empezó a moverse y acomodarse, pensé que estaba incómoda y le dije: “estás bien? Queres que te lleve yo?”
Muy sensualmente me dijo “shhh” yo seguí acomodándome mi pollera de jean que llevaba puesta ese día, en eso ella empieza a levantarla muy despacio, y a mi me daba cosa porque teníamos a dos amigas suyas al lado, y no me parecía correcto que presencien eso, pero ella muy despacio y cómo era de noche y el auto estaba todo oscuro comenzó a tocarme con sus yemas, haciendo presión con su pulgar en mi clitoris y frotándolo fuerte también, yo no sabía cómo contenerme, los gemidos se me quedaban retenidos en la garganta y no podía más, hasta que llegó un punto que estaba tan rico lo que estaba haciendo, era impresionante, me tocaba tan bien que no quería que terminara nunca de hacerlo, hacia pequeños círculos, jugaba con mi clitoris tocándolo y dejándolo de tocar muy despacito a muy rápido, era todo un arte, estaba muy prendida fuego, que ya realmente no podía más y dije “perdón chicas pero flor me está tocando muy rico discúlpenme” y empecé a gemir mientras gritaba “ay flor siii” “seguí seguí seguí” y gemia su nombre como nunca, “no podes hacerlo tan rico flor” y ya a lo último gritaba su nombre en tonos calientes o pareciendo que ya iba a llorar del sufrimiento del placer. Sus amigas también participaron porque a semejante show no pudieron quedarse así nomas calladas pero bueno esa es otra historia…