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Compartiendo a mi contadora en el camión. Mi putita
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Tiempo de lectura: 10 minutos

Después de mi primera experiencia con mi contadora, no pude estar tranquilo. En mi mente solo estaba la idea de dominarla, de hacerla mía y tenía la fantasía de ver hasta dónde podía llegar. Hasta donde estaría dispuesta a llegar como mi putita, como mi zorra. Como mi esclava sexual. Se que en la mente de muchas mujeres esta la fantasía de ser dominadas, de ser tratadas como putas, incluso la fantasía de violación es muy recurrente pero esto fue aún mas allá de cualquier fantasía que haya tenido.

Nunca había vivido algo así y no sabía cómo hacerlo, pero la adrenalina que me generaba iba más allá de lo que mi propio cuerpo podía asimilar.

Aquella vez en el hotel, le dije que quería hacerlo en un camión lleno de gente, de manera discreta y ver que salía de esa experiencia.

Francamente no pensé que me dijera que si ya que era más arriesgado y podíamos encontrarnos a algún conocido o incluso a alguien podía no gustarle tamaño espectáculo y podríamos tener algún contratiempo, pero mi sorpresa fue grande cuando ella me dijo: Soy tuya. Pídeme lo que quieras.

– Quiero que tengamos una experiencia en el transporte Llévate una falta

– Siii yo igual, como quieres que me vaya vestida?

– Ligera holgada sin ropa interior

– Ufff siii

– Quiero que sientas el viento acariciar tu vagina a cada paso. Que seas muy provocativa

– Para ti, siempre.

– Quiero que de tu blusa se marquen tus pezones. Me excita mucho ver como otros hombres te miran, ver cómo te desean y saber que solo eres mi puta. Mia y de nadie más y que no podrán nunca poseerte

– ¿Te excita papi, que me vean otros hombres?

– Solo que te vean… Que vean que esta hembra es solo mía

– Muy bien papi

Pasaron un par de semanas y un día donde yo tenía poco trabajo y ella pidió permiso para llegar tarde, nos quedamos de ver en un lugar donde se juntaba mucha gente para tomar el camión rumbo al centro. Yo sabia que en esa ruta los camiones siempre iban muy llenos y así era casi todo su recorrido. Tendríamos buen tiempo para jugar un rato, pero nunca imaginé hasta donde podríamos llegar.

Mi contadora llegó al lugar indicado justo como se lo ordené. Falda obscura, nada pegada, completamente ligera y fácil de maniobrar, zapatillas negras de tacón alto, una blusa de color llamativo pero escotada algo discreta (obviamente sin bra), como hacia algo de frio por ser muy temprano sus pezones eran completamente notorios. Estaban duritos y se marcaban a la perfección a pesar de que traía también un suéter ligero.

Tan luego se formo en la fila para subir al camión atrapó las miradas de muchos hombres que esperaban, jóvenes, adultos y algunos adultos mayores (medio viejitos).

Me puse detrás de ella, la abracé y le di un beso. Les hice ver que venia conmigo, que tenia dueño y que solo serian capaces de poder verla y de imaginar lo que bien les viniera en gana. Era mi hembra y solo yo podía decidir qué pasaría.

Abordamos el camión y obviamente ya estaba muy lleno, subimos y avanzamos hacia la parte de atrás lo mas que pudimos. Noté como un señor buscaba de manera discreta quedar de espaldas a ella para ir tocando sus nalguitas, pero no se lo permití.

Buscamos un lugar donde no fuéramos muy visibles y le pido que empiece a frotar sus pezones en mi brazo mientras que con la mano que tengo libre la llevo hacia abajo y comienzo a acariciar sus nalgas de manera discreta pero libre. El señor que viene de espaldas se da cuenta y voltea a verme suplicante, como pidiendo permiso para poder rosarla también, pero con una mirada le hago saber que solo puede ver.

Cual fue mi sorpresa que se paso del mismo lado que veníamos para ver mas de cerca como la venia tocando.

– Ay siii

Le toco sus nalgas sobre su falda y ya siento su calor. Somos muy discretos.

– Estoy cachonda

Casi nadie se da cuenta, toma su bolso y lo baja con su mano para que quede a la altura de mi pene. Lo empieza a frotar con el dorso de la mano, lo siente húmedo, duro. Lo sujeta con su mano completa. Siento como lo aprieta con desesperación, como si quisiera sacarlo en ese momento.

Sigilosamente meto mi mano bajo su falda y acaricio el borde de sus nalgas. Siento un hilito de líquido que ya escurre. Por el movimiento su falda queda ligeramente levantada dejando ver el borde inferior de sus nalgas. Volteo a ver al señor que no nos ha quitado la mirada de encima y le dejo ver esas nalgas deliciosas. Es notorio como un bulto empieza a crecer entre las piernas del observador. Se pone rojo y el sudor se hace presente en su frente.

Ella se acerca a mi oído y me dice discretamente:

– Yo te lo quiero mamar papi, ¿qué hago?

De tal suerte que un asiento muy cerca de nosotros se libera y ella se sienta. Yo me le acerco por completo para quedar con mi verga sobre su hombro. Pongo mi chamarra entre el sillón y yo y le digo que me baje la bragueta.

– Siii amor

– Sácalo discreto

– Mmmm siii

Queda tapado con mi chamarra, pero ya tengo la verga de fuera muy cerca de su cara.

– Que rica

El chofer apaga la luz porque ya va lleno y aprovechamos, me acerco mucho hacia su carita deseosa de verga, hago un poco de lado mi chamarra y la punta del pene queda justo a la altura de sus labios. Se agacha y lo lleva a su boca.

– Mámalo. Ahora nadie está viendo solo la puntita

– Ay papi que rico sabe. Te la quiero mamar toda

Le hago ver que el señor que viene al lado no deja de vernos, que él ya se dio cuenta.

– Que nos vea

Se dio cuenta que trae mi verga en la boca y discretamente comienza a frotar su mano sobre su pantalón, se ve húmedo y viene ya temblando pero no deja de mirar como mi putita lame la punta de mi verga y se la mete a la boca en cada movimiento del camión.

– Estoy muy caliente

– Métela toda a tu boca, mámamelo – le ordeno.

– Augggh siii

– Que vea que rico mamas Voltéalo a ver. No le quites la vista de encima y no te saques mi verga de la boca.

– Que vea que soy buena mamadora

El señor busca de como acercarse. Se da cuenta que empieza a tratar de observar más de cerca.

– Siiii

– Tu síguela chupando, no lo dejes de ver

– Me encanta tenerla en mi boca

– Muéstrale un seno. Quiero que vea tu pezoncito

– Mmmm siii. Lo bueno es que no traigo bra

Se abre un poco el suéter y de una manera muy diestra hace de lado la blusa y deja que apenas se perciba su pezón erecto, durito, se ve esa aureola alrededor de ese pezón chiquito pero paradito, muy firme. Se ve el borde exterior de su teta. Volteo a ver al señor y le doy oportunidad de que se acerque un poco más.

El pasajero que viene al lado de mi putita se levanta y se para para bajar del camión. Parece que no se ha dado cuenta de todo lo que está ocurriendo justo enfrente. Tapo mi verga con mi suéter, mi zorrita se hace a un lado para que pueda bajar esta persona y le hago una seña al señor para que se siente al lado de la ventana, junto a ella.

Cuando pasa junto a mí, le digo al oído: Ella es mía y solo vas a hacer lo que yo te diga. Hoy es tu día de suerte amigo así que no lo heches a perder. El señor asintió y se sentó a un lado de ella. Puso una mochila que traía sobre sus piernas y pude darme cuenta que se sacó el pene. Ambos nos dimos cuenta de como ya no se podía aguantar y tuvo que sacar esa verga llena de leche y años.

La cara del señor estaba desencajada, no dejaba de ver como ella no dejaba de lamer la punta de mi pene. Ella volteo hacia mi y me dijo en voz baja, pero a manera de que el señor pudiera escuchar:

– Tal vez quiera que también se la mame

– Levanta tu falda un poco – le ordeno.

– Siii

– Quiero que vea esa belleza de vagina, que vea tu pubis

– ¿Amor, y si me dejas que se la chupe?

– Lo volteo a ver y le hago una seña para que levante un poco su mochila y deje expuesta su verga, para que mi perrita pueda disfrutar de la verga de este extraño.

Ella pasa su mano entre la mochila y las piernas del señor y toma esa verga de manera suave con su mano derecha, su mano izquierda viene jugando con mi verga. Ahora tienes dos vergas para ella sola.

– Si para mi solita

– Quiero que el vea tu boca, muérdete un labio, frótalo con tu lengua

– Ay papi siii

Volteo a ver a el señor y le indico que se recline para permitir que ella se recueste hacia sus piernas muy discretamente.

– Mmmm quiero que me cojan entre los dos

Ella se agacha como para recostarse en el regazo del señor y de manera muy hábil comienza a mamar esa verga. Este desconocido solo pone los ojos en blanco, comienza a respirar muy agitado, no puede creer que una mujer tan hermosa, tan sexy se lo este chupando justo en un camión.

Del asiento de atrás una mano aparece por un costado del asiento y toca de manera muy discreta el borde de la nalga que esta expuesto. Lo hace de manera muy discreta, pero lo volteo a ver y se me queda mirando. Le sonrío y le doy permiso de que toque esa nalguita. Pone su mano más adentro, buscando la vagina de mi zorra, pero con un rodillazo le hago entender que solo tiene mi permiso de acariciar la nalga, nada más. Quiero que disfrute de las caricias en sus nalgas mientras tiene dos vergas para ella sola.

Le pido que se siente. Ella me obedece, el señor se cubre el pene con la mochila y el tercero deja de tomarle las nalgas.

Hay movimiento de gente en el camión, la gente se empieza a bajar y comienza a ser notorio que algo pasa hacia donde estamos. Le digo al señor que nos bajemos del camión. Buscamos una calle obscura.

– Siii

Nos bajamos del camión y caminamos buscando una calle que esté sola y que nos permita seguir con esta lujuria desbordada. El señor esta que no puede créelo y hace todo lo que yo le diga con tal de seguir disfrutando de mi zorra.

Por fin encontramos una calle un tanto obscura aun, parecía una cerrada donde había algunos coches estacionados, algunos árboles y unos contenedores de basura grandes. Nos escondemos.

Le pido que se hinque a mi putita. Le ordeno al señor que le levante el vestido y que se deleite metiendo su boca en su vagina, que escurra de ella mientras me lo mama. Ella siente como él le abre las nalgas y no deja de lamer toda tu intimidad.

– Ahora voltéate quiero que se lo chupes

– Siii

– Ahora si mi putita. Disfruta de esa verga

– Ufff siii

Se lo meto todo. El señor me ruega porque lo deje metértela

– Siii

– Lo implora. Él desea metértelo.

– Lo se

Está disfrutando de la mamada, pero me dice que por favor lo deje solo metérselo un poco, quiere poder sentir ese calor de tu vagina en su verga vieja y dura, pero le digo que eres mía. Solo para mi y que esto es más que un regalo para él.

– Claro

– El solo podrá metértelo si yo lo permito

– Si

Cuando de pronto vemos que en la esquina hay un chico viéndonos masturbándose a la distancia. Le hago saber a mi zorrita que alguien más nos esta observado.

Le pido que se hinque de nuevo Se que le gusta la leche como mi putita que es. Que excitante es ver como tiene dos penes a punto de llenarla de leche mientras que un espía furtivo se da placer con solo verla.

– Siii sabes que me gusta mucho mamar, se que soy tuya, pero me enciende el tener otro pene para mi sola.

– ¿Te gustaría que fueran 3? ¿Quieres más leche? ¿Quieres llenarte de leche para que el final de esta experiencia sea memorable? Eres mía, pero me gusta que mi zorrita tenga lo que le gusta. Me gusta que esté satisfecha

– Gracias corazón

Estamos parados frente a ella, ambos masturbándonos. Le pido que gire un poco hacia el chico de la esquina, tiene facha humilde, quizá podría ser un indigente. Otro afortunado que en la vida podría tener una mujer como esta, ni siquiera en sus más altos sueños. Le pido que abra sus piernas y le muestre al espía que hay debajo de su falda.

– Amor cógeme, mientras me ven.

La levanto sujetándola del cabello, le doy la vuelta y la pongo contra la pared. La empino lo más posible para que sus nalgas queden totalmente expuestas. Levanto su falda y le abro las nalgas. Su anito y su vagina son perfectamente visibles. Apunto mi pene y la penetro una y otra vez.

– Siii como perrita

Dejo expuestas sus nalgas justo como perrita, para su culito y la penetro. Gime desde la primera estocada. El espía se acerca aún más, viene caminando masturbándose como hipnotizado. No puede apartar la mirada de sus nalgas.

– Ufff siii, me lo metes tan rico

La sujeto de la cadera y la penetro fuerte, una y otra y otra vez. Le saco las tetas bajando su blusa. Dejo expuestas esas tetas tan divinas que se mueven de una manera frenética a cada penetración.

– Mmmm cógeme papi, dame fuerte

Comienza a gritar sin importar que nos descubran. Es mi perrita, se la meto más fuerte le doy nalgadas.

– Siii pégame

Tiene dos vergas justo delante de ella. Masturbándose viendo cómo le doy fuerte, en cada nalgada grita mas y ellos se ponen más frenéticos.

– Me gusta que vean mi expresión, mi carita de puta follada, déjame masturbarlos.

Quiero que vean como mi perrita se acaricia. Me recargo en la pared y ella sigue de perrito, pero queda frente a ellos. Les ordeno acercarse despacio. Les digo que suelten sus penes, que ahora serán de ella. Yo sigo metiéndoselo una y otra vez.

– Ay papi siii

– Ya tienes dos vergas en tus manos los masturbas

– Mmmm siii

Los hace temblar. Les digo que aun no acaben, que se aguanten.

– Cógeme, que vean que soy tu hembra y solo tu me la puedes meter, sus vergas están duras

– Y aunque mueren por metértela solo eres mi putita. Solo mía y de nadie más. Sientes esas vergas a punto de explotar

– Mmm siiii, tu verga en mi panochita, y las de ellos en mis manos

Ellos quieren sentir tu boca al menos. El señor dice que por favor lo deje terminar, mientras el chico se aguanta porque quiere seguirte disfrutando. Jamás imaginaron que este día tendrian el privilegio de que esta hembra les diera tanto placer.

– ¿Se la chupo al mas chico?, me da ternura, su pene, aunque no es grande se acopla bien a mi boca.

El chico no lo puede creer cuando te digo -Chúpaselo lo acercas a tu boca. Lo metes todo mientras al señor lo sigues masturbando.

– Siento tanto placer, cogida por mi hombre, y en mi boca una verga joven.

Le aprieta la verga para que no se venga, aun no. El chico quiere tocarla pero no lo dejo, solo le digo que disfrute de esa mamada tan rica.

– En cada metida que me das, su verga entra mas en mi boca

Él señor ya no puede aguantar. Le pido que se lo chupe, quiero ver su verga en su boca.

– ya se va a venir, y me dará su lechita

Le pido al chico que se hinque muy cerquita de sus tetas para que las vea de cerca, Le ordeno que saque su lengua para que aproveche el movimiento de la cogida que le estoy dando y pueda rosas sus pezones.

– Déjalo que se venga chúpaselo más fuerte, quiero ver cómo te llena de leche

– Mmm siiii ya está a punto de venirse, tengo un orgasmo al sentir su lechita en mi boca

Se lo mama todo hasta dejarlo vacío temblando. El ya no puede más pero no lo saca de su boca, queda con la esperanza de seguir sintiendo esos labios tan divinos llenándose de su semen.

– Me siento tan sucia, una golfa cogida en un callejón

El chico está pegado a sus pezones. Es mi golfa mi putita y me encanta poder darle todos los penes y la leche que quiera. Le pido al chico que la llene de leche. Se para frente a ella. Recién terminó de tragar el semen del señor y el chico mete su verga a su boca.

Lo toma por los huevos y los siente hinchados, llenos, no deja de mamársela. Con la boca llena de leche del viejito espera ávida la venida del muchacho. El chico se corre de una manera impresionante, pareciera que nunca se ha venido. Salen chorros de leche que llenan su boca y le hacen escurrir.

– Que rico

Cae en sus tetas. En su cara y escurre por todo su pecho. Nos excitamos aún más, le pido que se empine más. Que abra sus nalgas con sus manos.

– Siii mi amor

Le pido al chico que traiga unos cartones para acostarnos en el piso, acerco mi pene a su anito. Lo empiezo a frotar.

– Ay dios

Siento como se dilata solito. Lo empujo un poquito y siento como entra.

– Travieso

Me deja entrar poco a poco hasta que estas completamente empalada. Tiene toda mi verga en su culito. Empiezo a meter y sacar y gime de placer y dolor. El chico con la vega parada se acerca a su boca, toma la iniciativa. Te pido que se lo chupes. El señor se acuesta boca arriba a un costado tuyo con la verga muy parada otra vez.

Levántate un poco para que lo dejes estar abajo de ti. Sientes la verga del señor rozando ya la entrada de tu vagina. Siento otro orgasmo tuyo porque aprietas fuertemente mi pene con tu culito. No puedes parar de chúpaselo al chico y el señor hace lo posible por empezar a metértelo por la vagina.

Eres toda una golfa. Mi golfa. Aúllas cuando sientes la verga del señor entrando por tu vagina, pero no dejas de moverte, siento su pene como choca con el mío dentro de ti, por fin tienes dos penes dentro de ti y un tercero en tu boca empiezas a tener orgasmos interminables, les pido a los otros dos que quiero que terminemos todos en tu cara.

El señor se sale despacio y se pone de pie, yo saco mi pene de tu culito y me pongo de pie junto al chico y ya los tres parados frente a ti nos seguimos masturbando. Tu como toda una putita, esperas ser bañada de leche, te hincas y abres tu boca sacas tu lengua y los tres explotamos al mismo tiempo llenándote de semen la cara, el cabello, la boca, con tus dedos lo capturas todo y lo llevas hacia tu boca para no desperdiciar ni una sola gota.

Te pones de pie, acomodas tu vestido, y caminamos hacia la avenida para tomar un taxi rumbo a casa ya en el taxi comenzamos a platicar de la experiencia estamos muy lejos de casa, aún hay tráfico y…

Dejare lo que siguió después para el siguiente relato. Mi correo es [email protected].

Si gustas conocer a mi putita contadora, pídeme una foto a mi mail y con gusto te la comparto. Le encanta que sepan que es real.

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