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Fugitiva (II)
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Tiempo de lectura: 17 minutos

¡Congelada! Desperté en la bañera luego de un, literal, jodido día. Me tiritaba la mandíbula y al no encontrar toallas, me sequé con las sábanas de la cama mientras refregaba mis manos, brazos y piernas para entrar en calor. Era de noche y me corría el moquillo por mi nariz, cerré las cortinas del vidrio quebrado, ya que el viento frio que entraba me aseguraba una gripe. Tomé la ropa que traía y olía horrible, sudor, sexo y hasta a mierda. Ugh, sentía mi ano irritado y agradecía de la moderada dotación del pastor. Entumecida entre las sábanas buscaba ropa en el armario y cajoneras, algo de suerte¡! Una camisa blanca con quemaduras de cigarrillos y un bóxer de rayas de hombre. Ambos limpios y me quedaban casi bien…

Ok, un respiro y ahora a ver qué diablos hacer. Eran las 5:30 am, mi pistola tenía 13 balas, tenía unos 100 dólares, cocaína, una navaja, al celular le quedaba poca batería así que lo apague. Estaba discretamente vestida y tan solo debía calmar mi hambre voraz. Aprovechando la madrugada salí de la habitación, el hotel parecía de buen nivel y debía tener cocina. Con precaución baje por el ascensor y en la planta baja buscaba la cocina, el hambre era terrible y la ansiedad crecía, tras unas puertas de acero encontré el paraíso. Corrí sin pensarlo, tire mi bolso y me senté en un taburete alto para tomar del galón de leche, luego las pequeñas tostadas con manteca y muffins. Yo solo comía sin pensar hasta escuchar tras mío.

-Esos panes son de ayer chiquilla, en unas horas llegan los del día.

Pensé en mi bolso y huir, pero urgh, en mis ansias de comer lo dejé al otro lado de la cocina. Me giré y encontré a un hombre gordete que se sostenía en una escoba, yo sin parar de comer lo observaba.

-Está bien chiquilla, no sé cómo entraste, pero no hay problema. Come todo lo que quieras.

-Gracias señor. -Contesté con la boca llena.

El hombre siguió limpiando y hablando de que las cosas están mal, que cada vez hay más mendigos y gente pobre. Yo solo asentía sin prestar atención, lo que animó al hombre quien ahora estaba a mi costado mirándome de pies a cabeza.

-No hablas mucho?

Moví mi cabeza en negación, manteniendo mi perfil bajo mientras comía. Pensaba en que solo había una persona que podría ayudarme y quizás saber que estaba sucediendo, “el carnicero”.

El gordete se animó más y mientras preguntaba cosas que ignoraba, puso su mano sombre mi muslo, acariciándolo. Di un respingo ahogándome con la leche.

-No por favor. No siga.

-No qué? Que te pasa chiquilla?

El gordete seguía manoseando mi pierna, mientras pensaba en que no quería tener otro día de mierda, de que me usaran. Ugh. Alejé la mano del conserje y continué comiendo. Él fue a una despensa donde sacó unas bananas.

-Te gustan las bananas? aquí tenés unas.

Yo seguía en lo mío, solo necesitaba unos minutos más, pero el gordete ya se veía salido y con un bulto en su entrepierna.

-Bah, que me ves? Buscas una banana de carne acaso?

Tomó mi mano y la puso en su entrepierna, note su verga caliente y dura. Pero no! Me puse de pie y le propine una patadota en sus bolas, mientras se quejaba y se revolcaba en el suelo del dolor, yo tomaba las bananas, mi bolso y huía del lugar.

Salí por un portón que daba al callejón, estaba amaneciendo por lo que ubicarme fue fácil y partí hacia el restorán del “carnicero”, donde podría buscar alguna ayuda, estaba a 10 cuadras por lo que caminaba rápido y con mirada atenta a la policía o quien fuera mientras comía las bananas del gordete.

Al llegar al lugar noté dos camionetas negras, donde varios sujetos se subían, cerraron las puertas y partieron raudos. Vestían de indumentaria militar negra con gorros y lentes. Decidí caminar al lugar y ver por la ventana, estaba vacío y todo desordenado. Saque mi pistola y entré con sumo cuidado de no emitir ruido, solo se escuchaba un hombre tosiendo al fondo. Era él quién al verme atino a apoyarse sobre la mesa casi desarmada.

-Heyyy Marie. Que haces aquí? Vienes a terminar el trabajo?

-Que? No! Que paso? Quien hizo todo esto?

-El mismo que nos traicionó nena. Ven ayúdame y te cuento todo.

Lo tomé del brazo y lo ayudé a llegar al subterráneo que estaba desordenado tal como arriba. Lo recosté en un sillón y noté que estaba todo golpeado, con ojos hinchados y nariz rota.

-Oh no. Qué pasó?

-Sucede que Alex nos traicionó, le vendió su alma al viejo Rodríguez y acabó con todo, con todos en un abrir y cerrar de ojos, el maldito desgraciado asesinó a todos!

-Pero como, por qué?

-No lo sé. El dinero imagino, quizás qué le ofreció Rodriguez.

-No puede ser…

Si había alguien de temer, ese era Alex. Sin duda el mejor de todos, hasta me entreno a mi en disparo. Maldición!!!

Acompañe al viejo carnicero todo el día, lo ayude en sus heridas y hasta comimos mientras me contaba como sucedieron las cosas.

-Solo quedas tu Marie. Quédate esta noche y mañana partes a la frontera donde “el erizo”. Ahí te salvaras, no han llegado tan lejos estos cretinos.

-Pero, no se puede hacer algo? Por ultimo eliminar a Alex.

-Se podría, pero se llevaron todo y los demás están muertos o en la cárcel.

-No!. No me puedo quedar así.

-Tienes suerte, puedes comenzar de nuevo.

-Prefiero perder la vida a que vivir otra nueva.

-Mmm te entiendo nena, siempre has sido muy comprometida.

No podía quedarme dormida en la noche, me daba vueltas en la cama pensando en que hacer. Veo una sombra en la puerta.

-Sabia que no podías dormir Marie.

-No, debo hacer algo. Por ultimo verle la cara al maldito.

-Mmm mira, se me ocurre algo. Pero entiendo que no quieras participar en algo así.

-Dime

-No es para eliminar a Alex, bueno, no directamente.

-A que te refieres?

-Está la oportunidad de que elimines a Rodríguez. Así algo sacaremos.

-Ok. Voy, dime como.

-Mmm bueno. El viejo Rodríguez es inalcanzable a través de un asalto o tiroteo, ni siquiera envenenado. Pero tiene la debilidad de ser un jodido pederasta y mañana tendrá unas de sus “fiestas”. Tendrías que infiltrarte y buscar estar cerca de él para eliminarlo.

-Ohh, ya veo.

-Tu? Tienes experiencia, digo, un novio o algo… eres activa sexualmente?

-Mm si. No hay problema en eso.

-Ah bien. Bueno eres de las reclutas más jóvenes que aceptamos junto a Helena, no te mandaría a algo así a no ser que tengas chances y las tienes.

-No tengo problema, pero como entro a algo así?

-Tengo un contacto, un facilitador, él te ingresara a la fiesta. Pero ahí dentro te las tienes que ver tú. Se entra sin armas ni bolsos, además te pueden reconocer. Quizás Alex este ahí también o alguno de sus monigotes.

-No hay problemas acepto. Mañana me preparas. Ya?

-Así será.

Me dormí pensando en la misión y desperté en ella.

En el desayuno conocí a la pareja de don Tomas, así se llamaba el “carnicero”.

-Tendrás que acompañarnos a nuestra casa y ahí te personificaremos.

-No hay problemas, vamos.

Partimos los tres rumbo a la casa, me escondía bajo el asiento trasero para pasar inadvertida.

Luego de almorzar una abundante “ultima cena”, procedimos con lo acordado. Cortaron mi cabello a modo de dejarme dos moños atados y tiñeron mi pelo por capas de color naranjo y blanco. Luego usando ropa de su hija, me vistieron con una jardinera de mezclilla y una polera de anime, unas snickers violeta de lona y para finalizar un pintalabios morado y sombras tenues en los ojos. En el espejo parecía una adolescente cualquiera, pero con un gran par de senos.

-Mm si bien te ves como niña, tus lolas dicen lo contrario nena. Qué edad tienes?

-19, no tiene un corpiño pequeño?

Le respondí a la pareja de don tomas.

-A ver pruébate este, es de mi hija y te va a apretar bastante.

Me puse el corpiño y efectivamente me quedaba apretadísimo, pero ocultaba mis senos que bajo la ropa, pasaban inadvertidos.

-Le voy a coser un botón para asegurar.

Eran las seis de la tarde y estaba lista para la acción. Mientras conducía, don tomas me daba concejos.

-Te dejaré en la estación de subte, de ahí vas al local de videojuegos del muelle, ahí preguntas por Gabriel, esa es la clave: “Gabriel”. Él te verá y te llevará a la fiesta. Toma, por si lo necesitas.

Don Tomas me pasa un sobre pequeño azul.

-Qué es esto?

-Es una especie de cloroformo, lo haces explotar en la nariz o boca de alguien y se duerme al instante, es todo lo que me queda, yo guardarė tus cosas y si todo sale bien mañana te recojo aquí mismo entre las cinco y siete de la mañana, mas no te puedo esperar.

-Entiendo, no me atraparan don Tomas y no te delataré.

-Nena, al final todos hablan. Vamos ve y cumple, recuerda tu entrenamiento y termina con esto. Suerte.

-Gracias.

Me baje del auto rumbo al metro, me metí al vagón donde podía ver mi reflejo en el vidrio, era una chica no mayor a 15 años.

Al llegar al muelle pasaba inadvertida, era una niña más del montón y en la tienda de videojuegos más aún. Me mantuve observando el entorno, compre un dulce chupete y observaba a todos. Hasta que encontré un tipo misterioso, de aspecto muy formal para el lugar, me dirigí a hablarle.

-Hola, conoces a Gabriel?

-No chiquilla, vete.

Uhm. No era él, bueno, pregunté a otro tipo, a una chica, al cajero y nadie lo conocía. Iba a preguntar al conserje cuando siento una mano en mi hombro que me detiene, era el primer tipo a quien pregunté.

-Hey chiquilla. Shhh. No sigas que me vas a delatar.

-Mmm usted es Gabriel?

-No, pero te puedo llevar a él, pero habla despacio. Ven

El tipo me llevo al pasillo de mantenimiento y me hizo entrar a una puerta, estaba todo escuro.

-Bueno, bueno, bueno. Regístrenla.

Al decir esto siento varias manos que quitan mi bolso y tratan de revisar mis bolsillos. Me sacan la billetera y unos papeles.

-A ver, vamos viendo. Mmm no tienes identificación. Ni tarjeta escolar. Qué edad tienes?

-Quince. aun no saco identificación.

– A si? eso vamos verlo. Y tu tarjeta de estudios?

-La deje en casa. No quiero que sepan mis datos.

-Ok, ok. Entiendo, dame tu manito si?

Extiendo mi mano y toman un dedo que lo pasan por un detector de huellas digitales. Luego se enciende una pantalla que anuncia:

-“SIN IDENTIFICACIÓN”

Era una ventaja en la organización tener adolescentes que no se ingresen en el sistema y yo era una de ellas.

-Muy bien, no figuras. Como supiste de Gabriel?

-Una amiga me dijo.

-Y te dijo que hacemos?

-Si, una fiesta y que dan dinero.

-A muy bien y sabes lo que hacen en la fiesta verdad?

Yo actuaba y estaba comprometida con mi personaje. Actuaba algo nerviosa e inocentona.

-Sip.

-Y estas segura? Por qué quieres participar de algo así chiquilla?

-Ehm quiero un iPhone.

-Ah un iPhone. Toma, ten el mío.

El tipo enciende su celular y me lo muestra.

-Quiero uno nuevo, ese lo puedes bloquear.

-Ahh bien, inteligente la nena. Ok. Prende la luz.

Encienden la luz, el tipo al que hablé está en la puerta, hay otro con pinta de matón y el que me hablaba está sentado frente a mi con un computador. Quien se queda viéndome.

-Mm muy linda, haber media vuelta.

Me giro en mi misma.

-Bueno, revísenla si?

Dicho esto el matón se acerca a mi pidiéndome que me sacara mi jardinera, cosa que hice actuando asustadamente. Con sus manos palpa mi calzón y mis senos por sobre la polera. Mientras otro revisa mi bolso.

-No tiene nada señor.

-Ok, ok, muy bien chiquilla. El autobús mágico saldrá en quince minutos y regresara aquí mañana a mediodía. Espero no te esperen en casa.

-Vivo en un hogar de acogida…

-ah pobre chiquita. Llévenla.

El matón me toma del brazo y me lleva por otra puerta que da a la parte de atrás a un lugar donde nadie entra, que da al mar y donde esta estacionada una camioneta, me mete dentro y me acompañan 3 chicas más.

-No hablen.

Todas de mirada baja y en silencio esperamos unos minutos hasta que entra otra chica con el matón. Todos dentro la camioneta partimos con rumbo desconocido. Trato de ver por dónde vamos, mientras trato de pasar desapercibida junto al resto. Solo sé que se hace oscuro y de reojo veo edificios altos. La camioneta ingresa a un subterráneo donde hablan por un citofono.

-Soy yo, traigo las pizzas.

-Adelante.

Se abre un portón y luego se estaciona. Abriendo la puerta.

-Cuantas son.

-cinco.

-Ya, ponle el saco y júntalas con las otras.

El matón nos pasa unas bolsas de género para nuestras cabezas.

-Pónganse esto y no hablen.

Con la bolsa puesta, solo veía mis pies y nos llevaron del brazo hacia una pared donde esperamos de pie.

-Las quiere todas.

-Ok, ok. Muévanse.

Nos indican caminar en fila una tras otra tomadas de las manos. Se siente un ascensor donde ingresamos todas pegadas entre si. Suena la campana y salimos del ascensor. El piso era de alfombra oscura y se escuchaba música de fondo, a medida que avanzábamos crecía el ruido, el humo de cigarro, risas y conversaciones. Ingresamos todas a una habitación con sillones donde nos liberaron de la bolsa.

-Ahora esperen aquí.

Miraba a las otras chicas debemos haber sido unas 8 en total, algunas nerviosas otras tristes y otras con cara de nada.

-Si alguien quiere ir al baño, este es el momento, está ahí en la puerta azul.

Un par de chicas fueron y yo también aproveche de orinar y verificar en mi calcetín el cloroformo.

Esperamos como una hora cuando nos avisan.

-Ya, tú y tú vienen conmigo.

Ambas chicas con cara de nada partieron con él, se notaba que habían venido antes.

-Ok, ok. Van a pasar una por una y se van a ir con el que las llame, ok?

Una a una fueron pasando hasta que me toco a mi.

-Camina por el pasillo mano derecha al fondo.

Se escuchaban risas y música suave. Al llegar a la puerta y abrir veo una lluvia de luces y flashes que me indican caminar por lo que parece ser una pasarela. Veo varios hombres y a chicas junto a ellos. Camino hasta quedarme parada tomándome los codos.

-Quien dijo yo? Quien dijo yo? Por esta blanquita. Pelo naranja?!

Varias voces y gritos clamaban, aquí! Aquí! Y otros levantaban las manos. Finalmente el tipo me llevo de la mano a uno de los cubículos, donde habían dos hombres mayores, asiáticos con pinta de banqueros o algo.

-Hola preciosa siéntate aquí al medio.

Era un sillón curvo de cuero, al frente había una mesa llena de licores y bocadillos.

-Cómo te llamas?

-Valeria.

Los tipos reían y me miraban mientras bebían licor. Trataba de ver los otros cubículos para ubicar a Rodríguez, quien era un tipo de pelo cano y algo moreno, si veía su rostro podría reconocerlo. Pero me interrumpió un mozo que traía una bandeja.

-Caballeros les traigo el pedido.

-Oh muchas gracias.

-Si gracias.

Le dieron unos cuantos billetes al mozo quien contento se retiró del lugar. La bandeja traía tres tragos y unas dosis de cocaína que los tipos esnifaron frente a mi. Luego me dieron el vaso central y me hicieron brindar.

-No quiero beber.

-Anda bébelo chica, es solo un traguito.

De malas ganas lo bebí, no era fuerte para nada y lo bebí entero mientras los otros tipos se estremecían del envión del trago. No tardaron en comenzar a tocarme, lentamente sus manos recorrían mis piernas mientras uno trataba de besarme. Desbrocharon mi jardinera y la jalaron con fuerza, con el remezón me di cuenta que estaba adormecida. Tenía a ambos tipos tratando de abrir mi corpiño, reían al no poder hacerlo. No podía mantener la mirada fija ni menos defenderme de sus manos, ni de sus besos. Sentía que me devoraban la boca turnándose, mientras jugaban en mi rayita con sus dedos.

Finalmente uno de ellos cortó mi corpiño con un cuchillo, liberando mis senos cosa que los volvió locos, rápidamente me sacaron la remera y ya los tenia mamándome uno a cada lado. No entendía lo que decían, pero se notaban eufóricos y reían. Sus dedos comenzaron a entrar en mí turnándose en devorar mi cuerpo.

El mesero se acerca a fisgonear y lentamente cierra una cortina roja sin perderme de vista. El tiempo pasaba muy lento y ellos no me dejaban recuperar mi foco. Estaban en camisas y se meneaban sus vergas bajo sus pantalones, hasta que uno de ellos se baja el pantalón y me avienta a su verga, mientras el otro me bajaba el calzón y procedía a lamerme toda.

El tipo no aguantaba y abrió mi boca con su dedo metiéndome su verga en la boca, me guiaba arriba y abajo para que se la mamara, pero apenas podía moverme, así estuvieron no se cuánto tiempo, ya estaba perdida. Me giraban como querían usando mis moños como manillas, poniéndome sus vergas en la boca y metiendo sus dedos en mi chocho. Ya me sentía, sin quererlo, excitada por dentro y ellos celebraban vertiendo licor en mi culo y bebiéndolo de ahí mismo. Uno de los tipos se ausento, no sé por qué, por lo que al quedar más desprotegida trataba de reaccionar y escapar, le estaba mamando la verga en el sillón, mientras que me cogia con un dedo el culo y otro mi chochito.

Fue ahí que desperté un poco, lo suficiente para poder moverme y levantar cabeza, pero el tipo me la bajaba cada vez que lo hacía. Por lo que en un movimiento rápido me levanté y le pegue un rodillazo en la entrepierna, entre sus quejas me pongo la remera y llega el otro tipo a ver que le pasaba a su amigo. Le aviento una botella en la cabeza y ambos comienzan gritar, no lo pienso mucho, saco el cloroformo, lo reviento y les aviento en sus narices, inmediatamente se durmieron, los posicioné como si durmieran de ebrios y salí del cubículo entreabriendo levemente las cortinas. Afuera se escuchaba ruido de fiesta, traté de caminar pero estaba aún desorientada y torpe con mi cuerpo.

Tontamente y por la escaza luz que había comencé a deambular y deambular, tome una botella de whisky y buscaba en los cubículos al maldito de Rodríguez, no me importaba nada. Hasta que logré encontrarlo, estaba ahí con dos tipos y una mujer, mi mirada fija lo puso en alerta y uno de sus matones vino a correrme. No dejaba de ver a Rodríguez y él en alerta se acerca a mi.

-Ey momento lobo, no la corras.

Se acercó a mi con una sonrisa y extrañado.

-Y tú? Andas sola?

-Se quedaron dormidos. Quiero mi iPhone.

Gesticulaba como si estuviera drogada.

-Ja, tu iPhone? Yo te daré tu iPhone preciosa. Ven.

Me cogió del brazo y me llevaba tranquilamente.

-Que nadie me moleste lobo.

-Si señor.

Y como perro guardián aguardó tras la puerta de la habitación. Rodríguez fue al baño mientras yo me senté en la cama pensando en cómo deshacerme de él. Miraba el velador, la cómoda y no encontraba algo con que hacerlo.

-Que buscas bebe?

Yo no respondí, pensaba en golpearlo con la botella, pero estaba adormecida aun.

-Ah, te deben haber dado ese trago cierto? Se pasa si bebes del licor que traes.

Tan estúpida estaba que le hice caso y tomé unos sorbos, enjuagándome la boca mientras él se desvestía, era delgado pero de cuerpo trabajado y con algunas cicatrices en su pecho y abdomen lo veía mientras bebía algunos sorbos del licor y al bajar su slip me quede viendo su verga pálida.

-Te gusta?

Yo solo bebí otro sorbo. Mientras se acostó en la cama meneándose su verga.

-Ven bebe.

Estaba lista para golpearlo pero noté que el alcohol definitivamente no ayudo, sino que me volvió más torpe.

Desde atrás se arrimó a mi, soltándome la botella y levantando mi remera, que era lo único que llevaba. Levante mis manos viendo pasar la remera de anime por mi rostro.

-Oh siii. Que tetazas.

Tomo mis senos por detrás mientras me besaba el cuello. Él estaba caliente a no poder, su respiración agitada y sus manoseos por mi cuerpo lo demostraban. Cada mano cubría cada uno de mis pechos y los estrujaba, apretando mis pezones entre sus dedos, presionaba mis pechos hacia arriba y los dejaba caer mientras recorría mi cuello con sus ásperos labios. Me apretaba a su pecho sintiendo su empalmada verga en mi baja espalda.

-Cómo es que no te vi en la subasta. Me encantan las pendejas tetonas como tú.

El viejo Rodríguez me tenía a su total merced. Y no podía mantener mi foco, para peor me tomo de mis caderas y me recostó sobre la cama, abrió mis piernas y comenzó a hacerme sexo oral, que lo encontraba maravilloso!¡

-Oh nena, se nota que te han jodido y culeado, me encanta, me encanta!

Yo era un monigote para su placer y encima mío no tardo en penetrarme, lo hacía salvajemente y sin parar. Me arrancaba gemidos tras gemidos no podía evitarlo, es más, lo ansiaba!

Su boca buscaba la mía y su lengua revolvía hasta mi paladar, luego bajaba a mis pechos con pezoncitos duros y erectos de calentura, los chupaba y lamia mientras metía su pulgar en mi boca, el cual yo chupaba como una bebita. Creo que hasta me corrí, no lo sé, pero estaba full excitada con el tipo que debía eliminar!

Cuando cambio de posición juntado mis pies, tuvo que desbrochar mis zapatillas y sacar mis calcetas mientras sentía su verga palpitante dentro de mi, juntó mis pies y los lamia con devoción mientras sus manos las mantenía en mis caderas, agarrándolas fuertemente con sus embestidas, estaba en éxtasis y gemía sin darme cuenta.

-Eso nena, eso nena!!! Toma, toma!!

Sus embestidas pasaron a ser penetraciones fuertes y rápidas mientras me sostenía de mis muslos, mientras yo veía su cara de gozo total y sus ojos muy abiertos. Y entre bramidos se corrió dentro de mi como no había sentido nunca.

-Oh oh nena oh oh nenita si si!!!

Respiraba en mi oreja mientras me abrazaba encima. Estábamos sudados y cansados, recuperando nuestro aliento nos tumbamos en la cama.

-Ooff uff. Que cacha nos pegamos bebe, eres un tesoro.

Yo no me movía y aun tenía esa imagen de su cara de gozo total y sus ojos, sus ojos oscuros abiertos como platos.

Al rato me dice:

-Aun tenés la botella? Me dejaste supongo.

Reacciono y voy por ella gateando en la cama y estirándome hacia el suelo, la tomo del gollete y pienso que ahora es cuando.

-Uff bebe. Que vista, que lindo culo tenés.

Él se incorpora tomándome de las caderas y jalándome hacia él. Pienso en golpearlo con la botella, pero me quedo quieta frente a él.

-Gracias bebe.

Él bebió bastante de la botella y luego me la da mi, bebiendo hasta acabarla.

-Ok bebe, vení y mámamela.

Yo zombi me acerco a hacerlo, está flácida y tiene gusto a corrida, a mi corrida!

La tomo de la base meneándosela para que pronto se ponga dura. La degusto con mi lengua y sigo con mi mano hasta que se empalme bien. Su mano toma uno de mis moñitos guiándome a su glande hinchado, el cual degusto en mi lengua y paladar, me mantiene un rato metiéndomela hasta el fondo y retirándola solo cuando me ahogo. Lo lleno de babas.

-Lame mis bolas si?

Sin dudar me meto entre sus muslos y lamo sus bolas peludas hasta tomar una con mis labios y engullirla.

-Oh nena que bien lo haces. Serás mi puta, mi bebe personal.

Sabían saladas y algo de asco me daba, pero quería seguir al final, mientras me componía.

El golpeteo de la puerta nos despabila alejándome de el.

-Qué pasa?

-Señor, es hora ya.

-Ah, bueno.

El maldito se separa de mi y se para de la cama, me entra el pánico y él lo nota.

-Lo siento bebe, pero debo ir a ver unos negocios, pero quédate aquí y me esperas.

-Pero… peroo…

-Ah lo siento nena.

No encuentro que hacer y solo atino a lamer mi dedo, poner cara de inocente y juguetear con mi culo. En un instante se da cuenta.

-Que haces bebe?

-Me la mete por el culito?

-Oh nena ooh uff.

Hace unos gestos de gustos y piensa.

-Ok bebe.

-Lobo, avisa que llego en treinta ok?

-Si jefe.

Se había puesto la camisa y así tal cual se acerca a mi nuevamente, juego mi papel y le entierro mis dedos en la espalda, para luego tomar su verga y masturbarlo. Él se deja querer mientras me abre el culo.

-Estas segura bebe? Yo culeo con ganas eh.

-Si, dámela toda.

Fuera de si por la calentura de mis palabras, me gira y en un dos por tres mete su lengua en mi culo, la mete con fuerza durante un tiempo, para luego meter su dedo áspero y escupir hacia dentro, mete todos sus dedos uno por uno hasta siento los anillos que lleva puesto.

-Anda bebe. Pon el culo al aire.

Lo hice abriendo mis ancas.

-Eso, que hermosura.

Su dedo taladraba mi culito, luego dos de sus dedos, hasta dejarme una abertura considerable.

-Muy bien bebe. Ahí te va.

Su glande está hirviendo y lentamente la introduce por mi culito, el cual trato de abrir y controlar mi esfínter. No había tenido una verga así antes dentro de mi.

-Ah muy bien nena, muy bien. Ooh que apretadita.

Sus manos en mis nalgas las apretaba fuertemente y las embestidas comenzaron a moverme. Y ya pronto me está culeando con todo, el sonido de mis cachetes era a alto ritmo y mis bramidos lo instaban a darme más.

-Te gusta!? Te gusta que te culeen?

-Sii. Sii. Ahrg ahhr ahhrg.

Yo bramaba como enferma sentía el culo partirse y me estaba dando placer, un doloroso placer. La cama comenzó a moverse y la marquesa golpeaba la pared de forma escandalosa. Nunca detuvo su ritmo mientras azotaba mis nalgas con sus manotazos.

Era una máquina, ya no sentía el culo y el hormigueo me hacía tocar mi botoncito. La cama parecía desarmarse y la pared derrumbarse no aguante y me metí mano para gozar como nunca antes, sentía sus bolas chocar con mis dedos y entre éxtasis de gemidos me corrí hasta casi mearme. Sus embestidas seguían pero se notaba su cansancio mientras la puerta sonaba otra vez, pero tome la iniciativa.

-Déjame arriba, déjame cabalgarte.

-Oh si nena, leíste mi mente.

Me soltó y saco su verga mientras me ponía de pie sobre la cama, observe la botella que estaba en la punta de esta, la agarre dejándola tras de mi. Tome su verga que olía a culo y la introduje en mi ano donde comencé a moverme en forma circular, el masajeaba mis pechos y muslos. Bien, ahora es cuando, comencé a moverme rápidamente encima de él con mis tetas brincando hacia todos lados, movía mi cadera tanto como para arquear mi cuerpo hacia atrás, tomar la botella y aplicarle un tremendo botellazo en la cabeza!¡

Pegó un grito tremendo y volví a golpearlo en la frente hasta romper la botella enterrándole el cuello roto en el cuello. Me despego de él y caigo al piso, donde paso bajo la cama mientras el viejo Rodríguez yacía ensangrentado, la puerta se abre y entra lobo, donde aprovecho de salir bajo la cama y con el gollete de la botella golpeo la entrepierna del corpulento matón. Cae al suelo y tomo su pistola, el reacciona forcejeando un tanto en el suelo, hasta que logro dar con el cañón en su mentón y disparo. La sangre salta y cubre parte de mi cuerpo desnudo.

Termino con Rodríguez de un balazo en la cabeza, atino y me pongo la remera y las zapatillas, mientras vienen otros matones, certeros disparos acaban con sus gritos de alarma. Tomo sus armas y salgo en modo comando, disparo a lo que se mueve abriéndome paso al ascensor. Abajo el guardia llama por radio y lo atormento a balazos, no sé si le doy, aprieto el botón grande abriéndose el portón.

Escucho a la policía y parto por las calles buscando refugio. Solo encuentro el pickup de una camioneta encendida, cuyo dueño debe haber estado en la botillería del frente. Reviso las balas de las pistolas una tiene 2 y otra 11. Desecho la de dos mientras la camioneta se mueve. Avanza un par de cuadras y se estaciona en una gasolinera cerrada, apaga el motor y salgo disparada de ahí corriendo. El sonido de múltiples sirenas me alertan que están cerca y solo encuentro en colector de lluvias, no lo dudo y bajo buscando refugio. Corro hasta cansarme y entre unas cajas y un sillón roto, me escondo y descanso. Mi corazón está que explota y pierdo la noción a ratos, despierto, pero no siento a nadie y me duermo otra vez.

Ya está amaneciendo y debo llegar al metro. Me doy cuenta que estoy cubierta de sangre, además de un horrible dolor de cabeza y de culo. Me reviso y tengo todo sucio, pegoteado, me doy asco. Veo unos mendigos caminar y los detengo frente a una cañería de agua.

-Alto ahí!! Deme su pantalón y tú, dame tu camisa. Ahora!

Los dos viejos sorprendidos por la pistola, el extraño asalto y mi apariencia de terror comienzan a sacarse lo que les pedí. Con la ropa de los mendigos en el suelo, disparo a la cañería abriéndose un forado y liberando abundante agua limpia, me saco la remera quedando desnuda solo con mis zapatillas y me limpio aprovechando el chorro de presión, tratando lavar todo mi cuerpo y mi entrepierna mientras los mendigos no pierden vista de mi mientras me visto y me voy corriendo.

Deben ser las 6 de la mañana calculo. Busco algún lugar donde pensar y ver opciones. Decido ir a la villa. Ahí encuentro ropa limpia en un tendedero, un buzo muy cómodo la verdad y una remera polo. Ahora podría subir al metro. Me acerco a una estación, guardando mi pistola entre el buzo y el polo. Entro en la estación que está casi repleta y espero el tren, calculando el cierre de puertas. Estaba en eso cuando veo dos policías con radio acercándose a mi mientras viene el tren.

-Ahora o nunca.

Corriendo salto los torniquetes, empujo a unas personas y de no ser que estaba repleto el andén, llegaría al carro de mujeres, pero llegué justo al de hombres. Me escondo tras unos tipos altos y respiro del alivio. Alguno que otro me veía de reojo, pero estaba a salvo y me bajaría una estación antes.

Trato de ver algún reloj o celular y saber qué hora era. Pero no logro poder ver, solo cruzo mirada con un tipo afro que traía un reloj.

-Disculpe, me puede decir que hora es?

El tipo me mira extrañado y casi juzgándome.

-Las 6:20.

-Oh gracias.

-Mm de nada, acaso vas a asaltar el banco o algo?

-Que!? Como dice?

-Que te metes en el tren mixto corriendo y te persiguen unos polis.

Lo que menos quería era discutir así que obvie responderle.

En la siguiente estación entró mucha gente por lo que me movieron hacia atrás casi aplastada, para mi sorpresa el tipo del reloj se pone tras mío! No tardó mucho en hacer de las suyas y puntear con su verga mi culo aun adolorido.

Yo hacia el afán de moverme, pero era imposible con la cantidad de gente y más aún, quería evitar topar la pistola que llevaba adelante en alguien. Por lo que debía moverme mucho e incómodamente siento al de atrás hablarme al oído.

-No te muevas tanto, no tienes nada que hacer, te metiste al vagón mixto y colada además.

Maldito, de haber podido le pegaba un balazo en la verga, pero bah. Me daba igual luego de haber cumplido el objetivo, no me importaba, además me habían re-cogido por todos lados y pensaba que una arrimo no es nada. Así que lo deje hacer y me mantuve quieta, levantando el culo para hacer espacio para la pistola que llevaba y al parecer eso le dio ánimos al de atrás. Del punteo leve a mi culo pasó a poner sus manos en mis caderas y prácticamente afirmarse de mi, en la siguiente estación no subió ni bajo nadie, por lo que seguía en lo suyo.

Cuando quiso acercar su mano adelante, pellizqué la suya, quejándose se desquito pegándose a mas no poder a mi culo, sobando su verga en él. Sentía un masaje sanador de su parte, su verga regordota y caliente calmaba mis dolores y en algo el ardor de mi entrepierna y mi culo. Se aproximaba la estación de salida y yo actuaba inmóvil, el tipo parecía por explotar y tal cual lo hizo por sobre el buzo que llevaba, refregaba limpiando su verga en mi y al abrirse las puertas salí corriendo del lugar oyendo que otros pasajeros comenzaban a discutir por lo ocurrido, reprochando al tipo afro que me aventó sus mocos en mi culo, no me detuve y al salir de la estación corrí sin parar por la avenida, tras unos runners pasaba desapercibida. Reconocí el auto de don Tomas en un semáforo y salte hacia su ventana, asustado abre la puerta y parte raudo al restorán.

-Que paso?

-Rodríguez eliminado. Nadie me vio y estoy ilesa, bueno, cansada.

Le informaba mientras recuperaba mi aliento.

-Entiendo.

No hablamos mucho en el auto y el alivio de estar viva y haber cumplido la misión me tumbo, dormida sentí como don Tomas me sacaba en brazos del auto, me llevaba a una cama tapándome con una cobija.

-Estarás aquí hasta que todo esté en orden ok?

-Donde?

-En la madriguera, temo que puedan volver a preguntar. Tu solo duerme si? Gran trabajo nena. Descansa.

Con un beso en la frente me dejó descansando y me dormí al instante.

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