Rebecca.
Mi novia, Karla, y yo estamos de visita en un spa. Un spa que ha sido mucha tendencia en el club de chicas que solemos frecuentar, un spa de lesbianas que promete mucho más de lo que dice.
-Lo que pase aquí. Se queda aquí, Karla. No tenemos que volver a hablar de ello, ¿de acuerdo? -Asiente.
Karla entrelaza su mano con las mía. Caminamos por el vestíbulo pintoresco de una palapa hawaiana, una mujer de exhuberantes pechos cubiertos por dos pequeños triángulos de tela verde y una faldita tan corta nos recibe.
-Hola bonitas. Soy Cristin ¿En que pueda ayudarlas? – Sus piernas me tienen embobadas, caigo en cuenta de que ella me mira con la misma lujuria.
-Venimos por un tratamiento de relajación. – Responde Karla.
-Oh! Supongo que les interesa algo mutuo. ¿Ya saben de que va el spa, verdad? – asentimos.
Me sonrojó. Mi novia aprecia la decoración del lugar, mientras la recepcionista y yo nos comemos con la mirada. Ha este punto mis mejillas están tan calientes como el exterior. La mujer muerde su labio, y sin que la vea Karla, masajea su teta por encima de la tela, viendo como sus pezones se endurecen tanto como los míos.
-¿Les interesa "el beso de Atenea"? Es un trío lujoso – Ambas la miramos con mucho asombro – Se ve que quieren salir de la rutina.
Karla y yo nos miramos, ella no muy convencida, yo demasiado excitada. Le recuerdo que lo que pase aquí no saldrá de aquí ni afectará nuestra relación, así que terminamos cediendo.
-Perfecto. Siganme. Yo seré quien las guíe por está nueva experiencia.
La mujer nos lleva por detrás de un biombo de madera clara, caminamos hasta una puerta caoba. La abre. Hay una gran colchoneta en el piso, a los lados mesitas con aceites y en otra un gabinete de cristal que muestra una gran colección de masajeadores, plug, dildos y arneses. Cierra la puerta con delicadeza. Me percató de la gran ventana con cortinas claras que da hacia el inmenso mar.
-Encendere algunas velas, pueden ir empezando desvistiendose.
Así mismo, Karla con inseguridad se va desabrochando la blusa dejando a la vista su sujetador blanco que enmarca sus pechos medianos, desabrocha su pantalón y lo contornea por sus caderas hasta que llega a sus tobillos. Cuando está en ropa interior me mira y habla:
-Tu turno, Rebecca.
Espero hasta que la mujer me mire también para desvestirme, quitó mi blusa y expongo mis tetas al aire libre, son grandes que hacen me duela seguido la espalda. Bajo mi falda, en el suelo la empujó con el pie, dejándome ver solo con una tanguita roja. Cristin desabrocha su sujetador, sus grandes tetas bronceadas opacan mi vista, baja su faldita rápidamente y veo una tanguita tan pequeña que veo el pequeño triángulo perfectamente perfilado de su coño hinchado.
-Acuestense, empecemos con algo sencillo.
Karla se acuesta junto a mí, boca abajo, sus tetas se salen del sostén. La mujer se encima en ella, desabrocha su sostén y lo avienta a un lado, sus manos llenas de aceite masajean la espalda de mi novia entrando por debajo de su abdomen y apretando sus tetas, Karla gime en el momento cerrando los ojos. La mujer pellizca sus pezones, mueve las caderas por encima de las nalgas de Karla, se acuesta arriba de ella y sus grandes tetas se encajan en la espalda de ella. Pone sus nalgas empinadas, con el coño chorreante apuntando hacia mí, me arrodillo tras ella, paso mi mano por su espalda y resbaló hasta su coño, lo masajeo, la tela finísima está empapada de jugo, mueve más sus caderas hasta que tengo sus nalgas en mi cara y sus tetas se apoyan en la espalda de mi novia, sin dejárselas de pellizcar.
Mueve la tela de su tanguita a un lado, tomo un poco de aceite y lo frotó contra su coño sintiendo lo sedoso de su vello, masajeó el coño, abro sus labios menores y hago círculos tortuosos. Ambas gimen, mi novia y la mujer gimen a la par excitandome más, con mi mano libre acaricia mi coño por encima de la tela de mi tanga y hago lo mismo con el de Cristin. Las tres gemimos.
-¡Así, Rebecca! Sigue así… Ahhh – gime Cristin. Se separa de mí. Se quita la tanga, me quita mi tanga.
La mujer le da vuelta a Karla para ponerla boca arriba, le sonríe y la besa, ella corresponde el beso acariciando sus grandes tetas. Cristin la empuja para que se acueste, pone sus nalgas en la cara de Karla, yo me acerco más y meto mis dedos llenos de jugo de coño en la boca de ella. Los chupa haciéndome gemir, sus ojos desorbitan por la forma en que Karla le chupa el coño metiendo su lengua en ella, me acuesto para que Cristin me tenga frente a sus narices, la mujer me comienza a comer el coño con tremendo vigor.
Karla nalguea a la mujer, le come el coño hasta que le veo la barbilla por encima del pecho llena de su jugo. Cristin hace círculos en mi coño con su lengua, con la punta del pulgar frota hacia arriba en mi clítoris. Con mi pie derecho alcanzó a tocar el coño de mi novia, lo masajeó y frotó en ella viendo como se encorva y Cristin sube sobre ella.
Me separó de ellas. Karla le sigue comiendo el coño a Cristin, y ella le frota a Karla el suyo con tal rudeza que veo los dedos de los pies de Karla agarrotarse.
Abro el gabinete y saco un dildo doble, lo lleno de aceite y me coloco en mi antigua posición. Karla frente a mí, acostada con las nalgas de Cristin sobre su cara, y yo acostada frente a Karla de modo de Cristin estira su mano para tocarme el coño hinchado. Abro las piernas y con mis pies empujó las de Karla para abrirlas, pongo el dildo en mi entrada y en la de ella hago presión empujando con fuerza sacándole un gemido a Karla, ambas movemos las caderas estimulando nuestros cuerpos, Cristin hace un amago de esfuerzo por tocarme las tetas pero Karla succiona con más fuerza su coño haciendola gemir. Ha Cristin le comen el coño, mientras con su mano izquierda empuja hacia adelante y atrás el dildo que tenemos Karla y yo en el coño, haciendo que tiemble y arque la espalda cuando llego a un clímax glorioso.
Cristina cambia de lugar, pone sus nalgas en mi cara y me permite comerle el coño mientras sigue empujando el dildo entre Karla y yo. Mi novia gimiendo con vehemencia. Paso mi lengua por la abertura de Cristin, con la punta empujó su carne hacia arriba, arrastrando el clítoris con ello, se retuerce, un chorro de jugo entra por mi boca y lo trago; con una mano masajeó su coño, queriendo que me empapé de más de su jugo caliente. Resbaló mi lengua hasta su agujerito, cuando empuja el dildo con fuerza entre Karla y yo. Cristina extiende una mano, toma un masajeador y lo pone entre mis piernas masajeandome el clítoris mientras con la otra mano empuja el dildo con destreza en mí y mi novia.
Mis piernas flagean pero le sigo comiendo el ano a Cristin, recibiendo un delicioso orgasmo, llenando de los jugos de mi novia.
-Ahora quiero que tú me penetres, Rebecca. – exclama Cristin entre gemidos.
Karla se separa y le cambia el lugar a Cristin, llena de leche pone su coño en mi cara y lo saboreo, Cristina empujando el dildo en ambas. Gemimos.
Cuando creo que no voy a poder más empujo a Karla hacia arriba para que quite sus nalgas de mi cara, se levanta, se inclina y me besa, bebiendo de su jugo y del que tal vez quedó de Cristin; masajea mis pechos viendo como el coño de Cristin y el mío se junta a través del dildo, se encima en ambas, pone su coño en cara de Cristin mientras chupa los nuestros y los frota a través encima del dildo.
Las tres nos separamos, nos recostamos para quedar en forma de triángulo. Cristin me chupa el coño con avaricia, yo le chupo el coño a Karla con delicadeza y, Karla se lo chupa a Cristin con destreza. Las tres gemimos y nos frotamos en el rostro de la otra. Cristin, alarga una mano aprieta mis tetas, pellizcando mis pezones hinchados que se corren de leche. El coño de Karla me empapa la cara, su jugo me llena la boca hasta que siento que me voy ahogar, trago con más rapidez, previamente Cristin nos puso un plug a todas así que tenemos el ano dilatado y los coño hinchados y jugosos. Escuchando nuestros gemidos me atrevo a ver por la ventana el oscuro mar.