Hoy os vengo a contar la que probablemente fue la mejor experiencia sexual que he tenido.
Soy David, tengo 28 años, 1.76, moreno, tengo un cuerpo fuerte, aunque no esté ultra definido. Por esos entonces estaba en una época en la que estaba conociendo y haciendo varias amistades nuevas, cosa que no me sucede a menudo ya que me acostumbro a mover generalmente dentro del mismo circulo de amigos. Concretamente recientemente había entablado muy buena amistad con Jairo, un chico un año menor que yo, algo mas alto, sobre el 1.80, también moreno y de complexión algo mas delgada. Nos conocíamos hacia ya casi un año, pero es de esas personas que conectas con ellas y sientes confianza para hablar de todo, no había nada con lo que me sintiera incómodo con él.
Y él fue el primero en saber también que había conocido hacia un par de meses a una chica que me tenía completamente loco, esa chica se llamaba Sara, aunque cariñosamente la llamábamos Sarita, ya que era muy menuda, de tan solo 18 añitos, 1.55 de altura, delgadita, pechos pequeñitos pero respingones, pelo negro como el carbón, al igual que sus ojos y su profunda mirada. Rasgos finos y delicados de chica joven, vaya una auténtica delicia.
Todavía no había pasado entre ella y yo, aunque llevábamos tiempo tonteando e incluso quedando varias veces. A pesar de tener un interés evidente parecía costarle darle el paso. En más de una ocasión habíamos quedado con otros amigos y Jairo había estado presente también.
Como he dicho entre Jairo y yo la confianza es absoluta, por eso que conversando en más de una ocasión él había comentado:
—Eres uno de mis mejores amigos así que puedes estar tranquilo, pero te juro que es una chica por la que mataría por estar, si fueras otro la verdad que ya hubiera intentado algo por mi cuenta.
Yo evidentemente confiaba totalmente en sus palabras. Había buena química entre los dos las pocas veces que se habían visto, pero estaba claro que no iba a pasar nada si yo no le daba permiso.
—Si alguna vez os diera por hacer un trio no lo dudes jajaja.
Y con esa frase entramos al siguiente punto, en nuestras largas charlas de hablar de todo nos habíamos confesado la mayoría de nuestras fantasías sexuales, cumplidas o pendientes de ello, y coincidíamos en varias cosas, entre ellas a destacar que nos gustaría hacer un trio, que no nos importaba si era un trio de dos hombres y una mujer y, es la única persona a la que me he atrevido a confesarle que mi fantasía aun mayor es hacerle una doble penetración a una chica. Y como no habíamos bromeado que, ya que nuestra relación era tan buena, que mejor compañero para probarlo alguna vez que él.
Un día hablando por WhatsApp con Sarita estaba intentando quedar con ella en su casa, ya que aquel fin de semana tenia la casa para ella sola, las intenciones estaban claras, pero ella seguía jugando conmigo y no había manera de convencerla y poder empotrarla de una vez. Cuando estuve a punto de desistir una vez mas la conversación cambió y me escribió:
—Te voy a proponer un reto; voy a dejar que te vengas este fin de semana y nos acostemos si cumples una de mis fantasías.
—Ok, dime que he de cumplir y seguro que lo hago de manera inolvidable—Dije sin esperarme lo que venía a continuación
—No es un reto que vaya a depender solo de ti, ya que vas a necesitar encontrar a un tío, que me guste físicamente y vais a venir los dos a mi casa donde haremos un trio.
En ese momento me quedé en shock, la verdad que la primera vez que me acostara con Sarita tenía en mente algo más íntimo… Pero mis fetiches seguían ahí y la verdad que me parecía muy excitante hacernos entre dos a esa chiquilla. Por supuesto mi candidato estaba claro: Jairo, ahora faltaba que ella no se achantara y esto resultara algún tipo de broma o reto imposible para no acostarse conmigo y que Jairo estuviera dispuesto a cruzar la línea de la teoría a la practica y se atreviera a participar.
Contesté instantáneamente que tenia una persona en mente, y que si por su parte estaba dispuesto el trato estaba mas que cerrado por mi parte.
—¡Vaya! ¡Que rapidez! Jajaja —Escribió Sarita— Pero me ha de gustar así que… una fotito no estaría mal para valorar…
—Es alguien que ya conoces, os llevasteis bien, a ver si es de tu agrado—Y adjunté i envié una foto de Jairo
—Vaya vaya, tu querido amigo Jairo… Quizás debería haber pensado en el… La verdad que me gusta bastante. Si te soy sincera no esperaba que encontraras a nadie, pero veo que la cosa se ha puesto seria y me estoy empezando a poner cachonda. Hagamos esto antes de que me arrepienta. Si Jairo te da el sí mañana mismo pasamos la noche en mi casa.
Así que al momento no lo pensé y directamente llamé a Jairo por teléfono:
—Jairo, no te lo vas a creer.
—No me lo digas, — contestó rápidamente él— has conseguido quedar al fin con Sarita y reventaros como si no hubiera un mañana ehh
—Pues la verdad es que si tío, pero va mas allá, tiene una condición
—Joder que tía, ¿qué es lo que quiere la señorita ahora?
—Su condición es que hagamos un trío, y he pensado en ti, sería una ocasión para cumplir también nuestras fantasías—Escuché un sonido extraño al otro lado del auricular y Jairo se quedó en silencio durante unos segundos
—Me acabas de dejar de piedra… Oye por mi parte no he bromeado nunca, hagamos este trio.
Y así fue en resumen como conseguimos la cita donde íbamos a romper muchas barreras y explorar nuevos horizontes.
El día siguiente llegó, ese maravilloso viernes, ya por la tarde después de trabajar algunos y estudiar otros llegué con Jairo al apartamento de Sarita. Ella nos abrió con un vestido negro largo, abierto por un lado de una pierna y bastante escotado, por debajo se entreveían unas largas medias de lencería negra.
La verdad que llevó la voz cantante toda la noche, cenamos, bebimos vino, bastante vino y empezamos a entrar los tres en calor. En una de estas ya sentados en el sofá con ella entre los dos dijo:
—Bueno, creo que ha llegado la hora de la verdad, vamos a ver de que estáis hechos realmente—Al acabar la frase con una mirada de tigresa se acercó a mi y empezó a besarme apasionadamente la boca. A los pocos segundos escuché un sonido entre sorpresa y gusto y vi por el rabillo del ojo que Sarita tenia su mano en la entrepierna de Jairo y le acariciaba su polla por encima del pantalón, poco tardó en bajar la otra mano y hacer lo mismo con la mía. Ella iba alternando, primero besaba a uno, luego al otro, pero sus manos siempre abajo manoseando nuestras pollas ya bien duras.
Después de un ratito de preliminares Sarita se puso en pie y dejó caer sus tirantes del vestido, este cayó al suelo quedándose solo en braguitas y medias, con sus pequeños pechos al aire. Sin pensarlo un segundo, como si estuviéramos coordinados nos levantamos a la vez y uno por cada lado empezamos a chupar esos panzoncitos rosados y duros. Sarita empezó a gemir de placer mientras miraba al techo, le planté la mano en la entrepierna y pude notar ya bastante humedad mientras iba restregando mis dedos sobre su coñito, noté otros dedos que se unían a los míos en su entrepierna. Jairo y yo le íbamos dando placer de manera simultánea, allí abajo coordinados de manera que su clítoris a través de sus braguitas quedó atrapado entre las manos de ambos. Sarita cada vez estaba mas mojada y no paraba de gemir de manera muy sensual, arriba íbamos combinando, a ratos chupando pezón a ratos comiéndole la boca.
Después de lo que sospechamos que podría haber sido el primer orgasmo de la noche de Sarita esta nos separó un poco de ella y nos ayudó a quitarnos las camisetas y bajarnos los pantalones. Nuestras pollas bien erectas estaban ahí delante de ella, una a cada lado de su cara cuando ella se arrodilló. La imagen era increíble, esa carita de ángel empezó a mamarnos las pollas, primero empezó conmigo mientras pajeaba a Jairo, luego del revés. Era increíble como se sentía esa boquita y esas manitas ahí abajo. Poco a poco iba tirando de una polla y de la otra para acercárselas mas a su boca, inconscientemente con esos tirones nosotros íbamos dando pasitos adelante. Ella iba mirando arriba con sonrisa pícara, era increíble como había tomado el control de la situación, estábamos tan cerca que la siguiente vez que se las fue a meter en la boca, tras una sonrisa pícara y de control absoluto se metió la punta de ambas pollas en la boca a la vez, lo que provocó que nuestros capullos se tocaran, la sensación fue nueva y extraña para ambos, una mezcla de dureza pero a la vez suavidad de ambas pollas tocándose. Habíamos hablado de eso, estábamos de acuerdo y nos excitaba, las pollas rozándose entre si siempre que fuera una mujer la culpable de ello solo era una fuente mas de excitación y placer al acto. Sarita, ya de por si risueña no podía parar ni un instante de mirarnos y sonreír al ver como nos derretíamos de placer, ella seguía chupando ambas cabezas, de vez en cuando se metía ambas en la boca, y a veces deliberadamente mientras nos miraba a los ojos las cogía y las frotaba entre si en círculos. Lo estaba pasando realmente mal para no correrme, y al parece que Jairo estaba en la misma situación que yo, aun así nos hacíamos gestos de aprobación y estaba claro que ambos estábamos disfrutando muchísimo de la situación y los sucios juegos de nuestra Sarita.
Quizás consciente de la situación nos dio un poco de tregua y se levantó, me acerqué un poco y le bajé las braguitas para poder ver cómo era ese coñito que tanto tiempo llevaba queriendo probar. No se que genes tenía esta chica, pero tenía un coñito tan bonito como el resto de su ser. Pequeñito, bien recogido todo hacia dentro, aunque un poco abierto por abajo y el clítoris pequeñito saliendo un poco por arriba, probablemente por la excitación. Bien depilado excepto un triángulo sobre el monte de venus, donde se había dejado ese vello cortito que le daba un toque increíble y que a mí me ponía mucho.
—Dios mío Sarita, tienes un coñito precioso, déjame devolverte el favor tras maravillosa mamada.
Ella, como siempre, sin dejar de sonreír se recostó en el sofá, Jairo comenzó a besarla y lo alternaba con comerle las tetas, mientras yo comencé a comerme ese coñito. Sabía delicioso, mi nariz absorbía su esencia mientras la apoyaba sobre su corto vello púbico, no se cuanto rato pasé allí abajo, de por si me encantaba comer coño, pero en el de Sarita me podría haber pasado toda una vida, combinando succiones, lamidas y introduciendo mis dedos dentro de esa vagina aún apretadita.
Lo dejé estar cuando Jairo me pidió cambio. Le di su turno para que disfrutara de ese fruto de los dioses y yo ocupé su lugar sobando esas tetitas. Al poco le pedí que me la chupara de nuevo al estar ya más relajado, estábamos todos muy excitados ya y se acercaba pasar a la siguiente fase.
Sarita una vez más tomó las riendas de la situación, parecía saber siempre lo que quería y se desenvolvía tremendamente bien con dos hombres a la vez. Mas tarde descubriríamos que era también su primer trio, pero parecía una profesional. Ella se colocó a cuatro patas ofreciéndole su coño a mi polla otra vez bien dura tras la mamada. Se la metí despacito en ese coñito, muy húmedo y super apretado, pero pronto fue dilatando, y aunque siempre apretadito mi polla entraba y salía sin problemas. Al otro lado en frente de ella seguía Jairo de rodillas, Sarita le comía la polla de manera magistral mientras ahogaba los gemidos que le provocaba mi penetración.
Ante mi veía ese ano, y como si me llamara me chupé el dedo pulgar y empecé a acariciarlo exteriormente, en ningún momento vi rechazo por parte de Sarita así que seguí hasta que me atreví a hacer un poco de presión e introducir la puntita, ella en ese momento se giró y me dijo
—Méteme el dedo, me esta poniendo muy cachonda que juegues con mi culo mientras me follas el coño.
Después de decir ese tuve que bajar el ritmo de la follada, tanto para concentrarme en meter bien el dedo como para no correrme después de escuchar esa frase.
Sarita no paraba de gemir, solo ahogado por la polla de Jairo en su boca, al final metí todo el pulgar y lo iba alternando con mis dedos índice y corazón, su culito hambriento iba dilatando mientras yo no paraba de trabajar dentro de ese coñito con mi polla.
En estas tocó hacer cambio, Jairo se sentó en el sofá y Sarita se sentó encima suyo dándole la espalda, yo me subí al sofá y dejé que ella me siguiera comiendo la polla. Al poco de estar así Sarita soltó otra de esas frases que nos sorprendían que fue
—Jairo, David me ha dejado el culito muy abierto, ¿me la podrías meter por el culo por favor?
Poco falta hace decir que Jairo lo hizo sin rechistar, despacio y con mucha saliva de por medio poco a poco el culito de Sarita fue sentándose sobre la dura polla, no tardó mucho hasta estar metida hasta el fondo y ella botando encima. Ella no paraba de mamar y pajear mi polla como podía, con el movimiento a veces era complicado.
Me alejé un poco para contemplar la imagen, Sarita se echó hacia atrás y apoyó su espalda en el pecho de Jairo, el empezó a sobarle las tetas con las manos por detrás. Casi inconsciente al estar ahí parado me fue acercando a la escena, ese coñito tan perfecto apuntaba hacia mí, me seguí acercando y coloqué mi polla en la entrada de esa vagina. Sarita me miró con deseo mordiéndose el labio, Jairo enseguida se dio cuenta de lo que pretendía.
—¿Puedo? —Fue la frase simple que me vino a la cabeza.
—Por favor, métemela ya, folladme a la vez—Contestó Sarita extasiada
—Hemos hablado de esto muchas veces—dijo Jairo, —Hagámoslo
Después de eso, fui introduciendo mi polla poco a poco dentro del coñito de Sarita, costó un poco ya que estaba muy apretado con la otra polla en el culo. Una vez dentro notaba toda la longitud del miembro de Jairo a través de la pared vaginal.
—Me encanta, me siento tan llena y complacida—Decía Sarita con la mirada ida.
Empecé a bombear mi polla, y casi como por arte de magia empezamos a coordinarnos Jairo y yo, la sensación era maravillosa, follando con ese mujerón, en ese coñito tan apretado mientras notaba como a través de la pared vaginal la polla de Jairo se deslizaba, dentro fuera, dentro fuera, añadiendo fricción al acto. Mi cabeza estaba en las nubes, estaba cumpliendo mi mayor fantasía sexual, la doble penetración, con una mujer bellísima y con un amigo con el que tenía la suficiente confianza como para hacer eso cómodamente.
Seguimos así durante un poco, pero Sarita empezaba a resbalarse un poco con el movimiento.
—Voy a darme la vuelta para estar más cómoda, así podéis probar otros agujeros—dijo mientras me guiñaba el ojo.
Se dio la vuelta sentándose sobre la polla de Jairo y dejándome ese culito entero para mí. Yo no se cual de los dos agujeros estaba más rico o apretado, solo se que su culo se sentía delicioso, una vez mas esa sensación a través de la pared interna de la otra polla haciendo su faena en el otro agujero. Esta vez primero coordinamos la follada empujando a la vez para luego cada uno coger un ritmo y alternarnos como habíamos hecho anteriormente, esto es lo que hacía enloquecer a Sarita, y para que mentir, a nosotros también, el placer era máximo en todas las partes.
Relajamos el ritmo ya que creo que tanto Jairo como yo estábamos cercanos a explotar, Sarita dios sabe las veces que se debía de haber corrido ya, pero no parecía tener ganas de parar. En una de esas saqué la polla y se me ocurrió una idea, la idea de llevarlo todo aún mas al límite. Aquí ya no solo dependía de nosotros mismos, había que ver si Sarita era capaz físicamente de aguantar eso, así que pedí permiso apoyando mi polla sobre la de Jairo y tocando con la punta la apertura de ese coñito. Creo que ambos se sorprendieron, Jairo al notar mi polla de golpe contra la suya por fuera y Sarita al ver que llamábamos los dos a la misma puerta.
—Esto me está poniendo cachonda hasta límites insospechados, poco a poco, hemos de intentar esto, Jairo, ¿está bien contigo? —Preguntó Sarita a Jairo el cual tenían sus caras juntas en esa posición.
—Hemos venido a Jugar, necesito saber como se sienten las dos juntas en un agujero.
Así que sin mas dilación fue metiendo mi polla poco a poco, presionando contra la de Jairo, estaba costando, el coñito de Sara era muy estrecho, pero poco a poco me fui abriendo paso. Primero solo me movía yo, muy despacio, la fui introduciendo cada vez más, noté como mi frenillo y el de Jairo se encontraban dentro de esa húmeda cavidad, lo más difícil estaba hecho, el hecho de que nos movíamos menos nos dio un respiro y pudimos aguantar mas la corrida. Poco a poco fuimos cogiendo ritmo, aquello estaba siendo una locura, el contacto entre nuestras pollas, el frote de nuestros frenillos dándonos un placer indescriptible dentro del coñito de esa chavala que me tenía totalmente loca… Una vez más estábamos al borde del orgasmo
—Creo que me corro— dije con cara de apuros
—No, parad—Ordenó Sarita— Sacádmelas, relajaos, y en esta misma postura, vamos a hacer la prueba de fuego, metedme las dos por el culo ahora.
Si esto es un sueño yo no quería despertar, a parte del inmenso placer de la situación estaba cumpliendo todas mis fantasías en una sola sentada. Tras ese breve respiro y Sarita que se levantó un poco para que Jairo llegara mejor a su ano juntamos nuestras pollas, esta vez desde fuero ya, Sarita las cogió a ambas con la mano apretándolas bien, la sensación era increíble, y entonces a la vez poco a poco fuimos presionando sobre su culo. Poco a poco fue cediendo e iban entrando, y la verdad que la sensación a pesar de ser muy estrecho fue de que había mas espacio que en ese coñito que ya habíamos llevado al límite. Seguimos follando como animales, alternando ritmos, coordinados y des coordinándonos a ratos. Cerca de corrernos y los tres con cara de cansados, como si Sarita me hubiera leído la menta dijo al fin
—Correos, correos dentro, mezclad vuestras leches dentro de mi
Seguimos empujando ahora mas rápido, ya mas relajado con intención de terminar. No tardé mucho en escuchar un gemido en Jairo y al momento noté como mi polla se mojaba de su corrida ahí dentro, esa sensación fue superior a mi y casi al instante me corrí allí dentro contra su polla. Seguimos a pesar de todo follando durante un minuto o así, aprovechando y mezclando bien nuestros lubricantes naturales.
Ya por fin las sacamos y del culo de Sarita empezó a salir una gran cantidad de semen, estaba claro que las corridas de ambos fueron grandes. Yo me senté al lado de Jairo en el sofá y Sarita se levantó y procedió a comernos las pollas para dejarlas bien limpias. Al terminas y con algún resto de corrida aun por los labios se sentó entre los dos, y nos besó, pude notar el sabor de aquella mezcla de corridas, pero no pareció importarnos a ninguno, habíamos cumplido nuestra fantasía los tres juntos sin prejuicio alguno.
Sarita confesó que había esperado que fuera un trio mas a la vieja usanza, pero la situación escaló muchísimo. Después de eso nos quedamos dormidos. No fue mi última experiencia con Sarita, la cual ahora es mi pareja, ni tampoco el último trio que hicimos, pero esas ya son otras historias que quizás algún día comparta.