Llegué hace un rato del trabajo y no puedo dormir, he pensado mil y una cosas y no logro conciliar el sueño. Hasta me corrí hacer poco con un pajazo normal. Más mi mente no deja de pensar en algo que les voy a contar.
No soy lesbiana, no he tenido mi primera experiencia sexual con otra mujer, pero siempre he tenido esa fantasía en mi mente. Me describiré un poco para que te hagas una idea de cómo soy.
Soy mujer, madura, rasgos muy latinos, rellenita por no decir en sobre peso, pero con un cuerpo relativamente armónico. Como tal tengo unas tetas grandes y mi coño, ese si da honor ya que es grande, carnoso, fácil de mojar y sobre todo muy deseoso de sexo.
Cómo les venía contando, en mi mente imagíno estar en un bar tomando un trago y conocer a una mujer, ella sí lesbiana, madura, inteligente, con la cuál entablamos una conversación normal de dos amigas. Ella me seduce con su mirada ya que no deja de observar mis senos, que quieren salir del escote que llevo, eso me empieza a medio incomodar y excitar al tiempo, ya que cómo dije anteriormente nunca he tenido relaciones con otra mujer.
Nuestro tema de conversación pasa a un plano un poco más íntimo, cuándo comenzamos a hablar de nuestra vida sexual, y yo le confieso mi virginidad hacia el mismo sexo. Eso cómo que la pone caliente enseguida porque empezamos a hablar sólo de sexo, de lo que nos gusta y lo que no. Ella me confiesa que sintió deseo por mi desde que me vio, y que notó en mi un gran deseo de ser desvirgada por ella (como mujer).
Es así que sentadas una frente a la otra en la barra del bar, que es oscuro, con música suave y con poca gente empezamos a mirarnos y a tocarnos, las piernas, el cuello, ella se me acerca al oído como para decirme un secreto y muerde suavemente mi oreja, y al retirarse roza si boca por mi mejilla y me da un beso suave pero húmedo en mi boca. Para ese momento ya siento el chorro de fluido que sale de mi vagina de la excitación que tengo.
Decidimos irnos a un sitio un poco más privado en el mismo bar (es un bar en el que saben estos finales felices y tienen preparadas unas mesas, como en una especie de cabina que proporciona desatar todos nuestros instintos).
En ese sitio ella empieza a besar mi boca, besa delicioso ya que sus labios con igual de carnosos que los míos y va bajando hacia mi cuello y empieza a besar mis senos que se quieren salir del escote. Yo respondo a sus caricias inclinándome hacia atrás, a lo que ella queda casi encima mío y yo meto mis manos entre su pantalón y empiezo a coger su culo, lo aprieto, siento si tanguita hilo en intento llevar mi brazo hasta tratar de tocar su vagina. Cuando me doy cuenta ella ha sacado mis tetas del escote y las besa, con una pasión y una cautela que me encantó. Yo llevo un vestido corto puesto, con pantys hilo también, ese vestido al recostarme se subió todo y dejó expuesto todo lo que ella quería. Fue así como empezó a bajar lentamente y empezó a besar sobre mi panty mi sexo, eso no duró mucho, ya que estaba tan mojada que quiso tragarse todo ese fluido de una. Así fue que corrió el panty y me empezó a chupar tan rico, sentí que era suya en ese momento, tenía una boca maravillosa que sabía moverla a la perfección, recorría su lengua por mi rayita y llegaba a la entrada de la vagina dónde intentaba meterla un poco, succionaba y después abría toda su boca y sentía cómo todo mi coño era devorado por su boca. Me corrí, no lo niego, siento que la excitación que tenía era tan grande que no paso mucho tiempo para yo correrme en su boca. Y no fue una, fueron dos veces las que esa mujer logró hacer.
Y bueno. Cómo buena amante que soy, no podía dejar a la que me dio placer excitada, fue así como le dije.