Al día siguiente de mi primer encuentro, no sabía que hacer así que decidí no decir nada y continuar con mi vida normal, pero mi interior no me dejaba olvidarme porque solo al acordarme que alguien mas me excito y me pase toda la semana pensando en volverlo a ver.
El sábado siguiente como si lo hubiera invocado hay estaba mi novio con su amigo afuera de mi casa, los vi por la venta y de inmediato me cambié, escogí un vestido cortito con unos tacones rojos que hacían juego con mi tanga y salí corriendo, me subí al carro y como siempre iba atrás, sin pensarlo le lancé la mirada a mi copiloto favorito el cual no tardó en entender mis intenciones y empezó acariciarme por mis pies, unos cuantos minutos su mano avanzó hasta llegar a mi tanguita la cual ya estaba mojada, me acariciaba tan rico que tuve un orgasmo maravilloso, me empezó a meter su dedo y mi cosita pedía más en ese momento me lo quería coger, pero no se podía porque mi novio iba manejando así que sin pensarlo al lado mío estaba un martillo el cual use para metérmelo, cuando lo introduje de lo mojada que estaba me entró todo el mango y sin parar jugué con el hasta que llegamos a nuestro destino.
Volví a la realidad pero no deje de pensar en el camino de regreso, quería y necesitaba una verga pero que no fuera la de mi novio…
Fue cuando me di cuenta que lo puta que había en mi ya se había desatado.