Me presento, me llamo Alicia y esta historia paso hace 2 meses. Yo tenía 18 años e iba a segundo de bachiller. Físicamente soy morena, muy mona de cara y de 1'66 m. Soy delgada y con buen cuerpo, y aunque tengo las tetas algo pequeñas las tengo bien firmes y sexys, al igual que mi redondo culo. Tengo todo el cuerpo depilado excepto el pubis, que tan poco hace falta porque no tengo casi pelo.
En cuanto al carácter, siempre he sido una chica muy inocente e infantil, tenía amigas pero no fumaba ni iba a la discoteca y nunca había tenido novio hasta aquel día, por lo que era virgen. Casi todas mis amigas tenían novio y algunas habían perdido la virginidad, por lo que me preguntaban constantemente que porque siendo tan mona no tenía novio. Un día me preguntaron si algún chico de clase me gustaba, que lo dijera, y que ellas me lo conseguirían.
Entonces yo les dije que José era un chico con el que había hablado alguna vez, y la verdad es que me gustaba. Ainhoa, que hablaba con José a veces, me respondió que al día siguiente podríamos invitarle a mi casa y jugar un casar matar follar para ver sus intenciones. Al día siguiente se lo dijimos, y esa misma tarde vino. Estuvimos el, yo, Ainhoa y otra amiga llamada Lucía. José era un chico guapo, de complexión atlética, estatura media y moreno. La verdad es que yo me había imaginado muchas veces besándonos desnudos en la cama, lo que mojaba mis bragas. Cuando el vino, Lucía fue la que propuso jugar al matar casar follar, y tras un par de rondas tranquilas, Ainhoa le pregunto a él entre yo, Alejandra y Alba.
Alejandra era una chica fea y gorda, mientras que Alba era bastante sexy. José, que hasta entonces no había tenido dudas sobre el juego, pregunto que si casar incluía follar. Entonces Lucía le dijo que como él quisiera, y él dijo que casar incluirá follar muchas veces. Es decir, que si elige follar con una persona tiene sexo 1 vez con ella, mientras que si elige casar serían varias veces, lo propio de un matrimonio. Ahí se iban a ver las intenciones de José. Tras un momento de suspense, José no dudo y puso a Alejandra matar, a Alba follar y a mi casar.
En ese momento, Ainhoa que era muy puta, le dijo a José: jaja, todo esto lo has hecho para darle a Alicia el mayor número de veces posibles, que pillín, a lo que José se rio. Tras varias rondas que estuvimos jugando, me tocó a mí y me dieron a elegir entre 3 chicos entre los que estaba José, al cual puse en casar. Mientras jugábamos, mis amigas y yo nos reíamos, fingiendo que solo jugábamos para pasar el rato, sin morbos ni nada.
Cuando jugamos varias rondas, mis amigas dijeron que se tenían que ir. Antes de levantarse, Ainhoa me metió un condón en el bolsillo del pantalón la muy cerda, diciéndome al oído que ya era hora de disfrutar. Como mis amigas se iban, José dijo que también, que no quería molestar, pero yo le dije que no que no era molestia y que se quedará a jugar alguna otra cosa.
El accedió, y cuando mis amigas se fueron, el propuso jugar al strip poker, o sea el poker normal, pero el que perdía debía quitarse una prenda. A mi me parecía demasiado morbo, pero como José me gustaba no quería decirle que no. Acordamos que ambas zapatillas y ambos calcetines contaban como una prenda y comenzamos a jugar. Yo gane las dos primeras, por lo que se quitó las zapatillas y los calcetines. Después, el gano 2 y yo hice lo mismo.
A la siguiente yo le gané, y él se quitó los pantalones, quedándose en calzones y camiseta. La cosa comenzaba a ponerse interesante, y José y yo no parábamos de reírnos. Luego el me gano, y yo no tuve otra opción que quitarme la camiseta, quedándome la parte de arriba solo cubierta por el sujetador. Aunque me daba vergüenza, no me importó demasiado pues sabía que tenía el abdomen plano y bonito. Para mi mala suerte, volví s perder y me quite los shorts.
Entonces me quedé en tanga, y empecé a temer porque estaba a 1 de quedarme desnuda. Afortunadamente, conseguí ganarle 2 seguidas y fue el quien se desnudó completamente. Primero se quitó la camisa, lo cual hizo que me enamorara aún más de él, pues tenía buenos brazos, y estaba bien definido, incluso marcándose los abdominales. Después, se quitó el calzón, y aunque le daba vergüenza, él había sugerido el juego. Entonces hubo un momento de shock. De repente yo pude ver sus testículos y su pene, que ya estaba bastante grande, probablemente por verme en lencería.
Él estaba rojo, pero a mí me había enamorado. Entonces, para romper el hielo, le dije: ahora que he ganado, que pasa? El me respondió: tienes que elegir entre sí me das un cachete o te tengo que besar. Yo, encantada con la situación, le dije en broma: me apetecería darte una buena nalgada, pero seré buena y te obligaré a que me beses. Él se acercó y acabamos dándonos un beso intenso, mientras el aprovechaba para meterme mano. Realmente no me importaba, realmente me gustaba José.
Él me dijo que le gustaba, lo cual creó el mejor sentimiento que he tenido en mi vida. José y yo estábamos en éxtasis, y el comenzó a desnudarme. Yo quería evitarlo, pero no podía. Al final, me quedé totalmente desnuda y José no paraba de tocarme las tetas y el culo. Me tumbo sobre mí cama y me empezó a comer el coño. Yo le dije que parara, que era virgen y eso no estaba bien, pero él me dijo que él también era virgen, que éramos el uno para el otro y que quería perder su virginidad conmigo. Yo no podía resistirme, por lo que acabe intentando que mi primera vez fuera lo mejor posible, y sabía que el chico era el perfecto.
Tras haberme comido el coño durante 2 minutos, le di mi condón y le dije que quería sentirlo dentro de mi. En misionero, me puso la punta de su pene en la entrada de mi vagina, el cual había crecido y se había convertido en gigante, por lo menos alcanzando los 18 cm. Durante 1 segundo el tiempo se paró, mi mente de quedó en blanco y pensé lo niña que había sido hasta ahora y que pensarían mis padres. Cuando volví, su pene ya estaba a dentro de mi ser y José comenzó el mete saca. Llevaba un ritmo muy rápido para ser nuestra primera vez, metiéndola y sacándola provocando el placer en mi.
Tras 2 minutos de intensa penetración, comencé a sangrar y el me tranquilizó diciendo que era normal. Notaba su pene impactar contra lo más profundo de mi vagina y salir, lo que yo disfrutaba. Tras varios minutos follandome, el se tumbó y me dijo que le cabalgara. Así lo hice, y mientras botaba sobre su pene, podía ver lo bueno que estaba y lo mucho que quería seguir teniendo sexo con el. El me agarraba de las tetas pero a mí no me importaba mientras seguía cabalgando y gimiendo. No paraba de gritar cada vez que notaba que sus huevos impactaban contra mi trasero al bajar.
Tras varios minutos, el se quitó el condón y me dijo que se la chupara. Siempre que había oído hablar de sexo oral en las charlas del instituto me daba asco y me preguntaba cómo la gente hacia eso, pero teniendo a José delante era diferente. De repente quería succionarle todo, tragarme todo. Así que sin pensarlo me puse de rodillas y comencé a chuparle el pene. Me lo metí hasta el fondo y notaba como su pene llegaba hasta el fondo de mi garganta. Me lo llevaba hacia un lado y mis mejillas se inflaban con semejante miembro. Producía un montón de saliva, y con mi lengua le lamia todo el tronco.
Como era mi primera vez y no una experta, el acabo llevando el ritmo y el control y empezó a perforarme la garganta. Su pene tocaba mi campanilla, y sus testículos mi barbilla. La saliva se escapaba de mi boca y resbalaba por toda mi cara llegando a mis tetas. El siguió perforando mi boca durante varios minutos, hasta que a mí me comenzaron a dar arcadas y tuvimos que parar. Entonces me puso a 4 y me metió el pene hasta el fondo. Elevó el ritmo de sus embestidas y sentí que su tremenda verga acabaría perforando mi estómago. Yo no paraba de gemir y disfrutar, que junto al choque de sus piernas con mis nalgas creaba una melodía que seguro los vecinos oían.
Además, comenzó a darme cachetes en el culo, que dolían pero no me importaban. En ese momento solo quería seguir sintiendo su glande golpeando mi vagina. José me seguía golpeando el culo dejándomelo rojo mientras gritaba mi nombre y el buen culo que tenía. La verdad es que nunca había pensado que José, el chico mono de clase tuviera tremenda verga que me perforara mi ser. Yo cada vez sentía más placer y hubo un momento que no resistí más y me corrí.
Había tenido un orgasmo en mi primera vez, y mis fluidos salían de mi coño, el cual tenía un tamaño del doble que solía tener. José de dio cuenta de mi orgasmo, y decidió poner punto final. Tras unas profundas envestidas, saco su pene de su trasero y me puso de rodillas.
Mientras el se masturbaba, yo saqué mi lengua y le succione los testículos. No me esperaba lo que iba a hacer, pero así de repente, vi un gran chorro blanco salir de su pene. Justo me dio tiempo de cerrar los ojos y de repente, comencé a sentir ligeros golpes producidos por el impacto de su semen en mi cara. Se estuvo mucho tiempo corriendo, y cuando acabó, sentí que todos sus fluidos resbalaban por mi cara. Tenía semen incluso en el pelo, párpados, frente, nariz, labios y tetas.
El semen de mis labios entraba a mi boca, y el de mi pelo bajaba a toda velocidad por mi espalda y trasero. No podía abrir los ojos, por lo que Jose me dio un pañuelo y me pidió perdón por eyacular sin avisar. Yo le dije que no pasaba nada, que lo amaba y que me había encantado perder mi intimidad con el. Tras limpiarme, nos vestimos y nos besamos, y José me dijo que si quería salir con el a partir de ese momento. Yo me puse muy feliz y le dije que si.
Estaba tan feliz que se me había olvidado que pensarían mis padres si me hubieran visto ser perforada, chupar un pene hasta el fondo de mi garganta y recibir litros de semen en mi cara.