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Cogerme a mi amiga, buen remedio para dormir
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Tiempo de lectura: 2 minutos

Cuando me fui de mi casa para vivir solo, me sentía muy extraño sin la compañía de mi familia, pero a la vez me sentía independiente, ya que sentía que estaba avanzando en mi vida.

Yo trabajaba de noche y tenía dos semanas sin poder dormir bien y cuando visitaba a mis papás que era casi a diario aprovechaba para comer y dormir un poco antes de irme a trabajar.

Un día recibí un mensaje de una amiga diciéndome que se encontraba trabajando y casualmente en nuestra platica resultó que estaba cerca de mi casa, me preguntó que si que estaba haciendo y le dije que estaba acostado tratando de dormir ya que acababa de salir de trabajar, ella me dijo que también tenía mucho sueño por lo que aproveché para bromear diciéndole que fuera a mi casa y durmiera conmigo, ella contestó que sí porque también tenía mucho sueño, yo sabía que no lo haría pues estaba dentro de su horario laboral, no imagine lo que pasaría… en su hora de descanso salió y se dirigió a mi casa, toco la puerta, se quitó lo zapatos y se acostó a mi lado, para esto yo me había puesto un pantalón y una camiseta para recibirla en caso de que llegara, ya que usualmente duermo en ropa interior, ella se acostó a mi lado y empezamos a platicar, la habitación estaba obscura, solo la luz tenue del televisor que se encontraba encendido, de pronto me dio la espalda y le pregunté si podía abrazarla, me dijo que si y quedamos de cucharita como coloquialmente decimos por aquí.

De pronto sonrió e irónicamente dijo:

– ¿Por qué somos tan confiados y atrevidos?

– Está bien, no pasa nada le dije, aunque dentro de mi sabía que era porque estaba igual de caliente que yo.

La tenía abrazada y sin querer queriendo toqué uno de sus senos, inmediatamente ella se dio vuelta, me dio un beso pequeño y yo le correspondí.

Ella se levantó de la cama, me dijo que no aguantaba más y empezó a desnudarse, le pregunté si quería hacerlo y me dijo que sí que era lo que estaba esperando, así que me desnude yo también, ella empezó a darme una muy rica y deliciosa chupada que hace que casi me venga en su boca, me hacía un oral delicioso, luego decidió montarme, se movía riquísimo y yo empecé a sobarle sus pechos mientras ella me cabalgaba a su ritmo, se agachaba y nos besábamos con desenfreno al mismo tiempo, después siguió montándome pero esta vez dándome la espalda, yo me deleitaba viendo su enorme trasero y dándole una que otra nalgada, en esta posición podía ver como mi pene se perdía en su vagina y esto me excitaba cada vez más.

Ella se movía riquísimo, estuve a punto de venirme pero cambiamos de posición, ella se acostó boca arriba y yo le abrí las piernas, pude ver su vagina rasurada, le sobé un poco y ella soltó un rico gemido, huuug! Haaa! Se siente muy rico me decía, me pidió que la penetrara así que apunté mi pene a su vagina húmeda y deliciosa, la metí de un solo empujón y empecé a bombearla fuerte y rápido, me bajó la cabeza para seguirme besando así que yo le abrí las nalgas mientras le seguía dando duro.

Ella lanzó un gemido fuerte… haaaa, haaa! Y sentí como tenía su orgasmo, fue tanto el estímulo visual y auditivo que eyaculé a chorros dentro de ella, yo sabía que estaba operada pues ya tenía hijos y no dudé en llenarla con mi leche, quedamos rendidos en la cama, ella se cambió y antes de irse me dijo que le había gustado mucho y que sin dudarlo me visitaría más seguido.

Después de que se fue yo me quedé dormido profundamente, como si no tuviera que ir a trabajar más tarde, desperté relajado y bastante descansado.

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