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La mejor medicina
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Tiempo de lectura: 4 minutos

Este relato sucedió hace unos meses, estando en el hospital visitando a un familiar, en la misma habitación estaba una señora de 63 años muy bien llevados, morena con alguna canas que le hacían más interesante, se llamaba Carmen, me extraño que nadie venia visitarla, la iban operar de la rodilla, así que estaría unos cuantos días en el hospital, desde el primer momento se mostró muy abierta y enseguida comenzamos a conversar, supe entonces que era divorciada y que sus hijos estaban fuera del país, me ofrecí ayudar en lo que pudiera, cosa que agradeció mucho.

A los pocos días dieron de alta a mi familiar, pero seguí acudiendo al hospital a visitarla, pronto comenzaron los ejercicios de rehabilitación con las muletas, yo me ponía detrás de ella para que fuera cogiendo confianza, le tomaba de la cintura para que se sintiera segura y los primero roces con su culo me excitaron cosa que notó y puede comprobar que a ella también le gustaba, pues deliberadamente lo ponía de tal forma que era imposible que no chocaran, estuvimos varios días de ejercicios, ya se manejaba bien pero insistía a que le acompañara los roces eran más prolongados y sensuales, aprovechaba cualquier ocasión para mostrar sus deseos, cuando le ayudaba a levantarse o acostarse me mostraba sin reparo su chocho rasurado y su culo sabiendo que me ponía a mil.

Un día estando solos en la habitación me pido que me acercara y sin tiempo a reaccionar saco mi polla y comenzó a pajearla y a chupar como una posesa y me dijo esta es la mejor medicina que necesito papi.

Y me hizo una mamada espectacular se bebió hasta la última gota, estaba tan sorprendido que no me atreví a continuar lo que Carmen había empezado, cuando quise reaccionar ya no pude pues entraron a una nueva paciente en la habitación y con voz susurrante me dijo: Me debes una.

El día que le dieron el alta me ofrecí para llevarla a su casa, se alegró mucho y me dio un besazo tremendo, ya en el coche le faltó tiempo para de nuevo tomar su medicina, menos mal que el hospital estaba un poco retirado y pude parar en una zona con poca circulación nada más detener el auto tenía la polla bien empalmada y la muy zorra enganchada a ella como si le fuera la vida y hasta que no me saco toda la leche no paró. Todavía con leche en la boca, me ofreció su coño que estaba calentito, abultado y rosado de buen tamaño ideal para comérselo sin dejar ni solo pliegue de saborear, metí la lengua hasta encontrar su botoncito sedoso y duro y comenzó a gemir y hundir mi cabeza en su chocho que pronto comenzó a humedecerse, a pesar de su lesión en la rodilla comenzó a retorcerse hasta llegar a un orgasmo descomunal.

Después de tranquilizarnos llegamos a su casa, nada más cerrar la puerta fui yo el que tomo la iniciativa, le quite las muletas y la tumbe en un sofá del salón, le quite la camisa y la falda y la deje desnuda para poderla contemplar en todo su esplendor, sus tetas eran medianas con unos pezones marrones como el café, los comencé a mamar y que sensación tan rica sentirlos como crecían y lo duros que se ponían mientras ella me acariciaba mi polla por encima del pantalón, de nuevo estábamos calientes pero esta vez teníamos todo el tiempo y toda intimidad, me desnude y allí en el sofá su coño y mi polla se juntaron por primera vez y el encuentro fue magnifico parecía que estaban hechos el uno para el otro, pues enseguida entro como un guante, con cuidado de no dañar su rodilla se la metí hasta el fondo y cada vez con sacudidas mayores y sus gemidos eran cada vez más intensos.

-Que me voy venir, córrete en mi coño inúndalo con tu leche

-Si mi zorra te voy a llenar ese chocho divino

En unas cuantas acometidas más, sentí mi polla como era regada con sus fluidos y descargue todos los míos en ella, tumbados en el sofá le acariciaba sus tetas y ella jugaba con su polla, prepare unos traguitos y la lleve a la cama para que descansara.

Allí estaba mi zorra bien abierta de piernas con sus tetas desafiante y sus pezones apuntando el techo Que llevo mucho tiempo sin follar y quiero más, le puse mi polla entre sus tetas y comenzó hacerme una cubana rica, rica, cuando mi chapullo se acercaba a su boca con su lengua lo chupaba, cuando ya estaba dura le di la vuelta y le ayudé a poner el culo en posición, le mis dedos a lamer y cuando ya estaban húmedos mientras le perforaba de nuevo su coño le metí dos dedos por su culo costo un poquito, se los daba de nuevo a chupar y en poco tiempo ya estaba el agujerito preparado para meter mi polla despacio que hace mucho tiempo que no me la meten por ahí.

El capucho le costó un poquito entrar pero con suavidad fue cediendo su culo y fue entrando y lo deje parado para que se fuera acostumbrando a su nuevo inquilino, despacio fui empujando y cada vez entraba más y más

-Joder que cosa más rica cuanto lo estaba echando de menos, sigue cabrón métela toda

-Si mi zorra te voy a romper ese culo tan hermoso

Sin más miramiento comencé a bombearla mientras mis dedos estiraban de sus pezones, y le daba unas cachetadas en sus muslos, como gritaba de gusto la muy puta Dale, dale no pares más fuerte

Que enculada que le estaba dando y como se relamía de gusto, mis huevos chocaban una y otra vez en sus nalgas y las cachetas en sus nalgas aun le excitaban más, Dame mi medicina en mi culo papi dámela.

Entre enculadas y cachetadas y se volvió a correr de nuevo, le saque mi polla de su culo para empaparme de sus jugos y la volví a meter de un solo golpe, la sacaba y la volvía a meter cada vez con más fuerza, ella se estiraba de sus pezones. Ya no aguanto más cabrón lléname de una vez

Hasta que me llené de leche sus entrañas, hasta la última gota, cuando la saque, se quedó un momento en la misma posición y con sus dedos rebañaba la leche que salía de su culo para relamérselos como una posesa.

Ya me has dado mi ración completa, espero que seas mi doctor y me apliques esta medicina muchas veces.

Desde ese día procuro tener a mi paciente atendida y que sea ella la que saque toda la medicina.

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