Su nombre es Martha, la conocí a finales del 2011 cuando yo tenía 22 años, ella mide 1.60 cm, piel blanca, ojos oscuros, una gran sonrisa, piernas bonitas, nalgas paradas y unas pero unas enormes tetas, en ese momento las más grandes que había visto en mi vida.
Ella era muy amable y muy vivaracha como dicen en mi país, desde que la conocí me llevé muy bien con ella, tomábamos café por las mañanas y contábamos el día a día de cada uno.
Yo no podía ocultar las ganas que le tenía, más cuando llevaba sus tremendos escotes, muchas veces me la jale imaginándome una gran puñeta rusa con sus ricos pechos, pero de fantasía no pasaba.
Decidí llamar a mi perfil “SuerteO” porque si algo he tenido en esta vida es eso y el claro ejemplo es aquella tarde de noviembre del 2011.
Martha en aquel entonces tenía 33 años y pareja, su novio era un ejecutivo de una agencia de carros, pero últimamente no les estaba yendo bien en su relación, tenían problemas por todo.
Cuando me disponía a salir del trabajo e incluso le estaba por marcar a mi novia, ella me habló por teléfono.
M: ¿Qué haces?
O: Ya me voy.
M: Me acompañas por unas cervezas, aquí al “changuito”
O: Claro, ¡voy encantado!
Cuando una mujer te invita a salir es porque algo tienes que te elige a ti, así que no desaproveche la oportunidad y le avise a mi novia que trabajaría hasta tarde y la alcance en el lugar.
Ese día Martha vestía una calza negra, sus zapatos de tacón abierto y una blusa rosa escotadisima, ¡se veia fantástica!
M: ¡Cariño! ¡Que bueno que si viniste!
O: ¡¡Claro!! ¡Sabes que a tus pies!
M: ¡¡Corazón!! ¡Eres una ternurita!
O: Bueno, que pedimos, ¿que se te antoja?
M: ¡Ya pedí unas cervezas!
Nos sentamos y comenzamos a platicar y tomar, al principio hablábamos del dia a dia, de los nuevos clientes, de cosas de familia, sobre todo ella me hablaba de sus hijos y eso por alguna razón la volvio aun mas interesante, ya que a pesar de estar como me la recetaron, era mayor y madre, quien no quisiera comérsela.
Tras algunos tragos más, ella comenzó a hablarme de su novio, me decía que ya estaba cansada de la indecisión que él tenía, ya que una mujer de su edad y con responsabilidad no quiere jugar a los novios, busca una pareja estable.
Yo estaba atento a lo que me decía, aunque de vez en cuando mi vista se dirigía a su enormes tetas, también mi mano acariciaba sus piernas mientras una ligera erección se formaba en mi.
M: ¡Vamos a bailar!
O: ¡Claro! ¡Vamos!
Sonaba una buena cumbia y ella se movía bien tanto que no se notaba que yo estaba niveles abajo que ella, de la cumbia pasamos a la salsa y ahí ella meneando su cadera me volvía todavía más y más loco.
O: ¡Eres una buena bailarina!
M: Jaja, así soy en todo.
O: ¡¡Me imagino!! Jaja
M: ¡¡Ay!! ¡Ya te entendí!
Continuamos bailando, esta vez me le pegaba más, me gustaba sentir sus tetas en mi pecho y a veces en cada vuelta trataba de sentirlas con mis manos.
Después de un merengue y unas guarachas nos fuimos a sentar, ella estaba contenta y aunque deprimida por lo de su novio, nos pusimos a platicar nuevamente.
O: Te noto triste.
M: ¡La verdad si corazón! ¡Es que ando en una situación complicada con aquel!
O: ¡Pues ya deberías de hacer algo!
M: Sabes, le dije que vinieramos y me dijo que sí y después me dejó plantada.
O: Disculpa mis palabras pero ¡que hijo de puta! Atreverse a dejar semejante monumento, que coraje.
M: ¡Gracias por tus palabras!
O: Hay Martha, no sabes como me gustaría tener a alguien asi como tu y quien lo tiene ¡no aprovecha!
Ella me miró seria, entonces con la adrenalina en el corazón puse mi mano en su pierna y me acerqué a darle un beso, ella me miró y se hizo para atrás, pero luego ella se acercó y nos fundimos en un sabroso beso francés.
M: ¡Guau! ¡Qué bien besas!
O: ¡Por dios, no lo vi venir!
M: ¡Creo que ya es hora de irnos!
O: Martha, perdón por lo que te dije, ¡te deseo, quiero hacerlo contigo, espero no te molestes!
M: ¡Pero eres casi un niño, podría ser tu mamá!
O: Si, pero no lo eres, además que prefieres a alguien que se muere por ti o a quien le das lo mismo.
Eso último la convenció y sin decir más pagamos la cuenta y nos metimos en el primer hotel que encontramos, yo estaba nervioso y es que a pesar de que ya había estado con mujeres mayores, Martha era un volcán en todo su esplendor.
Una vez ya acomodados ella se quitó la ropa de forma sensual, yo estaba acostado mirando como su ropa caía y su hermoso cuerpo quedaba al descubierto, sus ricas tetas sin brasier se veían aun más grandes y un coño depilado sin nada de pelo me la endurecía más.
O: ¡Esta buenisima!
Ella me desnudo por completo y beso mi boca, cuello, pezones, abdomen y mis piernas, era muy buena, su lengua sabia donde probar, poco a poco fue llegando a mi verga la cual ya estaba más dura que el acero.
M: ¡Qué duró esta! ¿Así te puse?
O: ¡Siempre me has puesto así!
Ella sonrió y lentamente llevo mi miembro a su boca, saboreo la puntita, me miro a los ojos y lo metió como víbora a su boca, yo lancé unos gemidos fuertes y me retorcí, Martha lo chupaba fantástico, yo le acariciaba la cabeza y la guiaba para que probara cada uno de mis 18 cm.
O: ¡¡Oh!! ¡¡Que rico, uhm!!
Ella sabía lo que hacía y siguió mamandomela con todo, me cumplio mi fantasia que tenia desde que la conocí, coloco mi verga en medio de sus ricas tetas y comenzo a masturbarme rico, sus apretones eran fantásticos, me daban ganas de grabar el momento pero el placer me tenía fundido, sacaba su lengua y saboreaba los fluidos que de mi verga salían, que rico, era la primera vez en mi vida que me hacian algo asi.
M: ¿Te gusta amor?
O: Me encanta uhm, ¡no pares!
M: ¡Saca tu leche, damela toda papi!
O: Si, uhm, sacamela toda, uhm!!
No aguante mas y expulse una gran cantidad de leche espesa y caliente en sus tetas y un poco en su cara, ella sonrío y disfruto ver sus tetas llenas de mi semen e incluso el semen que le cayó en la cara lo probó frente a mí haciendo más erótica la escena.
M: ¡Qué lechero eres!
O: ¡Me toca a mi nena!
La acoste y le abrí las piernas y sin dudar me dirigí a su depilada pepa, comencé lamiendo sus entrepiernas y después besaba sus labios vaginales, con mis dedos sobaba y abría lentamente para comenzar a meter mi lengua.
M: ¡¡¡Ah!!! ¡¡que rico!!
O: ¡¡Que rica pucha tienes!!
Mi lengua saboreaba todo ese manjar, con dos dedos estimulaba su rico clítoris que se inflaba como globo, mi lengua entraba y salía saboreando el sabor salado que salía de ella.
Aprete sus muslos con mis brazos y como si fuese una sanguijuela comencé a mamar sin desenfreno, ¡eso la tenía gimiendo muy rico!
M: Que rico, ah, uhm, mi vida, no pares, ¡agh, uhm!
Levante sus piernas y ahora tenía su coño y culo a mi disposición, lentamente lleve mi lengua a su rico ano mientras mis dedos entraban despacio en su húmeda vagina.
Ella me apretaba la cara mientars la dedeaba y me estrenaba en el beso negro, Martha gozaba lo que le hacia con mi boca, la verdad ese dia andaba inspirado.
Me basto con tres dedos dentro de ella y unos lengüetazos fuertes para tenerla en el clímax, ella se retórica y comenzó a venirse, sin dudar probe cada gota de su salada pero deliciosa venida!
M: ¡¡Ah!! ¡¡Que rico, uhm, ah!!
O: ¡¡Sabes a gloria!! ¡¡Uhm!!
Nuevamente estaba duro como fierro, sin pensarlo le abrí las piernas y me metí en medio de ellas dejándo la ir hasta el fondo, nos besamos como loco mientras me empujaba con fuerza dentro de ella.
M: Que rico, uhm, ¡ah!
O: Me encantas, uhm, que rico, ¡¡aprietas riquísimo!!
Levante sus piernas en mis hombros y así se la dejaba ir fuerte, le besaba sus muslos, rodillas y tetas, me dejaba ahogarme en medio de ellas, no me importaba que aún tuvieran mi semen ahí.
Me acosté y ella subió a cabalgarme, se movía riquísimo, yo apretaba sus tetas, mordía sus pezones, le apretaba sus nalgas, me estaba dando ¡una fantástica cogida!
O: ¡¡Martha!! ¡¡Uhm, que rico, agh!!, muevete, así, ¡¡uhm!!
M: ¿Estás gozando?
O: ¡¡Como no!! eres fenomenal, tienes unas tetas riquisimas, unas piernas hermosas, te mueves fantástico, ¡eres la mejor!
Sus ricos sentones me tenían hipnotizado, ella se acercaba para besarme mientras disfrutaba solo de mi puntita y yo me deleitaba con sus duras nalgas.
Se puso en cuatro y sin dudar la tome de la cintura y se lo meti sin prisa, quería disfrutar el paisaje, ella empinada y sus tetas pegando en la cama, poco a poco subí la intensidad de mis embestidas, le apretaba sus tetas y ella se movía generando un placer indescriptible.
M: Así, dame, uhm, que duró, uhm, ¡¡ah!!
O: Que rico, uhm, ah, ¡¡uhm!!
M: Llename de ti, ¡¡dame lechita!!
O: Sacala, ¡¡muévete y saca tu leche nena!!
Ambos nos movíamos en una coreografía espectacular, yo le daba de nalgadas y me movia como loco y ella no se quedaba atrás, lanzamos un quejido enorme y finalmente ambos llegamos al clímax!
M:¡¡Así!! Ah, dámela, así, no pares, ¡¡sacala toda!!
O: Toma tu lechita, ah, uhm, ¡¡mmm!!
¡Que orgasmo! Quede encima de ella pegado como perro, besaba su espalda mientras aún teníamos espasmos por el rico orgasmo conseguido.
Nos quedamos acostados besándonos, Martha era insaciable y una vez descansados volvimos a coger, finalmente se me había hecho con ella y yo lo disfruté como nunca.
Salimos hasta al día siguiente, me fui así con la misma ropa a trabajar, ella sonriendo me dejó en la entrada y guiñandome el ojo me prometió que repetiriamos.