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Mi pequeño gran regalo de cumpleaños
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Tiempo de lectura: 4 minutos

Karen es una amiga que conozco desde los 5 años, pues éramos vecinos de calle, luego estudiamos en la primaria juntos y después en la secundaria, siempre fuimos muy cercanos hasta el momento de empezar la universidad, yo me fui a estudiar fisioterapia a una universidad privada y ella a estudiar medicina a una pública, pero siempre manteníamos el contacto.

Vivíamos en un pueblo a unas dos horas de nuestras universidades, por lo tanto, yo me fui a vivir a un departamento que tenían mis padres en la ciudad, el cual estaba solo, lo usábamos solo los fines de semana o para pasar ciertas temporadas. Bueno, en fin, Karen si seguía viajando a diario desde el pueblo hacia la universidad.

Un día le propuse a Karen que se viniera a pasar unos días a mi departamento ya que se acercaba mi cumpleaños 18 y así nos ayudábamos ambos a estudiar las asignaturas que tenemos en común. Karen acepto y se vino a pasar “una semana” al departamento.

Karen es blanca de piel, cabello negro, rellenita pero con un cuerpo muy hermoso, unas nalgas que a cualquiera dejan loco, pocas tetas, pero le lucen perfectas. Por mi parte yo soy un flaco, alto, no muy musculoso, pero si bien definido, pues entrené natación y ciclismo durante mucho tiempo, cabello castaño y un amiguito que a pesar que no es de un tamaño extra largo, se defiende además de que es muy grueso.

Retomando, como ya dije antes, esa semana era mi cumpleaños número 18, Karen es unos meses mayor que yo. Bueno llego el día de mi cumpleaños, era día viernes, nos despertamos a eso de las 5 am, salimos de nuestras habitaciones pues dormíamos hasta entonces en cuartos separados, ella salta encima de mí de manera muy alegre para felicitarme. Desayunamos y charlamos antes de partir a nuestras clases, ella solo iría a su universidad a entregar un trabajo, yo por mi parte solo tenía una clase de 7:30 a 8:45 am. Por lo que ella me preguntó si podía pasar a recogerla cuando viniera de regreso en mi carro.

Así fue, fuimos y cumplimos con nuestras tareas, pasé por su universidad, conocí a sus amigas, las cuales ella había invitado al departamento para mi pequeña reunión de cumpleaños, la acompañé a entregar su trabajo y luego nos fuimos.

Llegando al departamento me dice que la ayude a estudiar los músculos de cuello, acepté pues yo ya había aprobado ese segmento corporal. Subimos, yo fui a cambiarme, ella se quedó en la mesa del comedor aun con su uniforme acomodando unos libros y unos materiales. Cuando salgo con ropa de estar en casa, es decir uno shores y una franelilla equis. Empezamos a estudiar, ella me dice que le gusta estudiar la anatomía palpando.

Así empecé a indicarle cada uno de los músculos que se encuentran en esa zona y ella fue identificándolos en mi cuello. En una de esas, toma mi cara la voltea y me da un largo apasionado beso, para después decirme “Feliz cumpleaños”, automáticamente se sentó en mis piernas quedando los dos frente a frente y seguimos besándonos.

La temperatura fue subiendo al igual que el nivel de nuestros besos, fui bajando de su boca hasta su cuello, metía mis manos dentro de su uniforme y agarra sus tetas, así seguimos un rato, ya el bulto en mis piernas era notablemente grande, pues ella estaba sentada sobre él lo podía sentir.

Nos fuimos a mi habitación, mientras seguíamos besándonos le fui quitando su uniforme, primero la parte de arriba, llevaba un sostén negro de encaje, que dejaba todo a simple vista, sus pezones rosados se veían duros como roca. Luego quité el mono que cubría sus piernas, me encontré que tenía un cachetero de encaje negro que al igual que su sostén, no dejaba nada oculto.

Ella quito mi franelilla y mi short, quedando solo en bóxer, así nos metimos ambos a la cama, ella sabía que yo era virgen y yo sabía que ella también lo era, quité su sostén y sus tetas estaban hay para mí, mientras tenía una en mi boca, jugaba con mi mano con la otra, así pasé un rato intercambiando de boca a mano y de mano a boca.

Seguí bajando por su abdomen, allí me quedé un rato besando su ombligo el cual me volvía loco pues es demasiado hermoso, seguí bajando, quité su cachetero y allí estaba una vagina virgen totalmente depilada para otro virgen. Como pude mi las arregle y baje a primero besarle los labios, luego empecé a darle unas lamidas, como ya estaba muy muy húmeda introduje un dedo lo que provocó un suspiro, seguí mamándole, besando su clítoris el cual estaba a simple vista para mí y estimulándola con mi mano hasta que tuvo si primer orgasmo.

Cuando se recuperó me dijo que me acostara que era mi turno, me tumbe en la cama y empezó a besar todo mi cuerpo, bajo mi bóxer y mi pene salto de la excitación que ya tenía desde hace muuucho rato. Lo miró un momento, se notaba que era la primera vez que veía uno. Empezó a darle besitos en la cabeza y así bajando hasta que llego a mis testículos, los cuales se metió a la boca de un solo intento, eso me prendió más de lo que ya estaba, luego se metió mi pene a la boca, de una manera muy torpe me hizo mi primera mamada.

Se acostó en la cama y me pidió que la hiciera mía, acepte y le abrí las piernas y puse mi pena en su vagina, le pregunté si estaba segura y me dijo que sí. Empecé a meterlo poco a poco muy despacio, pues como era su primera vez estaba muy pero muy apretada, fui entrando y podía notar como le dolía, hasta que estaba totalmente adentro, lo saqué y cuando volví a entrar veía que le dolía, le pregunté que si paraba y me dijo que ni que estuviera loco, que estaba gozando. Seguí en las mismas hasta que logré aumentar la velocidad, así estuvimos un rato hasta que se vino, luego me vine dentro de ella.

Nos acostamos los dos juntos abrazados, y con el roce de nuestros cuerpos y los besos de nuestros labios, mi pene se volvió a animar, esta vez fue ella la que tomo el control de la acción, se sentó sobre mi pene y empezó a darme brincos mientras yo jugaba con sus tetas, así estuvimos un rato hasta que ambos acabamos juntos.

Nos repusimos y nos fuimos a dar una ducha, mientras ella caminaba hacia el baño pude ver como mi leche se escurría por sus piernas, lo que me volvió a excitar. Ya en el baño, con lo caliente del agua y el roce de nuestros cuerpos, lo volvimos a hacer, esta vez la pegué de la pared la cargué y yo tomé el control de la situación. Así estuvimos un rato hasta que ya no aguanté y tuve que acabar, inmediatamente se agacho y comenzó a hacerme un oral para limpiarlo y tomar todo el semen que aún quedaba en mi pene.

Ese día lo pasamos juntos, en la reunión de mi cumpleaños no nos separamos en ningún momento y lo que parecía ser una semana para estudiar, termino convirtiéndose en nuestro hogar como pareja, desde ese entonces Karen y yo empezamos una relación y cogíamos como conejos cada vez que nuestras carreras nos lo permitían y si no, nos inventábamos la excusa de estudiar nuestra anatomía.

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