6:32
Ya amaneció otra vez y Carlos, el chamo de anoche, se fue de aquí. Me dijo que su hermano mayor ahora que sabía que yo le había dado dinero sin cogérmelo vendría a tratar de sacarme más. Y yo no tengo problema. Para eso es el dinero, para comprar placeres.
Hoy no saldré a ver si llega David, el hermano de Carlos. Según Carlos, David lo tiene más grande y le gusta coger "maricos" por plata. Dice que así paga la habitación donde viven en el centro. Y a veces también lavan el carro de viejas como Indira para cubrir sus necesidades.
Lo que yo hago con chicos como estos es colaborarles, hacerles más fáciles las cosas. Ellos tienen vergas que yo necesito, yo tengo el dinero que ellos necesitan.
Entre las cosas que me comentó antes de irse, me dijo que nunca le habían tocado el culo, nunca lo había permitido y que me pedía que parase porque le daba miedo que le gustara. Y pues se nota que le gustó. Cómo me excita tocar a un hombre allí y hacerlo acabar con tanto placer para así beber del montón de leche que expulsa cuando le haga eso.
Cuando estoy solo en casa luego de que un hombre se fue no puedo evitar sentirme algo vacío. Más aún cuando no dormimos juntos sino que sólo descansó para retirarse luego de yo haber quedado impregnado de él en algún sentido. Siento que voy recolectando partecitas de todos estos tipos y van quedando guardadas en mí para solamente sentirme cada vez más solo y más vacío. O simplemente estoy muy drogado. Voy a desayunar.
10:21
Cuando me dirigí a la cocina me fijé que no tenía azúcar, había olvidado comprarla cuando salí. Así que se me ocurrió la genial idea de salir a la calle así de drogado a comprar azúcar a las siete de la mañana.
Caminé buscando alguna bodega abierta pero no tuve éxito en las primeras cuadras hasta que llegué a la bodega del señor Miguel, que es el más madrugador de todos por aquí, me parece. Él es un señor solitario, dedicado a su negocio y también un muy buen conversador, una de las pocas personas interesantes del lugar. Lo encontré subiendo la Santamaría así que me ofrecí a ayudarlo, pues parecía pesada. Me dijo que lo tenía controlado pero que necesitaría ayuda con algunas cosas si tenía tiempo y como yo no tenía nada de prisa accedí, entré con él y le ayudé a cargar mercancía del depósito a la parte de enfrente de la bodega. Mientras le ayudaba me comentaba que estaba ya muy mayor y que necesitaba ayuda para los quehaceres del local.
-¿No sabrás de algún joven que necesite trabajo? No es mucho lo que puedo pagar, pero incluso podría quedarse aquí a dormir.
-Bueno, Miguel, no se me ocurre nadie ahorita, pero si sé de alguien se lo traigo. Mientras puede llamarme cuando necesite ayuda, tengo tiempo libre en las mañanas.
-Coño, gracias, Renny. Tú siempre tan amable.
-Tranquilo, Miguel, cuentas conmigo. ¿Hay algo más en lo que lo pueda ayudar?
-Bueno, en el depósito allá atrás tengo mucho que organizar pero no voy a disponer de tu tiempo así.
-Bueno, pero vamos y lo ayudo en lo que pueda.
Fuimos al depósito y lo ayudé a cargar algunas cajas y despejar el área para facilitarle el movimiento en el depósito. Mientras seguimos conversando, le pregunté que por qué estaba solo a esa edad, recién había cumplido los sesenta y siete años.
-Pues, yo me divorcié hace ya más de 10 años, antes de que llegaras a vivir aquí. Y mis hijos se fueron del país y no piensan volver. Y por un inconveniente que tuvimos pues ya no me llaman más.
-¿Qué pudo ser tan grave, Miguel? Como para que ni siquiera lo llamen.
-Pues si te contara…
-Puede confiar en mí, ya le dije que cuenta conmigo.
Parece que se lo pensó un poco antes de decirlo, pero prosiguió.
-Mira, se ve que eres un buen muchacho, voy a contarte pero no puede salir de aquí. ¿Lo juras?
-Se lo juro, Miguel, sabe que soy gente seria -la verdad no me daba una idea de qué podía ser, no se me ocurría nada.
-Bueno, ¿te parece muy temprano para una cerveza? ¿prefieres café?
-Una cerveza está bien -así de grave sería el asunto.
Puso dos banquitos uno frente al otro y fue a buscar un par de cervezas, de las que estaban frías en la nevera exhibidora.
-Bueno, es que cuando el menor, Adrián, aún vivía aquí traía a sus compañeros para hacer tareas de la universidad y pues había uno que se quedaba siempre. David, recuerdo… Ese muchacho siempre venía buscando a Jhoncito y se quedaban jugando en la computadora hasta tarde. Siempre tenía que subir a mandarlos a dormir porque hacían mucho escándalo y no me dejaban dormir.
La vaina es que una de las veces que David estaba aquí en la casa, yo fui al cuarto de Jhon a buscarlos para que fueran a comer y en el cuarto sólo estaba David, Jhon como que había ido a la bodega y David estaba aprovechando para oler la ropa sucia de Jhon.
-Verga, qué heavy -ya la cosa se ponía cada vez más rara, pero a la vez me iba poniendo un poco caliente la idea de que el viejo Miguel hubiera visto tal perversión- ¿Y qué hiciste?
-Nada, pues, ¿qué voy a hacer? -hicimos silencio ambos-. Bueno, no “nada”. Entré al cuarto y me senté en la cama. El carajo estaba en shock. Y yo le dije que no tenía que detenerse. La verdad no me sorprendió porque se le veía que era mariquito. No sé si Jhon no se había dado cuenta o se lo estaba pegando cuando yo me dormía.
-¿Tú crees? ¿Jhon no es casado, pues? -pregunté extrañado, o quizá no tanto-.
-Ah, pues, güevo para’o no perdona… Que te lo digo yo, que me quedé ahí viéndolo todo nervioso y le pregunté que si era marico. Él asintió y tenía los ojitos como si iba a llorar. Así que le agarré la mano y me la puse en el güevo y el carajito se calmó. Me lo iba a mamar, pero Jhon entró a la casa y pues me salí del cuarto.
-Coño, Miguel, no sabía esas de ti.
-Bueno, tú no creerás que no me provoca meterlo de vez en cuando solo porque soy mayor, ¿o sí?
-Nono, no es eso. Sino que creí que eras cien por ciento hetero.
-Yo sí soy heterosexual cien por ciento. El mariquito era él, no te confundas. Que luego gateaba en las madrugadas a mi cuarto a sacarme la leche.
-Ah, pero ¿sí te lo cogiste?
-No, qué va, nunca se atrevió a darme el culito, pero lo mamaba como una puta. Y se tragaba toda la leche. Ya yo no tenía que salir a la calle a buscar eso así que empecé a darle plata en un punto, pero eso duró meses nada más porque Jhoncito un día entró al cuarto y nos vio en el acto, me imagino que ya lo sospechaba y pues se habrá dado cuenta de que David no estaba en la cama con él y salió a buscarlo.
Desde ese día está molesto conmigo. Armó un escándalo, dijo que yo ya no era su papá y que David estaba muerto para él. Y al poco tiempo dejó la Universidad, se fue del país y se casó con la extranjera.
-Verga, qué duro -dura tenía yo la verga-. ¿Y qué pasó con David?
-Ni idea, y créeme que a veces me hace falta que me lo mamen así.
Nos reímos y le dije que ya era hora de irme. Pero Miguel me detuvo agarrándome de la muñeca.
-¿A ti no te gustan las mujeres, verdad?
-N… no -respondí nervioso.
-Ya sabía yo -e inmediatamente me hizo arrodillarme frente a él, metiendo sus dedos entre mi cabello, para así sostener mi cabeza y pegarla a sus genitales. Su pantalón olía fuerte a orina y probablemente preseminal. Yo estaba nada sobrio, así que no me opuse. Lamía su pantalón tomando el control de lo que hacía, sin poder entender las obscenidades que balbuceaba.
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Estuve un tiempo desaparecido, pero ya estoy de vuelta y planeo que sea constante.
Besos a todos. Espero sus interacciones.
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