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La noche, la luna, un velero y una bella mujer
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Tiempo de lectura: 9 minutos

"Mira como acaricio mis pechos, y pido que sean tus manos, acaricio mi vagina sobre la malla y pido que sea tu mano. Imagino que me pides que me saque la bombacha y lo hago, mis dedos entran en mi vagina y deseo que sean tuyos.". Todavía resuenan en mi mente sus palabras.

La primera vez que la vi a Leti fue en la confitería del club de vela donde tengo mi velero. Yo estaba con unos amigos que me preguntaban por mi reciente separación. Verdaderamente no tenía ganas de hablar de eso. Pero, por arriba les conté que había sido de acuerdo, que luego de 4 años la relación no iba más. Que como no estábamos casados y el departamento era mío, ella se había ido con unas amigas y desde que se fue, hace 1 mes que no la veía

Ella, Leti, estaba en la mesa de al lado, charlando con unas amigas, sentada casi a la par. Estaba en malla, con un pareo a la cintura, una malla de una pieza negra. Era una mujer muy flaca, piernas largas, poco busto y una cola hermosa. Cuando entraron inmediatamente me llamó la atención.

Con mis amigos estuvimos un rato más, y me fui a revisar el barco, ya que al día siguiente salía en solitario para Puerto Mar, una navegación de casi dos días y medio. Como no me quería volver loco cocinando, al salir del Club iba a comprar para hacer sándwiches, gaseosas, dos o tres vinos blancos, y un whisky para la noche. Como era verano, se esperaban buenas temperaturas, tanto para el día como para la noche.

Estaba en el velero revisando cuando vi que ella se acercaba, por la amarra. Caminaba lento, mirando el barco, era una mujer elegante hasta para caminar. Una mujer que realmente no estaba entre las que yo consideraba a mi alcance. Si bien soy joven, tengo 37 años, ni tengo un físico espectacular, quizás un par de kilos de más, una naciente calvicie. Claramente fuera de mi alcance estaba.

“Hola, cómo estás?” me preguntó

Yo: Hola, te puedo ayudar en algo?

Leti: Solo paseaba mirando los veleros. Ah, soy Leti, un gusto.

Yo: Mariano, igualmente. Te gusta navegar?

Leti: salí un par de veces con amigos, solamente, por acá cerca. Vos salís mucho?

Yo: ahora más que antes, estuve un tiempo sin navegar.

Leti: Entiendo. No te molesto más, veo que estás trabajando.

Yo: en realidad preparando el velero, salgo mañana hasta un puerto cercano, casi tres días de navegación.

Leti: que linda salida, es lindo ese lugar, vas con amigos?

Yo: es un lugar agradable, con suficiente espacios de amarra y hay una buena fonda donde cenar. Ah, no, no voy con amigos, voy solo

Leti: solo? Tres días solo? Quiere decir que te llevas muy bien con vos mismo, para bancarte todo el tiempo solo, pensando, navegando.

Yo: bueno, en realidad, más o menos, pero soy soportable. Jajajaja

Leti: y el tema de la comida, navegar, de día, de noche, no es complicado?

Yo: no, estaba acostumbrado. Como salgo a las 9:00 Hs, para la noche voy a estar en mar abierto y ahí pongo el piloto automático y puedo dormir dos o tres horas. Lo mismo de día.

Leti: Bueno, ahora sí, no te molesto más, que tengas una buena travesía.

Yo: Gracias, nos vemos otro día.

Me quedé mirándola, su silueta se alejaba lentamente, como vino. Su andar era claramente de modelo, de mujer acostumbrada a desfilar tanto que se había convertido en su paso usual.

Pasé por el súper, compré todo, fui al departamento preparé el bolso de ropa y me fui a dormir. Eran las 7 cuando me desperté, terminé de cargar todo en el auto y fui al club. Cargué en un carro todo y fui para el barco.

A lo lejos vi que alguien estaba sentado en la amarra. Cuando me acercaba descubrí que era Leti.

Leti: Hola Mariano, buen día

Yo: hola, como estás, vas a salir a navegar?

Leti: bueno, si me invitas…

Yo: cómo?

Leti: que si me invitas voy con vos

Yo: pero, no entiendo, recién nos conocemos, que confianza que tenés para meterte al mar con alguien que no conoces.

Leti: si, pero eso no importa, importa si querés que te acompañe

Yo: es que yo pensaba salir solo, para limpiar mi cabeza. Y además la comida y bebida que traje es para uno solo.

Leti: por eso no te preocupes, soy de comer muy poco y además traje tres barritas energéticas, y seis cervezas en una heladerita, ves?

Yo: veo. No sé, realmente no sé, no te conozco, y no quiero problemas.

Leti: bueno, entiendo. Lástima. Pedro, tu amigo, me lo había dicho que no ibas a querer

Yo: lo conoces a Pedro?

Leti: si, es mi cuñado. Le conté mi idea y él me dijo que vos no ibas a querer.

Yo: hacemos una cosa, vamos, pero si no nos llevamos bien, en Puerto Mar, te bajas y volvés por las tuyas.

Leti: ah, pensé que me ibas a tirar al agua.

Yo: eso si te pones muy pesada, jajajaja, dale subí.

Con un poco de ayuda de su parte, terminamos de armar y zarpamos. Pronto dejamos de ver la ciudad. Como mi velero tiene un camarote solo, nuestros bolsos los pusimos ahí.

Leti: te molesta si me pongo la malla, y de paso traigo protector solar?

Yo: dale tranquila, que después me cambio yo.

Cuando volvió tenía una bikini de las más diminutas.

Leti: estoy bien así, capitán?

La miré de arriba a abajo, sin ningún tipo de disimulo. Ella se reía.

Yo: si, estás bien.

Leti: ya se, me falta un poco de lolas, pero no me quiero operar.

Yo: nunca dije nada de eso.

Leti: me dejas timonear un rato así te muestro y si querés a la noche hacemos guardias?

Yo: si estás segura, dale. Igual yo me cambio y vengo.

Cuando salí, me paré frente a ella, como ella lo había hecho

Yo: estoy bien así?

Leti: si, muy bien

Yo: bueno, con algunos kilos de más, unos pelos de menos…

Leti: nunca dije nada de eso. Está tranquilo, me pones protector en la espalda?

Yo: si, como no

Luego ella me puso a mí.

Charlamos cosas banales, superfluas, nada sobre nuestras vidas. Al mediodía compartimos un sándwich y cuando terminamos ella trajo dos latas de cerveza, se sentó en frente mío y brindamos.

Leti: tener ganas de charlar un poco?

Yo: pues lo hemos hecho hasta ahora

Leti: digo, de nosotros

Yo: de nosotros.

Leti: si de nosotros no hablamos nada, esquivamos el tema muy bien.

Yo: jajajaja, si tenés razón.

Leti: empiezo y podes preguntar lo que quieras. Tengo 22 años, soy modelo, es ascenso, abriéndome camino. Estoy sola, no tengo pareja, soy heterosexual y de mi personalidad me gusta que soy frontal, leal, tierna cuando quiero y no me gusta que soy demasiado frontal, muy crédula, casi boluda te diría.

Yo: pensé que eras más grande, y me sorprende que estés sola, sos verdaderamente hermosa.

Leti: gracias. Estoy sola porque me cansé de amigovios. De que me quieran solo para la cama. Así de claro. Puse punto final cuando el último trató de compartirme con un amigo y su novia.

Yo: que feo.

Leti: y vos Mariano?

Yo: tengo 37, soltero, recién terminé una relación hace un mes, vivo solo, soy hetero y lo que me gusta de mi personalidad, que soy tranquilo, medido y me gustan las buenas cosas, y no me gusta que soy extremadamente rígido en mi forma de pensar, frontal y detallista.

Leti: dejaste, te dejaron o de mutuo acuerdo.

Yo: de mutuo acuerdo.

Los dos miramos el mar, escuchábamos el agua golpear contra el casco, yo me iba relajando, empezando a disfrutar.

Yo: Leti, te propongo algo: estamos los dos solos en el velero, no nos conocemos, podemos hablar sin medias tintas? Preguntar y contestar de frente?

Leti: sería lo mejor. Por qué me dejaste subir al barco?

Yo: Primero porque lo conoces a Pedro. Segundo y es muy misógino, porque sos muy linda. Nunca estuve con una mujer tan linda como vos, y no hablo de la cama, hablo de estar. Y vos, por qué querías subir.

Leti: Ayer cuando me dijiste que ibas a salir solo me cautivo la idea, es desafiante, hay que tener mucha cabeza para estar tantas horas solo. Eso me atrajo de vos. Tratar de conocerte, me cautivaste sin hacer nada. Y luego, Pedro me habló muy bien de vos.

Yo: que me decís, yo cautivando a una mujer hermosa como vos.

Leti: me parece que tu autoestima está un poco baja. Por mi trabajo es mejor que no te juzgues muy duro. Cree más en vos.

A esta hora el soy no es tan fuerte, no lastima tanto. Te parece si bajamos las velas un rato y nos damos un baño?

Yo: es medio jodido que nos metamos los dos juntos. Si querés metete vos.

Leti: dale, es solo un chapuzón

Se metió al mar, y era soñada la imagen, el agua azul, ella rubia, bronceada con una malla mínima. En seguida subió, y me preguntó si no quería que por lo menos me tire un poco de agua. Yo accedí.

Leti: dale, cerrá los ojos y pone los brazos a los costados.

En vez de recibir toda el agua en mi cabeza, con mucha velocidad, estiró la cintura de mi malla y ahí tiró toda el agua.

Yo: eso no se hace, es abusivo de tu parte, porque aparte seguramente aprovechaste para espiar.

Leti: no te voy a decir que no. Si fue abusivo, y lo siguiente que hizo fue sacarse la parte de arriba de la malla, ahora estamos a mano.

Yo: bueno, no tanto, porque vos ya venías viendo mis pechos y yo no, y vos espiaste otra cosa. Pero bueno, déjalo pasar…

Leti: me haces sentir muy cómoda, relajada, y el estar en un velero, solos lo hace mucho más íntimo.

Yo: si, casi es como que estamos desnudos integralmente frente a otro. Creo no equivocarme si digo que nos mostramos como somos, con pequeñas virtudes y grandes defectos.

Leti: sí. Saldrías con una chica de mi edad?

Yo: No por dos razones. Primera porque una chica de tu edad no saldría conmigo y segunda porque no frecuento chicas por la diferencia de edad.

Leti: Y conmigo? Saldrías?

Yo: no creo que a vos te pueda interesar salir conmigo.

Leti: y me llevarías a la cama?

Yo: no.

Leti: por qué? Dijiste que te atraía

Yo: si claro que me atraes y mucho, te lo aseguro. Pero… tanto como me atraes, me intimidas. Y supongo, sin ofender, que has estado con buenos, jóvenes y fogosos amantes. Y te aseguro que no soy del tipo. Ni bueno, ni joven ni fogoso.

Leti: O sea, para vos, soy casi una devora hombres.

Yo: no lo quise poner en esos términos. Pero te aseguro que intimidas.

Leti: sin embargo…

Se quedó callada, navegamos varias horas sin hablar. Solo pensando, cada uno en su mundo. Yo comí un sándwich y ella una barra de cereal, a la luz de la luna.

Leti: por favor, que hermosura estar acá, el mar calmo, en silencio, a la luz de la luna. Te diría que es casi sensual el ambiente.

Yo: si, me da mucha paz. Me voy a servir un whisky, queres?

Leti: nunca tomé, servime solo un poquito, para probar.

Mmm, que rico, fuerte, pero rico. Esto me a pensar que me querés emborrachar y abusar de mí, pobre joven cándida y pura, jajajaja.

Yo: pues no se me había ocurrido.

Leti: te gusta jugar fuerte, arriesgando, sin saber dónde va a llevar el juego?

Yo: la verdad no sé. Depende que juego, y con quien

Leti: en realidad no es un juego, solo decir, hablar de un tema fuerte.

Yo: ah, si es hablar, si claro.

Leti: pues hablemos de sexo

Yo: esa no la vi venir

Leti: jugamos?

Yo: juguemos.

Leti: vuelvo a preguntar, me llevarías a la cama?

Yo: mmm, creo que sí. Sí, me gustaría

Leti: y qué harías?

Yo: no entiendo a dónde vas?

Leti: claro, imagínate ahora, que me harías, aquí y ahora.

Yo: pues pondría el piloto automático, buscaría una crema, porque mis manos son ásperas y recorrería lentamente, muy lentamente tu cuerpo, acariciándolo y poniendo haciendo que la piel te brille a la luz de la luna por la crema. Supongo que te miraría embelesado. Disfrutaría solo de mirar lo hermoso que es tu cuerpo. Luego te besaría, recorrería tu cuerpo con mis labios, llegando a cada punto y buscando tus zonas erógenas, interior de los codos, las entre piernas, la palma de la mano.

Leti: guau, déjame respirar un poco. Eso sí que fue fuerte. Algo más?

Yo: mucho, no llegué a tus pechos, tu vagina, tu clítoris, tu punto G. Buscaría llevarte a un punto de donde se mezcla la excitación con el éxtasis. Pero es el punto donde más goza la mujer.

Leti: y vos, no buscarías gozar?

Yo: es que cuando la mujer llega a ese punto, tan frágil, es cuando más se libera, libera su fuego interno, pasiones, deja de lado miedos y pudores y es cuando más hace gozar al hombre.

Leti: creo que perdí el juego

Yo: por qué? No entiendo

Leti: porque estoy totalmente excitada, mojada, y en mi mente pasan imágenes de lo que imagino serías haciéndome esas cosas. Yo sola me metí, y lo más cómico es que pensé que yo te iba a ganar.

Yo: y vos, qué harías?

Leti: pues después que me hagas explotar de placer, de poco voy a servir.

Yo: no lo creo…

Leti: mmm.

Yo: vos ya intentaste hacer tu maldad, puedo yo?

Leti; ahora tiemblo, pero no me puedo negar.

Bajé y en el equipo de audio del velero puse un pen con un compilado de tres horas de blues lentos. Serví otra ronda de whisky y subí a cubierta.

Leti: que música es esa?

Yo: Blues.

Puse el piloto automático, me senté y Leti apoyo su espalda en mi pecho, su cabeza en mi hombro y nos quedamos en silencio. Dejé que mi mano recorra su brazo, su hombro, y la abrace sin tocar los pechos.

Leti: por favor, esta música va perfecto para la noche, el velero, nosotros. Puedo sentir como me acaricia.

Yo: es tal como lo decís.

Fue una hora de relajación.

Leti: puede ser que el whisky no me haga mal? No me emborrache?

Yo: es whisky bueno, eso incide, y otra cosa lo estamos tomando muy lento. Otro?

Leti: dale.

Al rato se paró, me miró seria

Leti: Por favor, no le cuentes esto a nadie, pero me sale del alma.

Me alcanzó el vaso de whisky, y se puso a bailar. Lenta y sensualmente.

Leti: en mi cabeza están tus manos cuando me ponías la pantalla solar, tu suavidad, tus palabras de hace un rato y las imágenes que yo imagino. Te juro que puedo sentir tus dedos buscando el punto G, tu boca en mi clítoris. No puedo parar de bailar, estoy súper excitada, nunca me pasó de estar así, de llegar a este punto. Aunque algún baboso me lo pidió, nunca bailé para un hombre como ahora lo hago para vos.

Yo: Gracias entonces.

Leti: y lo peor es que me calienta más hacerlo, mira como acaricio mis pechos, y pido que sean tus manos, acaricio mi vagina sobre la malla y pido que sea tu mano. Imagino que me pides que me saque la bombacha y lo hago, mis dedos entran en mi vagina y deseo que sean tuyos.

Yo la veía moverse, tocarse, darse placer y no podía creer lo que pasaba. Nunca había visto a una mujer en ese estado de placer.

Leti: en este momento besaría tu pecho masculino, sin depilar, buscaría tu pene y lo acariciaría, lo llevaría a mi boca para darle placer, para darte placer. Me gustaría darte todo el placer que vos me darías y más también. Sabes, uno de mis dedos, muy travieso, está jugando con mi ano, está loco, nunca, nunca lo hice por ahí. No doy más, quiero gozar, quiero mi orgasmo.

Yo: pues entonces, que estalle

Leti: Ahh, por favor, que hermoso, violento, duro, tierno, sensual, todo junto.

Dejó caer sus manos al costado del cuerpo, me miró y miró como por sus piernas caían ríos de sus jugos. Simplemente se rio

Leti: la próxima vez, me juro que no propongo ningún juego. Pero sabe que sin tocarme, sin siquiera poner un dedo en mí, me hiciste tener el mejor orgasmo de mi vida. Fue algo mágico. Y por favor, saca esa música porque empiezo otra vez.

Yo: totalmente mágico.

Tomamos el whisky, y charlábamos de otro tema, buscando relajarnos, pero de pronto Leti me preguntó.

Leti: decime la verdad. Lo que me dijiste que me harías, la música, los tragos, alguna vez lo hiciste en la vida real.

Y: yo, sí, claro.

Leti: no entiendo entonces porque estas solo. Te aseguro que chicas de mi edad caerían rendidas como yo ante vos.

Yo: porque una cosa es el placer, y otra el amor. Muchas, la mayoría de las veces no van de la mano.

Leti: y por qué cuando bailaba, me tocaba y estaba loca de excitación, no moviste un solo dedo, no intentaste tocarme siquiera.

Yo: era tu momento de placer, lo que tu mente necesitaba, quizás necesitaba saber que existen otros niveles de placer al que conocía, que no se necesita de un hombre haciendo o forzando para excitarse. Ahora sabe tu cuerpo y tu mente a que niveles de placer podes llegar y podes reclamar que te hagan llegar. Ahora sos una mujer peligrosa.

Leti: peligrosa? Por qué?

Yo: Porque podes llegar a levantarte de una cama e irte porque tu pareja no sabe darte placer, el mínimo que necesitas para excitarte. Podes destruir muchos egos.

Leti: y vos? Es claro que no gozaste.

Yo: te equivocas, gocé viendo tu placer, como gozabas.

Leti: quiero que esto se repita, bah, quiero que me lleves a la cama, ahora, mañana, siempre. Te deseo Mariano. Deseo tu boca, tu cuerpo, deseo que me guíes al placer total.

Yo: yo también Leti, yo también.

Se puso algo de ropa, y se durmió recostada en mi… en un rato amanecería otra vez, y quizás el encanto se rompa…

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