Acabo de contarles como mi mujer Alicia, descubrió mi gusto por los hombres, paradójicamente una de sus fantasías era hacerme coger por un tipo, rápidamente consiguió un pibe joven que se prestó a acostarse con nosotros en un trío bisexual, ella le propuso que me haga el culo a mi y luego ella se dejaba coger.
Esa misma noche el trato de ella hacia mí, cambio totalmente, comenzó a humillarme, que era uno de mis temores cuando acepté el juego, sabía que iba a perderme totalmente el respeto.
Al otro día me fui a trabajar y cuando llegué a la noche, después de cenar, me dijo que tenía algunas sorpresas para mi.
No me pidió, me ordenó que fuera al dormitorio y la espere desnudo y de rodillas en el piso del cuarto…
Me dejó esperando arrodillado mientras se fue a dar una ducha, no me animé a desobedecerle y espere ansioso que entre a la habitación.
Finalmente vino envuelta en un toallón y se lo quitó ante mis ojos, la miré y me dio un cachetazo en la cara
– yo no te di permiso para que me mires inútil, baja la vista y mira al piso, voy a tener que domesticarte como a un perro –
Mire hacia abajo y no entendía bien que quería, y siguió hablando…
– a partir de ahora, vos no sos más, ni mi marido, ni mi pareja, ahora sos mi perro, mi esclavo, mi puto y vas a tener que aprender a obedecerme, y nada de querer cogerme, ahora tus únicos órganos sexuales son tu culo, para hacerte coger y tu lengua para chupar mi concha, ¿entiende el marica?
– Si
– ¿ si que ? Imbécil
– si Ama
– bien, empezamos a entendernos
La verdad que yo no me esperaba esto, entendía que mi imagen para ella había cambiado al dejarme coger por un tipo, pero no creí que me iba a convertir en su esclavo, si bien yo tenía una clara tendencia sumisa, al principio me sentía descolocado, luego comprendí la razón de todo esto y me fui adaptando y de a poco comencé a experimentar una especie de placer al ser despreciado por mi mujer o mejor dicho por mi Ama.
Lo que sucedió en ese momento, contribuyó enormemente a sentirme inferior, primero me coloco unas esposas inmovilizando mis manos, yo no levantaba la vista por temor a recibir otro cachetazo, pero la turra se paseaba desnuda delante mío, y a pesar de que era oficialmente un puto, me seguía gustando como mujer, en el fondo yo, desde el momento que la conocí fui bisex, en realidad ella era la única mujer que había tenido y poseído, fuera de mi relación con ella, yo prefería claramente estar con hombres, por eso me consideraba homo, que se yo, un caso definitivamente de diván.
Después de colocarme las esposas, sacó otro aparatito, una jaula para mi pequeño pene, eran como unos anillos que rodeaban mi pijita, y no iban a permitirme penetrarla en el hipotético caso que ella lo permita, igual ya me había dejado claro que no iba a cogerla nunca más.
Esa cosa se supone que sirve para que no pueda tener una erección muy pronunciada, un poquito de lugar me dejaba, primero porque mi porquería, como ella la empezó a llamar era bastante chica y segundo porque tuvo la bondad de no ajustarla demasiado, de todos modos, esa jaulita que actuaría como cinturón de castidad, no me iba a permitir masturbarme ni tener orgasmos, obviamente buscaba hacerme sufrir.
-Esto es para que no te masturbes más porque sé que sos bastante pajero, no te vas a poder andar tocando, además esto va a privarte totalmente de tener orgasmos, vas a juntar lechita y te van a doler los huevos, ni cuando te haga coger por un macho mío, te lo voy a sacar, maricón de mierda, porque ¿vos sos puto, no es cierto?
-no por favor Alicia
Paf, me estampó un sonoro cachetazo en una mejilla, un golpe en la cara a mano abierta, debe ser de las cosas más humillantes, y dijo
-¿Cómo me llamaste? inútil
-perdón Ama, por favor no me haga decirlo
-contesta marica, ¿vos sos puto no es cierto?
En ese instante pellizcó mis pezones y los retorció apretando bien fuerte, cerré los ojos por el dolor, me quejé y lloriqueé, se rio de mí y volvió a decirme varias veces que contesté sin dejar de apretar.
Luego de torturarme de esa manera varios minutos, finalmente me doblegó y consiguió mi respuesta.
-si Ama, soy puto, si lo soy, siempre me gustaron los hombres, siempre me gustó la pija, perdón, se lo suplico, perdóneme
-bien, eso era lo que quería escuchar, y así va a ser, vas a suplicar y llorar por lo que me hiciste vas a pedir por Dios, vas a pagar por haberme mentido
Acabáramos, todo este enojo era porque dedujo que yo me junté con ella mintiendo sobre mi sexualidad, la verdad es que tuvo razón, fui una basura al no ser totalmente sincero, realmente merezco lo que me está haciendo, no me queda otra que asumirlo y aceptar lo que me haga, la verdad merezco que me tire a la calle, sino lo hace es porque piensa vengarse y divertirse conmigo.
A partir de comprender esto acepté mi nuevo papel en esta relación.
Después de hacerme confesar, estaba claro que debía pagar por mis errores y esa era una forma de empezar.
Luego se pegó bien a mi, poniendo su concha bien cerca de mi cara, ella sabe de qué a pesar de mi tendencia hacia los hombres, su vagina me enloquece y deseo chupársela desesperadamente, bajé mi vista, entonces volvió a agarrar mis pezones y empezó a tironearlos bien fuerte otra vez, no pude evitar quejarme y entonces fue cuando dijo:
-¿qué pasa putito, te duele marica?
Y apretaba cada vez más fuerte. Entonces se inclinó un poco y me tocó el ano apenas rozándolo, eso sabe que me desespera.
-Ah por favor no haga eso Ama
-yo hago lo que me viene en gana, esto te gusta ¿no? Pedazo de puto. Se te está parando la porquería, espero que no te duela mucho, bueno ya estoy cansada por hoy, mañana te voy a seguir adiestrando.
Entonces me sacó las esposas, me dejó esa cosa en mi pene, me dijo que me suba a la cama y que me vaya a dormir, no sin antes advertirme que no me atreva a tocarla, de lo contrario iba a tener que dormir esposado y no iba a estar muy cómodo, y a continuación se acostó desnuda a mi lado, yo me corrí todo lo que pude a un costado para no tocarla, le dejé tres cuartas partes de la cama y yo me puse en en el pequeño espacio que quedaba.
No pude dormir en casi toda la noche, no dejaba de atormentarme lo que estaba pasando y pensaba que esto no iba a terminar jamás, además la jaulita en mi pajarito era muy molesta, ser torturado me excitaba mucho, y no podía ni tocar mi pene, a media noche me levanté para hacer pis, y me mojé las piernas y el piso del baño, quise hacerlo como siempre parado frente al inodoro y la orina salió para cualquier lado, Alicia escuchó que puteé por lo que había hecho y se despertó, al ver que me había orinado encima y mojado todo, se rio y dijo:
-sos un inútil, ¿no te das cuenta que vas a tener que orinar sentadito como una señorita? pelotudo, ahora seca todo y lávate, no quiero sentir tu olor a meo, y déjame dormir idiota.
A las dos de la mañana, tuve que limpiar y secar el baño, lavarme las piernas y recién después volver a la cama.
Al día siguiente me fui a trabajar como siempre, después de que mi Ama me diga que hoy seguiría con mi adiestramiento.
En la oficina estaba distraído y mis compañeros me notaban raro y molesto, la jaulita en mi pajarito me tenía muy incómodo, además de la situación en mi casa.
Esa tarde volví a casa y nuevamente me mandó a esperarla desnudo en el piso del dormitorio en mi posición de esclavo sumiso, o sea de rodillas con mi vista hacia abajo y mis manos unidas a mi espalda.
Esta vez entro vestida solo en ropa interior muy sexi, tenía en una mano un cinturón mío de cuero y otra cosa que parecía una fusta, el cinto me lo colocó en el cuello a modo de correa de perro y la fusta la mantuvo en la mano.
Después de ponerme la correa, me tocó uno de los pezones casi cariñosamente y me pregunto
-¿cómo estás hoy putito?
-Bien Ama
-podes decirme Señora también si te sentís más cómodo
-si Señora
Tanta amabilidad me sorprendió, me agrada más llamarla Señora y me sentí más tranquilo.
Caminando lentamente alrededor mío, y dando golpecitos con la fusta en la palma de su mano, comenzó un largo monólogo.
-Para empezar ahora no tenés permiso para hablar, solo escuchas y asentís con la cabeza, a menos que te pida una respuesta
-A partir de hoy, voy a establecer las nuevas reglas de esta casa, vos solo serás mi pareja aparentemente normal, estando en la calle, dentro de la casa, sos mi esclavo y yo tu dueña. Tendrás que usar la correa y todos los elementos que me den placer usar con vos.
Ni bien llegues de la calle, te darás un baño y tu única vestimenta será una tanguita negra. Deberás tener siempre limpio el culito por si se me da la gana de meterte los dedos, estar sucio será una falta grave y me obligarás a hacerte enemas de agua jabonosa o gaseosas.
Aquí adentro harás todo lo que te ordene y cumplirás mis deseos, de lo contrario, no voy a dudar en castigarte duramente.
-Claramente habrá un cambio de roles, la que penetra soy yo, la puta sos vos, serás sodomizado por mi y por quien yo quiera, las veces que yo quiera, usaras la jaulita para tener guardada en forma constante tu porquería, ya que no me sirve más, hasta que se me ocurra sacártela o te lastime. Por lo tanto no tendrás orgasmos por mucho tiempo, y veré, quizás no los tengas nunca más, no me importa si te explotan las pelotas. Por supuesto la llave de la jaulita la tendré yo bien guardada y agradece que no la tire al río. No te la voy a sacar ni cuando venga algún tipo a cogerme, porque vos no vas a cogerme, pero yo sigo teniendo necesidades como mujer, así el tipo que venga, te quiera romper el culo, será con la pijita encerrada.
-Yo veré si te permito que veas como gozo con un hombre de verdad, o si solo te dejo escuchar mis grititos, y también voy a decidir si te hago romper el culo o que lamas la pija de mis machos, también seguramente voy a traer alguna pendeja para divertirnos delante tuyo, y reírnos de vos. Ah, te compré una colchoneta para que duermas a los pies de mi cama, los perros no pueden subir a la cama sin permiso
-Demás está decir que cuando yo tenga visitas, sean hombres o mujeres, vos seguís siendo mi esclavo, y te mantendrás callado, obedecerás mis órdenes o la de mis invitados y por supuesto solo usaras tu tanguita negra
-no Ama por favor
-no te dije que podías hablar
Nuevamente me pegó un cachetazo en la cara por haber hablado sin permiso.
No podía creer todo lo que me dijo, mi vida iba a ser un auténtico calvario, y estaba decidida a vengarse de mi, lo único que me quedaba era aceptarlo y tratar de que algún día me perdone.
Se sentó en el borde de la cama, cruzó una pierna sobre la otra, y me ordenó que vaya en cuatro patas como un perro, a su lado, lo hice, seguí de rodillas frente a ella, Alicia tiene unos pies de princesa, pequeños y perfectos, con unos deditos chiquitos hermosos, me dijo que le saque el zapato, le bese los dedos y se los chupe, para mi era un premio inmerecido, se los bese tímidamente y me reprendió,
-hacelo con devoción, inútil, y después el otro pie, demostrame la adoración que sentís por mi
Se los bese apasionadamente, mi pequeño pene, se había puesto duro y luchaba por salir de su prisión, en un momento ella lo notó y me dio unos toques con el pie en la jaulita, haciendo que se muevan mis genitales como el badajo de una campana y provocándome un poco de dolor, hacia un par de días que tenía puesto ese adminículo y ya me estaban doliendo los testículos…
-¿qué te pasa, te duele maricón?
-Un poco Señora
-a mi me duelen los ovarios y no me ando quejando
Entonces apoyo sus dos hermosos pies en el piso, tiró su cuerpo hacia atrás quedando acostada sobre la cama, abrió bien las piernas y me ordenó que le chupe la concha y la haga correrse.
Me dediqué un buen rato a lamerle el clítoris y besar sus labios vaginales, una dulzura, me volvía loco hacer eso, hasta que dijo:
-Vamos marica, pone más ganas o tengo que traer a Manuel para que te haga el culo, y así pongas más empeño, haceme acabar puto, serví para algo inútil, la semana que viene voy a traer una nena de 19 años de visita y si te esmeras ahora, es posible que te deje besarle los piecitos.
Continuará…
Espero que les haya gustado, pueden dejar un comentario aquí o escribirme a mi correo [email protected]
Besos