Esa mañana desperté solo en mi cama, algo que ahora era extraño para mi acostumbrado a despertar con mi madre a mi lado.
Me levanté completamente desnudo y salí de mi habitación. El ruido de voces y risas proveniente de la cocina me indicó adonde debía dirigirme. Al entrar me encontré a mi madre y doña Rosy conversando muy animadamente. Ambas llevaban batas para cubrir sus cuerpos desnudos.
-Pero mira nada más, hasta que por fin te dignas a levantarte. -dijo mi madre.
-Y no es el único que se ha levantado. -agregó doña Rosy señalando mi erección mañanera.
-Ten un poco más de decencia, condenado. No ves que hay visitas en casa.- dijo mi madre al arrojarme unos calzoncillos.
-A mi no me molesta para nada, Margarita.- respondió doña Rosy.
-No se trata de eso, Rosy, primero hay ciertos asuntos que discutir y no podemos hacerlo si nos está apuntando con tremendo pistolón.- respondió mi madre.
De repente junto a mi apareció Alex aun soñoliento e igualmente desnudo y erecto que como yo estaba.
-Y aquí llega el otro espadachín con el arma desenfundada. No te digo bien, estos jóvenes de ahora parece que tienen viagra en la sangre.- dijo mi madre y también le arrojo unos calzoncillos a mi amigo.
Mi madre podía ser sumisa y complaciente en la cama pero para todo lo demás era firme y estoica.
-No veo que se quejaran mucho anoche de nuestras armas desenfundadas.- respondí un tanto atrevido.
Mi madre me dio un golpe con la cuchara de madera que usaba para cocinar por mi atrevimiento.
Rosy y Alex se rieron.
-Eso fue en la alcoba, ahora estamos en la mesa. Ahora donde están sus modales, ¿no van a darnos un beso de buenos días? -espeto mi madre.
Alex y yo nos dirigimos a nuestras progenitoras y les plantamos un par de apasionados besos a cada una y luego cambiamos para luego cambiar de madre.
-¿Quiere alguien decirme que rayos fue lo que ocurrió anoche?- dijo Alex quien aún seguía sin comprender todo lo ocurrido.
-Antes que nada sentémonos a desayunar, les hemos preparado un rico desayuno que sería una lástima que se desperdiciara. Luego discutiremos asuntos más placenteros pero por ahora comamos.- dijo mi madre poniendo orden en la mesa.
El desayuno fue de lo más normal, hablamos de asuntos triviales sin tocar nada sexual y por esos momentos nos comportamos como madres e hijos normales.
Una vez que terminamos la deliciosa comida, nuestras madres nos mandaron a lavar los trastes mientras ellas conversaban en la sala. Sin importar cuanta verga les diéramos seguían siendo nuestras madres al fin y al cabo.
Mientras lavábamos los platos sucios le fui contando brevemente a Alex todo lo sucedido.
-Vaya, te juro que nunca hubiera imaginado que tú y yo terminaríamos con nuestras madres.- dijo mi amigo.
-Perdón por haberte engañado, hombre pero no sabía que tan dispuesto estabas a follarte a tu madre.- le respondí.
-Pues como dije antes era algo que ya me había pasado por la cabeza pero no me atrevía a realizar. Además que tu sabes que la relación entre ella y yo nunca ha sido muy buena.- dijo el chico.
-Ya. Pero seguramente después de esto mejorara enormemente.- conteste riendo.
-Hablamos un poco anoche antes de dormir y acordamos mantener esta nueva relación pero dijimos que no sería algo exclusivo, si alguno llegara a conocer a otra persona que le interesara estaría en todo su derecho de estar con ella.- continuo Alex.
-Algo así llegamos a un acuerdo mi madre y yo pero honestamente no creo hartarme de ella nunca.-conteste.
-Jajaja, eso no lo dudo, perdona que lo diga, pero tu madre es una fiera en la cama.- contesto el chico.
-Si lo sabré yo y pues la tuya tampoco se queda atrás.- le dije riendo.
-Oye, ¿crees que nos dejen volver a follarlas hoy?- me pregunto esperanzado.
-No lo dudes, esas mujeres son muy fogosas y ten por seguro que hoy querrán su buena ración de polla, doble si es posible. A decir verdad tengo muchas ganas de que las follemos juntos.- conteste.
-Ufff, también yo. De solo imaginarlo ya tengo la polla dura.- respondió Alex emocionado.
Una vez terminada la faena nos dirigimos a la sala donde nuestras madres nos hicieron sentar.
-Primero, creo que hablo por todos al decir que lo de anoche fue algo único e increíble y nos gustaría que se repitiera entre nosotros. Pues bien ante todo seguimos siendo sus madres y mujeres mayores por lo que lo más importante siempre será el respeto. Ni Rosy ni yo objetamos el follar con el hijo de la otra pero como siempre todo con respeto y consentimiento.- inicio mi madre.
-Segundo, esto es algo que cada una ya ha hablado con ustedes por separado pero sentimos que es necesario repetirlo. Dada la naturaleza de nuestra relación no es algo que pudiéramos llamar normal y estamos seguras que tarde o temprano se hartaran de nosotras y encontraran a otras mujeres que esperamos los hagan felices. Como sus madres nos importa su bienestar y no deseamos atarlos a 2 viejas señoras que ya han vivido su vida. La honestidad es algo muy importante, por ello les pedimos que si alguna vez desean terminar nuestra relación nos lo digan sin tapujos.- continuo Rosy.
Alex y yo nos miramos uno al otro, ambos sabíamos que esta relación estaba lejos de ser correcta y no sabíamos que nos deparaba el futuro. Así podríamos durar con ellas meses, años o toda la vida era algo que nadie sabía con certeza. Pero si de algo ambos estábamos seguros era que las amábamos con locura y por el tiempo que durara lo seguiríamos haciendo.
-Pues creo que hablo por Alex y por mí al decir que entendemos sus puntos y ambos estamos de acuerdo con ellos. Sin duda todo esto es algo irreal pero muy placentero y deseamos que siga sucediendo.- dije yo primero.
-Sí y si ustedes alguna vez desean follar con alguien más están en todo su derecho de hacerlo, no habrá objeciones ni reclamos, tratemos de mantener estas relaciones lo más abiertas posibles en caso que algún día, y en verdad espero que no, estas lleguen a su fin.- añadió Alex.
Todos estuvimos de acuerdo con aquellos puntos aunque yo particularmente en el fondo deseaba con todo mi corazón que mi madre nunca se apartara de mi lado.
-Bueno, pues ya que hemos asentado las bases es hora de pasar a lo que todos deseamos.- dijo mi madre y acto seguido ella y Rosy se despojaron de sus batas dejando sus hermosos cuerpos desnudos al aire.
Ellas permanecieron sentadas en el sofá y nos llamaron para que nos acercáramos, yo me puse frente a mi madre y Alex frente a Rosy. Nuestras pollas erectas se levantaban marcándose contra nuestros calzoncillos y ambas mujeres se rieron divertidas antes de despojarnos de nuestras prendas y dejar los penes al aire.
-Sé que acabamos de desayunar pero siempre hay espacio para el postre.- dijo Rosy
-Así es, y este es el mejor que puede haber.- añadió mi madre.
Ambas mujeres comenzaron a trabajar en la verga de su hijo, lamiendo y chupando con gusto. Ellas trabajaban con ahínco estimulando y comiéndose nuestros penes. Nosotros solo gozábamos de aquello tan espectacular animándolas mientras lo hacían.
-Que rico mama, que delicia, mmmm, ahora es mi turno de darte mi leche.- le dije a mi madre.
-Ayy, mami, no pares, lo chupas muy rico, uffff, eres la mejor.- decía Alex a su madre.
Ellas solo miraban hacia arriba sonriendo complacidas para luego continuar enfrascadas en su labor.
De manera improvisa mi madre se sacó mi pene de la boca y se lo ofreció a Rosy quien sacándose el de su hijo lo engullo con gozo. Mi madre ocupó el lugar dejado por Rosy y se tragó la polla de Alex por completo.
Mi amigo y yo estábamos excitadísimos con todo lo que pasaba. Era increíble ver a nuestras madres chupando nuestras pollas, cambiando de una a la otra sin inmutarse. Cada una tenía su estilo de mamar pero ambas eran increíbles al hacerlo. Mientras mi madre optaba por lamer el tronco y chupar la cabeza, Rosy prefería meterse la polla por completo hasta donde pudiera y luego sacarla y meterla. Luego de varios minutos, Alex y yo nos corrimos casi al mismo tiempo vaciando nuestro semen en la boca de la madre del otro.
Rosy se tomó toda mi leche mientras mi madre bebió el de mi amigo. Ninguna dejo escapar ni una sola gota de esperma.
Mientras ellas se deleitaban con nuestra corrida yo le hice una seña a Alex y rápidamente nos lanzamos a sus coños tomándolas por sorpresa. Las abrimos de piernas y hundimos la cara en sus mojados y deliciosos coños. Ellas se sorprendieron pero en pocos minutos comenzaron a gemir de gusto.
-Ayyy, mi vida, que rico, mmm, no pares, corazón, que delicia, masss, méteme la lengua hasta el fondo.- gemía Margarita.
-Ufff, que gozo, que bien lo haces, cariño, ayyy que gusto, méteme los dedos también, si, asiii.- pedía Rosy con ganas.
Las maduras se tocaban sus senos con lujuria mientras disfrutaban de nuestras bocas en sus rajas y también acariciaban nuestras cabezas con dulzura. Yo lamia y chupaba los jugos de la concha de mi madre y también me concentraba en su culo que sabía le encantaba, metiendo mi lengua dentro de ella. Por los gemidos de Rosy parecía que Alex también hacia un buen trabajo.
Tras unos minutos de aquella acción, decidimos seguir el ejemplo de las mujeres y realizamos un cambio de coño. Ahora me encontraba frente a Rosy mientras mi amigo se hundía entre las piernas de mi madre.
Ellas se rieron de la ocurrencia y siguieron gozando de nuestras atenciones. Nos cambiamos un par de veces más hasta que finalmente las hicimos estallar en unos deliciosos orgasmos solo que esta vez cada hijo estuvo frente a la panocha de su madre para recibir sus jugos con deleite.
Luego de beber aquel néctar de diosas, nos pusimos de pie con las pollas nuevamente listas para la acción pero fuimos detenidos por mi madre.
-Aunque me encantaría continuar con esta sesión, pienso que es mejor tener una pequeña celebración primero. ¿Qué les parece si salimos los 4 a cenar y bailar y después pasamos a la acción?- propuso mi madre.
-Me parece estupendo. Sera una como una cita doble. Ha pasado tanto tiempo desde que salí a bailar.- respondió Rosy emocionada.
La verdad era que Alex y yo queríamos continuar y follarlas pero no pudimos negarnos a su petición así que aceptamos.
Nuestras madres se bañaron y vistieron y salieron de compras mientras nosotros nos quedamos a arreglar la casa y preparar la comida. Mientras lo hacíamos, Alex y yo conversábamos acerca de lo que deseábamos hacer con ellas. Obviamente les haríamos a ambas una doble penetración, Alex se moría por probar el culo de mi madre. Yo tenía ganas de ver a Rosy comiéndole el coño a mi madre.
Luego de varias horas las dos mujeres regresaron, venían riendo animadamente y cargaban bolsas de compras. Rosy le entrego una mochila a su hijo.
-Pasamos a la casa antes de venir y te traje ropa para la noche.- le dijo la mujer.
-También compramos un par de sorpresas para antes y después de la velada que estamos seguras los volverán locos.- añadió mi madre mostrando las bolsas.
Nuevamente nos sentamos en la mesa para almorzar, riendo y charlando con alegría. Al terminar ellas dos de metieron al cuarto de mi madre para prepararse mientras nosotros nos quedamos nuevamente limpiando. Luego de terminar nos bañamos y nos vestimos listos para salir de paseo.
Estábamos sentados en el sofá de la salsa viendo la televisión cuando a nuestra izquierda hicieron su triunfante aparición 2 de las más sensuales y hermosas maduras que habíamos visto, quienes no eran otras que nuestras madres.
Alex y yo abrimos los ojos como platos y nuestras mandíbulas casi se caen al piso al verlas. Mi madre iba vestida con un vestido negro que tenía un escote de tela en forma de V por donde se podían ver sus grandiosas tetas, el vestido no era muy largo lo que permitía apreciar sus piernas de ensueño, cubiertas con medias negras y marcaba su apetitoso culo; mientras que Rosy llevaba un vestido azul similar al de mi madre, solo que el de ella era sin mangas pero igual tenía un escote para apreciar sus magníficos senos y llevaba medias cafés en sus espectaculares piernas.
Ambos estábamos anonadados y sumamente excitados al verlas con semejantes y sensuales atuendos mientras ellas solo reían al ver nuestra reacción.
-¿Se van a quedar ahí toda la noche o acompañaran a este par de hermosas mujeres a pasar la mejor noche de sus vidas?- pregunto mi madre.
Rápidamente nos pusimos de pie y cada uno tomo a su respectiva madre y salimos de la casa para empezar la diversión. Abordamos un taxi hasta el restaurante y el conductor no dejaba de ver a nuestras madres a la menor oportunidad. Llegamos hasta el lugar y al entrar varios de los comensales voltearon a vernos. Obviamente la diferencia de edad entre ellas y nosotros era evidente y seguro pensaron que eran un par de cougars aprovechándose de 2 jóvenes ingenuos pero nada de eso nos importaba.
Cenamos animadamente, comportándonos como dos parejas que habían salido juntas. De vez en cuanto las besábamos o acariciábamos haciéndolas sonreír complacidas.
Una vez terminada la cena nos dirigimos a un club cercano a bailar un rato. Nuevamente fuimos el centro de las miradas al entrar pero en esta ocasión nuestras madres fueron la causa por sus sensuales atuendos. Nos sentamos en una mesa a beber un rato.
-dios mío, no puedo creer como nos miran.- exclamó Rosy sorprendida.
-Eso es porque son ustedes muy hermosas y sensuales.- le respondí.
-Eres todo un caballero y solo por eso me vas a sacar a bailar. Hace años que no venía a un club de estos y estoy algo nerviosa.- me respondió y tomándola de la mano la lleve hasta la pista de baile.
Mientras bailábamos observe a mi madre y Alex en la mesa conversando animadamente y vi como este comenzaba a meterle mano. Lejos de molestarme, solo me excito aún más al imaginar lo que nos deparaba la noche. Rosy y yo continuamos bailando y por momentos ella se restregaba contra mi entrepierna sintiendo mi erección. Rosy solo volteaba a verme y sonrío restregándose con más fuerza. Nos comenzamos a besar y yo acariciaba su cuerpo. Sintiéndome aventurero metí mi mano fugazmente bajo su vestido y me sorprendió que no llevara ropa interior.
-Fue idea de tu madre. Ella tampoco lleva nada debajo.- me susurro al oído.
Voltea hacia ella y la vi en una ardiente sesión de morreo con Alex quien también tenía su mano bajo su vestido.
-¿También a ti te excita verlos juntos?- me pregunto Rosy sin dejar de restregarse contra mi cada vez mas fuerte erección.
-Claro que sí. Es algo increíble. No puedo esperar a cuando estemos los cuatro juntos.- le respondí.
-Yo tampoco. Ansió volver a sentir como me folla y quiero verte follar con tu madre mientras mi hijo me penetra.- respondió acariciando mi miembro por encima del pantalón.
La bese nuevamente y seguimos bailando. Luego de unos minutos, Alex y mi madre se nos unieron en la pista de baile.
-Vaya, pensamos que terminarían teniendo sexo ahí mismo por la forma en que iban las cosas.- le dijo Rosy a mi madre.
-Pues ustedes tampoco son tan santos. Un poco mas y casi lo dejas que te penetre restregándote contra el.- respondió mi madre y ambas maduras se rieron.
Seguimos bailando un rato mas cambiando de parejas por momentos. Mi madre se pegaba a mí, abrazándome y besándome.
-Estoy muy caliente y mojada.- me dijo y tomando mi mano la metió debajo de su vestido donde comprobé que tampoco llevaba ropa interior y que efectivamente estaba sumamente húmeda. Le metí dos dedos dentro de su raja haciéndola gemir y luego los saque y los chupe degustando su sabor.
-Creo que todos estamos calientes. Sera mejor que nos vayamos antes que nos corran.- le dije señalando a Rosy y Alex, quien ya le había sacado una teta a su madre y la estaba chupando.
Les hicimos una seña y luego de recomponer sus ropas salimos a prisa del lugar.
Me disponía a parar un taxi cuando mi madre me detuvo.
-¿Acaso no iremos a la casa?- le pregunte a mi madre.
-Oh no. Como dijimos esta es una noche especial y hay que terminarla como se debe. Iremos a un motel cercano que Rosy y yo vimos cuando salimos de compras.- respondió mi madre.
-Además las camas de nuestras casas son muy pequeñas para los 4 y necesitamos mucho espacio para lo que tenemos planeado.- añadió Rosy.
Llegamos hasta el lugar que no estaba tan lejos del club, el cual se trataba de un Love Motel y se veía bastante agradable.
Entramos a la recepción donde nuestras madres ya habían hecho la reservación con anterioridad. La recepcionista les entrego un par de bolsas de compra.
-Las dejamos aquí cuando hicimos la reserva. Son la segunda sorpresa de la noche.- explico mi madre.
-Que se diviertan.- nos dijo la recepcionista madura mientras salíamos y nos dirigíamos a la habitación.
Al llegar a esta nos llevamos una grata sorpresa, era bastante amplia con una enorme cama circular en la que cabríamos los 4 sin problemas.
-Tenemos 12 horas para pasarla bien. Pónganse cómodos mientras nosotras hacemos lo mismo.- dijo mi madre y tomando las bolsas que les habían entregado en recepción entraron al baño.
Alex y yo no perdimos el tiempo y nos desnudamos con rapidez quedando únicamente en calzoncillos.
-Espero que estén listos porque nosotras si.- dijo la voz de Rosy desde el baño y acto seguido nuestras madres entraron en la habitación.
Por segunda vez en aquella noche nuestras bocas de abrieron totalmente sorprendidos.
Ante nosotros estaban mi madre vestida con un sensual corset negro con encaje rojo (mis colores favoritos), además de medias negras con liguero sujetas al corset. Sus jugosas tetas apenas podían ser contenidas por el corset y amenazaban con escapar en cualquier momento.
Rosy llevaba un corset de encaje negro y sus pezones rosados podían verse a través de la tela transparente. Usaba un par de medias con liguero y una tanga del mismo color por donde asomaban algunos pelos de su vello púbico.
Nuestras pollas se endurecieron al instante y estaba seguro que romperían la tela de nuestra ropa interior a la menor provocación.
Las maduras rieron al ver nuestra reacción.
-Dos de dos, yo diría que escogimos bien nuestros atuendos, Margarita.- dijo Rosy sonriendo.
-Opino lo mismo. Por el tamaño de esas casas de campaña creo que están tan ansiosos como nosotras. Vengan aquí chicos.- dijo mi madre llamándonos.
Ambos nos levantamos rápidamente y luego de deshacernos de nuestros calzoncillos, cada uno se acercó a su propia madre y le dio un apasionado y ardiente beso. Nos acariciamos uno al otro, disfrutando cada centímetro de nuestra piel. Sentí las manos de mi madre posarse sobre mi erecta verga que palpitaba ansiosa y comenzó a masajearla.
Yo libere sus pechos del corset y comencé a mamarlos como me gustaba, ella gemía de gusto mientras continuaba estimulando mi miembro.
Voltee un momento para ver a nuestros compañeros y vi a Rosy de rodillas, comiéndole el pene a Alex.
Esto solo duro unos instantes pues todos deseábamos pasar a la acción. Nos dirigimos a la cama listos para todo.
Sin perder el tiempo y calientes como estábamos comenzamos a follar sin reparo. Yo me acosté en un extremo con la polla apuntando al aire mientras mi madre se colocó encima de mí y de una sola sentada se clavó mi verga en su ansioso coño.
Rosy por su parte se colocó en cuatro en el otro extremo y acto seguido fue penetrada por su hijo, de una sola estocada Alex hundió su pene dentro de la húmeda raja de su madre.
En pocos segundos aquel par de incestuosas mujeres ya estaban gimiendo y gozando de los penes que años atrás habían traído al mundo.
Mi madre subí y bajaba por mi miembro con sus tetas rebotando alocadamente, las tome entre mis manos y comencé a apretarlas y sobarlas mientras ella gemía de placer.
A nuestro lado, Rosy recibía los embates de su hijo quien había escogido empezar por su culo y la penetraba con lujuria y deseo haciéndola gritar y pedir más.
-que rico mama, que rico. Tenía ganas de volver a follarte, mmmm, que bien se siente tu culo, uummm, que rico.- decía Alex.
-Ayy, hijo, que gusto, ufff, asiii, cariño, métemela hasta el fondo, que gusto volver a sentirte dentro de mi, más, siiii.- pedía la mujer con deseo.
-¿te gusta, mama? ¿Te gusta cómo te la meto? Adoro tus tetas mama, me encanta verlas rebotar mientras montas mi verga, mmmm, siiii, aggg.- le dije a mi madre.
-mmmm, me encanta tu polla, hijo. Asiii, querido, follame con ganas, ayyy, apriétame mis tetas, ayyy, masss, asiiii, que rico, corazón.- gemía Margarita.
Yo usaba mis manos para amasar las tetas de mi madre quien con sus manos sobre las mías me incitaba a apretarlos con más fuerza.
Volteé hacia la otra pareja y vi como Alex apretaba con fuerza las caderas de su madre para tratar de meterle la verga hasta el fondo haciendo que esta gimiera y gritara al recibir los embates.
Mi madre se inclinó hacia adelante para darme un beso y yo la apreté con fuerza abrazándola con ganas mientras nuestras lenguas jugaban una con otra y nos decíamos palabras sucias y llenas de amor.
-Ayyy, cariño, me hace tan feliz tenerte dentro de mi. Mmmm, como me encanta como me follas, ayyy, siii, te amo hijo, dame mas, masss.- pedía Margarita.
-Yo también te amo mama, mmmmm, que gusto poder darte tanto placer, ufff, me encanta tu coño, tus tetas, tu culo, me encanta todo de ti.- le respondía mientras ella seguía cabalgándome.
A nuestro lado Alex también se había inclinado sobre su madre y le mordía el cuello con lujuria sin dejar de embstirla como un animal.
-Ayyy, ayyy, me vuelves loca, hijo, ayyyy, que gusto, que rico me coges el culo, no te detengas, ayyy, siii.- pedía la madura a gritos.
-Tómalo mama, toma toda mi verga, que rico coño tienes, mmmm, gózalo mama, mmmm.- decía el chico y luego Rosy volteo su rostro para besarlo con cierta dificultad.
Estábamos tan excitados y ansiosos que no paso mucho para que nos corriéramos dentro de nuestras madres quienes gritaron al sentir la leche de sus retoños llenar sus húmedos agujeros. Aun así nuestras vergas no bajaron su excitación y seguían erectas listas para más batalla.
Llego la hora de cambiar y yo le di un beso a mi madre antes de retirar mi polla de su coño y me dirigí hacia donde Rosy estaba. Alex también salió de su madre y fue hasta donde yo había dejado a la mía.
-Hola, guapo. Me preguntaba cuando me dejarías volver a probar de tu rica verga. Me dejaste bien caliente desde la pista de baile.- me saludo al verme acercarme a ella.
-Pues ya estoy aquí listo para hacerte gozar.- le dije mostrándole mi pene.
Ella no lo dudo y se lanzó a comerlo con gusto, yo la hice colocarse en posición de 69 y comencé a comerle el coño también.
Por momentos volteaba hacia la otra pareja y vi a mi madre acostada mientras Alex estaba encima de ella pero a la altura de su pecho. Mi amigo tenía su verga metida dentro de las tetas de mi madre y estaba disfrutando una paja rusa con esos enormes melones.
Yo continúe con mi labor comiéndole la raja a Rosy quien seguía devorando mi verga. Unos minutos después decidimos pasar a la acción y ella se colocó acostada de lado para poder ver que hacían Alex y Margarita quienes también habían cambiado de posición. Ahora Alex era quien estaba acostado en la cama con la polla apuntando hacia arriba. Margarita se colocó encima de él, pero en lugar de montarlo de frente lo haría de espaldas y mientras comenzaba a bajar para clavarse su verga, me di cuenta que se la metería por el culo. Vaya que a mi amigo le fascinaba el sexo anal.
Mientras los veíamos yo levante una pierna de Rosy y me coloque en posición para penetrarla por el coño, estaba tan mojada y ansiosa que mi polla entro con suma facilidad. Coloque su pierna sobre mi hombre y comencé a embestirla. Mi madre por su parte ya se había metido toda la verga de Alex en su trasero y como la vaquera experta que era dio inicio a la cabalgata.
Nuevamente las mujeres gimieron contentas al sentirse llenas por nuestras pollas jóvenes y duras.
-Aggghh, siiii, mas, que gusto, ayyyy, que rico, no te detengas, David, no dejes de follarme mientras vemos este ardiente espectáculo. ¿Qué tal la polla de mi hijo, Margarita?- pregunto Rosy
-Ufff, es de lo mejor, mmmm, que gusto, que delicia, aghhh, siiii, veo que tu estas disfrutando mucho la de mi hijo. Follatela con ganas, hazla gozar y llénale el coño de leche, cariño.- me pidió mi madre.
-Claro que si, mama. Pienso dejarlo chorreando hasta que no pueda más. ¿Qué tal el culo de mi madre, Alex?- le pregunte a mi amigo.
-Es increíble, uffff, creo que no voy a durar mucho con ella. Mmmm, que rico Margarita, que rico.- dijo el chico mientras sujetaba las caderas de mi madre.
La mujeres gemían y gritaban gozando con cada mete y saca en sus agujeros. Yo me abrace de la pierna de Rosy y la folle con todas mis fuerzas. Mi madre coloco sus manos hacia atrás como apoyo y dejo que Alex continuara follandola empujando sus caderas contra ella. En la posición en la que se encontraba podía ver con lujo de detalles como la verga del chico entraba y salía de su ojete y ella también podía admirar como mi polla follaba a su amiga.
Seguimos unos minutos más gozando de nuestras madres cuando Rosy y yo fuimos los primeros en corrernos. Solté un gruñido y empuje mi verga todo lo que pude dentro de ella quien grito de placer mientras mi semen llenaba su raja. Me saque la polla chorreante pero aun erecta y un lujurioso pensamiento me vino a la cabeza. Me levante y me acerque hasta mi madre hasta quedar frente a ella quien adivino mis intenciones e hizo que Alex dejara de follarla. Mirándola fijamente a los ojos comencé a penetrarla lentamente mientras ella disfrutaba la sensación de tener 2 vergas en su interior al mismo tiempo por vez primera.
Una vez que la penetre por completo le hice una seña a Alex y comenzamos a movernos lentamente mientras encontrábamos nuestro ritmo. A nuestro lado Rosy estaba incrédula ante lo que veía y miraba con mucho interés como su amiga recibía dos vergas a la vez.
Yo veía a mi madre de frente mientras comenzaba a gemir como nunca antes, sonreía de manera increíble mientras recibía nuestras pollas.
-¿Qué te pareció tu primera penetración doble, mama?- le pregunte mientras se reponía.
-Fue algo increíble, creo que tuve como 3 orgasmos mientras me follaban, ufff, nunca había gozado así.
-¿pero no te dolió? Digo una cosa es tener una dentro pero que te metan 2… No lo sé.- inquirió Rosy con desconfianza.
-Para nada, se siente algo incómodo al principio pero luego es algo que la verdad tienes que probar.- le respondió Margarita.
-¿Qué dices, mama? ¿Quieres intentarlo?- pregunto Alex a su madre.
Rosy dudo en responder.
-Anímate, Rosy. Es algo increíble. Nuestros hijos son muy buenos en ello.- dijo mi madre.
-Bueno, pero tengan cuidado.- pidió la mujer aun temerosa.
-No te preocupes, seremos gentiles hasta que nos pidas que te taladremos con fuerza.- le dije.
Alex permaneció acostado en la cama, acto seguido Rosy se sentó sobre su verga. Luego de metérsela toda se inclinó hacia adelante, me coloque en posición y comencé a introducir mi pene en el culo de la madre de mi amigo. Alex la abrazaba para tranquilizarla en caso que sintiera alguna molestia y la besaba con ternura. Antes que Rosy se diera cuenta ya estaba ensartada por 2 vergas.
-¿Qué tal se siente, mama?- le pregunto Alex.
-Ufff, es extraño pero increíble a la vez. No duele para nada y se siente rico.- respondió la madura.
-Pues ahora se sentirá más rico.- le dije y comencé a bombear dentro y fuera de ella. Alex siguió mi ejemplo y también inicio la penetración. En pocos segundos encontramos el ritmo y Rosy comenzó a gemir de placer.
-Mmmm, siiii, dioosss mío, que gusto, ayyyy, que rico, masss, massss por favor, háganlo con fuerza, ayyyy, ayyyy no paren. Mmm, con ganas, follenme con ganas.- pedía la mujer a gritos.
Mi madre mientras tanto se colocó en posición en la parte superior de la cama hasta quedar frente a la boca de Rosy y le ofreció su coño aun chorreante con restos de semen de nuestras corridas.
Rosy estaba tan absorta en el placer que no lo pensó dos veces y pego su boca al coño de Margarita, probando por primera vez en su vida una raja femenina.
Yo tenía asiento de primera fila para ver aquel glorioso espectáculo y pude notar que al ser inexperta, Rosy se dejaba llevar por su instinto y hundía su lengua con fuerza dentro de la raja de mi madre. Por los gemidos de Margarita parecía que lo estaba haciendo bien.
Alex y yo seguimos bombeando al unísono dentro de ella hasta que al cabo de varios minutos yo sentí que estaba a punto de correrme otra vez. Sentí como mi verga no aguantaría mucho y en pocos segundos estalle por última vez esa noche, llenando el ojete de Rosy con mi leche. Escuche a Alex gruñir con fuerza mientras empujaba con fuerza sus caderas contra el coño de su madre abrazándola y supuse que se había vaciado dentro de la mujer. Rosy seguía prendida al coño de mi madre hasta que finalmente un gemido de Margarita me indico que ella también llego al clímax.
Ella se tomó los jugos de mi madre y luego Margarita se arrodillo junto a ella para besarla y compartir su corrida.
Yo me retire de su culo dejando que mi semen escurriera de su agujero y me senté a recuperar el aliento mientras las veía como seguían morreándose. Se separaron luego de un rato y finalmente Rosy se desmonto de la polla de su hijo con el coño también lleno de semen.
-Bueno, eso sin duda fue algo que nunca pensé realizar y menos a esta edad pero sin duda no me arrepiento.- dijo Rosy.
-Creo que me corrí como nunca en la vida, hasta perdí la cuenta de mis orgasmos.- dijo Margarita.
-Uff, yo estoy deshecho, ya no me queda nada de semen.- dijo Alex.
-Pues será mejor que lo recuperes porque a partir de hoy quiero mi ración diaria de leche sin falta.- dijo bromeando Rosy.
-Claro que si, mama, eso nunca te faltara pero por hoy creo que ya di todo lo que tenía.- respondió el chico.
-¿Qué hay de ti hijo?- me pregunto Margarita.
-También estoy seco por hoy. Además no creo que ustedes también tengas muchas ganas de seguir follando.- les dije a ambas mujeres.
-La verdad es que yo estoy sumamente cansada y creo que Rosy también, entonces supongo que esto será todo por hoy.-dijo mi madre.
-Por hoy pero mañana será otro día.- respondió riendo Rosy.
-Por dios, esta mujer me va a matar, vas a tener que ayudarme, David.- dijo Alex.
-Seguro que si pero tampoco hay que descuidar a mi madre, a ella tengo que complacer primero.- dije abrazando a Margarita y ella me beso.
-Ay que tierno eres, cariño. Pero si fueron lo bastante hombres para despertar la lujuria en nosotras ahora se atienen a las consecuencias.- dijo mi madre.
Todos reímos divertidos por las ocurrencias pero en verdad ya no podíamos más.
Nos acostamos los 4 completamente exhaustos y sumamente complacidos. Abrazamos a nuestras madres y pronto caímos dormidos en el más placentero de los sueños.
Luego de aquel magnifico fin de semana, mi madre y yo teníamos 2 nuevos compañeros sexuales.
Obviamente Alex también terminó abandonando el grupo. Para que necesitábamos buscar maduras fuera cuando teníamos dos muy hambrientas y necesitadas de polla en casa.
Doña Elide se lamentó que perdiera a 2 de sus mejores chicos, pero le pregunto a nuestras madres si alguna vez nos dejarían salir a jugar con ella. Por supuesto que a Alex y a mi nos emocionó la idea.
Debido a la universidad y el trabajo entre semana, había muy pocas ocasiones para estar juntos los cuatro. Pero en los fines de semana nos juntábamos para dar rienda suelta a nuestras pasiones y perversiones.
Los sábados salíamos de citas a diversos lugares. Tratábamos de actuar de manera normal en lugares concurridos por si nos topábamos con algún conocido, pero apenas lográbamos tener intimidad como en el cine o algún club nos dedicábamos a besarlas y tocarlas con pasión desenfrenada.
Ambos buscamos trabajos de medio tiempo para poder costear las citas y darles regalos a nuestras madres. Las tratábamos como si fueran nuestras novias y ellas estaban encantadas con toda la atención y el cariño que recibían.
En ocasiones cuando terminaba la velada hacíamos un intercambio de madres y yo me iba con Rosy mientras Alex se iba con Margarita.
Margarita y Rosy cada vez eran más insaciables. El parque cercano al complejo era usado por varias parejas para tener sexo y también por nosotros.
En una ocasión mi madre y Rosy entraron a los baños públicos donde había un par de glory holes. Nosotros permanecimos afuera mientras veíamos como varios jóvenes y hombres entraban y salían bastante complacidos. Sin saberlo, aquel par de zorras habían apostado quien chuparía más vergas y la ganadora término siendo Rosy. Su premio fue follar con nosotros toda la noche mientras mi madre se conformaba con masturbarse viéndonos.
Para la próxima parte dejaré que mi madre les cuente como sucedió todo:
Un día David y Alex tuvieron que asistir a un retiro obligatorio de la universidad, lo que significaba que estarían fuera el fin de semana.
Mi hijo me informó al respecto de su ausencia y me dijo que si queríamos hablar con Doña Elide para que nos enviara un par de chicos para complacernos no habría problema alguno pero yo le respondí que tenía una idea mucho mejor.
El domingo por la tarde regresaron a casa y al llegar, Rosy y yo ya los esperábamos con una sorpresa.
Hicimos que se sentaran en el sofá de la sala y yo coloqué una película. Acto seguido nos sentamos junto a ellos ansiosas por ver sus reacciones.
Antes de revelar el contenido de la película creo que es debido contar lo que transcurrió antes de ese momento.
Cuando mi hijo me dijo acerca de su ausencia justamente pensé en volver a utilizar los servicios de Maduras Anónimas, pero tuve una mejor idea. Luego de que nuestros hijos partieran, le propuse a Rosy salir juntas a pasear el sábado por la noche, ella acepto sin sospechar nada.
Nos vestimos de manera sensual y fuimos a un bar a tomar unos tragos donde estuvimos conversando alegremente toda la noche.
-Aun no puedo creer todo lo que ha sucedido. Jamás pensé que acabaría teniendo sexo con mi propio hijo.- me dijo ella.
-Tampoco yo, pero ya ves como acabamos.- le respondí.
-Si, ensartadas por dos grandiosas vergas.- contestó riendo y un poco afectada por el alcohol. Yo me reí por su ocurrencia la cual era muy cierta.
-Oye, Margarita y aquí entre nos, ¿has pensado que harás el día cuando tu hijo se fastidie de ti?- me pregunto con interés.
Yo me quede callada unos minutos. La verdad era que si lo había pensado, sabía que tal vez esto era algo pasajero y mi hijo no tardaría en encontrar otra mujer y se marcharía de mi lado. Por una parte eso me ponía triste pero por otra también contenta pues como su madre nada me importaba más que su felicidad. Pero había algo en la forma como me besaba, algo en sus caricias, en sus halagos, en el modo en que hacíamos el amor, algo que me decía que me amaba de verdad, no solo como madre sino como mujer y lo cierto es que yo también lo amaba, primero como hombre y luego como hijo y eso me daba esperanza que estaríamos juntos por mucho tiempo. No quise expresar todo esto a Rosy pues no sabía como iban las cosas entre ella y Alex.
-Sí, bueno, no sería la primera vez que un hombre me abandona y salí adelante. Tú también pasaste por lo mismo.- respondí.
-Tienes razón, que pase lo que tenga que pasar. Si nos dejan mañana o dentro de un mes o en un año, al menos los habremos disfrutado ese tiempo. Malditos sean los hombres.- contesto achispada mi amiga.
Al ver la situación, decidí poner en marcha mi plan original.
-Así es, Rosy. Malditos los hombres, por eso a veces es mejor tener a una amiga cerca. Porque si necesitas consuelo, que mejor que una mano femenina para brindarlo.- le dije mientras posaba mi mano sobre su pierna y comenzaba a acariciarla. Ella me miro un poco desconcertada al principio pero comenzó a sonreírme con timidez.
Fuimos interrumpidas por un mesero quien deposito un par de tragos en la mesa.
-Cortesía de aquellos caballeros.- nos dijo señalando a un par de chicos que nos saludaron desde otra mesa. Eran apenas unos años mayores que nuestros hijos.
Yo mire a Rosy esperando ver que hacía y ella me miro también. Lo pensamos unos instantes y decidimos rechazar aquella tentadora oferta.
Seguimos conversando un rato más y por momentos yo la acariciaba por debajo de la mesa y ella solo sonreía. Finalmente pagamos la cuenta y le dije si quería ir a mi casa un rato para que se le bajara un poco el alcohol que llevaba y ella acepto.
Llegamos al departamento y mientras buscaba las llaves en mi bolso, saque un pequeño control de la cámara y esta comenzó a grabar. Tengo que decir que antes de mostrarles esta cinta a nuestros hijos se la revele a Rosy y le pedí permiso, cosa que ella accedió.
De regreso al momento actual, en la pantalla se veía el mismo sofá donde estábamos sentados. De repente entramos nosotras aun riendo.
-¿Viste como esos chicos no dejaban de mirarnos incluso cuando rechazamos sus tragos? No puedo creer cuantos jovencitos hay como nuestros hijos que gustan las viejas maduras como nosotras.- dijo Rosy sentándose en el sofá.
-También me tomo por sorpresa la primera vez pero que lo descubrí pero ahora lo veo como algo normal. Además te dije que si querías nos hubiéramos ido con ellos. Los chicos no se molestaran si lo hacemos.- le respondí sentándome junto a ella.
-Ya lo sé pero la verdad es que… la verdad es que… tenía ganas de hacer aquello que me propusiste hace rato. Ya sabes, justo ahora que no están los chicos.- respondió Rosy con cierta vergüenza.
-¿Y de qué propuesta hablas?- pregunte haciéndome a la desentendida.
-Tu sabes… acerca de buscar consuelo en una amiga.- respondió sonrojándose y bajando la mirada.
-¿Qué clase de consuelo es el que buscas? ¿Qué es lo que necesitas? ¿Dime que es lo que deseas?- le dije mientras le levantaba la cara con mi mano y acercaba mi rostro al de ella. Me detuve a escasos centímetros de ella pues deseaba que ella diera el paso inicial.
Ella dudo por unos segundos y armándose de valor acorto la poca distancia que nos separaba y me planto un ardiente beso en los labios. Yo le correspondí con la misma pasión y nuestras lenguas se enlazaron una con otra.
Fuera de la pantalla nuestros hijos se sorprendieron al vernos besarnos y voltearon a vernos. Yo sonreí con picardía mientras Rosy se apeno un poco pero también sonrió.
-Sigan mirando, lo mejor está por venir.- les dije señalando el televisor.
Ahí, Rosy y yo comenzamos a acariciarnos mientras continuábamos besándonos. Sentí sus manos sobre mi cuerpo, algo torpes pero ansiosas. Yo recorría el suyo con firmeza, acariciando su trasero y apretando su amplio trasero. Me separe del beso y dirigí mi boca hacia su cuello para besarlo y la hice gemir al hacerlo. Ella se derretía entre mis manos mientras poco a poco iba despojándola de su vestimenta hasta dejarla con su ropa interior, todo esto sin dejar de besar su cuerpo.
-Adelante, es tu turno de desnudarme.- le dije.
Aun con cierta vergüenza comenzó a quitarme las prendas de mi anatomía poco a poco hasta que yo también quede solo con mi ropa interior.
-Continua.- le pedí.
Ella asintió y con sumo cuidado retiro mi sostén y mis bragas hasta dejarme al natural frente a ella. Rosy admiro mi cuero desnudo por unos instantes y luego nos dimos otro beso. Después fue mi turno y yo también la despoje de lo que quedaba de su vestimenta hasta tenerla desnuda y me maraville con su cuerpo maduro.
Aunque no era la primera vez que nos veíamos desnudas, si era la primera vez que estaríamos solas sin nuestros hijos y era algo sumamente erótico y excitante.
Y hablando de nuestros hijos, en esos momentos ambos no perdían detalle de lo que sucedía en la pantalla y mostraban tremendas tiendas de campaña entre sus pantalones. Le hice una seña a Rosy y ambas dejamos libres aquellas hermosas vergas que tanto placer nos habían dado. Estaban duras como piedras y comenzamos a hacerles una paja mientras ellos seguían absortos en lo que sucedía en el video.
De regreso a la acción, Rosy y yo seguíamos besándonos y una vez más me separe para besar su cuello pero esta vez, luego de unos instantes, comencé a bajar mis labios hasta llegar a sus grandes pechos. Ahí me los lleve a la boca y los chupe con delito, haciéndola gemir al sentir mis labios en sus pezones. Estos estaban duros y erectos, y mi lengua jugo con ellos mientras mis dedos los pellizcaban y mis manos amasaban esos globos de carne. Rosy se estremecía ante mis caricias pero yo deseaba más y dejando esas tetas divinas seguí con mi recorrido hasta llegar a su entrepierna. Ella abrió sus piernas invitándome a entrar y observe su coño peludo, el cual resplandecía a causa de los jugos que comenzaban a emanar de su interior.
Acerque mi rostro hasta su raja y aspire su delicado aroma para luego sacar mi lengua y posarla suavemente en su hendidura. La mujer gimió y se retorció al sentir mi lengua. El sabor de su néctar invadió mi boca y comencé a lamer gustosamente.
Usando mis dedos encontré su clítoris y también lo ataque con mi lengua, aumentando la intensidad de los gemidos que salían de su boca. Mis dedos penetraron en su raja y quedaron empapados al instante.
-Mmmm, que rico, ufff, no pares, ayyy, masss, masss, cómeme el coño, Margarita. Ahhh.- gemía la mujer.
Yo continúe estimulando su entrepierna y usando mis dedos llenos de sus jugos, los lleve hasta su entrada posterior donde los introduje con facilidad. Rosy gimió y grito con más fuerza al sentir mis dedos penetrando su ojete mientras mi lengua continuaba lamiendo su coño y chupando su clítoris. No paso mucho tiempo cuando la sentí estremecerse y escuche como gritaba como salvaje para luego sentir su corrida vaciarse sobre mi rostro. Usando mí boca succione lo más que pude de sus jugos y cuando se hubo calmado, me levante y la bese dándole a probar del dulce néctar que había emanado de sus entrañas. Ella no se opuso para nada y recibió sus jugos con deleite de mi boca.
Fuera de la pantalla, ahora estábamos chupando y mamando las vergas de nuestros hijos animadamente mientras su atención se centraba en el par de zorras lesbianas de la pantalla. De vez en cuando volteaban hacia abajo y nosotras solo sonreíamos sin sacarnos sus pollas de la boca.
Rosy había disfrutado enormemente su primera experiencia lésbica pero esta apenas estaba comenzando y ella quería más.
-Es mi turno. Quiero probarte pero no sé si lo haga bien.- me dijo haciendo que me sentara a su lado en el sofá.
-No tienes nada de qué preocuparte. Solo haz lo que a ti te gusta que te hagan. Déjate llevar y ya verás cómo te saldrá bien.- la anime antes de comenzar.
Mi amiga asintió, estaba muy ansiosa y sin perder un instante se abalanzo sobre mis tetas. Las chupo con algo de torpeza pero con mucho ahínco, tratando de imitar lo que yo había hecho.
-Así, lo haces bien, mmm, chupa con fuerza, uffff, muy bien, lame los pezones que eso me gusta, uyyyy, siiii, puedes usar tus manos también.- dije animándola y guiándola.
Rosy poco a poco fue dejándose llevar y siguiendo mis instrucciones se dedicó a darle placer a mis tetas.
Lo hacía bastante bien, de vez en cuando se le iba la mano con la boca y me daba pequeños mordiscos pero se sentían muy placenteros.
Al cabo de unos minutos, Rosy decidió pasar al plato fuerte y comenzó a bajar hasta llegar a mi coño. Abrí mis piernas lo más que pude para que tuviera fácil acceso. Ella se quedó quieta observando mi panocha húmeda y peluda pero note que aún había cierta duda e inseguridad en ella.
-Adelante, solo déjate llevar.- le animé.
Rosy dirigió su boca hasta mi raja, que ya palpitaba de ansiedad y cuyos jugos comenzaban a brotar. Con lentitud se acercó hasta ahí y aspiro el intenso aroma que escapaba de ella. Saco la lengua y la fue acercando hasta que finalmente toco con ella mi raja. Su lengua se empapo con los deliciosos sabores de mis jugos y comenzó a lamer delicadamente los labios menores de mi panocha.
Aunque en nuestra primera orgia con nuestros hijos ya me había comido el coño, esa vez lo hizo con torpeza y con algo de salvajina, producto de la lujuria que sentía en esos momentos. Ahora en cambio, la lujuria seguía presente pero no era tan intensa como en esa ocasión. Era un deseo de brindar el mismo placer que ella había sentido, de devolver el favor, de hacer que yo me corriera.
La mujer comenzó a usar sus dedos como yo los había usado antes con ella. Estimulo el clítoris frotándolo suavemente con su pulgar a la vez que metía sus dedos en mi interior.
-Ummm, si, vas bien, sigue así, uyyy, usaste tus dedos, ya vas aprendiendo, mmmm, así, continua.- gemía dándole ánimos.
Rosy pronto perdió el nerviosismo y puso todo su ahínco y empeño en hacer que yo me corriera. Su lengua recorría mi coño de arriba hacia abajo y en varias ocasiones la sentí acercarse a mi ojete hasta que finalmente se decidió a meter su lengua en mi oscuro agujero. Eso me tomo por sorpresa y grite de placer mientras me estremecía al sentir su lengua dentro de mi culo.
-Ay, condenada, que bien lo haces, mmmm, siii, asiii, cómeme el culo, ufff, méteme la lengua, ayyym que rico.- gemía disfrutando de sus atenciones.
Rosy dejo mi culo para regresar a mi coño pero iba alternando con su lengua de un agujero al otro hasta que yo sentí como el clímax llegaba a mi cuerpo y me corrí lanzando mis jugos hacia Rosy. Ella no se despegó de mi coño ni un instante hasta que no termine de correrme y luego, haciendo lo mismo que yo, se levantó para besarme con mis jugos almacenados en su boca y los compartió conmigo. Yo la recibí con gusto y la bese con pasión mientras degustaba el sabor de mi corrida en sus labios.
-Lo hiciste muy bien para tu primera vez. Pero te falta algo de practica.- le dije sonriéndole.
-Bueno entonces tengo que seguir practicando si quiero ser tan buena como tú.- respondió Rosy mientras se disponía a regresar a mi coño pero la detuve y me puse de pie.
-Espérame aquí. Tengo algo que te gustara mucho.- le dijo y me dirigí hacia mi alcoba.
Entre en ella muy emocionada y fui en busca de la sorpresa.
-La verdad es que tenía la esperanza que aceptaras mi propuesta y por eso compre esto por adelantado.- le dije desde mi habitación mientras me colocaba el juguete y regrese a la sala donde hice mi triunfal aparición con un dildo arnés en la cintura.
Era algo que tenía ganas de experimentar desde tiempo atrás, desde aquellos encuentros con Vicky en nuestra juventud pero jamás me había animado a comprar uno. Cuando David me comento acerca de su viaje se me ocurrió la idea de estar a solas con Rosy y nuevamente recordé aquel juguete así que una tarde me dirigí a una sex shop y lo compre con ilusión.
Era de color rosado, de 17 cm y traía un dildo más pequeño para que yo me introdujera al usarlo y sintiera placer.
Rosy abrió los ojos sorprendida mientras me acercaba hasta donde estaba sentada. Me detuve frente a ella con el juguete a la altura de su rostro. Ella no lo dudo y comenzó a chuparlo como si fuera de verdad. Yo la observaba desde arriba excitada al verla mamando ese pene falso.
Lo chupaba de la misma forma en la que en esos momentos fuera de la pantalla se comía la verga de mi hijo porque minutos atrás le hice una seña y cambiamos de pollas. Los muchachos tardaron un poco en darse cuenta pero parecía que ya habían aprendido a diferenciar nuestras técnicas de mamar verga porque a los pocos segundos del cambio ambos miraron hacia abajo casi al mismo tiempo. Ellos solo se rieron pues aquello ya era algo común entre nosotros y luego continuaron viendo la acción de aquella porno casera protagonizada por sus madres.
Luego de que Rosy dejo mi “pene” bien cubierto de saliva, hice que se levantara del sofá y se sentara en un sillón colocado a un lado. Esto fue porque sabía que así estaría más cerca de la cámara y en posición lateral para poder apreciar mejor como estaba a punto de follarla.
Ella se sentó y rápidamente separo las piernas ansiosas por sentirme en su interior. Me posiciones frente a ella y comencé a darle golpecitos con el dildo a su coño.
-Vamos, Margarita, no me hagas esperar más.- me pidió ansiosa.
-¿Qué es lo que deseas que haga? ¡Pídemelo!- le dije mientras seguía pasando el juguete por los bordes de su coño excitándola.
-Quiero que me folles, quiero que me la metas como lo hace tu hijo, hasta el fondo, vamos, métemela, por piedad. Penétrame con ese gordo miembro.- suplico la mujer.
Yo obedecí y de una sola estocada introducir el miembro falso dentro de ella, Rosy gimió al recibirme en su interior. Rápidamente comencé a empujar mis caderas para follarla con toda la fuerza que tenía.
El juguete nos otorgaba placer a las dos y nuestros gemidos comenzaron a escucharse por todo el lugar. Me incline hacia adelante para besarla y ella me recibió con deseo y pasión. Sentía nuestras tetas aplastarse unas contra otras y nuestros pezones chocando, todo eso solo aumento nuestro placer.
-mas, Margarita, mas. Follame con fuerza como lo hacen nuestros hijos. Ayyy, que rico, métemela toda, mmmm, bésame, ufff, siii, asiii, dámelo todo.- pedía Rosy a gritos.
-Sí, gózalo, cabrona, imagina que es mi hijo el que te folla, se lo bien que te gusta su verga. Mmm, la tiene grande y gorda como este juguete, yo lo sé muy bien, mmmm, que gusto.- respondí sin dejar de metérsela con todas mis fuerzas.
Yo me incorpore y la sujete por las piernas, manteniéndolas en alto para hacer más efectiva la penetración como mi hijo me había hecho tantas veces antes. Ella dirigió sus manos hacia mis tetas y las amaso con fuerza mientras yo la embestía con más ahínco. Sentía como el pequeño dildo se incrustaba dentro de mi coño mientras el dildo grande era enterrado dentro de la panocha de Rosy.
Finalmente el orgasmo llego hasta nosotras y nos corrimos una vez mas mientras gritábamos de placer.
Caí rendida sobre mi amiga y ella me abrazo y me beso mientras me recuperaba. Pero la cosa aun no terminaba
Me levante y regrese hasta el sofá donde me senté con la verga de silicón apuntando al cielo. El juguete se veía resplandeciente a causa de los jugos de Rosy que lo bañaron momentos atrás.
-Ven aquí, condenada. Ahora quiero que me montes como te he visto hacerlo con mi hijo. Clávatela en el culo por donde tanto te gusta que te la meta. Quiero escucharte gemir así como yo gimo cuando me penetra con su enorme pene.- dije llamándola.
Esta no lo dudó ni un instante y se colocó en posición de vaquera invertida mirando hacia al frente y comenzó a sentarse sobre el juguete hasta hacerlo desaparecer dentro de su ojete.
La sujete por las caderas para ayudarla y en pocos minutos ya estaba rebotando de gusto sobre mi.
-Así, cabrona, métetela toda hasta el fondo, ufff, así, móntame como sabes hacerlo, como si fuera tu hijo.- le decía.
-Ayyy, siii, que rico, no pares, mmmm, que gusto, lo haces muy bien, Margarita. Ufff.- gemía Rosy mientras cabalgaba con bríos.
Yo lleve mis manos hasta sus tetas desde atrás y comencé a amasarlos como pude, apretándolos con fuerza y haciendo que gritara más.
Rosy siguió clavándose en mi “polla” hasta que hizo algo que me sorprendió. Se levantó de ella sacándosela del culo y se volteó quedando frente a mí, luego se la volvió a incrustar en el culo y siguió cabalgando solo que ahora nos mirábamos a los ojos mientras lo hacía.
Esta vez la sujete por las nalgas y las apreté con fuerza mientras la follaba. Ella se inclinó hacia adelante y se agarró del respaldo del sofá para poder montarse con facilidad, al hacerlo sus tetas me quedaron en el rostro y yo aproveche para chuparlas.
-mmmm, que ricas tetas, que delicia, mmmm.- le dije.
-Ufff, si, chúpamelas, ayyy, siiii, con ganas, que rico, que rico.- gemía Rosy.
No paso mucho para que ambas llegáramos otra vez al clímax y de nueva cuenta gemimos y gritamos anunciando nuestro orgasmo.
Ahora fue ella la que cayó rendida sobre mí y nos besamos de nueva cuenta mientras recuperábamos el aliento, pero aunque estábamos exhaustas aun queríamos más.
-Eso estuvo increíble.- dijo Rosy contenta.
-Y apenas estamos comenzando. Tenemos toda la noche para nosotras. Ven, vamos a un lugar más cómodo.- respondí y tomándola de la mano nos dirigimos hacia mi alcoba saliendo del rango de la cámara.
Mientras el filme terminaba también lo hicieron nuestros hijos. Llevábamos ya varios minutos usando nuestras tetas para masturbarlos, apretando sus penes duros entre ellas y poco antes que nosotras nos corriéramos en la película, ellos estallaron bañando nuestros rostros con su semen.
Yo recibí la dulce y deliciosa leche de mi hijo y Rosy atrapo toda la de Alex en su rostro y tetas. Cuando sus penes dejaron de lanzar chorros nos acercamos una a la otra y nos besamos para compartir aquel delicioso semen de nuestros hijos, chupándonos las tetas y las bocas para no dejar escapar ni una sola gota.
-¿Qué dicen chicos? ¿Les gustaría ver la segunda parte en vivo?- les pregunte.
-Y esta vez a mi me toca follarme a Margarita primero.- dijo Rosy sonriendo.
Ellos asintieron emocionados y nos dirigimos los cuatro a la alcoba.
Antes que nos diéramos cuenta ya había pasado un año desde nuestra llegada al complejo. Las vacaciones de verano nuevamente estaban por llegar y los cuatro decidimos que sería una excelente idea ir todos juntos a veranear.
Por fortuna, yo tenía el lugar exacto para ello…
CONTINUARA…
Ojalá esta serie o la de la vecindad hubieran continuado. Habría sido increible.