back to top
InicioPrimera VezQuitándole la virginidad en casa de sus padres

Quitándole la virginidad en casa de sus padres
Q

el

|

visitas

y

comentarios

Apoya a los autores/as con likes y comentarios. No cuestan nada.
Tiempo de lectura: 5 minutos

Tenía yo 20 años y en ese entonces esperaba ansioso la fiesta de cumpleaños de mi novia Zuleyma, cumpliría 19 años y aunque llevaba meses tratando de convencerla de que me diera su cuerpo ella aún no se sentía lista.

Ella es morena, de cuerpo esbelto, nalgas paradas y tetas pequeñas, pero de esas mujeres que te quieres coger, siempre fajábamos como locos, pero cuando estaba a punto de desnudarla siempre me detuvo.

Sus padres le hicieron una comida para su cumpleaños, ella y varios amigos más, tenían su fiesta aparte, cervezas, botanas y música, llegue un poco tarde debido a que en ese entonces trabajaba para una tienda y no me dejaron salir, al llegar mi novia ya estaba un poco tomada, por lo que yo me moleste ya que varios andaban viendo a ver que lograban, pero al verme ella los bateo.

J: ¡Pensé que me esperarías!

Z: ¡Lo siento, pero es que tenía sed!

J: ¡Aja! ¿Y eso qué?

Z: Ya vas a empezar, yo soy tuya, ¡jajá!

Yo me hice el enojado, Zuleyma solo me miraba y trataba de contentarme, se sentaba en mis piernas, me besaba, pero yo me mantenía firme, no me importaba que ese día traía una minifalda de lujo que apenas si cubría sus nalgas y una blusa entallada que marcaba sus pezones.

Ella me bailaba, me tomaba las manos para que la agarrara, pero yo seguía molesto, en realidad estaba planeando ver que lograba, ese día quería romperla por primera vez y aprovechando sus copas de más y sus ganas de contentarme sabía que me daría algo más esa noche.

Ya más de madrugada, ella seguía tratando de hacerme reír, de que le contestara, pero yo incluso le sonreía a sus amigas y la ignoraba, eso la hizo enojarse.

Z: ¿Qué te pasa?

J: ¿De qué? Déjame en paz!

Z: ¡Vete de mi casa!

J: Como quieras, así lo dejamos, ¡ya mejor hasta aquí llegamos!

Yo hice la finta de que me iba, entonces ella corrió tras de mí, peor yo montado en mi macho iba decidido a dejarla, fue entonces que ella como loca lloraba y me pedía que no me fuera.

Z: Ya ven mi amor, ¡no te vayas!

J: ¡Tú así lo quisiste, mejor así lo dejamos!

Z: ¡No!! Te amo, ¡déjame estar contigo!

J: Tu eres la que no me deja estar contigo, ¡seguro con otros bien que lo haces y a mí no me dejas!

Z: Ok, mira, ¡dejemos que mis papas se duerman y vamos a mi cuarto!

Me hice el digno un rato, hasta que acepte su propuesta, en lo que esperamos, nos besábamos ella estaba entregada, el show de que la dejaría había funcionado, pero bueno, era hora de lo bueno.

Sin hacer ruido subimos a su recamara, yo estaba ansioso por tenerla desnuda, ella se acostó en su cama y yo como león subí a saborearla, besándola y tocando todo su cuerpo, mis manos no dejaban de sentir su rico y virginal cuerpo.

Comencé quitándole su blusa, sus tetas estaban cubiertas con un brasear de caricaturas, ¡se veía muy rico!, mi lengua viajo en su plano abdomen, ella aguantaba los gemidos y respiraba agitadamente.

J: ¡Tranquila nena, relájate!

Z: Mejor le paramos, ¡es que mis papás están aquí a lado!

J: ¡Tranquila, no nos escucharan!

Z: ¡Es que… soy virgen!!

Una sonrisa iluminó mi cara, subí a besarla con pasión y aventarle el típico choro de que la cuidaría, así sin más le quite su falda, se veía riquísima en su cachetero, ella cerraba los ojos y yo como buen cazador disfrutaba de mi presa.

Me quite la ropa hasta quedarme completamente desnudo, con la verga bien parada, ella me miro y se espantó al ver mi verga grande, pero yo la clamé diciéndole que se la metería despacio, pero que antes quería mamarle su conchita.

Ella se quitó su trusa y que rica vagina. Peludita y escurriendo de excitación, me agache para olerla, ese oler era embriagante, le besé sus entrepiernas, mi novia gemía despacio, ya que no quería que sus papás nos descubrieran, comencé con ligeras chupadas, en sus labios vaginales y aunque me tragaba uno que otro vello, sabia genial.

Abrí su vagina con mis manos e introduje mi lengua con suavidad, parecía gato limpiándome las patas, una y otra vez pasaba mi lengua recogiendo sus fluidos virginales y saboreándolos con placer.

J: ¡Que rica sabes mi amor!

Z: ¡Dios, uhm, ya me vas a hacer gritar!

J: ¡Hay una forma de que no grites y es que me la chupes también!

Z: ¡Pero nunca lo he hecho!

J: Pues hoy es día de debuts, ven mi amor, ¡súbete en mi!

La acomodé en un 69 delicioso, ella dudando apenas si abría su boca y colocaba mi cabecita, pero yo ya le devoraba su coño, jugando su clítoris y lamiéndola con fuerza.

J: ¡Vamos, chúpamela, métela a tu boca!

Z: ¡Pero, huele raro!

J: Aquí también huele raro y me lo como, ¡vamos has lo mismo!

Zuleyma comenzó a meter mi verga en su boca, al principio hacia ascos, pero poco a poco se fue acostumbrando y me comenzó a dar una exquisita mamada.

Z: ¡Uhm!!! Mmm!! ¡Que rico!

J: ¡Si, así mi amor, uhm, cómeme mi verga, uhm!

Z: ¡Qué grande es, uhm!

J: ¡Vamos, hazlo bebe!

Que rica mamada me daba. Zuleyma me la chupaba magnifico, se había acostumbrado al sabor y olor y ahora todo era un placer, yo con la yema de mis dedos la masajeaba por dentro y ella comenzó a pedirme mi verga.

La acosté en la cama, le abrí sus piernas y coloque mi puntita en la entrada, ella me miró atenta y poco a poco comencé a introducirme dentro de ella.

Z: ¡Ah!!! ¡Uhm!!

J: ¡Tranquila, uhm, tranquila!

Mi verga entraba poco a poco, ella solo respiraba agitadamente y se mordía la mano, que rico apretaba, finalmente sentí como se rompió si himen y mi verga estaba totalmente dentro de ella.

Z: ¡Ay!!! ¡Me duele, me duele!

J: ¡Tranquila bebe, uhm!

Lentamente me comencé a mover, sin sacársela por completo para que ella empezara a gozar.

Poco a poco su dolor se convertía en placer, su vagina apretaba magnifico mi verga, comencé a moverme más rápido y sacaba ya mi verga para empujarla duro, notando un ligero rastro de sangre virginal de mi novia.

Z: ¡Ah, que rico, uhm, ah!

J: ¡Shhh! ¡Nos escucharan tus papás!

La puse de pie y apoyé una de sus piernas en la cama mientras la otra estaba en el suelo, la tome de sus nalgas y la embestí parado, apretaba sus nalguitas para empujarla hacia mí, nos besamos, le mordía los pezones el ruido de nuestras pelvis chocando era fenomenal, pero al mismo tiempo se corría el riesgo de que nos escucharan.

Me senté en la cama y la puse a darse sentones, al principio fue torpe, pero en cuanto agarro ritmo el placer de tenerla dándose sentones era fantástico, sus nalgas se veían hermosísimas, yo acariciaba su clítoris y sus tetas, mi nena me daba un gran momento tenerla encima y comiéndose mi verga con su vagina estrenada.

J: ¡Si, que rico, uhm, muévete mami, muévete!

Z: ¡Que dura, uhm, esto es la gloria, ah, uhm, ah!

J: ¡Nos escucharan, uhm, que rico!

Z: ¡Jonathan, uhm, cógeme!

La puse en cuatro en la cama, que rico se veía su juguito salir de su concha y sus nalgas pidiéndome la carne.

La tome de su cintura y la penetre despacio, la embestía suave, no quería venirme ya que me tenía tan caliente que estaba a punto de estallar, ella gemía riquísimo, de eso gemidos que te hacen venir, yo continuaba dándosela y moviéndome en círculos, ella siguió mi ritmo y ambos disfrutábamos del momento.

Z: ¡Que rico coges nene!

J: ¡Y eso no es nada, uhm!

Z: ¡Te amo!! ¡Uhm, ah, uhm!

J: ¡Muévete amor, que rico mueves tus nalgas!

Subí el ritmo de mis embestidas, la tomaba de sus hombros y me empujaba con fuerza, tapándole la boca para ahogar su grito de placer.

¡Que rico! ahora la embestía más fuerte, como toro en brama, mi novia empezó a escurrir, yo también comencé a acelerarme sabía que pronto terminaría.

J: ¡Ah, bebe, uhm, me voy a venir, uhm!

Z: ¡Ah, uhm, sácala uhm, sácala!

J: ¡Uf!! ¡Ahí viene, ah!!

Apenas si me dio tiempo de sacársela y mi leche caí en su espalda y nalgas resbalando por sus piernas que bella imagen, mi manguera la estaba salpicando de mi leche espesa y caliente.

Z: ¡Que rico amor, uhm!

J: ¡Uf, fue fenomenal, ah!

Terminamos acostados en su cama, luego de un ligero descanso donde me dormí, me vestí y me salí por la ventana, dejándola desnuda en su cama.

Zuleyma fue un gran amor para mí, pero un día me encontró con otra y ahí acabó todo, pero que rico es recordar cuando le quité su virginidad.

Compartir relato
Autor

Comparte y síguenos en redes

Populares

Novedades

Comentarios

DEJA UN COMENTARIO

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Los comentarios que contengan palabras que puedan ofender a otros, serán eliminados automáticamente.
También serán eliminados los comentarios con datos personales: enlaces a páginas o sitios web, correos electrónicos, números de teléfono, WhatsApp, direcciones, etc. Este tipo de datos puede ser utilizado para perjudicar a terceros.