-Quiero que al llegar a casa me empujes contra la puerta, me agarres del cuello, me des vuelta y me tires contra la pared. Quiero que me des una cachetada en el culo, me vendes los ojos, me arranques el vestido y me ates las manos. Quiero que me pongas de rodillas y me metas la pija en la boca. Empújame la cabeza para que me la coma toda, hace que me atragante. Después llévame al cuarto y métemela de una, cógeme fuerte que ya voy a estar lista.
Con Noelia habíamos entrado en una nueva etapa de nuestra relación. Habíamos decidido poner un poco de picante a las cosas. Primero fue comprar algo para atarnos y taparnos los ojos, después fue comprar un vibrador, geles y ahora estábamos los dos en una etapa en la que nos encantaba mandarnos mensajes durante el día, calentarnos a más no poder y coger como locos antes de hacer cualquier otra cosa en casa.
-Me estas poniendo la pija dura y sigo en la oficina mi amor.
-Perdón vida, no quería. Si te sirve hace de cuenta que yo estoy debajo de tu escritorio arrodillada, lamiéndote la pija despacito. Mirándote a los ojos y sonriendo como a vos te gusta.
-Hija de puta!