Lo que os voy a contar ha sido esta misma noche con mi pareja desde hace 5 años. Nosotros llevamos casi cinco años juntos, hace ya tres que vive en mi piso. Ella es 13 años mayor que yo, cuando empezamos teníamos 52 ella y yo 37 años.
Ella estaba y sigue estando muy buena, hace cinco años estaba tremenda de buena. Nos conocíamos hace años pero el destino nos juntó entonces. Siempre nos habíamos llevado muy bien y había entre nosotros esa tensión sexual contenida por respeto a alguien o algo. Bueno yo con 25 años pensaba que semejante mujer no podía ser para mí.
Os cuento:
Cuando empezamos a quedar, ella venía a mi casa los findes o nos íbamos por ahí a un hotel rural no hacíamos más que follar todo el finde, lo normal al empezar.
Ella es muy puta en la cama y me encanta que así sea. Habíamos follado de todas las maneras posibles menos de una. Yo quería, como la mayoría de hombres, meterla en ese preciso culito y después de dos meses, una noche en mi casa, le acerqué la punta de mi polla enfilándola para dentro y me paró diciendo:
Tranquilo que ese agujero también va a ser tuyo, también me gusta por ahí, pero te lo tendrás que currar y prepararlo muy bien antes.
Seguí follándole el coño gustoso y ya cuando terminamos le saqué el tema.
-¿Lo de ese culito queda pendiente para otro día eh?
-Sii, me encantará sentir tu polla dentro. No va a ser la primera pero si va a ser la más gorda… uuff. Me lo vas a dejar… uumm.
-¡Serás zorrita! Tu si que vas a ser la primera que me deje…
-Normal. Con ese trabuco corazón, miedo les dará. Ya verás ya, el finde que viene traigo algún juguetito de mi casa y lo ponemos a tono para que lo rompas… Ya tengo ganas de sentirla dentro… buuf
-Yo sí que tengo ganas de meterla en ese agujerito…
Estuve toda la semana cachondo pensando en ello, se lo recordaba cada día, cuando hablaba con ella.
Llego el viernes, cenamos por ahí y fuimos a mi casa. Yo iba empalmado todo el día jeje!
Llegamos, nos sacamos una copa y al lío.
Empezamos los magreos, lametones y demás preliminares normales, me como ese culo y ese coñazo metiendo mis dedos por los dos agujeros como casi siempre que le como todo y ella ya toda cachonda y fogosa me pedía entre alaridos y alguna que otra corrida en mi boca, pues es multiorgásmica.
-¡Fóllame cabrón! ¡Métemela ya! ¡Lléname todo el coño con esa polla!
Así lo hice. Se la metí de golpe y empecé a embestirla como un animal, mientras ella sacó de la mesilla un consolador blanco, de unos 12 centímetros y muy fino (comparado con lo que yo le quería meter pensé) duro, muy suave y un poco curvo.
Se lo fue ella misma metiendo en su ojete y empezó a gritar de placer como nunca la había oído. Salieron dos riadas de su coñazo que empaparon hasta mis huevos. Entonces agarró mi polla y la acercó a su culo, noté mi punta entrar y salir despacio, siempre ayudándose con su mano, usándola también como freno porque sabe lo burro que soy. Entonces se la volvió a meter en el coño y me dijo:
-¡Demasiado dura amor! Córrete primero aquí y luego empezamos. Seguí follándola y ella siguió con su consolador por el culo. Entre sus orgasmos y ahora mi corrida saqué la polla aún medio dura y empapada. Entonces me dijo:
-Ahora si que entrará! Verás…
Yo pensé:
-Claro y si la metes en hielo para que encoja más fácil. Pero bueno, me dejé hacer.
Introdujo mi polla hasta la mitad más o menos y paró poniendo su manita como tope me dijo:
-Venga dale hasta ahí despacito y suave amor.
Así lo hice, la saqué y la metí dos o tres veces y de las ganas que tenía de ese culo volvió a crecer y ella a gritar de dolor:
-¡Paraa! ¡Paraa! ¡Me haces daño! ¡Para!
Obedecí parando enseguida y le pregunté a ver qué pasaba.
-¿No puedes o qué?
-Creo que con el juguete y tu follada a la vez me he debido de hacer una fisura… ¡Lo siento!
-Nada tranquila mujer -le dije- otra vez será.
Me levanté de la cama y me puse de pies a su lado, con la polla a la altura de su cara y no le tuve que explicar nada se la metió enseguida en la boca y empezó a chuparla como solo ella sabe pero ahí también ponía siempre la manita para no tragársela entera, y ese día no iba a ser así. No vas de zorra experta? Pues te voy a meter hasta los huevos pensé.
La hice ponerse de rodillas en la cama apoyando su espalda en la pared.
Obedeció y me dijo:
-¡Bien cariño! Sorpréndeme. ¿Qué vas a hacerme?
Me puse delante de ella de rodillas besándola y sobando esas tetazas, ella respondía cariñosamente a mis besos y caricias sin imaginar lo que le iba a hacer.
Poniéndome de pies encima de la cama y levantando sus brazos con mis manos le puse la polla en la cara y se la acerqué a la boca. Ella empezó a lamerla entera hasta que empecé a metérsela. Ella quería soltar su mano para agarrarla pero yo no la soltaba y se la seguía metiendo hasta qué una arcada suya me hizo saber que había llegado a su garganta.
Entonces se la clavé hasta dentro y le folle la boca como un puto animal hasta correrme dentro, con toda la polla dentro de su boquita.
Cuando se la saqué me dijo:
-¡Casi me ahogas cabronazo! ¡Uuuf! ¿Un poco bestia no? -Dijo mientras se miraba en el espejo del techo viendo todo su morrete colorado de la follada de boca que le había hecho.
-¡Tenía que hacerlo! Necesitaba romperte un agujero esta noche. Lo siento si no te ha gustado.
-Puedes romperme lo que quieras, cuando quieras nene pero un poco más despacito y la siguiente ponme un cojín en la nuca al menos. ¡Que me duele la cabeza de pegar contra la pared jiji!
-Jajaja. Lo tendré en cuenta. Eso es el clonc, clonc que oía entonces. Jajaja.
Bueno pues desde ese sábado hace ya más de tres años, hasta esta noche, no se le había curado la supuesta fisura del culo. Imagino que no tarda tanto, lo mismo habría que haber escayolado el ojete ¿no? ¿O qué?
Pues hasta la polla de esperar su cura, y viendo lo bien que ha seguido entrando algún que otro consolador, esta noche por fin mi polla ha entrado en ese ojete.
Ha entrado, pero no porque ella lo quería, al contrario, se la he metido porque si y punto. Os cuento:
Cada vez follamos mejor pero menos, de hecho últimamente un finde si, uno no, yo entre semana no suelo estar en casa normalmente. Solo vengo a casa el fin de semana porque soy viajante.
El otro día vi una tienda enorme de artículos para sexo y entré y después de mirar un consolador grandecito vi un gel lubricador y también lo cogí. Tengo que decir que ella ya hace mucho que me estreno el culi con el chiquitín aquel y tengo que decir, que aunque yo era reacio a ello, desde la primera vez que ella jugó con él en mi culo, me gustó y mucho, debe de ser por el punto G dice ella que está en el culo.
Pues nada, llegué ayer decidido a encontrarle a ella el punto G, J, incluso el Z si lo tiene porque vine decidido a meter mi polla en ese culo hasta dentro. Abreviando:
Ayer después de cenar y tomar un par de copas charlando empezamos al lío como siempre y entonces le dije:
-He traído una sorpresa
-¿Que amor?
Saque el nuevo consolador y ella dijo.
-Que grande amor, vamos a probarlo ahora mismo…
-¡Venga voy! ¡Prepárate que hoy vas a sentir lo que nunca! Ya verás
-Con eso, seguro que no es mejor que la tuya…
-Yaa, ya lo sé le contesté mientras mi cabeza se metía entre sus piernas.
Le hice un cunnilingus de vicio como dice ella que se lo hago y ahora ya estaba metiéndole el consolador en el chocho, y sin que ella se diese cuenta, saqué el lubricador y se lo puse en ese agujero de momento estrechito…
-¿Que me has puesto ahí preguntó al notarlo?
Sabiendo que ese era el ansiado momento que yo llevaba años esperando. Tiré el consolador y como tenía sus piernas en mis hombros, me abalancé encima de ella que se quedó doblada.
Agarrando sus piernas por detrás de sus rodillas con mis manos las empujé fuerte hasta que sus rodillas se apoyaron más arriba de sus tetas, dejando su ojete hacia arriba.
-¿Qué quieres hacer amor? ¿No estarás pensando en…? ¡Noo!
-Sí, te voy a dar por el culo, te la voy a meter entera pero con cuidado. Mejor no te resistas cariño.
-No, no y no. ¡No se te ocurra! ¡Noo!
-No te he preguntado te he dicho lo que voy a hacer, quieras o no, no decías que tu si podías, que si la fisura… bla, bla, bla.
-Te voy a romper el culo aquí y ahora. Después ya me rompes la cara si quieres.
-Eso que has sentido era un gel para lubricarlo bien, así que no te quejes más.
-¡No entra! ¡Noo! ¡No lo hagas!
Sin decir nada más acerqué mi polla, creo que más dura que nunca, a ese agujerito empapado de gel y la empecé a introducir muy despacio centímetro a centímetro para adelante sin parar.
Empezaron sus gritos de dolor, insultos y amenazas que yo ni escuchaba, seguía concentrado en su culo. Entró por tiempos, poco a poco hasta que la tuve entera dentro habían pasado varios minutos. Mientras ella gritaba dolorida e intentaba darme tortas, yo la saqué también lentamente y la volví a meter y a sacar despacio. Sin duda ese hueco se estaba dilatando y haciendo cada vez más grande. Así estuve más de cinco minutos creo, hasta que dejo de gritar un ratito y ya decía:
-Venga dale y acaba cuanto antes, ahora solo siento una fuerte presión dentro, no me hace casi daño.
Yo había gozado cada metida sintiendo a mi polla como nunca aprisionada, estaba gozando tanto. Nunca había sentido ese gusto que da un agujero tan estrecho cada vez que la metes… uuff
Hasta que decidí subir el ritmo pasaron un par de minutos más.
Subí el ritmo poco a poco, se la metía entera y salía y más rápido cada vez, sin decirle nada, solo follándome ese culo que tanto deseaba. Ella me chillaba:
-¡Acaba ya cabronazo!!
Yo ni caso, seguía a lo mío cada vez más rápido y ahora empiezo a darle con más fuerza, ella vuelve a gritar otra vez de dolor, más que antes y a la vez me gritaba:
-¡Para! ¡Para yaa! ¡Joder! ¡Para o acaba! Cerdo de mierda. ¡Me duelee!
Entonces cogí una almohada para taparle la boca de esos gritos y empecé a embestirla a lo bestia, notaba mi corrida saliendo de mis huevos pero no subía o yo no dejaba que subiese, mejor dicho. Aguanté más de cinco minutos hasta que me corrí dentro, llenando ese culo con mi leche caliente.
-¡Tomaaa! Por puta y zorra… ahora si tendrás alguna fisurita…
Me quité de encima y ella dándome un buen tortazo se levantó y se fue al baño sin decir nada. Todavía ni me habla, pero no me importa. Que me quiten lo bailao ¿no? Jajaja.
Espero que os haya puesto cachondos este relato.