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No hace falta que digas nada
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Tiempo de lectura: 4 minutos

Mi madre, Pilar, había venido por sorpresa a hacerme una visita a la universidad, era fin de semana, y me había propuesto pasar el fin de semana juntos en casa, y así contarle que tal me iba la carrera.

El jueves por la noche, al llegar a casa, nada más dejar las maletas en la entrada, me pidió que le diera un abrazo, podía ver lo entusiasmada que estaba porque estuviera en casa, pero había un problema, resulta que estábamos haciendo reformas en casa, pero mi madre no me había contado nada de que estaban utilizando mi habitación para dejar todo el material nuevo en mi habitación, por lo que no tenía cama donde dormir, así que mi madre me dijo que durmiera con ella en la misma cama, acepté sin problema.

Por la noche, al cabo de una hora después de cenar, me fui a la cama, le dije a mamá que no podía más y ella me dijo que no pasaba nada que era normal, teníamos todo el fin de semana por delante para disfrutar juntos.

Media hora más tarde, sentí como mamá se metía en la cama, podía escuchar sus respiraciones, estaba despierta, no podía dormir, entonces sentí como una mano me empezaba a tocar el cuerpo, era mamá, se empezó a pegar a mí y tímidamente me empezó a tocar la polla, empezó a acariciarme el cuerpo, los brazos, la pierna derecha, no paraba de moverse en la cama y cada vez estaba más pegada a mí hasta que entonces decidió tocarme la polla, en repetidas ocasiones seguidas mientras me acariciaba el cuerpo, al principio era como un acto más tímido pero pronto me empezó a calentar, me estaba gustando, mucho, la verdad pero entonces pensaba, era mamá, está muy buena para sus 43 años, pero no puedes hacerlo, aunque otra parte de mi pensaba, tener sexo con una cuarentona, que encima es tu madre, y que te puede enseñar mas que cualquier otra, es un sueño y una oportunidad única hasta que me empezó a acariciar el cuello, tocarme la boca, tocarme el pelo, entre otras cosas hasta que me cogió la mano y me la puso en su pierna muy cerca de su culo, fue entonces cuando me desperté, al verla me chistó susurrándome que no dijera nada.

Empezó a meterme la mano tímidamente por dentro del pantalón, subiéndome la camiseta hasta que me acercó la mano que tenía entre sus piernas al chocho, estaba mojada, muy mojada, nos miramos el uno al otro a ver que estaba intentando tocarme la polla, pero entonces ella me dijo, no digas nada ¿vale? susurrándome en voz baja.

Empezó a agarrarme la polla, me estaba poniendo muy cachondo mientras que ella prácticamente me ponía la mano en el chocho, mientras pensaba por dentro "que mojada estás mamá" sentía unas ganas enormes de decirle lo cachondo que me estaba poniendo pero no quería romper el momento, sentía que era algo único.

Nada más empezar a tocarle el chocho, mamá se empezó a poner cada vez mas excitada, me empezó a agarrar la polla frotándomela lentamente mientras empezaba a meterle la mano por dentro del pantalón estaba muy mojada, empezó a jadear placenteramente nada más tocarle el chocho hasta que no aguanté mas y decidí bajarme los pantalones mientras me acariciaba los testículos empecé a frotarle el chocho, mientras ella jadeaba cada vez más, al final se incorporó en la cama y se metió la polla en la boca para hacerme una mamada, empezó a darle lametones con la lengua, creo que eso era lo que más placer me estaba dando poniéndose a cuatro patas en la cama para chupármela hasta que entonces paramos, se quitó la camiseta mientras aprovechaba para quitarme los pantalones, no podía parar de mirarle las preciosas tetas que tiene y acto seguido se quitó el pantalón quedándose desnuda, enseguida me percaté en el chocho peludo de mamá, no podía creer lo que estaba pasando, era como un sueño hecho realidad y que mi madre no se hubiera depilado era lo que menos me importaba en ese momento.

Continuó chupándomela, mientras disfrutaba del placer que me daba mamá, le agarré las tetas hasta que minutos más tarde terminó de chupármela y me empezó a dar besos en el cuello, no podía creer lo mucho que me gustaba que me besara así entonces aproveché el momento que me había regalado mamá estando con las piernas abiertas y le empecé a tocar su jugoso chocho. Me metí entre sus piernas para así poder disfrutar del momento que tanto esperaba, catar su delicioso chocho, me metí entre sus piernas, empecé a darle lengüetazos lentamente mientras ella empezaba a suspirar, cogió la camiseta que se había quitado previamente, para evitar que sus salvajes gemidos no se oyeran, agarró la almohada con fuerza del placer que le daba y poco después me acerqué con la polla bastante dura para penetrarla mientras me susurraba "despacito amor" empecé follándola lentamente mientras ella jadeaba, seguí penetrándola más fuerte mientras me susurraba que no elevara la voz, entre gemidos mamá me decía "cariño no pares", "sigue así amor" hasta que me cogió y me tumbó sin sacarse la polla del chocho para cabalgarme y como lo hacía menuda experiencia aunque no paraba de susurrarme que no gritara porque podían oírnos, haciéndolo de mil formas distintas, susurrándome al oído, poniéndome la mano en la boca, etc.

Ella por su parte no paraba de gemir, y eso me excitaba cada vez mas, el ver como lo hacía, se empezó a agarrar a las sabanas debido al hecho de que no se escucharan los gemidos y menudos gemidos hacía, me cogió de la mano para ponérsela en la boca mientras que con la otra le agarraba las tetas, al terminar me dijo, que era lo mas bonito que le había pasado, mientras me agarraba de la mano para levantarme, ella se puso a cuatro patas en la cama y empecé a follarla por el chocho agarrándose con fuerza a las sábanas de la cama pero para entonces ya era incapaz de que sus gemidos no se oyeran, empezó a gemir salvajemente diciéndome "no pares cariño, lo estás haciendo muy bien" hasta que al final me corrí dentro, nada más sacarla, el chocho de mamá soltó un chorro del semen que le había dejado dentro mientras yo asustado le dije que no esperaba correrme dentro, pero mamá me tranquilizó diciéndome que no pasaba nada pero que no podía decir nada de esto.

A la mañana siguiente mamá y yo estábamos desayunando en la cocina, pero mamá me vio que no tenía muchas ganas de desayunar, entonces me dijo que si no me apetecía todo que no me lo tomara, los dos estábamos pensando en lo mismo, lo que había pasado la noche anterior pero cuando me ofrecí a fregar las tazas del desayuno ella no estaba conforme, quería fregarlo ella pero entonces sentí como mamá me rozaba por detrás al pasar, así que no pude dejarlo pasar, dejé las tazas en la mesa y me di la vuelta para besarla, la senté sobre la mesa donde habíamos desayunado y acto seguido se levantó el vestido, menudo sorpresa no llevaba bragas, empecé a lamerle el chocho mientras me acariciaba el pelo, empezó a gemir y acto seguido me dijo ¡fóllame! me quité la ropa y empecé a rozarle el chocho con la polla cuando entonces me acarició el pelo y nos fundimos en un beso que no esperaba para nada pero que me encantó, mamá gemía cada vez mas fuerte susurrándome "cariño, no pares, cielo" al vernos cara a cara sentí la necesidad de besarla y poco después ella a mí.

Acto seguido se incorporó en la mesa para quitarse el vestido así que le ayudé, estábamos muy cachondos los dos. Me arrodille poniendo a mamá contra la mesa y empecé a comerle el chocho, ella soltó un gemido fuerte y poco después le subí la pierna a la mesa para follarla por el chocho mientras le agarraba las tetas follándola con fuerza hasta que se acercó para besarme.

Para terminar le di la vuelta follándola por el chocho nuevamente hasta que terminé corriéndome en su cuerpo, para que mamá me dijera que había sido genial.

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