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Consejos de un hombre promiscuo
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Tiempo de lectura: 6 minutos

He tenido la suerte de llevarme a muchas chicas hermosas a mi cama. Desde joven tuve una suerte con el sexo opuesto que para darles una idea de lo promiscuo que he sido, han sido tres veces que las madres de algunas de estas chicas me han pillado literalmente culeando a sus hijas. Dos de ellas fueron hasta cierto punto comprensivas, pero la madre de Gaby fue la única que me hizo salir a las carreras de lo endemoniada que se puso. La madre de Silvia y Jacky me han sentado y nos han aconsejado que, si lo íbamos a seguir haciendo, que nos protegiéramos. Y entre ellas, fue la madre de Silvia la que me dio más confianza, pues algunas veces me quedé en su apartamento cogiéndome a su hija. Creo que le excitaba escuchar gemir y jadear a Silvia cuando se corría. Ella literalmente me vio la verga ese día que me culeaba a su hija y un día me contó Silvia que su madre le había hecho la broma incomoda preguntándole de cómo mi verga le cabía en su pequeño trasero.

Me casé a los 20 años sin que nadie de mi familia lo supiera, pues todavía iba a la universidad. Me casé con una chica muy hermosa de Irán y quizá fue por eso por lo que mi vida promiscua tuvo un receso de diez años, pero ya para mis veinte años, se me hacía difícil recordar con cuantas mujeres había cogido. En esos años de casado me involucré con tres mujeres sexualmente y lo hice pues sabía que mi esposa nunca se enteraría. La primera fue una chica de paga quien me cobró $100.00 por una cogida y terminé pagándole $100.00 más para que me dejara follarle el culo. Era una chica linda de unos 18 a 20 años de descendencia mexicana, con unos melones de copa C y un culo espectacular de más de 90 centímetros. A esta chica me la encontré de nuevo diez años después, ya cuando estaba viudo y me la he vuelto a coger ya sin pagar nada, pues Roxana ya no ejercía esa profesión.

La otra chica que me cogí fue a mis 28 años cuando viajaba representando a la compañía para la que trabajé por un buen tiempo y me encontré con Adriana, una chica argentina que al igual que yo quedábamos varados en el aeropuerto de Dallas por cuestiones de una copiosa nevada. Nos caímos bien haciendo una plática trivial y terminamos en un hotel del área y cogimos como locos todo ese día. Adriana era una chica también de unos 28 años, también estaba casada y quería tener una aventura y estando tan lejos de su país y de su marido, creyó esa era su oportunidad. Incansable para montar y le encantaba mamar.

La otra chica que me cogí cuando estaba cansado, era una mujer un poco mayor que yo. Eso ocurrió en un congreso de nuestra compañía y ella trabajaba como consultora nuestra. Después de los protocolos de las reuniones de cada día, terminamos tomándonos algunos tragos ya por la tarde el último día del congreso y finalmente terminamos en su habitación de hotel. Mujer muy sensual y de quien recuerdo tuve que rogar para que pudiese quebrarle el culo y finalmente terminó enculada. Yo tenía unos 29 y ella unos 35 años. ¡Que cogidas más extensas esas!

En el ambiente local, me hubiese cogido a muchas más durante ese tiempo, pero sabía que eso implicaría crearme algún problema. Entre ellas estaba Jacqueline, una chica de 20 años y que finalmente me cogí cuando yo ya era un viudo. Esta chica se me insinuó de todas las maneras posibles y quizá cualquiera se hubiese tomado el riesgo, pues tenía un lindo rostro, un cuerpo sensual con unos pechos de copa C y un trasero de ensueño. Realmente no sé cómo me contuve por tres años, pero finalmente me la cogí y supe de lo fogosa que era esa mujer en la cama. Ella estaba casada y sin pensarlo mucho terminábamos en hoteles hasta horas de la noche y no sé qué excusa le inventaba a su marido, pues se la mandaba acalambrada después de unos 4 o cinco palos. Era multi orgásmica y me encantaba verla vivir su orgasmo anal que siempre quedaba como epiléptica. Me insinuó que se quería casar conmigo, que no quería a su marido. Solo tenía una hija, la cual era de diferente padre. Fue quizá la chica que me hizo más drama, pues me salió que estaba embarazada de mí, exponía abiertamente su relación extramatrimonial, lo cual me incomodaba y finalmente después de aclarar que no estaba embarazada le tuve que poner una orden de restricción.

La verdad que he tenido muchas mujeres en la cama y todas puedo decir eran chicas bellas. Todos tipos de personalidades, desde chicas mucho más jóvenes que yo, hasta chicas mucho mayores cuando yo era un chaval. Y quizá lo que más me gusta del sexo es escuchar gemir a una chica cuando se está corriendo… para mí eso es lo más fascinante del sexo. Una vez hago llegar a una chica al paraíso, entonces siento que he encontrado el mío. Y eso es la clave de que una chica quiera coger con uno, aunque en mi caso, mi obsesión es encontrar y conquistar a una nueva. A mis 40 me propuse en buscar chicas jóvenes y no se me hizo tan difícil, chicas de mi edad ya no se digan. Muchas de ellas son casadas y con algunas llevamos hasta una década cogiendo y sin ningún problema para ellas. A mis 48 me propuse conseguirme una chica de apenas 18 años y es cuando me comienzo a comunicar con una joven de nombre Verónica, quien es una chica que leyó uno de mis relatos y pensó que al escribirme nunca recibiría respuesta o si recibía una, quizá sería uno generado automáticamente de alguna computadora.

Con Verónica, tuvimos una experiencia que duró casi toda una semana y luego involucró a su amiga Lisbeth. Me dijo que era virgen y que quería tener sexo por primera vez con alguien de experiencia. Me dijo que ya había experimentado un orgasmo masajeando su clítoris, aunque ella me lo describió que lo había logrado sintiendo el contacto de una almohada en su vulva. Tenía miedo introducirse algún dedo y que quería perder su virginidad con una verga adentro y no con sus dedos. Platicamos por medio de videochat donde me mostró su pequeña panochita y ella vio mi verga también y quedamos en vernos. Estos relatos los pueden encontrar en mi perfil por este medio. Como dije, estuvimos cogiendo por casi toda una semana en un hotel cerca de su casa y donde perdió su virginidad vaginal y anal. Ese día Verónica supo lo que era tener una verga en su boca, vulva y ano. Se corrió hasta quedar exhausta en un maratón sexual donde después de dos días Verónica involucró a su amiga a quien también me la cogí, mientras Verónica filmaba la escena. También sucedió a la inversa, Lisbeth también filmó cuando me cogía a Verónica. Hace poco, en estos días de cuarentena Verónica me sorprendió con un correo electrónico donde me decía lo siguiente:

– Han pasado casi 5 años desde esa primera vez que me hiciste tu mujer quitándome mi virginidad. Si tuviera que volverlo hacer definitivamente lo haría. Hasta el momento no he encontrado a alguien que se tome el tiempo o que sepa que hacer en una cama. Realmente no me arrepiento, aunque a veces me sorprende el pensamiento que haya ocurrido con un señor de tu edad. Cuando le conté a una amiga de mi experiencia contigo, se sorprendió al saber que lo había hecho con un hombre de 48 y que me había gustado tanto que lo repetiría las veces que fueran. De hecho, creo que hasta le conté lo obsesionada que estaba de probar con esa verga amaestrada que tienes una y otra vez. Verdaderamente que sueño con esos orgasmos que me provocaste y de vez en cuando me llevan a masturbarme pensando en esas estocadas violentas donde podía sentir tus testículos chocando en mis nalgas. (De solo recordarlo se me eriza la piel). Tony, pensé que eras un personaje de fantasía hasta que vi tu video y chateamos y no me lo podía creer. Tienes una personalidad encantadora y realmente eres un guapo y verdadero caballero. Me gusta leer tu relato de mi y mi amiga y me parece increíble que yo sea esa protagonista y me gustó que no hayas cambiado mi nombre. No me gustó que me describieras como chaparra, pero la verdad que lo soy. Gracias por tus consejos, gracias por esa experiencia, gracias por todo Tony y verdaderamente me gustaría volver a sentir tu hermosa verga follándome como a ti te plazca. Eres increíble Tony y cuando tengas un tiempo para mí, házmelo saber… me estoy muriendo del deseo de probarte otra vez.

Esta chica apenas cumplía los 18 años cuando esto pasó y de hecho le tuve que pedir su identificación para comprobarlo, pues en este país es un crimen follarte a una menor de edad y no importa las circunstancias. Verónica es de rostro infantil, de cuerpo petit con solo 4 pies y 10 pulgadas de altura. Pesaba unas 105 libras en un cuerpo esbelto y de unas nalgas redonditas bien paradas y sólidas. Es un enorme placer chocar con ellas y definitivamente a mí también me gustaría volver a probarlas. El anal fue algo complicado, pero eventualmente Verónica le encontró el placer y donde encontró algunos orgasmos. Es bonito y erótico ver el rostro de esta linda chica haciéndote un oral.

La verdad que he sido un hombre con mucha suerte, pero creo que la clave para que una chica te busque, es que sepa que contigo encontrará ese placer que espera vivir. Como dije al principio, para mí no es solo el hecho de bajarle los calzones a una linda chica, sino de hacer gozar a esa chica. Por eso mi táctica es calentarlas al máximo y todo eso comienza con una plática picaresca, con frases insinuadoras y acariciarles cada rincón de su cuerpo antes de pensar en la penetración. Cuando esa chica ha logrado su primer o algunas sus segundo y tercer orgasmo, entonces siento la libertad de correrme a placer en ellas. Si eres esa persona que se corre antes que tu pareja, estás haciendo un mal trabajo. Lo que me han hecho saber la mayoría de las mujeres es que les gusta venirse sintiendo una verga sólida, con embates continuos al ritmo que ellas quieren conllevar y para eso se necesita vigor y una comunicación intuitiva. Besos en el cuello, sobre los hombros, en las orejas, pezones, monte venus, conchita, clítoris y si la chica te lo permite, besos en el ano. Ella que marque el ritmo y tú sigue su danza y te aseguro ambos explotarán con ricos e inolvidables orgasmos.

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